X. Mourn The Dead
CAPÍTULO DIEZ
LLORAR A LOS MUERTOS
"Everything will change, nothing stays the same. And nobody here's perfect, oh, but everyone's to blame"
—He traído Algunos Hombres Buenos, El Club de los Poetas Muertos y... El Bar Coyote—comenta Thomas, sentándose a su lado—Damon me dijo que eran tus películas favoritas. ¿Cuál quieres ver?
—No estoy de humor—se queja ella, jugando con su anillo de día de forma distraída—
—Ya, precisamente por eso estoy yo aquí—responde con obviedad—
—¿Por qué no vas a animar a Luna?
—Porque tu casa es más grande y la tele también. Además la he acribillado a mensajes. Vendrá—le asegura, mirando las cajas de DVD—Ahora, ¿qué peli quieres ver?
—¿Sabes algo de Tyler y Caroline? Me enteré de lo de Carol Lockwood—habla ella sin responder a su pregunta—
—Sé que están en el homenaje del instituto.
—Deberías estar ahí—murmura, bajando la mirada a sus manos—
—Arielle, todos hemos sufrido pérdidas, pero si no estoy contigo Damon me matara. Odia no poder estar aquí.
—Lo sé.
—Me a dicho que te gusta hacer galletas. ¿Quieres hacerlas?
—No, prefiero lo de la peli—asegura, soltando un suspiro—Algunos Hombres Buenos.
—Genial, nunca la he visto.
—Eso es un delito, Thomas Forbes—se queja, golpeándole en el hombro—
—Siempre hay una primera vez, ¿no?—cuestiona, levantándose para poner la película en la televisión—
Jeremy termina de montar la pistola y se la entrega a Damon, quien le observa con cansancio.
—Bien—comenta, desmontándola otra vez—Ahora hazlo como si te fuera la vida en ello. Porque así es.
—No finjas que te importa mi vida—se queja Jeremy, poniéndose en pie—Quieres la Marca del Cazador y la Cura para que Elena deje de estar vinculada a ti.
—Y para ambas cosas te necesito vivo—le contesta con una mueca—Por lo que he actualizado el estado de nuestra relación a "complicado".
Jeremy suspira y Damon se apoya en la mesa.
—¿Has hablado con ella? ¿Con Elena?
—Puede. ¿Por qué? ¿Te estás quedando sin mensajes de voz?—le pregunta con diversión—
—Disculpad—habla Klaus, llegando al lugar y llamando su atención—¿Interrumpo la hora del recreo?
—¿Que coño haces aquí?—se queja Jeremy—
—He venido a disfrutar de los olores y vistas de la naturaleza—contesta con una sonrisa mientras se acerca a ellos—Sin embargo no percibo el olor a carne de vampiro podrida. Y eso me preocupa. ¿A cuantos vampiros ha matado ya?
—Jeremy aún no puede campar a sus anchas, es un pardillo—le responde Damon—
—Ya, bueno, eso no es un número—le recrimina el híbrido—Doce. Eso es un número. Si, es el número de híbridos que fulminé con mi espada. Tres. Son los días que tardé en frenar el impulso de matar a tu hermano, que no advirtió que me dirigía hacia una trampa mortal. Dos. Los segundos que tardé en matar a uno de los traidores, James. Y... Uno. El total de propósitos para los que sirves—completa, mirado a Damon con seriedad—Tú estás aquí para que crezca la marca de Jeremy. Así que te lo volveré a preguntar. ¿Cuantos vampiros ha matado desde que está aquí?
—Cero—responde Damon—El número de disculpas que aceptará mi hermana de tu parte por matar James.
Esa repuesta hace que Klaus apriete la mandíbula con frustración. Pero dura poco, pues una sonrisa vuelve a hacerse presente en su rostro. No iba a dejar que Damon le afectará al meter a Arielle en la conversación.
—Necesito la Cura cuanto antes. Voy corto de híbridos y esas cosas. ¿Cómo puedo ayudar?
—¿Sabes? Ahora que lo dices—habla Damon, montando la pistola de Jeremy de nuevo—Jeremy, mira y aprende.
Acto seguido apunta a Klaus con la pistola y le dispara tres balazos en el pecho.
—Eso es por Carol Lockwood y James Gómez.
La película había acabado y Luna aún no había llegado a la casa de los Salvatore, la cual se encontraba vacía a excepción de la habitación de Arielle donde se encontraban ella y un dormido Thomas.
La mediana de los hermanos no había recibido ninguna llamada o mensaje de nadie. Al parecer todos querían dejarla sola para que pudiera llorar la muerte de James. Pero ella no necesitaba eso, ya había llorado la muerte de muchos amigos y amores, llevaba vivida mucha vida y aún así el dolor no disminuía al perder a alguien.
La muerte de James no solo le había dolido por el simple hecho de perderle a él, le había dolido por quien la había causado. Klaus le había matado en un acto de venganza y reprimenda, y aunque ella quisiera negarlo, el Original le importaba y de una forma extraña le entendía. Pero la muerte de James solo había servido para hacer que su cabeza repitiera las emociones de cada muerte que había sufrido.
Lily Salvatore, quien creyó era su madre. William Stevens, su primer amor. Andrew Sloan, su mejor amigo. Lexi Branson, su mejor amiga. Carina Deluca, el amor de su vida. Alaric Saltzman. Y ahora, James Gómez. ¿Acabaría eso algún día?
—Rebekah tiene a Elena, Caroline, Stefan y Tyler en el instituto—anuncia Luna al entrar a la habitación—
—Hola a ti también—le responde Arielle sin dejar de dibujar en el cuaderno situado sobre sus piernas—
—¿Te da igual?—cuestiona, incrédula—Puede matarles.
—No lo hará.
Un bufido sale de la boca de la castaña ante tal afirmación.
—Dime que tú no le quitaste la daga—pide, caminado por la habitación—
—No. Llevo tres días en esta habitación sin salir.
—¿Y Damon?
—Con Jeremy y Matt—responde antes de posar su mirada en ella—Luna, sé lo que intentas.
—No intentó nada.
—Evitas hablar de tu hermano y lo entiendo, pero debes desahogarte.
—Sé como es el duelo—asegura, elevando la voz. Thomas se mueve confuso, abriendo los ojos—He perdido a gente antes, Arielle. Mis padres. Un amigo al que maté por accidente. Sé como es.
—Muy bien, sabes cómo es—repite ella, levantándose de la cama—Pero entiendes también que la venganza no es una opción, ¿cierto? Ni la rendición, no pienso dejar que todo te de igual. Tampoco es una opción vivir mortificándote o culpándote. La única opción es seguir adelante.
—¿Cómo haces tú desde el interior de tu habitación?—cuestiona, incrédula—
Sus palabras dejan a Arielle sin palabras. Thomas se incorpora y las observa a ambas con preocupación. Preocupación de que se iniciara una tercera guerra mundial en ese mismo instante.
—Deberíamos hacer un funeral—suelta Thomas, llamando su atención—Para James. Se lo merece y vosotras lo necesitáis.
Sus palabras parecen relajar a ambas chicas. Arielle vuelve a sentarse a su lado y Luna se deja caer en el asiento del piano.
—¿Hay algún ritual en tu manada, Luna?
—No. Pero mis padres solían decir que cuando un lobo muere su aullido responde al de su manada—explica, jugando con sus dedos de forma distraída—
—Eso es bonito.
—Su cuerpo está abajo, en el sótano—anuncia Arielle, haciendo que ambos la miren—Stefan lo trajo. Podemos enterrarle en el bosque, al lado de tu casa.
—Estaría bien, si—murmura Luna con lágrimas en los ojos—
Mientras preparaban el funeral de James, Stefan, Caroline, Tyler y Elena eran retenidos en el instituto por Rebekah. La rubia, quien había sido despertada por April Young, se encontraba junto a su hermano Kol, quien la ayudaba a sacar información sobre la cura del profesor de universidad, Shane, quien también parecía estar ayudando a Bonnie con su magia.
—¿Dónde está la cura?—insiste Kol antes de hundirle la cabeza en una bañera de agua—¿Dónde está la cura?
El profesor recupera el aliento durante unos segundos antes de que Kol vuelva a hundirle por su falta de respuestas.
—Eres humano, ¿para qué quieres la cura?—se queja Rebekah—
—Que ironía, ¿verdad? Quédatela. Solo quiero a Silas—le responde Shane con el poco aire de sus pulmones—
—No—se queja Kol, agarrándole del cuello de la camisa para mirarle a los ojos—¿Qué sabes de Silas?
Su compulsión no funcionaba con él, pues Shane estaba entrando para eso, pero aún así le respondió.
—Es el primer ser inmortal del mundo y resulta que está enterrado con la cura. Y yo voy a liberarlo.
—¡No!—exclama, volviendo a hundirle en el agua—
—¡Para!—exclama Rebekah—Muerto no nos sirve.
—¿No has oído lo que ha dicho? Silas nos matara a todos, hermana—señala Kol, soltando al profesor—
—Silas no existe. Es... No es más que un cuento para asustar a los niños y que se coman las verduras.
—Te equivocas. Silas existe—le asegura Shane—Sé dónde está enterrado y pronto tendré el hechizo que lo despertara.
—Venga, estás mintiendo—se quejad Kol—No puedes llegar hasta él sin su...
—¿Sin su lápida?—inquiere, completando sus palabras—¿El sacrificio de 12 personas? Créeme, lo sé. Y lo he hecho. Fue complicado idear una masacre así.
—¿Tú fuiste el que hizo volar el consejo?—Rebekah frunce el ceño con sorpresa—
—Fue por una buena causa. Y es algo temporal, porque cuando despierte a Silas, Silas despertara a los muertos. Resucitará a todas las almas que murieron por su causa.
—¡No!—exclama Kol, atravesándole con una vara de madera—
—¿Qué demonios haces?—se queja Rebekah—
—Deberías darme las gracias—le responde su hermano—
—Has matado mi única oportunidad de encontrar la cura.
—Silas desataría un infierno en la tierra. Y francamente, hermana, no creo que estés a la altura—le responde, sacando la estaca de roble blanco de su chaqueta—
—¿Cómo la has conseguido?—inquiere, confusa—
—Ha sido fácil—sonríe con arrogancia—
Acto seguido ambos abandonan la sala, dejando a Shane en ella. Sin embrago lo que ellos no sabían es que gracias a que estaba utilizando a Bonnie y ayudándola con su magia, Shane ahora estaba protegido y aquella vara de madera no le mataría, pues su vida estaba atada a la de April Young.
—¿Cómo va todo con Jeremy?—cuestiona Arielle mientras camina por el bosque—
—Es un crio, ¿cómo crees que va?—le responde Damon a través del teléfono—Encima el imbécil de Klaus a venido a vigilarme. Se está quedando sin híbridos.
—No me digas—suspira—
—Si, bueno. ¿Tú que tal?—le pregunta, preocupado—Siento no estar contigo. Espero que Thomas haya hecho bien el trabajo que le pedí.
—Tranquilo, lo ha hecho bien—sonríe a pesar de que él no pueda verla—Dile a Klaus de mi parte que no se atreva a tocar a Jeremy y a Matt, porque entonces si que le matare.
—Dalo por hecho, hermanita.
—Vamos a hacer un funeral. Thomas ha avisado a Rachel y a Marie—le informa, cambiando de tema—
—¿Irán?
—Rachel no podría llegar a tiempo, pero espero que Marie si venga.
—Deja una bala de plata en su tumba de mi parte—le pide con una sonrisa—
—Muy gracioso.
—El humor nunca viene mal, Lizzie—le asegura—Tengo que dejarte. Klaus se está acercando a mi con su típica sonrisa diabolical.
—Dile que se vaya al infierno de mi parte.
—Encantado—responde antes de colgar el teléfono—
Arielle suspira y observa a Luna colocar una piedra encima de un montón de tierra recién movida.
—¿Cómo demonios le habéis enterrado tan rápido?—cuestiona, asombrada—
—El cabreo es un buen incentivo—le responde la castaña—
—¡He encontrado la caja que me dijiste!—exclama Thomas saliendo de la pequeña casa de Luna—
—Genial, ¿qué hay dentro?—pregunta la chica—
—No lo sé, veamos—murmura, posándola en el suelo—
—¿Qué es?—cuestiona Arielle, sentándose a su lado para ver el interior—
—James guardaba aquí todos sus recuerdos—explica Luna, abriéndola—Los buenos por supuesto.
Arielle no sabía eso. Al parecer ella y James se parecían más de lo que creía. Ambos guardaban los recuerdos de su vida en pequeñas cajas. Un equipaje pequeño, pero que nunca se olvidaban. Su vida entera en pequeños objetos.
—Es... la flecha que me lanzo el día que nos conocimos—murmura al verla en las manos de Thomas—¿La guardó?
—Le gustaste desde el primer momento, Ari. Claro que la guardo—le sonríe Luna—Oh, mirad. El collar de mi madre y el reloj de mi padre. Él siempre me dijo que cuando cumpliera los 20 años me daría el collar.
—Bueno, ahora todo esto es tuyo—comenta Thomas—
Entonces una especie de polvo blanco empieza a caer sobre sus cabezas.
—¿Que...?—murmura Arielle, elevando la mirada al cielo—
—¿Es nieve?—cuestiona Thomas con confusión—
—Si—responde una cuarta voz que todos reconocen al instante—
—A James le encantaba la nieve—recuerda Luna con una sonrisa—
Arielle le dedica una sonrisa mientras Thomas se levanta con rapidez y abraza a la recién llegada y causante de aquel fenómeno, Marie.
—Has venido—susurra en medio del abrazo—
—No podía perdérmelo. James era mi amigo—le responde Marie—
—Gracias por esto, Marie—le sonríe Luna, mirando la nieve—Ahora que estamos todos. Acabemos esto cuanto antes.
Todos sueltan un suspiro y se colocan delante de la tumba.
In Loving Memory of
JAMES GÓMEZ
18/09/1988 - 1/12/2010
Beloved brother, son and friend
"The howling of a wolf will always answer the howling of his pack"
—Aullare cada luna llena por ti, hermano—dice Luna, dejando el reloj de su padre encima de la tumba—
—Siento que las cosas entre nosotros no fueran como tú esperabas. Tu flecha me encontró y no se equivocó al hacerlo—dice Arielle, dejando la flecha al lado—
—Está nieve siempre estará en tu camino, James—murmura Marie sin soltar la mano de Thomas—
—Los días de luna llena serán distintos sin ti. Pero cada vez que La Haya, tú volverás a ser el lobo que me encontré en el bosque aquella tarde—dice Thomas con tristeza—
—Adiós, hermano—solloza Luna—
Entonces oyen unos pasos acercarse a ellos. Se trataba de Hayley.
—¿Qué haces aquí?—cuestiona Arielle, colocándose frente a ella para encararla—Está muerto por tu culpa.
—Lo sé. Me arrepentiré toda mi vida de que sea así. Pero le ame. Y quiero despedirme—le responde con tristeza—Por favor.
—Esa decisión no es mía.
—Arielle—la llama Luna—Déjala.
La rubia suspira y se aparta de su camino para que la loba se acerque a la tumba bajo la mirada de los cuatro presentes.
—Gracias por ayudarme a buscar a mi familia. Te prometo que les encontraré, tu muerte no será en vano. Siento no haberme dado cuanta de que ya tenía familia. Te tenía a ti y ahora también te he perdido. Lo siento mucho, James. Simple te querré—dice, depositando una foto de ella y James sobre la tumba—
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