033
— Jajaja no creo que ser muy tierna en realidad.
— ¡Ya sé! ¿Qué tal si te pinto las uñas? — le sugirió Emma.
— ¿Por qué tan de repente?
— Creo que se te vería bien; por aquí debería tener esmalte para uñas color negro. ¿Qué te parece?
— Bueno, ya que hoy he estado probando de todo; no veo por qué no.
— Muy bien, entonces pásame tu mano. — ella le hizo caso y Emma sacó de un pequeño cajón el esmalte para uñas; comenzó a pintarlas muy despacio para evitar cometer errores.
— Por cierto, ¿esto tardará mucho? No quiero llegar demasiado tarde a mi casa.
— Tranquila, como mucho podríamos tardar una hora. Entonces, cuéntame ¿por qué te arreglaste tanto de un momento para otro? ¿Te querías ver linda para alguien? — le preguntó en tono pícaro.
— Por supuesto que no. — le respondió con las mejillas rojas.
— Jajaja hasta te pusiste roja.
— Es el rubor.
— El rubor no era tan rojo. — negó con la cabeza. — Ay Mirai, eres tan inexperta en el ámbito del amor.
— Ya basta, a mí ni siquiera me gusta nadie.
— ¿Estás segura de eso? No habrías tenido esa reacción si no fuera así. — sumergió el pequeño pincel de nuevo en el esmalte antes de seguir con la siguiente uña. — Deberías aprender a ser más sincera con tus sentimientos; negar tu amor sólo lo hará más fuerte.
— Yo sí soy sincera con mis sentimientos.
— No tengo idea de quién se trate, no tienes que decirme, pero por la manera en que hablas pareciera ser que sí sientes algo más que una amistad.
— Eso no tiene sentido; fueron los chicos quienes me convencieron de cambiar mi apariencia.
— Emma. — escucharon una voz fuera de la habitación.
— ¿Mikey? ¿Qué necesitas?
— Mirai está contigo, ¿verdad?
— Sí, ella está aquí. ¿Por qué lo preguntas?
— ¿Me dejarías hablar un momento con ella? Es importante.
— Ahora no se puede, le estoy pintando las uñas.
— ¿Y cuando terminen?
— Se tiene que ir a su casa rápido.
— Pero en serio es urgente, ¿no se puede tomar un momento? Serán como 5 minutos. — la rubia suspiró y agachó su cabeza hacia adelante.
— ¿Qué piensas Mirai? — le preguntó.
— Si es tan importante supongo que me tendré que quedar para ver qué necesita.
— Bueno, ¡irá en un rato! — le avisó a su medio hermano. — En serio, ya no se puede tener un momento a solas con una amiga aquí.
Emma continuó pintando las uñas de Mirai mientras seguía molestándola con que estaba enamorada; ambas riendo y bromeando mientras hablaban de todo un poco y esperaban a que las uñas de Mirai estuvieras secas.
Una vez terminaron, Mirai salió de la habitación de Emma para encontrarse con Mikey y averiguar qué era lo que quería.
— Espera Mirai, antes de que te vayas. — le habló la rubia justo cuando ella estaba saliendo de su habitación. — Recuerda que tienes que practicar maquillarte por tu cuenta; al principio será difícil pero luego te vas a acostumbrar.
— Claro, lo tendré en cuenta.
— Nos vemos; puedes venir cuando quieras.
Mirai se despidió con la mano y no tuvo que caminar mucho para encontrar a Mikey; de hecho él se había quedado cerca esperando a que terminaran con sus asuntos de chicas.
Sin embargo, había algo que estaba preocupando a la chica; él se veía inquieto.
Cuando Mirai llegó hasta donde estaba, él ladeó la cabeza y la miró al notar lo distinta que se veía.
— Has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos. — le mencionó.
— Ah, todo esto pasó hoy.
— Como sea, no es de eso de lo que iba a hablarte; en realidad es algo importante que quería hablar contigo desde que te conocí pero no había tenido la oportunidad desde año nuevo.
— ¿Y de qué se trata?
— Mitsuya y Baji me han hablado sobre que fundaste tu propia pandilla con el nombre “phoenix”. Me llamó la atención.
— Eso.... ¿era eso lo que me querías decir tan importante?
— No, pero está relacionado; es una propuesta.
— Una propuesta que tiene que ver con mi pandilla ¿eh? ¿De qué clase de propuesta estamos hablando?
— A decir verdad, a pesar de que no han hecho nada que llame la atención, todas las personas que están contigo parecen ser muy fuertes; lo que me llamó la atención en realidad es la cantidad de personas que hay. Baji dijo que son unas quinientas mínimo; eso es mucho más de lo que hay en la ToMan, por lo tanto creo que es comprensible que me haya impresionado. Me pregunto cómo habrás logrado eso en tan poco tiempo. — ella se encogió de hombros.
— Tengo mis métodos, pero los inadaptados están en todas partes aunque la gente no los note.
— Y por lo que me han contado de ti, no te gusta seguir a otras personas.
— Precisamente por eso fue que fundé a los phoenix, pero no entiendo a dónde quieres llegar.
— Yendo directo al grano, tú tienes a mucha gente y eso a mí me interesa; ya que no te gusta que te lideren entonces me gustaría que fuéramos aliados.
— ¿Aliados?
— Sí, quiero que entres a la ToMan, dicho de otra manera. Más que un miembro oficial, tú y tu pandilla serían una especie de refuerzo en caso de que nosotros necesitemos ayuda. Un as bajo la manga o un arma secreta; como lo quieras ver, pero es lo mismo. Déjame decirte que tantas personas en una pandilla no es algo tan usal, y podría marcar la diferencia en una pelea; por eso quiero que te nos unas.
— ¿Me estás pidiendo que me una a la ToMan sin ser realmente un miembro oficial? No entiendo.
— Sí serías un miembro oficial, pero por ponerlo en palabras más claras serías totalmente independiente de nosotros. Obviamente tendrías que asistir a nuestras reuniones y todo eso, pero la idea es que sigas siendo libre de hacer lo que quieras, pero que nos apoyes. Y como sé que Mitsuya se tomó el tiempo de hacer los uniformes de tu pandilla y eso entonces tampoco te voy a pedir que uses el de la ToMan.
— Oh... quieres que sea un miembro que ustedes conozcan pero que el enemigo no sepa que existe porque aún sería libre de hacer lo que se me antoje. Es decir que si están en una situación de peligro, nadie sabrá que tienen más personas aliadas a ustedes y llegaríamos de imprevisto. ¿Entendí bien?
— Exacto, ser un miembro sin ser un miembro.
— Muy bien, eso también me interesa.
— ¿Entonces aceptas?
— Claro, si llegamos a defenderlos la gente nos va a reconocer; eso me conviene.
— En ese caso, tenemos un trato. — estrecharon sus manos.
— Si eso era todo ya me voy a ir.
— No, de hecho no era todo. — su voz tomó un tono severo y el ambiente se puso tenso.
— ¿Hm? ¿De qué más querías hablar?
— De tus sueños y el chico con el tatuaje en el cuello.
🔮 Los dejaré con el suspenso, y recuerden amigos.
“No soy tan tonto, es sólo que la cara engaña.” — frases que mi papá sí dijo.
Por otro lado, vean ésto. Jamás van a ver a una Mirai más realista.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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