VI. We're Going Crazy
CAPÍTULO SEIS
NOS ESTAMOS VOLVIENDO LOCOS
"And I find it kind of funny, I find it kind of sad. The dreams in which I'm dying are the best I've ever had"
Los insistentes mensajes de James provocaron que apagara el teléfono con pesadez antes de tirarlo al sofá situado al lado de la ventana de su habitación.
Desde su llegada de Italia solo se había cruzado con sus hermanos una vez, y ahora ambos se encontraban en casa de Elena. Al parecer la chica había matado a su primera persona, el cazado Connor Jordan, y se estaba volviendo loca. Pero claro, Elena era más importante que Arielle y su clara depresión provocada por las palabras de Rachel.
—No contestas a mis llamadas—se queja James al aparecer en su habitación—
Entonces lo nota. Nota la mirada perdida de la chica y se arrepiente al instante de ser tan borde. Se agacha para estar a su altura y acaricia su mejilla.
—Hey, ¿qué te pasa?—murmura con delicadeza—¿A sido Klaus? ¡Te juro que lo mató!
—No, no ha sido Klaus—le asegura ella, sujetándole la mano—Es complicado, y una larga historia. No quiero hablar de ello.
—Está bien, yo solo...
—Lo sé—le interrumpe, incorporándose en la cama para sentarse—¿Qué pasa?
—Vale, ahi voy—murmura por lo bajo antes de volver a mirarla a los ojos—Después de que Connor atacara a Tyler vinieron los híbridos a protegernos a ambos por órdenes de Klaus. Pero también vino una amiga nuestra. Hayley Marshall—traga con incomodidad ante la atenta mirada de Arielle—Hayley ayudo a Tyler a deshacerse del vínculo con Klaus. Fui yo quien le dije que la buscara, es amiga mía desde hace tiempo.
—¿Amiga?—cuestiona, elevando las cejas—
—Odio que seas tan lista, ¿sabes?—se queja, sentándose a su lado—Vale, Hayley es mi ex novia. El caso es que Klaus cree que tú y yo... bueno, que estamos saliendo. Y, cuando conoció a Hayley, él asumió que yo te había engañado con ella cuando estuviese en su casa después de mi transformación.
—Pero no estamos saliendo—señala ella—Y aunque lo estuviéramos, no es cierto ¿no?
—No. No es cierto. Y si saliéramos nunca te haría eso—le asegura, acariciando sus manos con delicadeza—Pero creo que podemos usarlo a nuestro favor. Tyler, ella y yo estamos ayudando al resto de híbridos a deshacerse del vínculo con Klaus, pero hay que mantenerle alejado para que no se de cuenta.
—Quieres hacerle creer que hemos cortado—asume, apartando su mirada de él—Por culpa Hayley.
—Tiene una extraña obsesión contigo. Y aunque lo odie, creo que es nuestra mejor opción.
Arielle asiente, con la mirada perdida.
—Lo haré—acepta entonces, tras soltar un pequeño suspiro—
No estaba de humor para llevar a cabo planes como esos, ni para salir de su casa, pero quería ayudar.
James le había explicado el plan por completo, ahora solo quedaba llevarlo acabo. Arielle solo esperaba ser una buena actriz y ser convincente, pues algo dentro de ella le hacía saber que Klaus podía leerla como si fuera un libro abierto, y eso solo la ponía mas nerviosa.
Golpeó la puerta de la casa de los Lockwood, mientras sostenía una caja llena de cosas de James, que había cogido de la casa que compartía con su hermana.
—Toma tus cosas—habla en cuanto la puerta es abierta por el chico—Tu portátil, tu jersey, tus libros.
—Ari, este no es buen momento—le responde él con incomodidad—
—Cógelo—le insiste, entregándole la caja—
El chico suspira, apartándose para dejar la caja encima de una mesa, lo que hace que Arielle puede ver al resto de personas presentes en la casa. Klaus, Tyler, una chica morena, quien supuso era Hayley, y unos cuantos híbridos más.
—Arielle—la llama Klaus, acercándose a ella—Viendo esta escenita de ruptura, supongo que has conocido a Hayley.
Ella le observa detenidamente, cruzándose de brazos con incomodidad.
—Muy bien, vámonos—suspira, haciéndoles un gesto a sus híbridos—Dejémosles solos. Hacemos falta en otro sitio.
—¿Para qué?—cuestiona James—
—Tienes problemas más importantes que resolver—le asegura Klaus, dedicándole una mirada a Arielle antes de salir de la casa junto al resto de híbridos, a excepción de Tyler—
Arielle les sigue con la mirada, cerrando la puerta principal de la casa. Una sonrisa se forma en sus labios mientras posa su mirada en Hayley y Tyler.
—¿Se lo ha tragado?—cuestiona Caroline, apareciendo al lado de su novio—
—Me lo he tragado hasta yo—asegura Hayley con una sonrisa—
—Gracias por avisar de que estaba aquí, Hayley. Y, Elle, buen trabajo.
—Gracias—sonríe la aludida—¿La idea fue tuya, Car?
—¿De verdad crees que a estos dos idiotas híbridos se les habría ocurrido un plan tan bueno?—señala ella con una sonrisa—
—Gracias por el insulto gratuito—se queja Tyler—Mentís muy bien.
—Klaus tiene a Elena—le explica su hermano a través del teléfono—Necesito que Tyler y James se deshagan de los híbridos para sacarla de su casa. Ya sé que os estoy pidiendo algo imposible, pero...
—En realidad, no tanto—le responde ella—Escúchame, Stef. Ven a casa de los Lockwood y te lo explicaremos todo.
—Vale, si—suspira—¿Estas bien? Esta mañana....
—Estoy mejor—le interrumpe—Tú no tardes, ¿vale?
Sin esperar una respuesta, cuelga el teléfono y desliza sus pies para darse la vuelta, encontrándose a Hayley ahí.
—Caroline acaba de irse—informa la morena—Al instituto, por una exposición o algo así. Dijo que estaría con Matt.
—Vale, mi hermano Stefan viene hacia aquí, le contaré lo que hemos hecho.
Hayley asiste y la observa con incomodidad.
—No quiero malos royos—suelta entonces, confundiendo a Arielle—Estás con James, quien es mi ex novio. Pero diga lo que diga Klaus, él...
—No estamos juntos—le interrumpe—Klaus lo cree, porque... bueno, a habido algo de tensión. Pero no estamos juntos. Y aunque lo estuviéramos, no creo que James sea de los que engaña.
Hayley asiente, aliviada por no causar ningún problema.
—A él aún le gustas—revela Arielle entonces, sorprendiéndola—Se le nota en la mirada. Y está bien, yo tampoco quiero malos royos. Es decisión vuestra.
Hayley se dispone a responderle, pero la puerta principal de la casa se abre, interrumpiéndolas. Se trataba de Stefan. Hayley suspira y se va de la casa para dejarles a ellos explicarle el plan.
—¿Qué ha pasado?—cuestiona Stefan al ver a Tyler y James en el salón de la casa—
Ambos dirigen sus miradas a Arielle, quien asiente como gesto de que pueden confiar en él.
—Hayley es una loba que me ayudó a romper el vínculo—explica Tyler, cruzándose de brazos—Ella me enseño qué hacer, cómo ayudar. Y también es la ex novia de James.
—Cuando vino, pensé que era casualidad—habla el aludido—Pero estaba ayudando a uno de ellos. Su amigo Chris. Y va a ayudarnos a liberar al resto del control de Klaus.
—¿Estas diciéndome que Chris ha logrado romper el vínculo?—cuestiona Stefan con confusión—
—Eso es justo lo que ha dicho—afirma su hermana con una sonrisa—Es el que vigila a Elena, ¿cierto?
—Es una ventaja—corrige él—
—De hecho, tenemos dos ventajas—asegura Tyler—
Stefan frunce el ceño con confusión.
—Klaus cree que James y yo hemos roto por culpa de Hayley—le explica su hermana—Así que ahora...
—Tendrá más interés en ti—asume, recibiendo un asentimiento por su parte—
—Yo le entretengo y vosotros sacáis a Elena de su casa.
La gente bebía y se divertía en el local más visitado del pueblo, el Mystic Grill. Pero a pesar de el barullo, Arielle no tardó en divisar a Klaus, sentado en la barra del bar bebiendo una copa.
Suelta un suspira y camina hacia él con decisión.
—El local está bien teniendo en cuenta que aquí volaron a tu híbrido—comenta al llegar a su lado—
Y así era, en pocas horas los dueños habían conseguido arreglar el local, pues no podían permitirse perder clientes.
—Arielle—exclama con una sonrisa—¿A qué se debe el placer?
—Quiero que nos devuelvas a Elena.
—Ya—suspira—Tus hermanos te han enviado para camelarme. Pues, buen intento, pero me temo que no puedo hacerlo.
—¿Por qué no?—cuestiona, confusa—
—Necesita mi ayuda—le responde con seriedad—No voy a aburrirte con detalles escabrosos. Sé que ya tienes bastantes problemas. Y estoy seguro de que Elena Gilbert no es tu prioridad.
—Si no te importa, ninguno de mis problemas es cosa tuya.
—Ya. Solo te diré que si James siguiera vinculado a mi, no te habría hecho daño—revela. Arielle lleva su mirada hacia él, sintiéndose extrañamente agradecida por su preocupación—No le habría dejado.
—Bueno, lo hizo antes de que tú mismo rompieras el vínculo—recuerda ella—
—Se fue de mi casa sin ninguna orden y lo sabes. Ni siquiera había bebido la sangre de Elena. Y cuando rompí el vínculo solo le pedí que te cuidara. Cosa que ni siquiera pudo hacer por su propia voluntad.
Baja la mirada a la barra, pensado en todas sus palabras. Era cierto, Klaus nunca había pretendido que sufriera, le había pedido a uno de sus propios híbridos que rompiera el vínculo y simplemente cuidara de ella. Por alguna extraña razón, él no la quería ver dañada.
—¿Puedo ofrecerte un trago?—cuestiona, devolviéndola a la realidad—
—Si. Gracias—acepta, dedicándole una pequeña sonrisa y sentándose a su lado—
Klaus le dedica una sonrisa y le hace un gesto al camarero para que le sirva a ella lo mismo que a él. Bourbon.
—Sé que no es cosa mía, pero ¿que tal con tu otro problema?—pregunta, sorprendiéndola—
—Aún no lo asimiló del todo. Y no se lo he dicho a mis hermanos.
—Aún así, estás aquí ayudándoles—suspira con frustración mientras el camarero deja el vaso de cristal frente a ella—Pidiéndome que libere a Elena.
—Si, a veces pienso que ella les importa más que yo. Pero no puedo juzgarles, el amor ciega a la gente.
—Cierto.
Su teléfono vibra anunciándole la llegada de un mensaje. Lo saca de su chaqueta y lee el mensaje de su hermano pequeño bajo la atenta mirada de Klaus.
—Una cosita—sonríe, volviendo a mirar al hibrido—No solamente he venido para intentar conseguir que liberes a Elena.
—No me digas—sonríe él—
—He... venido a distraerte para que Stefan pudiera ir a tu casa a soltarla. Cosa que ha hecho. Y, no te enfades, pero la ha perdido.
Su mandíbula se tensa antes de levantarse con búsqueda de su silla y caminar hacia la puerta para salir del local.
—¡Klaus!—le llama, intentando impedir que se vaya—
—Arielle. Eres preciosa, pero si no cierras la boca, te mataré. Como voy a hacer con tus hermanos ahora mismo.
—No, no lo harás—le asegura, haciendo que frene sus pasos—Saben como detener las alucinaciones. Y aunque eso no fuera así, tú no tocarías a mis hermanos, te mataría yo antes. Encontraría la manera.
—Vale. Tienes diez segundos para contármelo.
Suelta un suspiro de frustración y le mira a los ojos con enfado por sus constantes amenazas.
—Si un potencial activa su marca de cazador al matar a un vampiro las alucinaciones desaparecen—le explica—Jeremy dice que Connor le llamó potencial. Que por eso podía ver su tatuaje y por eso ahora tiene el inicio de la marca en su mano.
—Bien. La ayudaré y no tocaré a tus hermanos.—suspira con pesadez y cabreo—Pero quiero algo a cambio.
—Lo que sea.
—Una cita.
El aire que se respiraba en la casa de los Lockwood era pesado y con una gran cantidad de olor a distintos licores. Arielle y Caroline se adentraron en el salón, donde se encontraban Tyler y James, sentados en el sofá junto a una dormida Hayley.
—James—le llama Arielle, intentando atraer su atención—
—Estábamos despidiéndonos de Chris—le explica, señalando la gran cantidad de botellas de alcohol esparcidas por el lugar—
—James, no teníamos opción.
—Le dije que le cubriríamos—habla Tyler, haciendo que ambas le miren a los ojos—Y que si nos ayudaba, sería libre.
—Fue para ayudar a una gran amiga—justifica Caroline—
—Si, pero la ayudamos entregando a otro amigo—se queja James—
—Chris no era...
—¡Era un amigo, Caroline!—le asegura Tyler con molestia—Era nuestro amigo. Era de los nuestros. Un miembro de nuestra manada. Solo quería dejar de estar vinculado a ese cabronazo de mierda...
Suspira con frustración y observa a su novia, quien baja la mirada al suelo.
—¿Cómo conseguiste que Klaus sacrificara a uno de sus híbridos?—cuestiona James, mirando a Arielle con confusión—
—Acepté tener una cita con él—admite—Creí que ayudaría a hacer más creíble la artimaña con Hayley.
Su respuesta sorprende a Caroline y a Tyler mientras que a James le cabrea tanto que lanza la botella de licor de sus manos hacia una pared, rompiéndola en el proceso.
—¿Pero qué pasa?—cuestiona Hayley, despertándose por culpa del estruendo—
—Nada. No es nada—le responde James—Solo estoy honrando la perdida de un amigo híbrido.
Arielle baja la mirada al suelo y, sin decir nada más, abandona la casa, dejándoles solos. Usa su velocidad sobrenatural y llega al porche de su casa, donde deja que las lágrimas que llevaba reteniendo desde el viaje a Italia sean expulsadas con frustración.
Y sin saberlo, desde el Otro Lado. Alaric la observaba con preocupación junto a Andrew y Lexi. Y es que, por primera vez, Arielle se sentía sola. Todos sus mejores amigos estaban muertos y no podía desahogarse con ellos.
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