∅ 50 |¡Maratonaso! 1/3|


Al final, Alphonse les dijo quien hizo la transmutación de su alma. Su hermano, Edward Elric. Greed mandó a Bido (el hombre con cola de lagarto) a buscarlo lo antes posible, ya que no tenían tiempo que perder.

Paris no estaba del todo de acuerdo al involucrar al cabeza hueca de Edward, pero ahora mismo, tal vez el sea el único que pueda sacarlos de este embrollo.

»O tal vez termine exactamente igual que nosotros... atados e inútiles« pensó Paris rendida.

Pasaron 10 minutos en los que los jóvenes alquimistas no dijeron ni una sola palabra. El aire para ellos era demasiado tenso como para si quiera iniciar una conversación. Estaban siendo observados por Greed y su grupo, y Alphonse seguía teniendo dentro suyo a la mujer serpiente.

Además, Paris tampoco quería decir nada. Quería mantener la atención de Greed completamente fuera de ella, para así prevenir que dijese cualquier otro disparate. Pero otra parte de ella quería escuchar lo que el azabache tenía por decir. Había mencionado cosas como el mundo bajo, la alquimia de oxígeno, los padres de Emma y también el hecho de que el conocía a Emma personalmente. ¿Como y por qué? ¿Cual es la relación de todo eso? Le urgía saber. A pesar de que esos asuntos técnicamente no son suyos, le afectan a sobremanera por el 'recipiente' en el que vive.

También estaba el hecho de que le había prometido a Alphonse contarle todo.

Ella no estaba preparada. No quería contar nada. ¡No debía!

Es decir, ¡¿como lo haría?!

¿Quien en su sana cabeza entendería la situación por la que está pasando? Michael es el único que puede entender, ya que el también está involucrado... y eso es decir mucho, ya que ni ellos mismos a veces entienden la situación.

Pero había una pequeña parte en su interior que la empujaba a cumplir esa promesa.

Tal vez... solo tal vez él sea capaz de entender. Además, Paris no se atrevía a incumplir su palabra hacia el menor.

El Alphonse de su mundo la había ayudado tanto, se convirtieron en mejores amigos en tan poco tiempo, el la guió por muchos problemas que tuvo con respecto a la vida adulta, y siempre estuvo allí para ella.

Ahora que conocía a la versión más joven de su amigo, su primer instinto fue regresarle todos los favores y enseñanzas que el le había dado en su momento.

Pero cuando es la hora de la verdad, se acobardó. Paris solo dijo que confesaría lo que estaba ocultando por salir de esa situación, y para no perder la confianza del menor.

Y ahora debía lidiar con las consecuencias.

Un fuerte golpe se escuchó por la puerta de aquel sótano, revelando el cuerpo inconsciente y magullado de Bido cayendo inerte en el piso. Atrás de él, Edward siendo el responsable del estado del hombre.

Alphonse reaccionó al instante – ¡Nii-san! – exclamó en sorpresa desde su lugar.

Paris miró fijamente al recién llegado con una mueca de vergüenza, y una oleada de calor azotó su cara. »Maldita sea... no había pensando en lo mal que se siente ser rescatada por este enano de mier—«

– Vaya. Quien hubiese pensado que te secuestrarían... – comentó sereno el rubio – y tú, hielitos... – entrecerró sus ojos en acusación y miró a la nombrada, quien dió un pequeño respingo en su lugar – Muuuuuy buen trabajo el que estas haciendo eh, sigue así, campeona. — comentó con sarcasmo a flor de piel.

Paris lo miró mal de vuelta mientras apretaba sus dientes y una vena sobresalía de su frente. – Quítame las cadenas y veremos si lo que dices es cierto... — amenazó mientras se removía bruscamente en su lugar, haciendo que las cadenas que la ataban sonasen.

– Vaya, que reunión más encantadora... – murmuró Greed, quien al principio se había alertado por la repentina aparición de Edward, pero ahora disfrutaba del show.

– ¡Nii-san! ¡Este hombre es un Homunculus! – exclamó Alphonse eufórico.

Edward abrió sus ojos en sorpresa. – ¿Que?

Greed se sobresaltó y miró decepcionado a la armadura – Aw~ ¡no vayas diciéndolo así como así! Le quitas emoción... – se quejó con un casi invisible puchero.

– ¡Tal vez él tenga alguna pista sobre cómo recuperar nuestros cuerpos! – explicó el menor.

Edward no respondió nada, solo se quedó mirando muy seriamente al hombre del cual Alphonse estaba hablando. Greed al notar esto, subió su mano hasta el nivel de su cabeza, mostrando el dorso de su mano; dándole vista plena a Edward del Tattoo que lo denomina como Homunculus.

El rubio analizó el tattoo con su vista por unos segundos – la marca de Ouroboros...

Greed sonrió plenamente en respuesta – Así es. Verás, tengo algo como una propuesta para hacerte. – ofreció, llamando la atención de Edward – Ustedes dos quieren recuperar sus cuerpos, ¿no es así? – preguntó, a lo que nadie respondió. – ¡Yo les enseñaré cómo fabricar un Homunculus! Y a cambio... tu me enseñas cómo transmutar un alma. ¡Como un intercambio equivalente! – exclamó emocionado. Luego, miró de reojo a la armadura que estaba detrás de él – Aunque siendo sincero, ¿de verdad hay alguna necesidad por la cual quieras recuperar tu antiguo cuerpo? – Edward al escuchar esto, frunció su ceño, molesto – Yo pienso que ese cuerpo que tienes es bastante útil.

– ¡No lo es! – exclamó Alphonse al instante, con notable dolor en su voz.

Greed ladeó un poco su cabeza en confusión – ¿En serio? ¡Pero si es perfecto! No te da hambre, no te da sueño y no te fatigas. ¡Eso es fantástico!

– Es exactamente por eso que no es para nada bueno... – murmuró Paris, enojándose por aquel comentario.

Edward parecía que estaba apunto de explotar. Siguió frunciendo sus cejas si es que era más humanamente posible, y si las miradas matasen, Greed ya hubiese revivido unas 20 veces más. – ¡Deja de decir toda esa mierda sin sentido! – gritó, obteniendo la atención de todos – ¡¿ÚTIL?! ¡¿GENIAL?! ¡¡NO ME PUEDO QUEDAR AQUÍ Y ESCUCHARTE DECIR TODO ESE MONTÓN DE BASURA CUANDO NI SI QUIERA SABES COMO ES TENER UN CUERPO COMO ESE!! – vociferó desde el fondo de su pecho, asustando a todos, incluso a sus propios compañeros – ¡¿COMO TRANSMUTAR UN ALMA?! ¡Y UNA MIERDA! ¡NO VEO NI UNA MALDITA RAZÓN COMO PARA DECIRTE ALGO SOBRE ESO! ¡A LOS VILLANOS COMO TÚ LOS AGARRO Y LOS MUELO A GOLPES HASTA QUE ME DIGAN SUS SECRETOS! ¡TE ROBARÉ TODO LO QUE SABES! EN OTRAS PALABRAS, ¡TODO ES PARA MI Y NADA ES PARA TI! ¡¡NO TENGO NINGUNA MALPARIDA RAZÓN PARA HACER UN INTERCAMBIO EQUIVALENTE CON UNOS TIPOS MALVADOS COMO USTEDES!! ¡PÚDRANSE! – su voz se quebró más de una vez por la intensidad en la que estaba gritando.

Paris y Alphonse se quedaron inmóviles. Un huracán. Un huracán acababa de pasar por aquella habitación y su nombre era Edward Elric. Greed y compañía estaban en un estado similar. Mientras el azabache aplaudía lentamente con una expresión de aburrimiento, los demás seguían procesando todo lo que el chico había dicho.

Paris se inclinó hacia Alphonse, mirando de reojo al rubio – ¿Acaso todo eso era necesario...? – susurró, juzgando al chico.

La armadura no se inmutó – No lo sé Paris-san... no lo sé.

Dolcetto fue el primero en reaccionar y sacó su katana – Entonces haremos esto por las malas, ¿huh? – se puso en posición defensiva, alertando a Edward, quien recientemente tomaba grandes bocanadas de aire recuperando todo el oxígeno que perdió en todo ese griterío.

Greed al ver las intenciones de su subordinado, se cruzó de brazos – No lo vayas a matar, por favor.

– Ajá... – respondió Dolcetto cansado.

Paris y Alphonse se tensaron. Sabían que Edward era fuerte pero no podían evitar preocuparse.

El hombre lanzó un ataque de su katana hacia Edward, quien pudo esquivarlo al saltar en el aire.

– ¡Eres lento! – exclamó el rubio mientras aún en el aire le lanzó una patada en la cara a Dolcetto, dejándolo en el piso. Edward cayó de nuevo en sus pies – He peleado contra un prisionero que se movía más rápido que tú – comentó, orgulloso. En un solo movimiento transmutó su brazo de acero a una cuchilla. – Siguiente. – retó.

Greed suspiró pesadamente, ya que no tenía ganas de enviar a cada uno de su grupo a pelear en contra del chico, y decidió acabar con eso rápidamente – Roa, llévatelos de aquí. Los analizaremos luego.

– De acuerdo. – afirmó el hombre robusto.

Paris se removió en su lugar – O-oye tiene que haber otra manera de hacer esto...

Alphonse intentó una vez más romper sus cadenas, pero la mujer dentro suyo seguía restringiendo su movimiento. – ¡¿Que hacemos?! – preguntó asustado el menor.

La castaña no pudo responder, ya que estaba ocupada quejándose y removiéndose para zafarse del agarre de Roa – ¡Hey! ¡No me toques idiota! – exclamaba. El hombre la había tomado de la cintura y la presionó contra el costado de su cuerpo, dejándola boca abajo.

A Alphonse lo alzó del suelo y lo posó en su hombro, también dejándolo boca abajo.

Edward al ver esto se alertó. Sin pensarlo dos veces, se lanzó a atacar a Greed, pero este mostró su agilidad y paró los golpes sencillamente. El azabache había endurecido sus manos y con ellas paraba la cuchilla de Edward.

– Lamento decírtelo pero no vas a frustrar mis planes – amenazó el azabache, dejando que Roa y los demás saliesen del sótano, escapando con Paris y Alphonse.

– ¡Edward! – gritó la castaña siendo llevada a otro lugar, el rubio prestó atención – ¡MAS TE VALE PATEARLE EL TRASERO A ESE MALDITO! – logró decir antes de que su voz se perdiese por los pasillos del bar.

Edward esbozó lentamente una sonrisa divertida – Eso planeo. – contestó en un susurro, mirando fijamente a su oponente.

El rubio volvió a lanzarse contra Greed, quien volvió a recibir los golpes sin problema. Chispas eran creadas por la colisión del endurecimiento de Greed y la cuchilla de Edward.

El rubio lo siguió atacando sin parar hasta que dió un paso hacia atrás y transmutó el piso, creando varios conos puntiagudos de concreto, los cuales obligaron a Greed a retroceder. Cuando su espalda estuvo contra la pared, sencillamente destruyó las púas con sus manos, las cuales en ese momento eran más fuertes que la alquimia de Edward.

Edward aprovechó ese momento para volver a causar una reacción alquímica en la cual los conos cercanos a Greed estallasen en escombros y polvo, tapando la vista del contrario. El rubio tomó esa oportunidad y saltó hacia la nube de polvo, atrapando entre sus piernas el cuello de Greed, y de un movimiento hacia la derecha, le dislocó la nuca, matándolo al instante.

Greed cayó al suelo, derramando sangre por su boca y orejas. El rubio cayó de pies nuevamente, justo al lado del cuerpo del azabache. – ¡Dejaste tu punto más débil abierto! – exclamó en victoria, bajando su guardia. Greed aprovechó ese momento exacto para atacar al rubio en su abdomen con su mano, pero Edward pudo reaccionar justo a tiempo y retrocedió de un salto.

Se había salvado de una herida mortal, pero se había llevado un rasguño profundo por el cual no paraba de sangrar.

– Ayyyyayayy... – se quejó el azabache mientras se sentaba en el piso, tronando casualmente su cuello – Eso dolió... cualquier persona normal ya estaría de camino al hospital – comentó sin verse afectado, mientras se volvía a levantar.

– No eres para nada normal, ¿no es así? – preguntó el rubio angustiado.

– Bueno, mi cuerpo es lo suficientemente normal. Solo resulta y acontece que tengo cualidades regenerativas avanzadas y mi escudo definitivo – explicó a la par que los rayos rojos empezaban a hacer de las suyas en todas las heridas (ahora idas) de Greed. – Lo entiendes ahora, ¿no? No me puedes vencer. Hubiese sido muchísimo más sencillo hacer ese trato.

– Una vez te venza, recuperaré a mi hermano y a mi escolta. Tus poderes de regeneración no son ilimitados, ¿verdad? – lo retó el rubio, a pesar de verse visiblemente afectado por la herida en su abdomen. Si algo era Edward, era terco. – Lo único que debo hacer es seguir cortando las partes débiles de tu cuerpo hasta que no puedas volver a regenera—

Greed empezó a reírse genuinamente, interrumpiendo al rubio – ¡L-lo lamento! En realidad te he estado tomando a la ligera... – comentó mientras se quitaba el pequeño chaleco de cuero que traía. El endurecimiento de capa negra que tenía en las manos, empezó a expandirse a lo largo de la extremidad del azabache – No me gusta enseñarle esto a nadie, porque no me veo muy guapo que digamos... – comentó con una sonrisa, mientras aquella rara materia consumía el cuerpo de Greed y lo cubrió por completo. Su cara ahora parecía sacada de una mismísima historia de terror, sus ojos se tornaron completamente negros y solo sus pupilas magenta resaltaban en sus cuencos. Le crecieron colmillos que sobresalían de sus labios, dándole un aspecto salvaje. Su pelo había sido también cubierto por esa materia negra. – ¿No te lo dije? – su voz ahora sonaba rasposa y grave – No puedes poner ni un solo dedo sobre mi.

Edward frunció su ceño, preocupado... »Tal vez... me haya metido en un problema más grande de lo que pensaba« pensó mirando fijamente la nueva forma de su oponente.

•••

– Duele...

– ¿En serio? A ver... ¡PUAJ! ¡QUE ASCO! ¡EN SERIO TE HA ARRANCADO UN PEDAZO!

– ¡Y LO HARÍA DE NUEVO, SIN REMORDIMIENTOS!

Una vez lograron escapar del bar, Dolcetto, Roa, Paris y Alphonse se encontraban en las alcantarillas de Dublith. Las quimeras buscaban una salida por la cual poder huir. Paris se había cansado de patalear sin ningún resultado, hasta que se le ocurrió morder el brazo de Roa, quien la cargaba.

El problema es que no midió su fuerza, y sin darse cuenta le arrancó un pedazo de piel al hombre. La castaña tenía sangre en su boca, y a pesar de que estaba disgustada por aquello, no se arrepentía de hacer nada que los atrasase y de alguna manera poder ganar tiempo para Edward.

Odiaba admitirlo, pero ahora dependían completamente de él. Ella no podía hacer mucho mientras estaba atada de manos y pies.

– Paris-san... ¡solo lograrás que te lastimen! – comentó Alphonse preocupado, había sido dejando en el piso ya que Roa estaba encontrando una manera de vendar la herida recién hecha por la castaña.

– ¡Los invito cordialmente! ¡Me arrepiento totalmente de no haberlos matado cuando tuve la oportunidad! – exclamaba furiosa. Aunque por su puesto, todo eso era pura charla. Si lograba detenerlos por el menor tiempo posible, valdría de algo.

– Maldita mocosa... – gruñó Dolcetto, acercándose hostilmente hacia la muchacha. La tomó sin cuidado de su cabello y jaló hacia atrás, logrando que su rostro quedase hacia arriba, mirándolo fijamente – No te corto esa lengua solo porque Greed-san te quiere intacta. Porque si no fuese por eso... – tomó su katana y con esta rozó levemente la mejilla de Paris, quien tembló en el acto. – Un simple slash y ya dejarías de ser una molestia...

Paris se vió obligada a sólo enfrentarlo con la mirada y tragar saliva duramente, pues tenía la filosa katana pegada a su rostro, y temía que si se movía, sería cortada profundamente.

Dolcetto de la nada se enderezó, mirando a una dirección específica en aquellas alcantarillas. Roa notó el comportamiento extraño de su compañero – ¿Pasa algo?

Dolcetto no respondió, pero empezó a olfatear el ambiente con un semblante serio – No me gusta el olor de esto...

Alphonse inclinó su cabeza hacia un lado, genuinamente confundido – Pues normal... ¿no estamos en unas alcantarillas...? – murmuró, pero la quimera dentro de su armadura y Paris lograron oír, y ambas tuvieron que ahogar una carcajada.

Dolcetto volteó hacia los jóvenes – ¿Huh? ¿Dijeron algo? – amenazó.

Paris y Alphonse negaron rápidamente, intentando contener una pequeña risilla.

Podrán estar en una situación tensa, pero siguen siendo los mismos de siempre.

Dolcetto chasqueó su lengua – Tenemos problemas Roa. Déjalos aquí. – avisó mientras empezaba a avanzar cautelosamente por aquellas vías asquerosas.

Paris miró en todas las direcciones, incrédula »¿Nos dejarán solos? ¿Así como así?« pensó.

– ¿Que hago con la fastidiosa? – preguntó el hombre robusto, apuntando hacia la castaña.

– Ponla a dormir. Martel no puede cuidar de ambos, apenas y puede con la armadura. – respondió Dolcetto sin voltear a mirar.

Lo último que vió Paris, fue un puño del tamaño de su cara acercándose rápidamente hacia ella. Cayó inconsciente al instante en el piso.

– ¡Paris-san! – gritó Alphonse horrorizado. Solo la habían dejado inconsciente pero... vaya eso debió doler.

– Te los encargamos Martel – avisó Dolcetto, perdiéndose por las alcantarillas ahora siendo seguido de Roa.

– ¡Déjamelo a mi! – respondió la mujer dentro del traje de Alphonse. El menor se quedó inmóvil por unos segundos, sin saber realmente qué hacer. Intentó moverse para acercarse a su compañera, pero Martel lo detuvo. – No hagas las cosas más difíciles y quédate quieto. – dijo la mujer.

Alphonse no dejó de intentarlo, y aplicó bastante fuerza, al punto en el cual Martel no lo pudo detener. Se arrastró difícilmente hasta llegar al lado de la castaña y empezó a intentar despertarla – Paris-san... ¡despierta! – intentó moverla un poco con sus manos encadenadas pero la castaña no respondía. Además, no quería ser muy ruidoso, por si a caso los otros dos volvían a ver que hacían. Esta era la oportunidad perfecta para escapar, pero las cadenas les impedían actuar libremente.

– D-déjala quieta, se lo merece por retar a Roa así... – habló Martel difícilmente, ya que intentaba con todas sus fuerzas retener a Alphonse, pero el menor era más fuerte que ella.

– ¡No! – negó el menor tercamente, y ya que sus manos estaban atadas al frente, pudo alcanzar la cara de Paris, la cual empezó a dar palmaditas y pellizcos – ¡Despierta dormilona! ¡No tenemos tiempo para esto!

Paris se removió por un segundo, pero volvió a caer inmóvil. Aquel golpe la había mandado a otro mundo literalmente.

Si fuese capaz, Alphonse ya hubiese rodado los ojos, unas cuantas veces. Pero no podía, así que se concentró en despertar a su compañera. Siguió intentando pequeños golpes en sus mejillas hasta que por fin la castaña cedió.

Abrió sus ojos lentamente, aún mareada y fuera de lugar – Uhg... ¿quedé inconsciente...? – fue su primera pregunta. Alphonse suspiró ahora más tranquilo, ya que pudo ver que por lo menos recordaba lo que había pasado, así que no estaba tan mal.

– Te ha roto la nariz – avisó el menor al ver una gota de sangre saliendo de la nariz de la castaña.

Paris torpemente pasó su mano por su adolorida cara, y sintió el líquido cálido saliendo por sus fosas nasales, al alejar su mano pudo verla cubierta de sangre carmesí. A pesar de eso, sonrió – O es sangre mía, o del grandulón ese... – comentó, orgullosa por haberles dado problemas a los otros dos tipos... a pesar de que ella fuese la que terminase inconsciente.

– ¡Hey tú! – exclamó Martel, pateando el casco de Alphonse desde adentro, el cual cayó al piso. La rubia asomó su cabeza casualmente por el hueco del cuello del menor – Llega a moverte de ese lugar y seré yo quien te deje inconsciente ¿escuchaste? – amenazó seriamente.

Paris la miró inexpresivamente.

»¿Que me mueva dice?« pensó.

– Entendido~ – canturreó la castaña – Solo déjame buscar la cabeza de Alphonse, tampoco me agrada verlo así... – avisó, y empezó a removerse en el suelo hasta poder alcanzar el casco del menor. Una vez lo obtuvo, regresó dando pequeños saltitos de trasero para moverse.

– Muchas gracias Paris-san... – agradeció Alphonse, ya que para el tampoco era muy cómodo estar sin su casco.

– De nada... – sonrió la chica, apunto de colocar el casco de vuelta, para luego bruscamente ponerlo en su lugar y hacer presión con su cuerpo.

– ¡¿Paris-san?! – exclamó el menor confundido.

– ¡HEY! ¡¿Que haces?! – exclamó Martel furiosa, empezando a dar patadas al casco para poder salir, pero Paris lo impedía.

– ¡Busca una piedra o algo Al! ¡Lo que sea que sirva para dibujar un círculo de transmutación! ¡Estoy harta de estas cadenas! – avisó la castaña difícilmente mientras retenía el casco del menor en su lugar.

– ¡D-de acuerdo! – respondió Alphonse, al sentir que sus movimientos ya no estaban siendo completamente restringidos. – Es difícil ver en esta oscuridad...

– ¡QUÉDATE QUIETO! – gritó la mujer, pero el menor se movía libremente a pesar de aún tener las cadenas y a Paris literalmente montada sobre su cabeza para mantener encerrada a la mujer.

– ¡No puedes detener a Al y a mi al mismo tiempo! – Sonrió la castaña, pues era un plan bastante idiota pero por alguna razón estaba funcionando.

– ¡Aquí hay una! – exclamó el menor al encontrar una pequeña piedrilla que serviría para rayar el suelo de concreto. Sin decir más, empezó a trazar el círculo en el suelo, pero Martel dejó de intentar salir, y se concentró en detener al chico de dibujar el círculo. – ¡Suelta!

Paris al notar lo que estaba pasando, se bajó rápidamente de Alphonse y le hizo señas para que el mismo tapase su cabeza. El menor entendió y con dificultad llevó sus manos hasta su casco, encerrando a Martel una vez más.

La castaña se arrodilló en el suelo para continuar los trazos que Alphonse estaba haciendo hace unos segundos, y por fin poder escapar de allí.

– ¡Woah woah! ¿Que crees que haces? – se escuchó la voz de Greed llegando hasta ellos, paralizando al instante los movimientos de los jóvenes.

– ¡Greed-san! – exclamó feliz Martel, por fin logrando abrir el casco de Alphonse para asomarse a ver al recién llegado.

Paris no pudo moverse. El hecho de que él estaba allí, intacto, logrando escapar, solo significaba que algo había pasado, algo no muy bueno para ellos. – ¿Y-y Edward...? – murmuró mirando lentamente al azabache.

– Martel... ¿estás bien? – Greed ignoró los murmuros de la castaña, pero sin esfuerzo le quitó la piedra de las manos.

– ¿Que está pasando? Roa y los demás no han vuelto... – explicó la rubia preocupada.

Greed lanzó la piedra a la corriente de agua al lado de ellos y suspiró cansado – Si~ es que las cosas se han complicado un poco.

– ¡¿Y nii-san?! – exclamó el menor, volviendo a colocar su casco en su lugar, mirando fijamente al azabache.

– Ah, se complicó la cosa y tuve que huir, sé reconocer cuando estoy en desventaja – explicó.

Un enorme peso se liberó de los hombros de los jóvenes. Estaba bien, Edward estaba bien.

– No puedo dejar que huyas – se escuchó el eco de una voz lejana, junto con pasos acercándose.

Todos voltearon en la dirección por la cual la voz venía, llevándose una sorpresa cuando pudieron divisar al mismísimo Führer en ese lugar, sosteniendo espadas en cada una de sus manos.

– ¿... Quien eres viejo? – preguntó el azabache ajeno a la situación.

– ¡E-el Führer! ¿Q-que está haciendo aquí? – exclamó sorprendido Alphonse.

– ¿Casualidad...? – murmuró la castaña en el mismo estado que Alphonse.

– ¿King Bradley? – preguntó incrédula Martel, ahora sintiéndose segura dentro de la armadura de Alphonse.

– Vaya... ¿que hace el hombre de mayor rango en todo el país en unas alcantarillas malolientes? – preguntó juguetón el azabache.

Hubo un segundo de silencio, en el cual la tensión se agrandó en el aire – ¿Cuantos años tienes? – preguntó casualmente el Führer.

– ¿... Huh?

– Yo cumpliré 60 este año. – continuó hablando Bradley – Cuanto más creces, el cuerpo deja de moverse como quieres. – explicó mientras empezaba a avanzar a paso tranquilo hacia Greed. – Por eso, me gustaría terminar con esto lo antes posible para regresar a casa.

Greed aún confundido, rió con ganas – Juvílate de una vez, anciano – endureció su mano derecha, preparándose para una ligera batalla con el Führer.

Pero lo que todos vieron a continuación, fue la mano de Greed salir volando hasta caer al agua. En un abrir y cerrar de ojos, Bradley había cortado completamente la extremidad de Greed, sin el propio dándose cuenta a tiempo. Una velocidad monstruosa.

Paris y Alphonse no lograban procesar lo que sus ojos veían, ellos estaban viendo fijamente al Führer todo el tiempo, aún así, no captaron aquel movimiento.

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HIYA WHATSUPPPPPPPP

Sean bienvenidos a este capítulo de; Danny se tarda 3 años en actualizar!
En el capítulo de hoy, Danny se tarda 3 años en actualizar!
Gracias por su atención, CHAU!

Jajsjahsjahsja okya lo siento.

El día de hoy les traigo; un pequeño maratón!💞💞

Como celebración por las 10k de leídas (y casi 2k de estrellitas  sepsis) ¡He planeado un maratón! Solo son tres capítulos, cada uno de un largo... ¿considerable? Y para los OG's que recuerden como solían ser las actualizaciones de este libro, ¡pues así serán las de este maratón! ¡Diarias! ¡Hoy, mañana y pasado mañana habrá capitulo! ¡WOOOOOOO!

Espero que no me maten por futuros acontecimientos tho. Están avisad@s.

Pero weno~ ahora paso a enseñarles dibujitos en donde la loca de Paris se cuela, está tontita ella.

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¡Está joyita de aquí fue creada por mi hermosisima bro preciosa y talentosa Happier_Mod ! ¡AMO CON MI VIDA ESTE DIBUJO! ¡ME HE REÍDO COMO UNA LOCA 😂😂😂!

Izquierda arriba, tenemos a la primera víctima, quien seria rayito de sol Hahn. ¡OC de mi otra bro hermosa bella y preciosa y también talentosa GBWrites300 ! Honestamente, si no conoces a este personaje y a su escritora... lamento decírtelo, pero estás viviendo bajo una roca ¯\_(ツ)_/¯

Derecha arriba, pues está la loca pirata con complejo de ninja, Paris, creyéndose la gran cosa y arruinando la broma xdxd ¡Con aparición del Michael incluso! ¡Si se fijan bien, pueden ver como entre ellos dos solo hay una sola neurona! ¡Y encima es disfuncional! ᕕ( ᐛ )ᕗ

Izquierda abajo, está la chikita favorita de todos, Xialing hermosa bella 😍😍 ¡OC de Happier bro! Y como los enanitos forman squads apenas se conocen, pues aparece con Edward 😅 ninguno de los dos se da cuenta del plástico por ser hobbits, #unbothered | (• ◡•)|

Y derecha abajo está la waifu Asahi dándose el mamonaso de su vida, ella también es OC de Happier bro! Ella andaba con el chino Ling tipo; "Bitch u wanna see some real speed? I'll sHOW YOU SOME REAL SPEED. FYUUUUUUMMMMMMM" hasta que BAM! se estampó la cara contra el plástico y terminó hasta vomitando sangre, #noice (;'༎ຶٹ༎ຶ')

Y bueno... RIP sea quien sea que estaba tomando esas fotos xdxd

Lo diré de nuevo, este dibujo le añadió años de vida a mi lifespan. Gracias por tus creaciones divinas de siempre bro 😭😭😭❤️❤️❤️

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Y ESTE SEGUNDO MAN! ESTE SEGUNDO DE AQUÍ ME DEJÓ EN EL SUELO CASI EN LAGRIMAS POR LA TERNURA DE LOS ELRICS CHIKITOS Y LA HERMOSURA DE PARIS! ¡NO SABÍA SI ESTAR TRISTE O FELIZ! Solo sé que lo amo mucho man, de verdad que lo adoro con mi vida u.u

¡Lo hizo la increíble y talentosa lectora CarolinaGC_040405 ! Gracias por esto hermosa, se que lleva tiempo hacer un dibujo así de bonito y honestamente this is just *chef's kiss* ( ˘ ³˘)♥

Pero bueno... creo que eso es todo por hoy! Espero que disfruten este pequeño maratón! uwu

Anyways, denle amor a la sepsi estrellita, que no muerde 💕

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