038

Creo que está de más resaltar el hecho de que Mirai suele usar el uniforme de su pandilla cuando sale, pero aclaro por si las dudas.

La canción la puse porque sí, es que la estaba escuchando y me acordé de Mirai.

Noviembre, año 2004

— ¿Hiciste qué? — preguntó Baji a Mirai mientras caminaban.

— Convencí a mi hermano de dejarme hacerme un tatuaje.

— ¿Y sí te lo hiciste?

— Sip. — le mostró su mano con el tatuaje de un ojo.

— Quedó genial. — le sostuvo la muñeca para ver mejor. — ¿Por qué tan de repente?

— Es que mi hermano no sabía qué regalarme para mi cumpleaños, así que le pedí esto.

— Bien jugado. — chocaron los cinco. — ¿A dónde vas a ir ahora?

— Voy a la tienda porque tengo que comprar algunas cosas que faltan en casa; luego regresaré.

— En ese caso nos vemos otro día.

— Salúdame a Chifuyu si lo ves por ahí.

— Está bien, adiós. — la chica se despidió con la mano y se fue hacia el supermercado.

Una vez ahí, tomó una canasta pequeña y empezó a poner allí las cosas que iba a comprar; no había problema porque no eran muchas. Y mientras estaba pasando por un pasillo en específico se detuvo.

— Supongo que si siempre soy yo la que sale de compras me merezco una pequeña recompensa. — habló para sí misma mientras tomaba un pequeño refresco para ella; siendo sincera tan sólo fue algo que se le antojó.

Sin embargo, cuando salió de ese pasillo, pasó muy rápido y no se dio cuenta de que alguien había intentado pasar también; ambos terminaron chocando y Mirai se frotó la frente con una mano por el dolor que le causó el golpe.

— Lo lamento. — se disculpó ella rápidamente. Observó a la persona con la que había chocado con más detenimiento y se le hizo conocido.

— Está bien, fue sólo un accidente. — y al escuchar su voz fue lo reconoció.

— ¿Kisaki?

— ¿Hm? — él la miró extrañado; al parecer no logró reconocerla. Igual él también estaba muy cambiado; tenía el cabello teñido de rubio, estaba más alto, su peinado era distinto y ella juraría que su piel también era más oscura. — Ah... perdón, ¿te conozco?

— Soy Mirai.

— ¡¿Mirai?! ¿La misma Mirai de la primaria?

— ¿A cuántas Mirai conoces?

— Es que has cambiado muchísimo; no te reconocí en lo absoluto, ¿estás más alta?

— ¿En serio?

— No, ya me di cuenta de que tus zapatos son altos. — Mirai bufó.

— Pero tú también has cambiado mucho y aún así te reconocí; sólo mírate ¿te quemaste con el sol o algo? — se burló para no admitir que le gustaba cómo se veía. Si era sincera la estaba poniendo nerviosa y verlo por mucho tiempo le provocaba una sensación rara en el estómago mientras se le aceleraba el corazón.

— ¡Oye! ¿Y qué hay de ti? ¿Tú te.... acaso... no sé; es que sí te ves bien.

Y ahí estaba ese sentimiento en el estómago de Mirai de nuevo.

— Voy a vomitar. — terminó confundiendo lo que sentía con náuseas.

Kisaki, por su parte, se sentía bastante confundido; no sólo por el cambio físico que tuvo su amiga sino por el cambio de actitud. Si bien él sabía que Mirai era una persona a la cual le gustaba burlarse de los demás y que disfrutaba haciendo sufrir a otros, él jamás conoció su fase tan tosca y grosera; jamás le había hablado así.

Más que molestarle, lo tenía confundido.

— Pero hablando en serio, ¿cómo pudiste cambiar tanto? Pareces otra persona. En el buen sentido, no estoy diciendo que te veas mal; ¿eso es un tatuaje?

— Me lo hice hace unos días, en mi cumpleaños.

— Es increíble, y además ahora usas maquillaje.

— Eso no es para tanto.

— Pero se te ve bien. ¿Qué tienes en la lengua? — le preguntó al notar que había algo allí. Mirai sacó la lengua y él pudo darse cuenta de lo que se trataba.

— Esto sí tiene más tiempo. — le contó ya con la lengua en su lugar.

— Bueno, yo cambié pero lo tuyo fue otro nivel; incluso te teñiste el cabello y te cambiaste el peinado.... ese pasador para el cabello también es nuevo. Y también tu ropa es un estilo completamente distinto.

— No sé por qué te sorprendes tanto.

— Creo que el cambio es tan grande que es difícil de procesar, pero te ves muy bonita. — habló sin pensar.

— De nuevo, voy a vomitar. — esa sensación extraña volvió a su estómago mientras sentía sus mejillas arder.

— ¿Te sientes mal? Estás toda roja; quizás te enfermaste y por eso quieres vomitar.

— Es probable, mejor regreso a mi casa.

— ¿Quieres que te acompañe?

— ¿Para qué?

— Te puede pasar algo en el camino; te estás sintiendo mal y ya se está haciendo tarde.

— Agh, está bien. — se sentía fastidiada. No por Kisaki, le agradaba su compañía, pero ahora se sentía rara estando con él y el hecho de no saber la razón la ponía mal.

Kisaki sólo podía sentirse cada vez más confundido por la actitud de Mirai; estaba actuando muy diferente a como estaba acostumbrado.

Una vez ambos tuvieron lo que buscaban del supermercado, caminaron juntos hasta la casa de Mirai en silencio; un silencio que aunque no era incómodo también podía mejorar.

— Entonces.... me estaba preguntando por qué jamás me escribiste ni nada. — se atrevió a preguntar él.

— Lo siento por eso, mi otro teléfono se rompió y perdí tu contacto.

— Oh, ¿eso pasó?

— ¿Qué pensabas que había pasado?

— Pensé que sólo no querías hablarme o algo así. ¿Te.... puedo volver a dar mi número?

— Está bien. — sacó su teléfono y se lo pasó a él, quien rápidamente guardó su contacto en el dispositivo ajeno.

Durante el resto del camino sólo la estuvo viendo de reojo; había pensado mucho en el asunto de los sueños de Mirai, y sabía que si ella podía ver el futuro no le convenía llevarse mal con ella o perder el contacto. Pensó que aquello sería fácil porque siempre se habían llevado bien, pero considerando que de hecho perdieron el contacto durante un tiempo las cosas se habían complicado.

Más bien, Mirai había cambiado tanto que Kisaki ya no estaba seguro de cómo tratar con ella si todo parecía irritarle. En especial por la expresión neutral que tenía y que le hacía difícil adivinar en qué estaba pensando.

🔮 Andaba trabajando en escribir los bloopers que les dije la otra vez; una sola persona me dijo que sí los quería y eso me bastó.

Me he tardado mucho con eso porque ya son casi 40 capítulos y yo apenas he hecho bloopers de los primeros 27.

En fin, ya se veía que extrañaban a Kisaki, así que volvió.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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