XX. All The People I Care About


CAPÍTULO VEINTE
TODAS LAS PERSONAS QUE ME IMPORTAN

"Where did I go wrong? I lost a friend, somewhere along in the bitterness. And I would have stayed up with you all night. Had I known how to save a life"


Arielle observaba el gimnasio del instituto con atención. Thomas la había obligado a acompañarle a ayudar a Caroline a decorarlo todo para el baile de esa noche. El chico había alegado que ir le vendría bien para despejar la mente y relajarse, pero Arielle no estaba del todo de acuerdo con eso. Pues Caroline llegaba a ser molesta si no hacías las cosas tal y como ella las quería.

—Oye, Alaric está intentando recuperarse. No es nada malo—comenta Caroline, atrayendo su atención—

—Es que... me gustaría poder hacer algo—le responde Elena—

—¿Dónde quieres que cuelgue esto?—cuestiona Arielle, agarrando una lámpara con confusión—

—Agh, ¿sabes qué? Si Rebekah quería colgar esta horterada de lámpara, que hubiera venido a hacerlo ella misma—comenta Caroline, quitándosela de las manos—Fuera. No.—se la entrega a otra chica antes de posar su mirada en Matt, Jeremy y Thomas, quienes colocaban unas estrellas en el techo del gimnasio—¿Qué hacéis? No podéis colgarlas sin más. Tienen que caer con gracia.

—"Con gracia"—repite Matt con diversión—

—Mira qué compenetrados—comenta Caroline antes de girarse para volver a mirar a Elena y a Arielle—

—Le pedí a Matt que le ayuda a adaptarse. A conseguido que le readmitan en el Grill—explica Elena, colocando las cosas de la mesa—

—Es un gesto bonito—comenta Arielle a su lado—Thomas intenta hacer lo mismo conmigo.

—Bueno, Jeremy está hecho un lío. El tema de Alaric le está afectando mucho.

—¿Seguro que no está raro porque te viera dándote el lote con Damon en un hotel de mala muerte?—cuestiona Caroline, cruzándose de brazos—

—¿Qué?—Arielle abre los ojos con sorpresa—

—No te lo he contado para que lo vayas soltando por ahí y me martirices—se queja Elena hacia su mejor amiga—

—¿Para qué están las amigas?—sonríe Caroline—

—Oye, no te preocupes por mi, Elena—habla Arielle, atrayendo su atención—Solo... por favor, decídete rápido. ¿De acuerdo? No quiero que otra chica separe a mis hermanos. Ya fue bastante duro la primera vez.

Elena asiente algo incomoda. Al menos Arielle no se había enfadado con ella, y Elena apreciaba su sinceridad.

—Bueno, ¿con quién vendréis al baile?—cuestiona Caroline, cambiando de tema—

—¿No dijimos que Bonnie, tú y yo tendríamos una noche de chicas?—cuestiona Elena—Arielle podría unirse.

—Bonnie viene con alguien—asegura Caroline con una sonrisa—Jamie la llamó para quedar y ella se lo pidió. Y he pensado que hagas lo mismo. ¿Por qué no invitas a Stefan?

—No puedo pedirle una cita. Acabo de enrollarme con su hermano.

—Pues con mas razón—señala—Ya has oído a Arielle. Tienes que aclarar tus sentimientos. Es lo que te pidió Stefan, ¿no?

—Si, pero...

—Pero nada—la interrumpe su mejor amiga—He visto El Soltero. Lo que es justo es justo. Y le toca a Stefan.

—Ya, no es que seas demasiado imparcial.

—Yo si—interviene Arielle—Y Caroline tiene razón.

—¿Ves? Elena, lo siento, pero Stefan es tu gran amor—asegura Caroline—Y no voy a tirar la toalla. Ahora, cambiemos de tema. Arielle aún no a respondido a mi pregunta.

—¿Qué?

—¿Con quién vendrás al baile?—sonríe, entusiasmada por oír su respuesta—

—Pues con James, si él quiere—se encoge de hombros—Le preguntaría a Thomas, pero creo que se está volviendo a enamorar de Marie y se a olvidado del crush que tenía conmigo. Y, sinceramente, me alegro. Es mi amigo y no tengo muchos de esos, así que...

—A mi también me alegra—asegura Caroline recibiendo una mirada de confusión por su parte—No te lo tomes a mal, pero tal y como veo que el gran amor de Elena es Stefan, sé que el gran amor de mi hermano es Marie.

—¿James y tú estáis saliendo?—cuestiona Elena, mirando a la Salvatore—

—Eh... no. Nos besamos, pero solo eso. No creo que esté lista para una relación.


—Tendría que haber vivido en los años 20–comenta James al ver a Arielle junto lado de Thomas—Estás preciosa, Ari.

—Gracias. Tú no estás nada mal—sonríe—

—¿El vestido es de la época?—cuestiona Luna con asombro—

—Si, de los mismísimos años 20. No es ninguna imitación.

—Ventajas de vivir en esa época—comenta Rachel con una sonrisa—

Acto seguido ella y Luna se alejan de ellos para servirse un ponche mientras que Marie arrastra a Thomas a la pista de baile.

—¿Cómo estas?—cuestiona Arielle una vez ella y James se quedan a solas—

—Creía que me sentiría más raro—admite James, encogiéndose de hombros—Pero estoy bien. Ser híbrido ayuda a controlar el hambre a la sangre y soy más fuerte y más rápido. Además está lo de controlar la transformación.

—¿Y el vínculo?—cuestiona, preocupada—

—Klaus lo rompió—le responde, sorprendiéndola—

—¿Por qué haría eso?—cuestiona, frunciendo el ceño—

—No lo sé. Solo me dijo que cuidara de ti—recuerda el chico—Ahora dejemos de hablar de él y bailemos.

Arielle suspira, formando una sonrisa mientras él sujeta su mano y la hace girar con gracia antes de acercarla a su cuerpo.

—¿Dónde te habías metido?—la voz de Klaus llega a los oídos de Arielle. Sus ojos no tardan en encontrarle. Estaba hablando con Tyler y Caroline a pocos metros de ellos—

—¿Qué pasa?—cuestiona James con confusión—

Arielle no le responde, simplemente se limita a continuar bailando, arrastrándole poco a poco más cerca de ellos.

—Acabo de volver—responde Tyler—

—Qué curioso. No recuerdo haberte dado permiso para marcharte. No os importa que interrumpa, ¿no?

—Si, si nos importa—asegura Caroline con molestia—Déjanos.

—No. Está bien—habla Tyler, sorprendiendo a Arielle—

Tyler había roto su vínculo con Klaus, no tenía por qué cumplir con sus órdenes o hacerle feliz. Pero Arielle no tardó en darse cuenta de que a lo mejor ese era su truco, hacerle creer a Klaus que aún tenía poder sobre él.

—¿Intentas demostrar que eres el macho alfa?—cuestiona Caroline, mirando al Original con molestia—

—No tengo que demostrarlo. Soy el macho alfa.

—Uno muy pesado—comenta Arielle, metiendose en la conversación—Déjales tener una noche tranquila, Klaus. Pide lo que quieras a cambio, pero déjales.

—Arielle—la llama James mientras Thomas, Marie, Luna y Rachel llegan a su lado—

—Un baile—pide Klaus, sorprendiendoles a todos—No muerdo.

—Eso es discutible—comenta Arielle, cruzándose de brazos—

Klaus le dedica una sonrisa y estira su mano hacia ella. Arielle gira su cabeza para mirar a sus amigos. La incomodidad era clara en ellos. Pero cuando sus ojos se posan en Caroline y en Tyler, no se sorprende al percibir sorpresa en sus miradas. Klaus estaba accediendo a dejarles en paz solo por un baile con ella.

Sus ojos vuelven a posarse en el rubio y, tras soltar un pequeño suspiro, agarra su mano. Klaus sonríe levemente, guiándola hasta la pista de baile, donde la hace girar con delicadeza y la acerca a su cuerpo para poder bailar junto a ella aquella lenta canción.

—Esto me trae recuerdos—comenta en su oído—Buenos recuerdos. Me acuerdo que bailabas literalmente hasta caerte y te encantaba. Siempre con una sonrisa en la cara.

—Nada que ver contigo eso seguro, te cansabas rápidamente—recuerda ella—

Klaus sonríe levemente, observando al grupo de amigos de la chica.

—Tus amigos no dejan de mirarnos.

—Normal. Nunca te han visto dejar de amenazar a alguien a cambio de un estupido y simple baile—le responde con obviedad—

—Un baile contigo merece la pena, amor. Una vez te dije que suplicaría por uno, y aún lo pienso—le asegura cerca de su oído, lo que provoca que su cuerpo se estremezca—Además, mañana me voy del pueblo. Quería un último recuerdo contigo. Porque te invitaría a venir, pero ambos sabemos que no aceptarías mi oferta. Tal vez algún día, dentro de un año o de un siglo, te presentes en mi puerta y me dejes mostrarte la belleza del mundo.

—Tal vez, algún día—admite en un murmullo—

Esa promesa, se la había hecho ella misma a Carina, y no había podido cumplirla.

—Espero que sea así—le dice, mirándola a los ojos—Recuerda mis palabras, Arielle. Mereces ser egoísta contigo misma, mereces vivir una vida sin depender de nadie y sin que nadie dependa de ti. Yo puedo mostrártela.

Arielle se queda mirándole a los ojos sin siquiera parpadear, pero entonces Klaus comienza a separarse de ella. Y cuando su mano deja de sujetar la suya, ella cierra los ojos con frustración, dejando que una lagrimas resbale por su mejilla ante el recuerdo de Carina. ¿Era Klaus la persona destinada a hacerle cumplir su última promesa?.

—Arielle—la llama James, acercándose a ella—

Ella suspira con cansancio, limpiándose la lagrima con rapidez antes de girarse hacia él, dedicándole una pequeña sonrisa.


Arielle suspira con pesadez al leer el mensaje de Damon en su móvil. Al parecer Esther había vuelto y había atrapado a todos los seres sobrenaturales dentro de la escuela de Mystic Falls. Sin darle muchas explicaciones a James, Arielle se aleja de él para dirigirse al comedor del instituto, donde Bonnie intentaba hacer un hechizo para romper la barrera que les retenía.

—¿Por qué tardas tanto?—se queja Klaus—El hechizo de barrera no es infalible.

La respuesta de Bonnie se ve interrumpida cuando Matt entra de forma frenética en la sala.

—Todo el mundo se está marchando, pasando la barrera—anuncia—

—Si Matt y yo salimos, podemos parar a Esther—comenta Jeremy—Solo hay que averiguar dónde está.

—Es un suicidio, Jeremy—le asegura Arielle, cruzándose de brazos—

Klaus suspira y usa su velocidad vampirica para acercarse al acompañante de Bonnie y sujetarle del cuello con fuerza.

—Un suicidio me decepcionaría—comenta—Haz tu magia, bruja, o empezaré a matar a la gente que quieres.

—¡Suéltalo!—le pide Bonnie con miedo—

—No hasta que nos saques de aquí.

—No seas tonto, Klaus. A Bonnie no le importamos—le asegura Stefan, acercándose a él—Nos está ayudando para salvar a Caroline y a Tyler. Pero si empiezas a matar a los suyos, nos mandará al infierno.

Klaus observa a Arielle y luego a Bonnie antes de soltar al chico.

—Le mandaré un mensaje a Marie para que venga a ayudar—anuncia Arielle, agarrando su teléfono—

—Si queremos encontrar a Esther, tenemos que encontrar a Elena—comenta Bonnie—Iré a un aula, para buscar un mapa de Mystic Falls.

Arielle asiente y no duda en seguirla por los pasillos, donde Marie se reúne con ellas. Minutos después Damon y Klaus se adentran en el aula de historia.

—Tomad. Jeremy a donado sangre Gilbert para el hechizo de seguimiento—les explica, entregándole un vial de laboratorio lleno de sangre—

—¿Tenemos que hacerlo con los dos mirando?—cuestiona Bonnie, frustrada—

—Sigues cabreada por lo que le pasó a Abby—asume Damon—Deja que me disculpe. Siento que Elijah nos obligara a convertir a tu madre en vampiro para salvar a Elena. No teníamos opción.

—Siempre hay opción—asegura ella—Pero siempre eliges que sea otro el que sufra.

—Dejémonos de dramatismo y empecemos—pide Klaus, acercándose a ellos—

Marie agarra el vial de sangre para dejarla caer sobre el mapa. Entonces ella y Bonnie comienzan a pronunciar el hechizo.

—Esther nos está frenando—se queja la rubia—

—Esther sola no puede tener tanto poder—asegura Klaus con frustración—Está canalizando algo.

—Un punto de acceso—murmura Bonnie—

—Prepara a los humanos—ordena Klaus, mirando a Damon—Sé donde está.


Jeremy y Matt habían salido del instituto en busca de Elena, incluso sabiendo lo peligroso que aquello podía ser. Mientras tanto, Bonnie y Marie continuaban intentando romper el hechizo de barrera que les retenía.

Klaus y Stefan se encontraban a solas en el exterior del lugar, lo que solo podía anunciar problemas. Así que Damon y Arielle decidieron reunirse con ellos, intentando evitar cualquier desastre.

—Hubo momentos en que fuimos amigos—asegura Klaus mientras Damon y Arielle se acercan a ellos—Hermanos.

—Ya tiene un hermano—le interrumpe Damon con una sonrisa—Espero no marcar demansiado mi territorio.

—El nuestro—le corrige Arielle—

—No, no, claro—suspira Klaus mirando al mayor de los tres—Los Salvatore siempre inseparables. Me pregunto qué pasará cuando Elena elija a uno. ¿Os distanciaréis aunque sea un poquito?—su mirada se mueve hasta posarse en Arielle—¿Tú que crees, amor? ¿Te dejarán de lado? ¿Lo harían si eligieras venir conmigo?

Arielle le mantiene la mirada con fuerza a pesar de sus palabras. Ella sabía que solo intentaba molestar a Damon y a Stefan, quienes la miraban con confusión.

—Ya está—habla Bonnie, saliendo del instituto—Esther no opone resistencia. El hechizo de barrera está roto.

Damon y Stefan se acercan a ella mientras que Arielle observa como Klaus desaparece del lugar con su velocidad vampírica.

—Gracias, Bonnie. Por todo—le agradece Stefan—

—No lo he hecho por vosotros.


Klaus ya se había llevado el cuerpo de su madre cuando todos se reunieron en el cementerio. Jeremy salió de la cripta con lágrimas en los ojos y se colocó al lado de Arielle, quien sin pensarlo entrelazó sus dedos con los de él, en señal de apoyo.

Entonces Elena y Alaric salieron de la misma cripta y les miraron con tristeza. Alaric estaba en transición y no iba a completarla. No si eso significaba ser un vampiro dominado por su alter ego. Algo a lo que Esther le había obligado.

Elena se separa de él y se coloca al lado de Stefan. Bonnie y Marie habían encendido velas con su magia y todos estaban ahí para mostrarle su amor y respeto a Alaric. Sin embargo, los más afectados eran Elena, Jeremy, Damon y Arielle, quienes tenían una relación más cercana con el profesor de historia.

Una vez Alaric vuelve a meterse en la cripta, Arielle suelta la mando de Jeremy con delicadeza y sale de ahí con su velocidad sobrenatural. No soportaba ver a otro de sus amigos morir, simplemente no lo soportaba.



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