XVI. All The Good Girls Go To Hell


CAPÍTULO DIECISÉIS
TODAS LAS CHICAS BUENAS VAN AL INFIERNO

"All the good girls go to hell, because even God herself has enemies. And once the water starts to rise and heaven's out of sight, she'll want the devil on her team"


Una Elena sin humanidad había decidido montar una fiesta en su casa la noche anterior, y por supuesto era a Arielle a quien le tocaba recorrerlo. Un suspiro de frustración sale su boca al agarrar un vaso de plástico de una de las mesas. Aún le quedaba algo de licor dentro así que decidió llevárselo a la boca.

—A grandes males, grandes remedios—comenta Klaus, apareciendo en el salón—Espero que no sea por mi.

—¿Qué haces aquí?—Arielle abre los ojos de par en par con preocupación, pues no quería que Stefan y Caroline se enteran de lo suyo—

—Para empezar, no te estoy juzgando, amor—le asegura, caminado con sus manos escondidas en su espalda—Pero si has decidido emborracharte, te recomendaría algo un poco más higiénico.

Arielle sonríe sin gracia, llevando el vaso de plástico de nuevo a su boca.

—Muy bien. Me ha quedado claro.

—¿No deberías estar persiguiendo a Tyler?—Caroline aparece en el salón, llamando su atención—¿O aún te quedan sueños y esperanzas que destrozar por aquí?

—Depende. Por casualidad, ¿sabes dónde está el joven Brutus?—inquiere, refiriéndose a Tyler—

—Lo que sé es que no está conmigo—le responde ella, ayudando a Arielle a recoger el lugar—Le dio a Matt la escritura de la casa, o sea que se ha ido para siempre.

—Lo siento mucho, Car—le dice Arielle, dedicándole una mirada compasiva—

—Si lo sintieras no hablarías con ese bastado—se queja, abandonado el salón—

—No sé de que se sorprende—comenta Klaus, una vez él y Arielle vuelven a quedarse a solas—El único objetivo en la vida de Tyler era matarme y gracias a ti sigue vivo. No puede odiarte por eso.

—¿Te preocupas porque Caroline me odia?

—Me preocupó por todo lo que tenga que ver contigo, mi amor. Sobretodo aquello que te haga daño.

Arielle asiente de forma dudosa, sin saber muy bien que responder a aquella afirmación.

—¿Por qué has venido?—le pregunta entonces, cambiando de tema—

—He sido yo el que le ha pedido que viniera—responde Stefan, entrando en el salón—Necesitamos su ayuda. Creo que Silas está en Mystic Falls.

—Cómo no, esté estupido pueblo es un faro sobrenatural—se queja Arielle, bebiéndose el licor barato de otro vaso de plástico—

—Aunque eso sea cierto. ¿Por qué la suposición, Stefan?—cuestiona Klaus, sirviéndose una copa del bourbon de Damon—

—Ha desaparecido la reserva de sangre de varios hospitales de la zona—responde Stefan, observado como su hermana sigue limpiando el desastre de la fiesta—

—Ha desaparecido sangre de algunos hospitales—repite Klaus—¿Habrá sido Elena? ¿A los vampiros con la humanidad anulada les da por atiborrarse de sangre humana? ¿O tú fuiste la excepción?

—No ha sido Elena—asegura Stefan—

Arielle suspira, sentándose en el sofá situado junto a él.

—Pensemos, por un momento, que ha sido Silas. No acabo de ver en que me afecta eso a mi—señala, sentándose al lado de la chica—

—Mira, Silas quiere morir y reunirse con su amor verdadero—le explica Stefan—Pero es sobrenatural, al tomar la Cura quedaría atrapado en el Otro Lado.

—Digno de Shakespeare—comenta con una sonrisa—

—Si destruye el Otro Lado por completo, con la Cura podrá morir sin quedar atrapado. Aunque supondrá que todo ser sobrenatural muerto vuelva a nuestro mundo.

—Cada hombre lobo, cada brujo, cada vampiro—señala Arielle—¿A cuántos de ellos has matado tú? ¿Ahora lo pillas?

—Se ha despertar mi interés—admite, observando a los hermanos—¿Qué vamos ha hacer?

—Bonnie nos dijo que se necesitaban tres sacrificios para hacer el hechizo—explica Stefan—El profesor Shane convenció al pastor para volar al Consejo. Después, hizo que mataras a tus híbridos. Es decir, que... todavía le queda una matanza. Si Silas está aquí es para llevarla a cabo. Debemos dar con él.


Con el profesor Shane como su única pista, los tres decidieron viajar hasta la universidad para colarse en su despacho y buscar alguna información sobre Silas y los sacrificios.

—¿Qué hemos venido a buscar?—cuestiona Arielle, observando el lugar—

—Bueno, si Shane está trabajando con Silas quizá le ayudase a planear su siguiente jugada—le responde su hermano—

—¿Habrá una lista de tareas pendientes?—cuestiona, observando los libros de una estantería—Robar sangre, realizar tres matanzas, recoger la colada.

—No es por nada, pero los villanos solemos usar esbirros para recoger la colada y este tipo de cosas—comenta Klaus con una sonrisa—

—¿Seguro que le necesitamos?—Arielle se gira hacia su hermano pequeño—

Su relación con Klaus era un secreto. Y aunque en parte le gustara pasar tiempo con él, tampoco podía negar que la ponía de los nervios con sus comentarios.

—No sabemos de qué es capaz Silas. Si nos enfrentamos a él, un híbrido Original que no puede morir podría ser útil—contesta Stefan—

—A Stefan y a mi se nos da bien trabajar juntos—sonríe Klaus—Al menos, así era en los años 20.

—Bueno, porque había anulado mis sentimientos.

—Y por eso eras más divertido—sonríe el rubio, mientras Arielle decide ignorarles y continuar observando el lugar—Seguro que Damon también está disfrutando de la compañía de una Elena sin sentimientos en Nueva York.

—Mi hermano sabe lo que hace—asegura Stefan—

Arielle le dedica una mirada antes de volver a poner su atención en un libro que acababa de encontrar en una de las estanterías.

—¿En serio?—cuestiona Klaus con diversión—No subestimes el encanto del lado oscuro, Stefan. Cautiva hasta a los corazones más puros.

Arielle entrecierra sus ojos al elevar la mirada hacia él. Stefan suelta un pequeño suspiro, ignorando su intercambio de miradas.

—Tranquilo, seguro que todo irá bien.

—Creo que he encontrado algo—interrumpe Arielle, llamando su atención—Figuras simbólicas en las Artes Oscuras—coloca el libro encima del escritorio mientras ellos se acercan para mirarlo—¿Bonnie no habló sobre Triángulos de Expresión? Mirad.

—"En algunas escuelas de magia, como la Expresión, el sacrificio humano se utiliza para concentrar energía. Se dice que si se suman dos sacrificios sobrenaturales surge la energía mística, creando así un Triángulo de Expresión"—lee Stefan en voz alta—

—Humanos. El incendio del consejo—Arielle señala el dibujo—Demonios. El fracaso de los híbridos de Klaus.

—Bueno, yo no lo llamaría fracaso—comenta él—¿Y tercero?

—Brujas.

Klaus eleva sus cejas con interés.

—¿Qué brujo inventaría una clase de magia como la expresión?—inquiere la rubia, llevando su mirada hacia su hermano—

—Uno muy macabro—comenta Klaus—

—¿Tú sabes quien es?—la rubia se gira hacia él—

—¿Por qué debería saberlo?

—Tienes mil años.

—Aún así, la brujería nunca ha sido algo que me agrade mucho. Deberías hablar con Kol sobre eso. Oh, espera, vuestros amigos le mataron.

Arielle suspira con frustración, llevando su mirada hacia Stefan, quien pasaba las páginas del libro con rapidez, intentando buscar alguna información más que les fuera de ayuda.


Stefan se había ido a buscar a Bonnie, por lo que en el despacho del profesor Shane solo se encontraban Arielle y Klaus. Ambos inmersos en la investigación, esperando descifrar el lugar donde se llevaría a cabo la última matanza.

—Ha habido dos matanzas—comenta Arielle, indicando los puntos en el mapa de Mystic Falls extendido sobre el escritorio—La granja del padre Young está aquí y las bodegas de los Lockwood, donde mataste por despecho a 12 de tus híbridos, aquí.

Los une con una línea y posa su mirada en Klaus, quien la observa con una pequeña sonrisa.

—Según el libro, el Triángulo de Expresión es equilátero—comenta dibujándolo en el mapa—Obteniendo este punto.

—Veo que te has saltado las clases de geometría, amor—sonríe Klaus, dándole la vuelta al mapa y quitándole el rotulador de la mano—En realidad, la tercera matanza podría producirse en dos puntos.

—No me has dejado terminar—se queja, con una sonrisa—

Klaus eleva su mirada hasta conectarla con la suya. Arielle sonríe levemente, inclinándose hacia él con el objetivo de unir sus labios, cuando la puerta del despacho se abre, haciendo que se separen con rapidez.

—Hola—Arielle saluda a su hermano pequeño, intentando disimular lo que había estado apunto de suceder—¿Has conseguido encontrar a Bonnie?

—No, pero he hablado con su padre—le responde Stefan—Creo que he encontrado a Silas.


—Solo quiero ver donde estamos—se queja Arielle, al caminar detrás de él—

—Cuando nos separamos, tuviste la opción de irte con Stefan—le recuerda, observando el mapa en su móvil—

—Ya. ¿Y dejar la vida de Bonnie en tus manos?—cuestiona incrédula—Ni pensarlo. ¿Sabes leer un mapa?

—Si, ¿sabes quién me enseñó? Mi amigo Magallanes—responde, guardando el teléfono en el interior de su chaqueta—

—¡Anda! Tenias un amigo. ¿También se vio atraído por tu lado oscuro?

—Cuando hablé del lado oscuro, me refería a Damon y a Elena. Pero veo que te ha tocado la fibra.

—¡Si! ¡Porque no es verdad! ¡Que yo esté enamorada de ti no tiene nada que ver con eso!

Klaus frena en seco, dándose la vuelta hacia ella.

—¿En serio? ¿Vas a decirme que nunca te ha atraído el hecho de que alguien como yo, capaz de hacer cosas horribles, por alguna razón, se preocupe por ti?—cuestiona, mirándola a los ojos—

—Antes de que me mordieras para dejarme morir—admite con sinceridad—Entonces, cuando me salvaste, vi que de verdad había algo bueno en ti. Que no era una simple preocupación por mi. Que en verdad yo podía llegar a la parte buena que tenía ese alguien capaz de hacer cosas horribles por culpa del daño que le habían hecho a lo largo de su vida. Por tu padre, por...

—Hemos llegado—la interrumpe al oír la mención de Mikael—Aunque a juzgar por la ausencia de brujos, no estamos en el punto adecuando.

Arielle asiente levemente, observando el lugar a su alrededor. Entonces ambos utilizan su velocidad sobrenatural para llegar al otro punto posible. Lugar donde se encontraba Stefan.

Al oírle quejarse de dolor, por culpa del hechizo de una bruja, Arielle corrió hacia él, preocupada. Su mirada y la de Klaus observaron el círculo de brujas, las cuales parecían estar realizando un ritual. Marie se encontraba en el suelo, pero no había ni rastro de Bonnie.

—Están conectados. Van a matar a Marie—les informas Stefan, recuperando el aliento—

—Tenemos que salvarla.

—¿Cómo?—cuestiona Klaus—Solo podemos salvarla matando a los brujos, y Silas obtendrá lo que busca.

—¡Espíritus, tomad su alma!—exclama una de las brujas del ritual—

Arielle la observa preocupada y asustada, pues la líder estaba apuntando a Marie con un cuchillo. Entonces, Marie grita de dolor y Arielle no lo soporta más. Corre hasta colocarse detrás de la bruja líder y le clava su propio cuchillo en el pecho, matando así a todos los otros brujos que las rodeaban.

—¡No!—exclama Klaus al verla—

Los brujos caen muertos uno a uno. Arielle les observa de forma nerviosa antes de posar su mirada en Klaus y en su hermano, quienes la observaban sorprendidos.

—Marie—murmura entonces, agachándose junto a la chica—¡Marie!

Sin embargo la chica se mantiene inconsciente cuando Bonnie aparece en el bosque y les mira con los ojos completamente blancos.

—Se ha completado el triángulo—anuncia antes de desmayarse—


Stefan se había llevado a Marie y a Bonnie a un lugar seguro mientras que Klaus y Arielle enterraban a los doce brujos muertos.

—Ya está—suspira Klaus, soltando la pala—Doce tumbas para doce brujos. Y aquí no ha pasado nada. Solo que si a pasado. Y Silas ya tiene todo lo que necesita para abrir las puertas del infierno.

—Ibas a dejar que mataran a Marie—le recuerda Arielle con frustración—

—Sé que las matemáticas no son tu fuerte, amor, pero uno sigue siendo menos que doce—le responde, acercándose a ella—

—Si, pero ese uno es la novia de mi mejor amigo—le recuerda, plantándole cara—

—Miéntete lo que haga falta para poder dormir por las noches.

Arielle le observa durante unos segundos, sintiendo como sus ojos comienzan a humedecerse.

—Acabo de matar a doce personas—murmura entonces, bajando la mirada—

Klaus relaja su expresión, observándola con preocupación y algo de arrepentimiento por las palabras que había decidido utilizar en ese momento, además de su tono de voz.

—Oye, oye—murmura, llevando sus manos hasta sus mejillas—Mírame. Vas a estar bien.

—He matando a doce personas, ¿cómo voy a estar bien?—inquiere, dejando que un par de lágrimas resbalen por sus mejillas—Nunca he matado a tanta gente y mucho menos de una sola vez.

—Escúchame—le pide, limpiando sus lágrimas con su dedo pulgar—Vete a casa. Descansa. Mañana estarás mejor. Te lo prometo. Yo no voy a juzgarte por esto Arielle.

—Lo sé—asegura, asintiendo—Ne... Necesito hablar con Damon. Necesito pintar y...

—Vale. Vete a casa. Todo irá bien—le aseguran, antes de besarla con delicadeza—

Sus labios sabían salados por culpa de las lágrimas, pero a Klaus no le importaba, a pesar de odiar verla llorar. Era algo que no quería volver a ver, le partía el corazón verla así.





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