VI. Little Sisters


CAPÍTULO SEIS
HERMANAS PEQUEÑAS

"Hey sister, know the water's sweet, but blood is thicker"


La noche de bromas había acabado mucho peor de lo que Arielle pensaba. Tyler ahora era un híbrido y, por si fuera poco, Klaus había obligado a Stefan a apagar su humanidad y a vigilar a Elena, mientras él desaparecía del puedo sin decir nada. Todo eso después de haberle dicho a Arielle que no sé iría sin ella, Elena y Tyler, cosa que claramente era mentira.

—Las dos morenas de la escalera me deben una alfombra persa—se queja Damon al entrar en el salón y ver a Stefan alimentarse y divertirse con unas chicas—

—Dirás que nos deben una alfombra persa—le corrige Arielle, situándose a su lado—También es nuestra casa.

—¿Os apetece probar?—pregunta Stefan, enseñándoles el tablero del Twister, juego al que jugaban las chicas que tenia obligadas—

—¿Esto es lo que Klaus tenía en mente cuando te obligó a proteger a Elena?—inquiere Damon—

—Las chicas están ayudándome a sacar lo mejor de mi.

Arielle rueda los ojos, maldiciendo a Klaus por hacer que su hermano eliminara sus sentimientos.

Unos golpes en la puerta llaman su atención, haciendo que se de la vuelta para poder abrir. Al otro lado se encontraba una muy molesta Rebekah, cargando bolsas de ropa nueva.

—¿Dónde está Stefan?—exige saber, entrando a la casa sin pedir permiso—

—¿Quién eres tú?—cuestiona Damon al verla pasar por su lado—

—Me ha dejado aquí—se queja ella sin responder a su pregunta—Mi hermano me ha dejado aquí tirada.

—Bienvenida al club—murmura Arielle, cerrando al puerta tras ella—

—Perdona. Por tu tono diría que esperas que me importe—comenta Stefan al notar la mirada de Rebekah sobre él—

—¿Eres la hermana de Klaus?—pregunta Damon, interesado—

—Rebekah. Un placer, estoy segura. ¿Y mi cuarto?

—No puedes quedarte—niega Stefan, dedicándole una sonrisa—

—Maleducados. Los dos—señala, observando a ambos hermanos Salvatore—

—Puedes escoger, arriba—le indica Arielle con amabilidad—

Damon y Stefan le dedican una mala mirada.

—Gracias—sonríe Rebekah, dirigiéndose a las escaleras—

—Me da que se queda aquí—suspira Stefan—

Damon suspira con frustración y sale del salón mientras Arielle sigue a Rebekah hasta el piso superior de la casa.

—¿Este es tu cuarto?—cuestiona la Original, observando la puerta abierta a su derecha—

Arielle asiente, apoyándose en la pared mientras se cruza de brazos.

—Bien, cogeré el de al lado—sonríe, entrado a esté—Ahora, ¿puedes explicarme eso de que me una al club de gente abandonada por Klaus? Creía que le odiabas y quieras quedarte aquí.

—Me dijo que quería que me fuera con él. Pero, por supuesto, prefiero quedarme aquí con mis hermanos. Aunque uno de ellos se haya convertido en un maniático sin remordimientos.

—¿Crees que volverá?—cuestiona, sentándose sobre la cama—

—No lo sé. Es tu hermano, tú deberías saber la respuesta a esa pregunta.

—Ya me ha abandonado otras veces.

—Ahí tienes tu respuesta—suspira, dispuesta a irse—

—Espera—le pide—

Arielle suspira con frustración, volviéndose hacia ella.

—Conociste a Elijah, ¿no?—le pregunta. Arielle inclina su cabeza, observándola. Su tono de voz había cambiado, como también su mirada. Era más dulce, nostálgica—

—Si.

—¿Estaba bien?

—No sé qué quieres que te conteste a eso, Bex. Todos vosotros sois... un misterio. Elijah... fue amable, noble. Pero no le conocía lo suficiente como para saber si estaba bien. Aunque sospecho que no. Quería recuperaros, a ti y a tus hermanos, nos traicionó y luego Klaus le traicionó a él.

—Si, eso suena mucho a mi hermano—suspira—

Arielle asiente levemente, observándola con detenimiento.

—Tengo que irme. No... molestes a Damon, ¿vale? No quiero una pelea entre vosotros dos, ya tenemos suficiente con Stefan. Ahora, si no te importa, me voy al instituto. Tengo clase de arte.


—Debo de estar soñando—habla un chico tras ella—Una Salvatore en el instituto.

Arielle se gira y le mira con una sonrisa mientras eleva una ceja.

—¿Tú eres...?

—Thomas—suspira, ajustándose la mochila en su hombro—El hermano de Caroline. Me secuestraste ayer.

—Oh, el humano—murmura, recordándole—

—Si, el humano. ¿Qué haces aquí?—cuestiona, siguiéndola hasta el aula de arte—

—Estudio aquí.

Suelta la mochila en una mesa y se sienta delante de un caballete.

—Siento que eso me sorprenda—murmura él, observándola—Pero creía que tenías más de 18 años.

—Tengo 20. Bueno, técnicamente tengo 146 años, pero no voy gritándolo por los cuatro vientos—responde, preparando unos pinceles—Y si vamos a hablar de ser mayor y estar en el instituto, lo lógico sería hablar de ti también.

—Repetí dos cursos—suspira—Así que también tengo 20. Aunque lo mío si es cierto.

Una sonrisa se asoma por los labio de la rubia.

—¿Klaus te ha abandonado aquí?

—Sería abandonó si me doliera, pero no es el caso. He vuelto con mis hermanos.

—Vaya, nunca pensé que tendríamos algo en común—comenta con una sonrisa—

Arielle gira su cabeza para mirarle con confusión.

—Oh, yo vivía con mi padre, pero volví al pueblo por mi hermana Caroline—explica, sentándose en una de las mesas—Es increíble lo que se hace por los hermanos, ¿no?

—No sé qué decirte. Klaus a abandonado a la suya aquí.



Mystic Falls, VA
1854

—Tienes que sujetarte bien de las riendas—le indica Damon—

—No quiero hacer esto, Damon. Me da miedo—se queja la pequeña Arielle desde el lomo del caballo—

—No debería, Lizzie, yo no dejare que nada malo te pase. Nunca.

Una sonrisa sale de los labios la rubia mientras mira los ojos azules de su hermano mayor, aquellos ojos que eran iguales a los suyos.

—¡Damon! ¡Arielle!—grita un pequeño Stefan de 7 años al correr hacia ellos—Papá está volviendo.

—Mierda—se queja el mayor al oírle—Lizzie, debes bajarte antes de que te vea papá.

—Pero no quiero caerme—murmura ella con miedo—

Damon suspira y la sujeta de la cintura para ayudarla a bajar. Stefan se acerca a su hermana mientras Damon agarra al caballo y se lo lleva de nuevo a los establos.



Mystic Falls, VA
Actualmente

La tensión en el aula de historia era palpable. Sobretodo porque las miradas que Elena y Alaric se dedicaban no eran para nada sutiles. Arielle podía notar la mirada de Caroline sobre ella, parecía suplicante y algo confusa, como si quiera saber de que lado estaba ella.

—Este es mi sitio—le indica Stefan a un chico cuando se adentra en el aula—

El chico se pone en pie sin quejarse, dejando el lugar libre para Stefan, quien les dedica una sonrisa a Carolina y a Elena mientras se sienta. Arielle se tensa, observándoles a los tres y a Tyler Lockwood, quien se encontraba sentado tras Caroline.

—Bienvenidos veteranos—habla Alaric, atrayendo la atención de la clase—

Arielle se gira en su asiento y le dedica una sonrisa a Thomas, quien la observaba desde el asiento situado detrás de Stefan.

—Poneos las pilas. Empezaremos con los fundadores originales de este país.

—¿Y los vikingos?—cuestiona Rebekah, adentrándose en el aula—

—No hay pruebas de que los exploradores vikingos se establecieran en Estados Unidos—le responde Alaric—¿Quién eres tú?

—Me llamó Rebekah—le sonríe ella—Soy nueva y la historia es mi asignatura preferida.

Caroline y Elena comparten una mirada llena confusión ante la presencia de la rubia.

Tras aquella incomoda clase de historia y un par de encuentros más con él, Elena parecía tener un plan para encerrar a Stefan e intentar ayudarle.

—Yo alejaré a Stefan de la hoguera—habla Elena—Y cuando éste distraído...

—Le disparó—completa Alaric—

—¿No puede Bonnie hechizarle o algo así?—cuestiona Damon, apoyándose en la pared del aula de historia—

—No quiero meter a Bonnie en esto. Me da miedo que Stefan le haga daño—le responde Elena—Caroline, ¿todo listo?

—Si. Comprobaré que la vieja jaula de los Forbes esté preparada.

—Os olvidáis de otras dos piezas clave—señala Damon, atrayendo su atención—Rebekah. La rubita sigue a Stefan y a la otra pieza clave, mi querida hermanita Arielle, por todas partes.

—Y por eso tendrás que quitarlas del medio—le responde Elena—

—¿Cómo? Rebekah es una Original. Que yo sepa, no nos quedan dagas.

—Pues entonces distráela con tu encanto.

—Será más fácil buscar la daga—comenta Alaric, haciendo que Caroline sonría—

—¿Puedes dejar de ser tan borde conmigo?—se queja Damon—

—Lo dudo—le dedica una pequeña mueca—¿Qué hacemos con Arielle?

—Yo me encargo—interrumpe Thomas, sorprendiéndoles a todos—

—¿Qué? ¡No! ¿Por qué?—cuestiona Caroline, confusa y nerviosa—

—Porque le caigo bien.

—¡Te secuestro!—le recrimina—

—Pues hoy ha entablado una conversación conmigo, creo que puedo repetirlo—comenta con tranquilidad—

—Seguro—murmura Damon con sarcasmo—

—Siento llegar tarde—habla Tyler, adentrándose en el aula—¿Qué pasa?

—Necesitamos el suministro de verbena de tu madre para poder dejar a Stefan KO—le explica Elena—

—No podéis hacerle eso a Stefan.

—¿Por qué no?—inquiere Caroline, confusa—

—Créeme, Tyler, es lo mejor para él.

—Pero no para Klaus.

Su respuesta sorprende a todos los presentes.

—Pero Klaus es el malo, Tyler—le recuerda Caroline—¿Por qué te comportas como un híbrido esclavizado y sumiso?

—Oh, oh—murmura Damon, observando al joven Lockwood—

—¿Qué?—Alaric se gira hacia él—

—Klaus me ha hecho quien soy, Caroline—explica Tyler—Se lo debo todo.

—Mierda—se queja Damon—

—¿Podemos pasar por alto el comentario, por favor?—Caroline se gira hacia los demás—

—¿Qué está pasando?—cuestiona Elena, confusa—

—Creo que me voy—comenta Tyler, dándose la vuelta, dispuesto a salir del aula—

Damon corre a velocidad sobrenatural y le clava una jeringuilla de verbena en la espalda.

—Pero ¿qué haces?—exclama Caroline, agachándose junto a su novio—

—Está engendrado—les informa Damon—

—¿Qué?—cuestiona Ric—

—Engendrado. Siente lealtad hacia Klaus porque fue su sangre la que lo creó.

—¿Lealtad?—murmura Elena—

—Busca la aceptación de su maestro. Es raro, pero puede que no tanto en híbridos.

—¿Y cómo lo arreglamos?—cuestiona Caroline—

—Búscate otro novio—le responde, sin darle importancia—

—Estaba dudando de si vendrías a la fiesta—comenta Thomas al ver a Arielle llenarse un vaso de cerveza—

—No pensaba hacerlo, las odio—le asegura con una sonrisa de lado—Pero Stefan venia y Rebekah también, así que...

Thomas suspira y mete sus manos en los bolsillos de su chaqueta, bajando así la mirada al suelo.

—¿Estás bien?

—Mi hermana tiene problemas con su novio así que tendré que aguantar como se desahoga conmigo.

—Tyler, ¿no?—cuestiona, tomando un trago. Thomas asiente—Sinceramente no sé qué ve en él. No me parece nada guapo, y no creo que la inteligencia sea su mayor cualidad.

Thomas suelta una risa ante su comentario.

—¿Y tú?—le pregunta. Arielle eleva una ceja confusa por su pregunta—¿Tienes novio?

—La verdad es que no creo en el amor—admite en un suspiro—

—Eso es muy triste. ¿Qué paso?

—A lo largo de mi larga vida me he enamorado de dos personas. Y todo acabo mal con ambas.

—Lo siento mucho—le dice, mientras caminan por el bosque—Yo tuve una novia durante un par de años. Terminamos cuando tuve que volver a Mystic Falls.

—¿Y acabó bien?—cuestiona con internes—

—Es mi mejor amiga.

Arielle asiente y observa sus pies para distraerse.

—Se llama Marie, vive en Washington DC. Su familia es medio francesa...

—¿Por qué me cuentas esto, Thomas?—le interrumpe, frenado sus pasos—

—Porque quiero conocerte, y no veo que tú tengas intención de hablar de ti misma, así que he pensado que hablar de mi primero te ayudaría a abrirte—contesta, encogiéndose de hombros—

—¿Por qué quieres conocerme? Te secuestré y amenacé con matarte—le recuerda—

—También dijiste que no querías hacerlo—recuerda él—

Arielle suelta un bufido y sonríe de lado para luego seguir caminando.

—Podrías hablarle de mi—una voz familiar habla a sus espaldas, atrayendo su atención—

Arielle se da la vuelta con confusión y le mira a los ojos con sorpresa.

—¿Andrew?—murmura, confusa—

—En persona... o eso creo—comenta con una sonrisa, bajo la confusa mirada de Thomas—




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