⊶ 44
Habían pasado unas dos horas desde que el viaje en tren había empezado. El cielo se empezaba a bañar de hermosos colores naranjas mientras el sol se escondía por el oeste. Dentro del tren, los cuatro jóvenes charlaban de cosas random solo para matar el tiempo.
– Entonces... ¿qué les hizo tomar la decisión de ir a visitar a su maestra? – preguntó Winry curiosamente.
– Hay dos razones. – respondió Edward en un largo suspiro – Últimamente hemos tenido una larga racha de batallas perdidas.
Winry enarcó una ceja – ¿Eh? ¿Solo van a visitar a su maestra para mejorar su combate? ¡Son lo peor! – exclamó.
Edward volteó rápidamente – ¡No es tan simple como suena! – exclamó un poco molesto. – No es solamente el combate... se podría decir que también somos nosotros, como personas. ¿Cierto? – volteó a su lado buscando la mirada de su hermano menor, quien asintió repetidamente.
– Cierto. Creemos que si vamos a ver a nuestra maestra, nos ayudará a fortalecernos... de alguna manera.
Edward devolvió su vista a la ventana del tren – Quiero ser aún más fuerte. – dijo con determinación, dejando un poco fuera de lugar a Winry.
Paris al notar que Winry estaba ocupada admirando la determinación de los hermanos, intervino – ¿y la segunda razón?
El rubio no quitó su mirada de la ventana – Para preguntarle si sabe algo sobre la piedra filosofal.
Paris abrió sus ojos en sorpresa. Mordió el interior de su mejilla como acto reflejo, para no preguntar más de la cuenta.
Edward al notar el silencio de la chica, decidió seguir hablando – Por eso te hice venir. Se que también querrás escuchar sea lo que sea que ella tenga que decir.
Paris sonrió levemente – Gracias...
– De todos modos... no nos podemos preocupar por las apariencias... tenemos que estar listos para cuando ella intente matarnos; y preguntarle sobre... – Edward empezó a tartamudear – p-preguntarle sobre... – un tic nervioso apareció en su ceja, le estaba costando continuar con aquella frase. Soltó un suspiro rendido y un aura sombría lo rodeó a él y a Alphonse – Nuestras vidas si que han sido cortas...
– Me hubiese gustado por lo menos tener una novia antes de morir... – le siguió Alphonse en su aura depresiva.
Winry los vió confusa – ¿Q-que clase de maestra tienen...? – su pregunta quedó en el aire.
Paris los vió divertida. De alguna manera u otra estaba emocionada por conocer a la persona que podía hacer que Edward y Alphonse temblasen como gelatina apunto de colapsar. – No puedo esperar a ver cómo les patean sus traseros.
Alphonse volteó horrorizado – ¡Que cruel, Paris-san!
La muchacha se encogió de hombros mientras mantenía esa pequeña sonrisa en su rostro.
– No te confundas Paris. – avisó el rubio llamando la atención de la nombrada – créeme que si a nuestra maestra le da la regalada gana de darte una paliza a ti también, lo hará. – sentenció; mandando escalofríos por la espalda de la muchacha.
– ¡Eso solo la hace mucho más interesante! – exclamó en voz bajita, emocionada.
Winry la vió como un bicho raro – ¿En serio? ¿Es que acaso todo alquimista tiene un deseo suicida? – preguntó retóricamente provocando una leve carcajada por parte de la castaña.
– Yo lo llamaría algo como... "un sentido de la aventura" – respondió.
La rubia enarcó una ceja, extrañada ante tal explicación – Pues vaya basura que es tu sentido de la orientación...
La castaña negó repetidas veces ante la forma de pensar de Winry. Le parecía extremadamente divertido.
– Por cierto... ¿Como están tus heridas Paris-san? – llamó la armadura, tomando la atención de la nombrada – me asombra que te hayan permitido venir con nosotros. Estabas mucho más herida que nii-san.
Paris se encogió en su lugar al oír eso. Desvió la mirada hacia el pasillo y notó como empezaba a sudar frío. – ¡E-estan geniales! – exclamó nerviosa – S-solo se veían peor de lo que en realidad son... ajaja... no es nada serio...
Edward vió fijamente el perfil de la castaña mientras achicaba sus ojos, analizando su lenguaje corporal a la perfección. – Estás mintiendo, ¿verdad? – la acusó, a lo que la castaña volteó a enfrentar sus orbes doradas.
Intentó sostener la batalla de miradas, pero la culpa se apoderó de ella y soltó un suspiro rendido. – Vale. Me atrapaste. – soltó y Edward esbozó una sonrisa triunfal – Me tuve que escapar del hospital....
– ¡¿Que tu qué?! – gritaron Winry y Alphonse al unísono.
Paris cerró sus ojos fuertemente al oír el grito de sus compañeros, vulnerable – ¿L-lo siento...?
– ¿Ni si quiera intentaste exigir que te diesen de alta antes...? – preguntó incrédulo el rubio.
– Hey. Fuiste tú el que me dijo de la nada que los acompañaría a Dublith. – atacó.
Edward ladeó su cabeza y alzó sus cejas, burlón – Yo tampoco estaba en condiciones para que me dieran de alta. Pero, a diferencia de ti, resolví el problema como una persona normal y simplemente exigí que me dejasen salir antes. ¡Eres una alquimista estatal! ¡¿Recuerdas?!
La castaña se sonrojó al oír todo eso. – Cada quien tiene sus maneras... – murmuró por lo bajo antes de volver a desviar su mirada. Ahora estaba avergonzada por las medidas innecesarias que había tomado.
•••
Los jóvenes habían pasado toda la noche en el tren. Todos habían dormido a gusto y a pata suelta, a excepción de Alphonse debido a su condición.
Era mediodía y Winry había traído una pequeña sorpresa para el camino.
– ¡Está buenísimo! ¡Este pie de manzana es lo mejor! – exclamó Edward mientras le daba otro bocado al pedazo de postre que tenía en su mano.
– ¡Gracia-san cocina muy bien! – dijo Winry copiando la acción de Edward. La muchacha llevaba en su regazo un contenedor en donde guardaba todo el pie de manzana.
– Lo sé... la última vez que cocinó para nosotros todo estaba muy bueno también – comentó Edward.
Se escucharon moqueos y pequeños sollozos cerca. Winry alarmada volteó hacia donde provenían y vió a Paris.
Llorando.
– ¡¿Estas bien?! ¡¿Por qué lloras?! – preguntó alarmada la rubia.
Paris volteó hacia ella hecha un desastre de lágrimas, con un trozo de pie de manzana en su mano. – E-es que... está tan exquisito que me han entrado g-ganas de llorar...
Winry sintió que le habían echado un balde de agua fría encima. Paris sin duda era todo un personaje.
– ¡He puesto este pie en la lista de cosas que quiero comer cuando recupere mi cuerpo! – exclamó feliz Alphonse con una pequeña libreta en mano.
Winry volteó hacia los hermanos de nuevo y sonrió levemente – Gracia-san me ha enseñado cómo hacerlo. Así que una vez que recuperes tu cuerpo, lo haré para ti.
– ¡¿En serio?! ¡Muchas gracias! – exclamó feliz la armadura mientras alzaba sus brazos.
Winry sonrió ampliamente al ver la reacción de Alphonse, tan sincera y pura. – Hughes-san y Gracia-san fueron muy amables conmigo. – comentó.
– El teniente Hughes es un padre dotado, un entrometido, y bastante fastidioso – Edward terminó de comerse su pedazo de postre.
– Pero... el siempre vino a visitarnos en el hospital, ¿no es así? – dijo Alphonse, alternando su mirada entre Paris y Edward. La chica estando un poco ocupada degustando su postre aún.
– Bueno, es verdad. Siempre decía que estaba ocupado con su trabajo, pero de alguna manera u otra siempre nos venía a visitar. – comentó con una leve sonrisa mientras miraba por la ventana.
– La próxima vez que lo veamos tenemos que agradecerle de alguna forma – Agregó Alphonse.
– Por su puesto. – asintió Edward.
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Capítulo medio relleno... but not really(?
Idk man es que me he comprado El Overwatch y el Súper Smash Bros Ultimate y nada pues me he pasado horas viciada y he tenido que escribir lo que saliese 😂😂
Por cierto; 500.
500 estrellitas.
500 veces que ustedes personitas preciosas le han dado amor a la estrellita.
No tengo palabras, other than wtf imma die hold up—
Y otra cosa más;
LE HAN HECHO OTRO DIBUJO A LA BONITA DE PARIS WHAAAAAAT
IRALA! IRALA!🔥🔥
– Aló polizia, yes, me han robao' el Kokoro:'v
¡¿COMO CHUCHAS LE HACEN PARA SER TAN TALENTOS@S HUH?!!!!! Tengan piedad en mi pobre corazón, coño.
Dibujo sepsi hecho por la bonita personita Happier_Mod denle todo el amor que se merece antes de que una chancla voladora los visite a todos por sus casas ahre.
Love y'all babies ❤️❤️❤️❤️
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