VII. My Own Ghost World
CAPÍTULO SIETE
MI PROPIO MUNDO FANTASMA
"But darling, there was no spark left for us. We won the battle, but lost the heart"
—¿Cómo?—murmura, atónita—
—No lo sé—responde Andrew, observando su habitación—Pero me alegra que por fin puedas verme y oírme. Pasar estos años junto a ti desde el Otro Lado a sido una tortura.
—¿El Otro Lado?
—Si, es el lugar al que van los seres sobrenaturales muertos antes de encontrar la paz. Algo de asuntos pendientes o algo así—explica, agarrando una foto de la rubia junto a sus hermanos—Los famosos Salvatore.
—Andrew—le llama, haciendo que se de la vuelta para mirarla—Si tú estás aquí, ¿significa que...?
—Que yo tambien lo estoy—la interrumpe otra persona apareciendo por la puerta—
—Liam...—sonríe al verle—
—¿El famoso Liam?—cuestiona Andrew, acercándose a él, quien asiente—Soy Andrew. No sabes la ganas que tenia de conocerte.
Arielle suspira y cierra la puerta de su habitación para girarse a mirarles.
—Tienes que explicarme muchas cosas—habla Thomas al salir del baño—
Arielle sonríe y suspira con alegria. Alegria de tener a dos de las personas más importantes de su vida delante de ella.
Barcelona, España
13 de Abril 1975
Arielle y Andrew subían las cosas al coche del chico, ambos pretendían escaparse de la ciudad antes de que el Original les encontrara, pues al parecer buscaba el anillo de día del moreno.
Ninguno de los dos sabía por qué ese anillo era tan importante. Se trataba de un simple anillo que una bruja de Barcelona había hechizado para que Andrew lo utilizará. No era especial.
—Andrew Sloan, te llevo buscando años—su voz autoritaria le hace darse la vuelta para mirarle—Y aquí te encuentro. Por lo que veo sabias que te buscaba. Dame el anillo.
Arielle se encontraba a varios metros de ellos, en la puerta principal de su casa, al parecer el rubio con acento inglés no la había visto, lo que ella pretendía usar como ventaja. Pero Andrew le hizo una disimulada señal con la mano para que no hiciera ninguna tontería.
Al ver que no hacía lo que le pedía, el Original se acercó a él y utilizó su fuerza superior para buscar el anillo en sus manos.
—¿Dónde está?—cuestiona, al ver que no lo lleva puesto—¡¿Dónde está?!
Andrew se mantiene en silencio. No sabía porque un Original estaría tan interesado en su anillo, pero si sabía que eso no traería nada bueno. No iba a entrégale nada, aunque eso acabará con su vida. Ante su silencio, Klaus intenta usar la compulsión con él, pero no funciona, Andrew había bebido verbena.
Arielle observo el anillo entre sus manos y luchó por hacer lo que su mejor amigo le había pedido que hiciera. Lucho por no salir a salvarle la vida y entrégale el anillo al Original.
Entonces sus ojos se cristalizaron en lágrimas al ver como la mano del Original se metía en el pecho del moreno y sacaba su corazón, acabando así con su vida.
—¡No!—su grito salió con desesperación mientras su cuerpo caía de rodillas al asfalto de la calle—
Sus ojos azules conectaron con los de aquel hombre, encontrado otros ojos azules, más profundos, llenos de oscuridad. Sin pensarlo salió de allí a velocidad vampirica con el anillo en su mano, como único recuerdo de su mejor amigo, y con su caja de recuerdos, como único equipaje.
Mystic Fall, VA
Actualmente
—Sé que Klaus te mato, por eso he intentado acercarme a él, conocer sus debilidades y encontrar la forma de matarle—explica Arielle—
—Pero le diste mi anillo—le recrimina Andrew—
—Para salvarle la vida a mi hermano—le recuerda—Te entregaría a ti para salvar a cualquiera de mis hermanos.
—¿Por qué es tan importante ese anillo?—cuestiona Thomas, confuso—
—No lo sé. Era de William—señala Arielle—
Ante aquella revelación, las miradas de Thomas y Andrew se posan en el mayor. William suspira con pesadez, tumbándose en la cama, al lado de la rubia.
—Un Original me lo dio—explica entonces—
—¿Un Original?—Arielle le observa confusa—
—Si. Una chica.
—¿Rebekah?
William asiente levemente.
—¿La conoces?—cuestiona Thomas, confuso—
—Ella le convirtió—explica Arielle, soltando un suspiro—
—De hecho... creo que me toca a mi contaros una historia—admite William, confundiendo a la rubia—Te mentí. No fue ella quien me convirtió.
—¿Qué quieres decir?
—Nueva Orleans, 1815. Yo estaba comprometido con esta chica, Deana. Por aquel entonces muchos matrimonios eran concertados, y ella me gustaba, así que... Pero un día la describí en el bosque, besándose con un chico. Al menos yo creía que se estaban besando. Resulta que Klaus la había trasformado en vampiro para vengarse de su hermana. Rebekah y Deana eran amigas, y Klaus creía que ella le estaba dejando de lado por ella—les explica, con su mirada perdida en el techo de la habitación—Resultaba que Deana se estaba alimentando de ese chico. Lo mató y después vino a por mi. Rebekah y uno de sus hermanos me salvaron de ella.
—¿Uno de sus hermanos?—Arielle le observa con interés—¿Elijah?
—Aja. Elijah. Él la mató—afirma antes de continuar con la historia—Klaus llegó poco después, separando a Rebekah de mi. Ella quería salvarme, darme su sangre y curarme, pero él se negaba. Aún estaba enfadado con ella. Así que me dio de su sangre y... me rompió el cuello, activando la transición.
—¿Klaus también te mato a ti?—Arielle abre los ojos como platos, incrédula. William asiente, incorporándose—
—Siento no habértelo contado—se disculpa, mirándola a los ojos—Creí que si te decía que había sido Rebekah y que había sido consensuado, que Rebekah solo me había hecho un favor, verías a los vampiros como algo más bueno y mágico que si decía te que Klaus lo había hecho a sangre fría. Rebekah siempre fue buena con Deana y conmigo. Ella era sonriente y divertida, amaba a la gente. Tal vez demasiado. Por eso Klaus se enfadaba tanto con ella. Yp siempre supe que Rebekah acabaría en un ataúd tarde o temprano, como también sabía que nunca sería tan famosa y temida como Klaus. Cuando complete mi transición, ella se aseguró de ayudarme. Me dio estos tres anillos, me dijo que buscara a una bruja y que viviera mi vida lejos de ella y su familia, que me alejara.
—¿Por qué te dio tres anillos de día?—inquiere Thomas—
—Me dijo que vivir eternamente solo sería una tortura, que debía buscar amigos, una familia con la que pasar ese tiempo. Y entonces te encontré a ti, Elle. Yo no quería que te convirtieras en vampiro, pero con Katherine presente sabía que era una gran posibilidad, por eso grave tu nombre en uno de ellos.
—Sigue sin tener sentido. ¿Por qué Klaus estaría tan interesado en el anillo de Andrew? Son solo anillos de día—señala Arielle—Y Klaus estaba claramente dispuesto a matar para recuperarlo.
—No lo sé. Solo sé que los tres son muy diferentes y que Rebekah los había estado recopilando a lo largo de los siglos.
—Me dijiste que Rebekah te había convertido—recuerda Arielle con confusión—¿Por qué?
—Ya te lo he dicho, no quería que tuvieras nada que ver con Klaus. Pero supongo que no salió como yo quería. Lo siento.
—Tampoco importa, Klaus me borro la memoria tras conocernos en Chicago. Aunque lo hubiera sabido, lo había olvidado para el momento en el que conocí a Andrew.
—¿Qué hiciste tras convertirte en vampiro?—cuestiona Andrew con interés—
—Viaje por el país, conocí a Katherine y entonces vine aquí con ella. Sabía que sería peligroso, Mystic Falls no es un buen lugar para los vampiros, sobretodo en aquella época. El Consejo nos vigilaba de cerca.
—Entonces los dos tenéis algo que ver con los Originales y con Klaus—comenta Thomas, observando a ambos chicos—
—Si, así que si te vas a vengar, hazlo por los dos—William observa a Arielle—
—Encantada—le asegura ella—
—¿Seguro?—inquiere Andrew, haciendo que Arielle frunza el ceño, observándole con confusión—El otro día sentiste pena por él.
—¿Pena? Yo nunca he sentido pena por ese insoportable hibrido y nunca la sentiré.
—Ari, te conozco—señala él—Tu mirada no decía eso.
—Quiero respuestas, eso es todo. Y cuando las obtenga, haré lo posible por matarle. Tendrá que haber una forma de hacerlo.
—Bueno, yo si he conseguido algunas respuestas hoy—comenta Thomas—Creo que hoy he aprendido más del mundo sobrenatural que desde que sé que mi hermana es un vampiro.
—Es lo que tiene hablar con fantasmas—le sonríe Andrew—
—Bueno ahora que ya estamos al día, ¿por qué no salimos a dar una vuelta por el pueblo?—habla Arielle mientras camina hacia el baño para buscar su peine—Es decir, el pueblo no está como lo recuerdas Liam y, Andrew, siempre quise enseñarte mi pueblo y presentarte a mis hermanos así que...
—Arielle—la llama Thomas—
—Oh, y, William, tienes que conocer a Elena, no creerás a quien se parece.
—Arielle—insiste Thomas cuando ella sale del baño—
—¿Qué..?—frena sus pasos de forma brusca—¿Donde están?
—No... no lo sé. Desaparecieron de repente—le responde, mirándola con tristeza—
—Claro, si, era demasiado bueno para ser verdad.
Baja la mirada al suelo con tristeza.
—¿Estás bien?—cuestiona, acercándose a ella—
—Si, yo... supongo que si. Ya estaban muertos, así que.
Tras recibir una llamada de Damon pidiendo su ayuda, Arielle llega a la antigua propiedad Lockwood, donde se encuentra con Alaric. Damon les había llamado a ambos por algo que, un tal Mason Lockwood, supuestamente muerto, había encontrado en unos túneles.
—A ti también te ha convencido, ¿eh?—inquiere Alaric—
—En realidad me alegra que me llamara—admítete ella, bajando las escaleras—Acabó de ver a mi ex novio y a mi mejor amigo muertos y luego han desaparecido, así que necesitaba despejar la mente.
Alaric la observa con preocupación. Sin duda aquello de los fantasmas había afectado mucho a todos.
—Por fin—comenta Damon al oírles llegar a los túneles—Ya era hora.
—¿No podías llamar a nadie más?—cuestiona Alaric, iluminándole con su linterna—
—No, la verdad es que no. Necesito un no-vampiro para entrar en la cueva y, aparte de Elena, tú eres el único en quien confío.
—Pues lo demuestra muy mal—le recrimina Alaric—
—Oye, Mason Lockwood me ha perdonado que le matará. No seas tan estirado, Ric.
—No tengo por qué perdonarte—le asegura—Yo era tu amigo, Damon. No deberías haberlo hecho.
—Bueno, a veces... hago algunas cosas que no debo—admite, acercándose a él—
—¿Vas a reciclar la misma disculpa penosa que le has dado a Mason Lockwood?—cuestiona, incrédulo—
—Deberías acostúmbrate, Ric, él es así—comenta Arielle, observando los túneles en los que se encontraban—
—Si, pero con él no iba en serio—señala Damon, formando una pequeña sonrisa—
Alaric le observa durante unos instantes antes de soltar un suspiro, aceptando así sus disculpas.
—Genial, ahora que está todo aclarado, ¿puedes decirme que hago yo aquí si sólo necesitabas a un no-vampiro?—señala Arielle, cruzándose de brazos—
—Estas aquí para hacerme compañía, hermanita—le sonríe mientras Ric continúa adentrándose más en los túneles—Y porque seguramente hayas visto a William y quieras despejar la mente.
—¿Sabes? Odio que me conozcas tanto—comenta, siguiendo al profesor de historia—
—Aun así me quieres—sonríe él, siguiéndola—
Los tres caminan juntos durante un largo rato hasta que Damon y Arielle no pueden continuar. En aquellos túneles parecía haber una barrera mágica, parecida a la que se encontraban al intentar entrar en una casa en la que no estaban invitados, por lo que Arielle y Damon debían quedarse atras mientras Ric continuaba el camino.
—¿Mason me a tomado el pelo o hay algo ahí?—cuestiona el ojiazul—Ric.
—Ric—insiste Arielle al ver que no responde—
—He encontrado algo—les informa entonces—
—¿Qué es?
—No tengo ni idea.
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