029
— Por Dios Mirai, hemos caminado muchas horas y ya ni siquiera estamos en la zona urbana de Tokyo; me trajiste directamente a la naturaleza en medio de la nada misma. Literalmente pasamos varios parques.
— Deja de quejarte; ya estamos cerca. ¿Sabes trepar árboles?
— ¿Por qué sabría trepar árboles?
— No importa, te las vas a arreglar. Vamos, es por éste lado. — lo guió hasta un pequeño bosque y, a su vez, a un árbol en específico. Trepó el árbol con facilidad por la experiencia que ya tenía y se sentó en una rama viendo a Kisaki tratar de hacer lo mismo.
— Oye, no puedo.
— Sí puedes, no es tan difícil como parece; te ayudo. — le extendió su mano y él la tomó. Mirai tuvo que esforzarse porque en realidad no tenía tanta fuerza en los brazos, pero al final pudo lograr que subiera.
— ¿Era necesario subir al árbol?
— Sí, ahora seguimos por aquí. — caminó sobre la rama extendiendo sus dos brazos para mantener el equilibrio, con Kisaki siguiéndola de cerca lentamente. — Ten cuidado, viene la parte difícil.
— ¿Cuál es la parte difícil? — se atrevió a preguntar; ya de por sí se le estaba haciendo difícil en ese momento y la sonrisa que Mirai le dio en respuesta no ayudaba.
— Hay que saltar.
— ¡¿Qué?! ¿Estás loca? Yo no practico gimnasia como tú; no tengo tanta habilidad.
— No hace falta mucha habilidad, pero tienes que concentrarte. Pasaremos de esta rama a esa, — señaló la que estaba en el otro extremo más arriba del árbol. — luego vamos saltar hacia allí. — apuntó a una parte del suelo que estaba un tanto escondida por la posición en la que estaba.
— Sí estás loca. — afirmó mientras la veía subir a la otra rama.
— No lo estoy, pero si tienes tanto miedo podemos saltar al mismo tiempo. — lo ayudó a subir también a la otra rama.
— ¿Qué sentido tiene subir hasta aquí sólo para saltar al suelo otra vez?
— ¿Confías en mí?
— Sí.
— Entonces déjate llevar un poco y hazlo. Yo voy primero para que veas que no pasa nada ¿está bien? No lo pienses mucho cuando vayas a saltar.
— Aún no estoy seguro de que sea buena idea.
— Nos vemos abajo. — se despido con la mano antes de saltar.
— ¡Mirai! — para cuando se acercó y miró hacia el suelo, ella ya no estaba; simplemente desapareció.
Pensó por un momento si sería buena idea saltar, pero sabía que su amiga por muy loca y arriesgada que fuera jamás haría algo que pudiera poner su vida en riesgo; al menos no con él. Suspiró derrotado y se preparó mentalmente para saltar, dándose cuenta de que ella tenía razón y que pensar mucho en ello no le estaba ayudando.
Finalmente venció al miedo y saltó, pero el impacto que esperaba al llegar al suelo no llegó y, en lugar de eso, notó que había caído por un agujero que probablemente estaba escondido ahí. Estuvo deslizándose durante unos pocos minutos hasta que al fin pudo salir y ver la poca luz que había al ser ya de noche; vio a Mirai sentada en el suelo y se acercó a ella.
— Ah, sí saltaste.
— ¿No esperabas que lo hiciera? — se sentó a su lado.
— Bueno, aunque dijiste que confiabas en mí no pensé que lo harías realmente; ya estaba preparada para la posibilidad de que te hubieras ido. Pero por otro lado, estás aquí; el lugar es precioso ¿no?
Kisaki miró al frente y le puso atención a su alrededor por primera vez desde que cayó ahí; era algo tan simple como un campo lleno de flores, pero eran todas moradas.
— Son prímulas....
— Ya es su época para florecer, aunque se ven mejores de día.
— Son demasiadas en un sólo sitio; ¿cómo encontraste éste lugar?
— Me caí en el agujero por accidente una vez cuando era pequeña; desde entonces es mi lugar especial donde vengo cuando me siento triste o sola.
— Oh... pero espera, entonces aquí-
— Sí, aquí estuve cuando me escapé de casa; como nadie sabe de éste lugar nadie me encontró. De hecho eres..... la primera persona a la que traigo y le cuento sobre esto.
— Ahora me siento mal.
— ¿Por qué?
— Porque este es tu lugar especial y siento que estoy invadiendo tu espacio.
— Pero si yo te traje, tonto. Y si lo hice es porque te quiero aquí.
Él no supo qué decir después de eso, sólo se quedó en silencio hasta que se le ocurrió desviar el tema de la conversación.
— Entonces... prímulas; ¿ya sabías que su nombre científico es-
— Primula sieboldii; lo sé.
— Ah, bueno...
— Jajaja está bien si no sabes qué decir. Oye ¿sabes qué me gusta hacer cuando estoy aquí? Molestar a las personas que pasan.
— ¿Más personas pasan por aquí?
— No exactamente aquí, hay que caminar un poco, pero la gente que está en los alrededores a estas horas se asusta fácilmente. En especial con mi cicatriz, me invento que alguien me clavó un cuchillo ahí y luego les digo “me gustaba mucho éste lugar cuando estaba viva.” Creo que ya hasta hay rumores de mí jajajaja
— Tú en serio disfrutas del sufrimiento de otras personas, ¿no es así?
— Es un defecto, lo sé, pero es parte de mí. Es que la expresión que hace la gente cuando está desesperada por su vida no tiene precio. ¿Quieres molestar a la gente conmigo?
— No gracias, no me gusta hacer esas cosas. Puedes ir tú sola si quieres.
— Que aburrido eres.... yo quería que vieras la manera en que las personas salen corriendo de mí.
— Es un poco cruel de tu parte ¿sabes? Asustar a las personas de esa manera.
— Me estás haciendo arrepentirme de traerte.
— ¿Para qué me trajiste, entonces? La verdad no entiendo por qué me traes a un lugar tan importante para ti; ni siquiera sé qué tan importante es.
— Muy importante, aquí venía cuando mi mamá me golpeaba y yo me sentía horrible conmigo misma; el paisaje y las flores aquí siempre me hacen sentir mejor.
— ¿Qué crees que pase si las personas que asustas descubren que no eres un espíritu? ¿No te preocupa?
— No, eso no va a pasar. ¿Entonces no vienes?
— Paso.
— Regresaré en un rato o cuando escuches gritos.
🔮 Disculpen si de pronto se habla mucho sobre flores y ustedes pueden no entender nada, es que el tema me encanta y no pude evitar incluirlo en la trama.
Y por si no sabían qué son prímulas.
En realidad hay de muchos más colores. Rojo, azul, blanco, rosa, etc. Mi favoritas en lo personal son las moradas.
Las puse en especial porque son plantas originarias de Asia. Florecen a finales de invierno y principios de primavera cuando empieza a haber más calor. Algo curioso es que se cultiva cuando el suelo está húmedo y aunque tiene que estar expuesta prefiere poca luz solar directa.
Probablemente me vea en la necesidad de explicar sobre las flores que mencione a lo largo del libro, pero no tengo problema con eso.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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