— Me tengo que ir. — avisó ella sin colgar la llamada.

— ¿A dónde? ¿Por qué?

— No hay tiempo para explicar; ¿puedes cuidar esto por mí? — le pasó la ropa que ella se había quitado antes.

— Espera, voy contigo.

— No, tú te quedas; yo voy a volver espero que pronto. Si veo que no voy a volver pronto te avisaré para que te vayas a tu casa y me devuelves eso otro día.

— Pero-

— Haz caso, ¡quédate aquí!

— Tampoco me grites.

— Te grito para que entiendas porque te conozco y sé que vas a querer seguirme; te quedas. — le advirtió antes de salir corriendo.

— ¡Espera! ¿No dijiste que querías que te pague?

— ¡Eso da igual, ya no me pagues nada!

— Demonios, ¿qué le sucede? Ella nunca rechaza el dinero. Pero al menos ahora estoy seguro de que sí ocurrió algo hoy, y eso significa que Mirai sí puede ver el futuro.... me pregunto qué pasará.

Mirai corrió lo más rápido que pudo; lo bueno fue que revisó la libreta donde tenía escritos sus sueños, así que ya sabía cómo se iba a desarrollar todo. Una vez se aseguró de estar lo suficientemente lejos de Kisaki, volvió a hablar con Takemichi por teléfono.

— ¿Qué fue lo que pasó? ¿Dónde estás ahora?

— Estoy con Mitsuya, van a atacar a Draken, pero no sé dónde. Al principio pensé que era Kiyomasa, pero según lo que me dijo Mitsuya es Peyan.

— Escucha bien porque sólo lo voy a decir una vez, ve a al estacionamiento trasero del templo; Draken debería estar ahí. Yo ya voy en camino, así que llegaré en cualquier momento.

— Sí, ¡Mitsuya, hay que ir al estacionamiento trasero! — le habló mientras cambiaba de dirección. Avanzaron un poco más y doblaron en una esquina. — Ah, ya te veo.

— ¿Qué haces aquí, Mirai? — le preguntó Mitsuya.

— Yo estaba en el festival; Takemicchi me llamó. Pero no hay tiempo para esto, hay que ir por allá. — vieron a las personas de Moebius pelear contra Draken, quien tenía la cabeza sangrando.

— Hola Mitsuya, Takemicchi, Mirai.

— ¡Takemicchi! ¡Mitsuya! ¡Mirai!

— ¡Emma! — exclamó Takemichi.

— ¿Estás bien, Emma? ¿Estás herida? — le preguntó Mirai.

— Yo estoy bien.

— Peyan, desgraciado, — habló Mitsuya. — ¡¿qué haces trabajando con Moebius?!

— ¡Cállate, Mitsuya! ¡O te mataré a ti también!

— Es Mitsuya, el capitán de la segunda división. — susurró alguien.

— Es fuerte.

— ¡Eres un cobarde, Peyan! — le gritó Emma. — ¡Lo atacaron por sorpresa con un bate! ¡Ni siquiera peleas solo! ¡¿Y te haces llamar hombre?!

— ¡Eso Emma, grítale!

— Mirai, no es momento. — la regañó Mitsuya.

— Perdón.

— Diablos, estoy hecho polvo..... — dijo Draken.

— ¡Draken, ¿estás bien?! — le preguntó Takemichi.

— Te encargo el resto, Mitsuya.

— Claro.

— Diablos, vaya jaqueca... — se sentó en el suelo.

— ¿Creen que podrán con todos nosotros?

— Cierra el pico, imbécil.

— Mitsuya se está volviendo agresivo. — mencionó Mirai.

— Maten a los cuatro.

— ¡Sí!

— Takemicchi, tú protege a Draken; yo cuido de Emma. — le dijo Mirai.

De pronto se empezó a escuchar algo acercarse a lo lejos.

— Hasta que llega. — habló Draken.

— Ese tubo de escape... — siguió Mitsuya.

— Es la CB250T de Mikey. — terminó de decir el más alto.

— Yo no oigo nada. — dijo Mirai. — ¿Tan mal están mis oídos?

En ese momento, Mikey llegó.

— Ya veo, me enviaron a otro lugar para que pudieran atacar a Kenchin, y luego iban a culparme por esto para dividir a la ToMan.

— ¡Hago ésto por Pachin...!

— ¡Tú no eres así! ¿Quién te incitó a hacerlo?

— Vaya, pero qué sorpresa; parece que no eres puro músculo. — llegó alguien más al lugar, y Mirai lo reconoció de inmediato.

— ¿Quién eres? — preguntó Mikey.

— Mierda, escóndeme Takemichi. — dijo Mirai Mirai mientras trataba de ocultarse detrás del chico, aprovechando que aún no había sido vista.

— Que aburrido. Realmente no importa quién soy, pero digamos que de momento dirijo Moebius, soy Hanma. — entonces se dio cuenta. — Mirai, ¿qué demonios haces ahí?

— Ah... no soy Mirai, te estás confundiendo de persona; mi nombre es.... María.

— Idiota, desde aquí puedo ver tu estúpido tatuaje.

— Demonios.

— ¿Ustedes se conocen? — le preguntó Takemichi.

— Escucha, es en realidad algo muy simple, pero no creo tener tiempo para explicarlo considerando que-

— ¿Tú no se supone que estabas en el festival, pequeña mentirosa?

— Pues tú lo dijiste, estaba en tiempo pasado; ahora estoy aquí.

— No te hagas la chistosa, ¡luego voy a tener una charla seria contigo!

— Bueno, me metí en problemas.

— ¿Tú eres el miserable que está detrás de todo esto? — le preguntó Mikey.

— Eres todo un fastidio, Mikey... — el mencionado le lanzó una patada a Hanma, quien pudo bloquearla a tiempo dejando caer su cigarro y dejando a los presentes sorprendidos. — Eso dolió.

— ¿Detuvo la patada de Mikey? — preguntó Mitsuya.

— No tengas tanta prisa, Mikey. Nuestra meta es acabar con la ToMan. Habría sido mejor si se autodestruyeran, pero esto otro tampoco está mal. Después de todo ésto me permitirá... — puso su mano derecha en la mitad de su cara. — ¡matar al invencible Mikey con mis propias manos!

— No le hagas mucho caso, él está medio loquito. — le susurró Mirai a Takemichi.

— ¡Moebius cuenta con 100 hombres, y la ToMan sólo con cuatro y una mujer! ¡Mirai, última oportunidad para irte! ¡Sino, ni se les ocurra acobardarse!

— Me quedo, gracias.

— Luego no digas que no te lo advertí. Yo no soy tan permisivo como Osanai. — habló Hanma dirigiéndose a los demás miembros de Moebius.

— ¡Sí, señor!

— ¡Perseguiré a los que huyan y los golpearé hasta dejarlos sin dientes! Y si a alguno de ustedes se le ocurre golpear a Mirai en la cabeza, le irá peor.

— ¡Sí, señor!

—  Tanto Mikey como Draken... son hombres muertos.

Se empezaron a escuchar más motores a lo lejos.

— Llegaron a tiempo. — dijo Mitsuya mientras soltaba un suspiro.

— Chicos... — musitó Mikey al ver a sus demás compañeros llegar y bajarse de sus motos.

— ¡La Tokyo Manji ya está aquí, imbéciles!

— ¿Quién quiere morir primero?

— ¡Pe! ¡Serás el primero al que mate!

— Esto se pone interesante. — dijo Hanma para sí mismo.

— Una gran pelea callejera el día del festival hace que a uno le hierva la sangre. — habló Draken mientras se levantaba del suelo y se ponía junto a Mikey. — ¿No, Mikey?

— Tienes razón, Kenchin.

🔮 *inserte rompe de Daddy Yankee* fuera de chiste, creo que voy a poner la canción en el próximo capítulo para que la escuchen jsahajsja

Por otro lado, gente que me lee desde México, ¿todo bien? ¿No les pasó nada? Yo estoy en Cancún (quintana roo) así que no sentí nada, pero según tengo entendido hace poco tembló y se sintió muy fuerte en algunas partes del país.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.