VII. The Flight Of A Bird


CAPÍTULO SIETE
EL VUELO DE UN PÁJARO

"But I'm only human, and I bleed when I fall down. I'm only human, and I crash and I break down"


—Espera, ¿me estás diciendo que yo estoy aquí decorando mesas y tú estás dándote un paseo por el bosque?—cuestiona incrédula mientras camina por los jardines de la casa Lockwood—

—No estoy dando un paseo por el bosque. Te recuerdo que Elena y yo hemos roto—le responde Stefan desde le otro lado de la línea—

—¿No te a sonado tan deprimente como a mi?

—No estoy deprimido—le asegura—Solo quiero rajarle la arteria a alguien y beber hasta que ya no pueda ni respirar.

—Pues no puedes. ¿Crees que yo no quiero lo mismo después de averiguar lo que averigüé en Italia?—cuestiona mientras coloca bien uno de los centros de mesa—

—Siento lo que pasó—murmura él con tristeza—Nunca te había visto así, no como te encontramos en el porche ayer por la noche.

Arielle traga duro al recordar como sus dos hermanos le habían encontrado en la entrada de su casa. Llorando como nunca lo había hecho, soltando todo lo que había guardado a lo largo de su vida. Todo había explotado con una sola frase "Tu madre se llamaba Leah Parker".

—Cambiemos de tema—pide al recordar los brazos de sus hermanos rodeándola e intentando tranquilizarla—

Escucha un suspiro por parte de Stefan y luego vuelve a oír su voz.

—Me dijo que siente algo por Damon—revela Stefan entonces—

—Lo sé, Caroline me lo ha dicho. Dice que es imposible por cómo es Damon. Quiere convencerla o hacerla entrar en razón, no sé. Asegura que se a vuelto loca.

—Caroline es así.

—Yo no me voy a poner del lado de ninguno. Eso solo nos separará más—comenta Arielle—No pasare otra vez por lo de Katherine. Aunque odio admitir que Elena me cae mejor.

—Ser un vampiro la ha cambiado.

—Ya, me refería a esa Elena. Elena humana era aburrida.

—Muy graciosa—se queja él—¿Crees que darle la Cura hará que vuelva a ser ella?

—No lo sé, Stef—le responde viendo, cómo Elena y Caroline se acercaban a ella—Tengo que colgar. No te vuelvas loco, ¿vale?

—Estaré bien—le asegura—Cuídate.

Arielle suspira, colgando la llamada para luego posar su mirada en las recién llegadas.

—Hola—saluda Elena con una sonrisa incómoda—

—Hola. No estoy enfadada porque cortaras con mi hermano si es lo que piensas. No tienes porque estar incómoda.

La mirada de Elena baja al suelo.

—Arielle, no quiero ser grosera, pero...—habla Caroline a su lado—

—Quieres que me vaya porque vais a hablar de mis hermanos—asume, inclinado la cabeza. Caroline asiente—Está bien. No me apetece saber todas tus razones por las que Elena debe escoger a Stefan. Yo tendría las mismas sobre Damon.

Le dedica una sonrisa y caminar hacia la entrada de la casa.

Nada más salir se encuentra a Jeremy y a Matt bajando los barriles de bebida y varias cajas de la furgoneta del rubio. Ambos le dedican una sonrisa al pasar por su lado y entonces sus ojos se fijan en tres chicas que cargaban con unos ramos de flores en sus manos.

—Chicas, Caroline os va a matar—se queja, haciendo que ellas la miren confusas—Las flores van atrás. El gráfico florar que a hecho lo dice. Ir antes de que os vea.

Las chicas asienten y se alejan de ella, quien esperaba al equipo de sonido que traería los altavoces para el jardín.

—Sabía que te encontraría en medio de todo esto—Klaus parece a su lado, con su distintiva sonrisa arrogante—

—Lárgate, tengo que trabajar y aguantar a Caroline como jefa—le dice ella sin molestarse en mirarle—

—Quería saber a qué hora te recojo mañana.

—A las nunca menos cuarto—le responde con frustración—No voy a venir.

—Me prometiste una cita a cambio de uno de mis híbridos—le recuerda, acercándose a ella—

—Si, una cita, como ir al cine, donde no hablemos y nos separen al menos tres asientos—responde, mirándole por primera vez desde que había llegado—

—Pero creo que sería una pena que después de tanto trabajo te pierdas la fiesta, amor. Y alguien tan hermosa no debería asistir sola—le responde con obviedad—Y supongo he no vendrás con James, después de su indiscreción con su amiga, la loba.

—Vale—suspira—Si insistes tanto en venir, quedamos aquí a las dos. Corbata negra opcional. Y ya tengo vestido. Ni se te ocurra traerme nada que no sea un ramillete. ¿Queda claro?

Se aleja mientras él asiente con las manos en su espada.

—Nos vemos mañana, Arielle—se despide con una sonrisa—


Un suspiro sale de su boca al verse reflejada en el espejo del baño de los Lockwood. El vestido que llevaba había sido un regalo de Damon por su último cumpleaños. Era rosa y muy sencillo. Apenas tenía decoraciones y el largo de la falda era perfecto para aquella época del año.

Los golpes en la puerta la sorprendieron. Con tanta gente no podia oír bien lo que pasaba en la fiesta, aún con su oído vampírico.

—Arielle, va a empezar—la voz de Caroline llega a sus oídos—Diles a los violinistas que esto es deprimente, ya he tenido que reprender a los camareros por el champán.

—Ya voy—responde, cerrando el grifo de agua y echando un último vistazo a su pelo, el cual caía suelto sobre sus hombros—

Sale del cuarto de baño, pero Caroline ya no se encontraba ahí. Camina por la parte trasera de la casa, donde observa a su hermano Damon hablar con el profesor de magia de Bonnie, al cual aún no conocía. Entonces la música llega a sus oídos haciendo que una mueca aparezca en su cara.

—¿Queréis darle más ritmo? Es un concurso, no un funeral—se queja hacia los violinistas—

—¿Y yo como estoy?—cuestiona Klaus, haciendo que se de la vuelta para mirarle—

—Perfecto—suelta sin pensar—Lo que solo me irrita más y me hace odiarte.

—Tú estás hermosa, amor—sonríe, contagiándole el gesto con rapidez—

Entonces sus ojos viajan detrás de ella, confundiéndola.

—No han perdido el tiempo, ¿eh?

Arielle se da la vuelta para seguir su mirada. Y entonces le ve, a James, quien supuestamente no iba a ir a la fiesta, junto a Hayley. Y de la mano.

—Que acabe el día de una vez—suplica, agarrando una copa de una de las bandejas de los camareros para bebérsela de un solo trago y volver a dejarla—

—No ahogues tus penas en alcohol, amor—le pide Klaus, siguiendo sus pasos—

Arielle presta atención a la presentación de Caroline y observa como las candidatas a Miss Mystic Fall se colocan en la pista de baila acompañadas de sus parejas. Se dispone a agarrar otra copa de champagne a pesar de las palabras de Klaus, pero alguien la interrumpe.

—¿Has visto a Jeremy?—inquiere su hermano mayor, colocándose a su lado derecho—

—No, ¿por qué?—cuestiona, agarrando otra copa—

—Iba a ser el acompañante de April Young, quien ahora está bailando con el Quarterback, y Elena está preocupada.

—Puede que Stefan sepa algo—le responde, dejando la copa vacía en la bandeja del camarero que pasa por delante de ellos—No lo sé, Damon, te recuerdo que tengo mis propios problemas.

—¿Y sabes dónde está Stefan?

—No.

—Arielle—insiste, frustrado—

—Te ha dicho que no lo sabe—responde Klaus or ella—No montes una escena, Damon.

—No lo hago, solo hablo con mi hermana sobre mi hermano—le responde con cabreo antes de volver a mirar a Arielle—¿Qué haces con él?

—No lo sé, Damon—suspira, encogiéndose de hombros—James está ahí delante con su antigua ex novia. He estado dos días con Caroline para preparar esto, y sinceramente creo que me va a explotar la cabeza. Tú y Stefan no paráis de pelearos por una chica exactamente igual a Katherine Pierce, lo que solo me trae recueros. Y hace unos días fui a Italia a visitar a mi novia muerta y descubrí que mi madre no es mi madre. Así que supongo que solo intento divertirme.

—¿Con Klaus?—cuestiona, incrédulo—

—Sigo aquí—murmura el aludido, haciendo que Damon ponga una mueca de molestia—

—Si, con Klaus—asiente Arielle, ignorándole—Yo no juzgo vuestros problemas con Elena o por qué os habéis enamorado de ella. No juzguéis vosotros con quien salgo o de quien me enamoro. Ahora, si no te importa, voy a seguir bebiendo champagne y divirtiéndome.

Le dedica una sonrisa falsa a su hermano y se separa de él, siendo rápidamente seguida por Klaus, quien roba una botella de champagne cerrada y dos copas de una de las mesas.

—¿Cómo es que ahora yo soy la mala?—se queja—

—Vamos a beber. Yo entiendo bastante de ser el malo—le sonríe—

—Es que no lo entiendo. Soy su hermana. Podrían preocuparse por mi o sentir algo de empatía y no estar siempre pendientes de ella. Yo también sufro, pero solo parecen darse cuanta cuando me desmorono. Y estoy segura de que en cualquier momento Stefan me echara la culpa de que a Elena ahora le guste Damon.

—Ser vampiro la ha cambiado—comenta Klaus, manteniéndose tranquilo—

—Pero ser vampiro solo magnifica lo que ya eres—recuerda ella, mientras caminan por el jardín alejándose de la gente—No te convierte en una persona diferente.

—Es muy peculiar.

Arielle se gira para mirarle.

—¿A qué viene esa mirada?

—Al final todo tendrá sentido—le asegura con una sonrisa—

—Da igual, tú... date prisa y encuentra la Cura para que todo vuelva a la normalidad. A pesar de que prefiero a Elena como vampiro. Me cae mucho mejor.

—Estoy en ello—le asegura, sentándose en un banco—Pero me confundes, Arielle, acabas de decirme que convertirte no te cambia, pero Elena te cae mejor ahora.

—Bueno, no te cambia radicalmente—corrige al darse cuenta de que él tenía razón—Creo que te ayuda a sacar partes de ti que antes escondías. Yo era tímida y tenía miedo a enfrentarme a alguien o a sepárame de mis hermanos. Y desde que me convertí la timidez fue el menor de mis problemas, apareció la ira y la frustración. Y viví años sin mis hermanos, así que... madure. Supongo.

Klaus asiente y comienza a abrir la botella de champagne.

—¿Tú la tomarías?—cuestiona entonces, mirándole con atención—

—¿Por qué iba a querer curarme de ser la criatura más poderosa del planeta?—cuestiona, elevando las cejas con una sonrisa—

—¿No ha habido ni un solo momento en tu vida en que quisieras se humano?—cuestiona, incrédula—

Klaus le dedica una mirada divertida mientas el tapón de la botella hace un ruido al ser descorchada.

—¿Qué hay de ti?—pregunta, sirviendo las copas—

—No. No la tomaría. Ahora puedo vencer a mis hermanos en una pelea.

—Pero la vida era mucho más fácil, ¿no?—comenta él, levantándose del banco y sacando un papel de su chaqueta—¿No extrañas la época en la que creías en un único amor para el resto de tu vida, en la que podías tener una familia? ¿Qué tal ser Miss Mystic Falls y la futura artista que estabas destinada a ser?

—¿Quién te a dicho eso?—cuestiona confusa—¿Lo tienes ahí apuntado? ¿Eso es de mi diario?

—"Si ganará el concurso, viajaría por el mundo pintando y dando a conocer el arte de este pueblo"—lee el papel bajo su molesta mirada—Me hace mucha gracia tu uso del condicional, da mucha credibilidad.

—Muy graciosos—comenta, frustrada—¿Quién te lo a dado?

—Sería una grosería por mi parte decirte que Stefan lo estaba leyendo cuando fui a visitarle un día.

—Ya, pero él puede leer mis diarios, tú no—se queja, intentado quitarle la hoja de las manos—Ahora dámelo.

Klaus aleja la hoja de ella y la mira con diversión. Ella suspira y no aguanta las ganas de reír ante aquella situación. Klaus la observa con ternura. Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que ambos se habían reído de forma genuina. Se sentía como una ráfaga de aire fresco.


—Antes no te he contestado si alguna vez he pensado en ser humano—habla Klaus mientras caminan de vuelta al lugar donde se encontraba todo el mundo—Una vez. Estaba caminado, en los Andes, y un colibrí vino hasta mi, revoloteando y mirándome. Su corazón palpitaba como una ametralladora. Y pensé "Qué cosas... Tener que esforzarte tanto cada día para seguir con vida. Estar siempre al borde de la muerte. Que satisfacción debe suponer cada día que sobrevives". Y esa fue la única vez que pensé en ser humano.

Ella le observa con sorpresa y le dedica una pequeña sonrisa.

—Es bonito, pensar así—suspira, bajando la mirada al suelo—Gracias por este día. Sorprendentemente me a gustado pasar tiempo contigo.

—Lo mismo digo, amor.

Sonríe y acaricia su mejilla con suavidad antes de depositar un delicado beso en su mejilla.




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