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La pequeña de cabellos blancos se encontraba comiendo un desayuno que Michael le había preparado amablemente. Ella no se había dado cuenta sobre qué tan hambrienta estaba hasta que tuvo el plato de comida al frente. Al otro lado de la mesa, Michael solo la miraba comer, sin saber muy bien que decir; estaba incómodo y no sabía que hacer con esta situación.
– Mi nombre es Paris – habló la pequeña con la boca aún llena, luego tragó todo haciendo un sonido muy obvio – tengo 23 años. Un gusto conocerte, Michael.
– Igualmente – respondió el de pelos ceniza con cierta nostalgia en su mirada. Por su puesto, todo esto era difícil para el – Yo tengo 15 años.
Paris se le quedó viendo un poco avergonzada, porque ella era mentalmente mucho más grande que el, y aún así, estaba encerrada en el cuerpo de una niña de 5 años. Se sentía patética.
La tensión se sentía sobre la mesa, ya que ambos seguían en shock por los acontecimientos, y no estaban muy seguros de cómo manejar la situación. Michael es solo un niño que perdió a su familia recientemente, y Paris no tiene idea de en dónde esta, ni lo que es la alquimia.
– ¿En donde estamos ahora mismo, Michael? – preguntó la de orbes heterocromáticos.
– Amestris, ciudad del este – respondió el chico.
– ¿Amestris? Nunca había oído de ese lugar en mi vida... – Paris comentó – ¿Podrías enseñarme un mapa? – preguntó, y el joven se vio notablemente sorprendido. ¿Como no iba a saber de Amestris? Si era todo un país con fuerza militar mundialmente reconocida. Acudió al pedido y se levantó de su lugar para ir a urgir entre las habitaciones de aquella grande casa. Volvió con dos papeles enrollados en sus manos y extendió el primero sobre la mesa.
– Este de aquí es Amestris, el país en donde estás ahora mismo – el chico hizo un ademán como un círculo, apuntando en una zona en específico.
La chica dejó la comida de lado, y se bajó de un salto de su silla, para luego rodear la mesa hacia donde Michael había puesto los papeles, para poder echar un mejor vistazo. Se montó en otra silla y luego se quedó de pie en esta, porque si no, no alcanzaría a ver todo.
Se sorprendió al ver el nombre de los países y la estructura que formaban. No era la misma organización que como ella lo sabía. Se llevó su mano a su barbilla mientras fruncía sus cejas. ¿Como es que esto era posible?
– ¿En donde está Alemania? – preguntó la chica con voz notablemente preocupada. Michael solo la miró como si estuviese loca. – ¿Francia? ¿Rusia?... ¿Reino unido? – siguió diciendo nombres con voz temblorosa pero el joven se veía también muy confundido.
– No tengo un mapa mundial exactamente, pero apuesto mi educación que jamás había escuchado de esos países – dijo el chico, apenado por no saber de lo que ella estaba hablando. Pudo notar como a la pequeña se le empezaban a aguar los ojos, seguramente de tanta frustración y estrés al mismo tiempo. – Lo siento.
– No importa, continúa por favor – pidió la chica inmediatamente, estaba perdiendo su mente.
El joven tomó el otro papel enrollado y lo extendió sobre el anterior, mostrando así un mapa más detallado de Amestris.
– Este es Amestris, y nosotros nos encontramos en la zona este – apuntó Michael en el mapa. Pensó que esto estaría ayudando a Paris, pero en realidad cada segundo que pasaba la veía aún más mortificada.
– Esto me dejó más confusa aún – confesó la de cabellos blancos en un suspiro rendido – ¿Como es posible que Alemania no exista? ¿No estaré en un mundo completamente distinto, no es así? – preguntó en el borde de la desesperación. Ya que eso significaría problemas... muchos problemas.
El de cabellos ceniza se le quedó viendo por un momento, mientras intentaba descifrar que era lo que estaba ocurriendo.
– Podría ser... – susurró el chico para el mismo, mientras su cerebro maquinaba de todas cosas, pero luego descartó la idea ya que era muy descabellada – no, no... olvídalo.
– No, dilo – exigió Paris rápidamente, pero Michael no estaba tan seguro – Michael por favor, cualquier cosa sirve en este momento – suplicó la pequeña, y así terminó de convencer al joven.
– Si lo que dices es cierto... – pausó para poner su mente en orden – Entonces eso significa que hay vida detrás de la puerta – concluyó abriendo sus ojos poco a poco debido a la sorpresa.
Lamentablemente, Paris no tenía aún todo el entendimiento que requería – ¿Que? – preguntó desconcertada.
– Si eres un alma que mis padres llamaron del otro lado, y vienes y me dices qué hay países distintos a los que yo conozco... – el chico empezó a balbucear muchas cosas al mismo tiempo, como pensando en voz alta – ¿Como era tu vida allá? – preguntó abruptamente.
– T-tenia una casa, amigos... lo recuerdo todo perfectamente – Paris aún confundida empezó a contar un poco de su vida – Trabajaba en una oficina, y hasta adopté un gato hace unos meses atrás. Lo recuerdo todo – dijo la niña, aún visiblemente confundida – ¿Pero que tiene eso que ver? – agudizó aún más su voz.
En el rostro de el joven no había nada más que sorpresa, si todo lo que ella decía era cierto, entonces había echo un descubrimiento terriblemente importante para la alquimia.
– Tiene todo que ver Paris – el chico la vió a los ojos, intentando mantener la calma – Creo que... vienes de otra dimensión – concluyó el chico, dejando a Paris en shock.
– ¿Disculpa? – ella no podía asimilar toda esa información de golpe.
– Tu mundo es distinto al mío , y por lo visto no conoces lo que es la alquimia, lo cual aquí es algo mundialmente conocido, a pesar de que se practique de maneras distintas – intentó aclarar su punto de vista – eso significa que hay toda una sociedad de personas del otro lado de la puerta... – concluyó el de pelos ceniza, completamente abrumado. Dejó salir un bufido y se sentó de golpe en su silla, como si su cuerpo ya no tuviese más fuerzas.
Paris solo podía ver fijamente al mapa al frente de ella mientras procesaba todo ese bombardeo de información. Su cabeza dolía de tanto pensar y sentía que su visión se volvía borrosa. Sentía que se desmayaría de la nada si no descansaba por un momento.
Hizo lo mismo que Michael hace momentos atrás, y se desplomó en la silla. Ambos se quedaron callados por unos cuantos minutos ya que eran presos de sus mentes. No podían creer a la conclusión que habían llegado y querían negarla de todas las maneras posibles, pero se les hacía tremendamente difícil ya que no había mucho más que tuviese sentido. La situación de por sí ya era lo suficientemente terrible.
Lágrimas traicioneras se empezaron a asomar por los ojos de Paris. Empezaron a caer por sus mejillas y ella no hacía nada para intentar detenerlas. Ya que llorar era el menor de sus problemas ahora. Ella solo quería volver a casa con Edward y Copito. ¿Como fue que un simple día de trabajo terminó en esto?
– ¿Y si simplemente estoy soñando? – comentó la de pelos blancos, aún sin mover ni un músculo, con la mirada perdida en aquellos papeles extendidos en la mesa.
– Lamento decírtelo, pero luces bastante real para mi – respondió el de cabellos ceniza, con vergüenza.
Una casi inexistente sonrisa se asomó por la comisura de los labios de la chica, para luego voltear a ver a Michael con cara suplicante – ¿Como voy a volver? – su voz se quebró completamente y fue allí donde perdió su compostura. Más lágrimas inundaron su cara y su ceño se frunció completamente. Paris empezó a llorar a moco suelto, sollozaba y solo repetía la frase '¿como voy a volver?' al aire. Hacía presión con sus pequeñas manos en sus ojos intentando así parar sus lágrimas pero nada de eso funcionaría ahora. Tal vez le haga falta dejar salir todo eso, para no estallar después.
Michael al presenciar eso, tuvo el instinto de abrazar a su hermana, pero luego recordó, que esa no era Emma. Tenía que controlarse y simplemente optó por no hacer nada y dejar que ella se desahogase sola. Para el; era demasiado difícil el solo hecho ver físicamente a su hermana al frente de el, y no poder consolarla.
Luego de unos minutos en donde Paris no hacía más que llorar, algo hizo click en la cabeza de Michael.
– Bueno, te puedo decir como "no" podrás volver – empezó a decir. Paris intento calmar su respiración para así poder escuchar lo que Michael tenía que decir – Eres posiblemente lo más cerca que los humanos hemos estado de una transmutación humana exitosa, si los militares te encuentran, harán de ti los que les pegue la gana – explicó el joven con un tono de preocupación.
– ¿P-por qué lo dices? – preguntó aún confundida Paris.
– Experimentarán contigo para saber como es que sigues viva – explicó.
Paris tragó en seco al escuchar eso, eso no estaba bien, significa que no sería libre de buscar una manera de volver.
– ¿Ellos no me ayudarán a volver? – preguntó inocente la muchacha, y el joven bufó a esta sugestión.
– No debes confiar en ellos, el principal poder militar de aquí es la alquimia. Así que ellos harán todo lo posible por ganar más entendimiento sobre el otro lado de la puerta – dijo el joven, asustando a la pequeña – créeme, no debes acercarte a ellos.
– ¿Que debo hacer entonces? – preguntó la chica, notablemente desesperada. No tenía ni idea de por donde empezar.
El joven bufó, y se llevó una mano a la barbilla, intentando pensar en cómo ayudar a Paris.
– Empecemos porque, no te puedes quedar aquí – dijo, y la chica se asustó aún más.
– ¡¿Pero por qué?! No tengo a donde ir ni si quiera se que hacer – respondió rápidamente la chica, asustada.
– Mi hermana murió hace una semana, y mis padres desenterraron su cuerpo ayer para así poder hacer la transmutación – empezó a explicar el chico – Ellos dieron sus cuerpos y almas en cambio de traerte a ti aquí, así que, están muertos. La gente no se tardará en dar cuenta de que están desaparecidos, y de que hay un hoyo masivo en el lugar en donde te enterramos – terminó de explicar el chico. Y Paris pudo deducir el resto por sí sola.
– Abrirían un caso de investigación, por la desaparición de tus padres, y llegarían a la conclusión de que hicieron una transmutación humana, al verme aquí con vida – añadió la chica.
– Te llevarían con ellos y posiblemente te mantengan como un secreto nacional – siguió el muchacho.
Paris no supo que más decir, porque Michael tenía razón, ella no pertenecía a ese mundo, y estaba en un cuerpo ajeno el cual muchas personas sabían que había muerto. Ella no se podía arriesgar a quedarse aquí por mucho más tiempo.
– ¿Entonces que haré? – preguntó Paris.
– Tendrás que irte cuanto antes, y huir lo más lejos que puedas – empezó a explicar el chico levantándose de la silla – también tendrás que cambiar tu apariencia, nadie puede saber que ese es el cuerpo de mi hermana – Michael caminó fuera de el comedor, hacia uno de los de los cuartos en donde había tomado los mapas, pero esta vez salió con un pequeño crayón negro y otro papel enrollado. – Ven, ¿de qué color era tu cabello? – preguntó.
Paris confundida le responde – Castaño claro, ¿por qué? – vió como Michael extendía el papel en el piso, pero este estaba completamente en blanco, luego, empezó a dibujar un círculo con muchos garabatos en el medio de este.
– Ven – volvió a llamar a Paris, y ella esta vez acudió. – Párate en el medio de este círculo – dijo el chico, y ella sin rechistar aceptó. Sus pequeños pies descalzos sobre el papel hicieron que este se arrugara un poco, pero nada de que preocuparse. – Muy bien, hagas lo que hagas, no te asustes, porque no pasará nada ¿de acuerdo? – le confortó Michael, y ella asintió tragando duro.
Luego de esto, el chico soltó un suspiro y puso sus manos en el trazo del círculo, para que luego una luz azul resplandeciente apareciese en el cuarto. Esto asustó un poco a Paris pero ella no se movió, acudió a las órdenes de Michael y no salió corriendo de allí, como por instinto quiso hacer. Había cerrado sus ojos con fuerza inconscientemente al presenciar algo tan extraño.
– Listo, ya puedes abrir los ojos – habló suavemente estando de cuclillas frente a Paris para así estar a su nivel.
La pequeña abrió sus ojos lentamente y lo primero que vio fue la sonrisa suave de él de cabellos ceniza, ella se sintió un poco ruborizada.
– Bien, ahora lo único que falta es tu ojo – añadió el chico, dejando confundida a Paris.
– P-pero no lo entiendo, ¿que fue esa luz? ¿Que hiciste? – preguntó aún sin moverse de su lugar. El la miró sin entender su pregunta, y luego recordó que ella no es familiar con la alquimia. Así que simplemente bufó, y se fue en busca de un pequeño espejo. Cuando se lo entregó a la chica, está no hizo más que abrir los ojos de par en par y se quedó boquiabierta. – ¡Mi cabello! – exclamó. – ¡Ya no es blanco! ¡Es marrón! – decía con notable sorpresa. Acababa de ser testigo de un acto de magia, ¡un milagro! – ¿Como lo hiciste? – dirigió su mirada encantada hacia el chico, quien solo la veía con gracia al ver su reacción.
– La alquimia es capaz de muchas cosas, y deberás aprenderla si quieres volver a tu hogar – dijo el de cabellos ceniza, y Paris asintió varias veces. – Muy bien, ahora tu ojo – repitió el chico – Probablemente las personas piensen que el hecho de que tus ojos sean de distintos colores es sospechoso – dijo el chico, pero Paris lo interrumpió.
– No deberían, podría decir que fue de nacimiento – sugirió la -ahora- castaña.
El chico se le quedó mirando incrédulo – ¿Estas segura de que tienes 23 años? Eres demasiado inocente – comentó, y Paris se avergonzó – Es tu palabra contra el miedo que puedan a llegar a sentir. Los seres humanos le temen por naturaleza a las cosas que son diferentes... y tú, Paris, eres diferente en todos los sentidos de la palabra – concluyó el chico, y ella no pudo rechistar porque de alguna u otra manera tenía razón. – Bien, creo que puedo crear un parche con Alquimia, luego de eso, supongo que podrás quedarte esta noche, pero tendrás que irte mañana antes que el sol salga – avisó, y esto hizo que a la pequeña se le pusieran los pelos de punta.
– ¿Y tú? – preguntó Paris, ya que el ahora era huérfano, y como el chico previamente había dicho; pronto la gente notaría que sus padres estaban desaparecidos.
– Yo me tengo que quedar y contar lo que mis padres hicieron – soltó un suspiro el de cabellos ceniza, como pensando en lo que diría. – Si me voy contigo, levantaría sospecha sobre la transmutación y los llevaría a pensar que me fugué con mi hermana recién traída de la muerte – se inclinó para recoger el papel en donde había dibujado el círculo. – En cambio si me quedo, haré el papel perfecto de niño huérfano y traumatizado – concluyó, sonando muy tranquilo.
Paris se sentía confundida debido a la actitud del chico, ya que hablaba de lo que ahora era su vida como si nada. Pero, cuando los tiempos son difíciles es mejor simplemente adaptarse y seguir adelante, ¿no?
La castaña asintió, y soltó un suspiro.
»Después de mañana... no habrá vuelta atrás, ¿huh?« pensó desanimada. Pues se había metido en un tremendo lío sin si quiera haber hecho nada para merecerlo. El de cabellos ceniza se dio cuenta de lo mal que lo iba a pasar, y que estaba apunto de dejar ir el cuerpo de su hermanita.
– Te buscaré cuando pueda – añadió, sorprendiendo a la castaña – solo debes esperarme... hasta que pueda buscarte sin que sospechen de mi ¿de acuerdo? – le propuso a la chica, y ésta asintió varias veces.
– Gracias Michael – dijo sinceramente Paris, lo cual tomó por sorpresa al nombrado.
El chico desvió la mirada, aún sintiendo esa incomodidad en el fondo de su corazón por la apariencia de Paris – No hay de qué.
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CAPÍTULO LARGO LOOOOL
Disculpen por la lo largo que es el capitulo, pero tenía que narrar cada detalle lo mejor que pudiese, a pesar de que aún así me quedase del orto lmao
Denle un toquesito a la estrellita, que de verdad eso es lo único que inspira a seguir escribiendo, ver el apoyo que dan ;-;
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