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Pasados algunos días, Paris seguía invadiendo el espacio personal de Michael. Se había acostumbrado a la presencia del muchacho y viceversa. Por su puesto Michael tuvo que volver a sus actividades diarias las cuales requerían de su presencia en múltiples lugares, lo cual significaba que Paris estaba la mayoría del tiempo sola en esa gran mansión. Normalmente lo único que hacía era entrenar todos los días en el jardín trasero, y de vez en cuando tomar muchas siestas. Para ella, aquello era la verdadera vida.

•••

En la biblioteca pública de Central City, se encontraban dos hermanos casi que quemando sus cerebros intentando descifrar un código.

Edward y Alphonse se enteraron de que la biblioteca nacional se quemó hasta no quedar ni un libro. Se entristecieron, sabiendo que su pista había sido eliminada. Pero por suerte, fueron presentados a una chica que solía trabajar en dicha biblioteca, Sheska. Dicha mujer tenía la habilidad de recordar el contenido de todos los libros que ha leído en su vida, memoria fotográfica. Sheska les hizo el favor de reescribir las notas de investigación de Marcoh y se las entregó a los hermanos.

A primera vista las notas no eran más que simples recetas de cocina, pero Edward sabía que todo alquimista encriptaba sus investigaciones para que así no caigan en las manos equivocadas.

Así que, desde hace ya unas horas los hermanos estaban en una habitación privada de aquella biblioteca, junto con las notas de Marcoh e intentaban descifrar el contenido oculto.

Edward se encontraba leyendo las mismas líneas una y otra vez, intentando encontrar algún tipo de relación entre ellas, o algún tipo de información externa que les pudiese ayudar. En cambio, a pesar de que Alphonse también intentaba lo mismo, no estaba completamente concentrado en su lectura. Había algo que no lo convencía del todo.

– Nii-san... – llamó, obteniendo la vaga atención de su hermano mayor quien ni se volteó a verlo –  Es que aún no logro entender... ¿Por qué Paris-san se tuvo que ir?

Edward se encogió de la sorpresa. El no le había dicho la discusión que tuvo con la muchacha. Se había inventado una mentira, le dijo que Paris recibió una llamada por parte del Coronel, solicitando su presencia inmediata en East City. Pero el rubio estaba más que consiente de que eso no era lo suficientemente convincente, y menos para alguien tan inteligente como lo es su hermano menor. Sin quitar la vista de los papeles que leía, intentó evadir la pregunta – Ya te lo dije Al, el Coronel la llamó por otra misión... deja ya eso y concéntrate en lo que de verdad te importa; recuperar nuestros cuerpos. – sentenció, concluyendo aquella conversación.

Pero, por su puesto la curiosidad de Alphonse siempre puede más con el y no pudo dejar de imaginarse que tipo de misión era tan importante como para irse sin si quiera decirle adiós.

El le quería contar a Paris que gracias a ella, tuvo una muy necesitada conversación con su madre. Le quería agradecer y contar sobre las cosas que pudo hablar con su madre. Pero la muchacha simplemente se había ido sin ningún aviso.

Edward miró de reojo a su hermano. A pesar del rostro inexpresivo de la armadura, el sabía que su mente estaba en otro lugar que no eran los libros al frente de ellos. Se maldijo internamente. Tendría que acostumbrarse, puesto a que apostaba que no iban a volver a ver a aquella chica tan extraña.

Ambos se fundieron en ahora un silencio incómodo. Debido al estado distraído de su hermano, Edward no podía evitar sentirse un poco culpable. Alphonse extrañaba la presencia de Paris a pesar de que no lo dijese, y el era el principal culpable de aquello. Se preguntaba si había hecho bien al simplemente dejarla ir.

»Maldita sea...« pensó frustrado. El solo quería volver a tener toda su atención de vuelta en las notas de investigación; pero sus pensamientos no dejaban de desviarse hacia cierta castaña con un parche en su ojo izquierdo.

•••

Varios días han pasado desde que los hermanos empezaron a trabajar en descifrar el código. Días en los que Paris tuvo tiempo para pensar en sus acciones.

A pesar de que le tomó tiempo darse cuenta, decidió que su pasado con una versión paralela de Edward no hacia que valiese la pena perder su trabajo como alquimista estatal. Ella sabía que los hermanos debían estar por algún lugar de Central City, por que si ya hubiesen regresado a East City, probablemente el Coronel Mustang ya la hubiese encontrado y dado su merecido por desobedecerlo.

– ¡Michael, saldré un rato! – exclamó esperando que el de cabellos ceniza la escuchase desde algún lugar de aquella mansión.

– ¡Espera! – se escucharon pasos apresurados por los pasillos, y de la oscuridad salió Michael haciendo el ademán de ponerse una chaqueta. – Iré contigo.

– ¿No estás cansado? – preguntó Paris al recordar todas las horas que el joven había estado trabajando los últimos días.

– Si, pero me hace falta salir y distraerme por una noche – dijo mientras abría la puerta y dejaba que la castaña saliese primero. Luego, cerró la puerta principal detrás de él y empezaron a caminar por las calles sin ningún destino en específico.

– Sabes que no voy de fiesta ni nada por el estilo, ¿verdad? Si quieres ir a un bar o algo parecido puedes ir por tu propio camino – se burló.

– No, tonta. – Michael rió suavemente y desvió la mirada desinteresado – Por lo menos no hoy... solo quiero una caminata nocturna con mi amiga por las calles desoladas de Central City. – por el rabillo del ojo notó como Paris tenía una pequeña sonrisa en las comisuras de su labio, mientras miraba hacia abajo.

– Gracias, Michael. – dijo la chica, confundiendo al nombrado.

– Wow, ¿y eso de donde vino tan repentino? – preguntó burlón.

– No has hecho nada más que ayudarme a pesar de lo idiota que he sido. Y supongo que no te he agradecido como es debido – explicó desviando la mirada, avergonzada – también he tomado espacio en tu casa y debido a eso no tienes a tus usuales empleados... y b-bueno no puedo dejar de pensar qué tal vez sea una molestia para ti – empezó a rascar su nuca al confesar sus pensamientos. Michael puso sus ojos en blanco debido a la ingenuidad de Paris. Seguido a esto, le dió un pequeño golpe en la cabeza – ¡ouch! ¡¿De nuevo?! Te estás acostumbrando a esto... – hizo un pequeño puchero ya que no le agradaba el nuevo hábito de Michael.

– Tu solita te los ganas. A ver contéstame algo – Paris volteó a verlo expectante – Si realmente te considerara una molestia... ¿Crees ahora mismo estaría aquí contigo? ¿No crees que tengo cosas mejores que hacer, como dormir? ¿Con lo cansado que estoy? – preguntó sarcásticamente, dejando sin palabras a la castaña – exacto. Así que deja de actuar como una idiota y camina.

Ambos se adentraron a un silencio agradable. Disfrutaban de la fresca y fría brisa de la noche y se perdían en sus propios pensamientos. Era un paseo para relajarse, y así lo hicieron. Paris de vez en cuando titiritaba por el frío, ya que se rehusó a ponerse algo más cálido, pero ella prefirió ir con su outfit de siempre. Michael por otro lugar, pensaba en lo mucho más interesante que era su vida con Paris a su lado. El no acostumbraba a tener tiempo para amigos y tampoco solía hacerlos del todo. Un hombre joven tan ocupado y con tanto dinero, normalmente lo único que atraía era gente falsa que solo quieren hacer negocios y/o un interés monetario. En cambio, con Paris por fin sentía una amistad verdadera, a pesar de que las circunstancias que los uniesen eran muy peculiares.

Ah, y el hecho de que Paris tiene el cuerpo de su hermana menor, Emma. Pero esos son detalles menores que a nadie les importa.

– Quiero encontrarlos; a Edward y Alphonse. – Paris rompió el silencio de la nada, obteniendo la atención de Michael. Seguían caminando sin rumbo cada vez adentrándose más a Central City. Por ahora ya debían estar bien lejos de la casa de Michael, pero no pensaban en eso debido a lo mucho que estaban disfrutando el momento.

– ¿Son esos los niños que tenias que escoltar? – Paris asintió levemente. – ¿Crees que aún sigan aquí en Central City?

– Sé que iban a venir acá por una pista a la piedra filosofal pero... no sé que tanto tiempo se quedarían... – pensó poniendo una mano en su barbilla – solo sé que no están en East City, por qué si no, de alguna manera u otra Roy ya me hubiese encontrado e incinerado– explicó mientras un escalofrío recorría todo su cuerpo. Roy realmente enojado no era para nada agradable.

– ¿Ese tal Roy es tu jefe?

– Si, mi Coronel.

– Vaya manera de dirigirte a tu superior, tonta.

– Es de cariño – explicó sonriendo tontamente. Para ella Roy y Riza eran como sus mentores y amigos.

A lo lejos, acercándose rápidamente venían dos figuras de distintas alturas. Paris y Michael notaron esto y achicaron sus ojos para mirar mejor quien tenía tanta prisa en estas horas de la noche.

Paris al darse cuenta de quienes eran aquellas dos figuras, abrió sus ojos como platos y entró en un mini ataque de pánico.

Rápidamente tomó a Michael de la muñeca y lo arrastró hacia detrás de un poste de luz.

– ¡Oye! ¡¿Que mierda te pa— los quejidos confundidos de Michael se vieron interrumpidos cuando vió a Paris hacerle una seña de que hiciese silencio. El de cabellos ceniza se asomó por sobre su hombro hacia el lado de la acera contraria y vió como un chico pequeño de cabellos rubios acompañado con una armadura enorme pasaban corriendo en la dirección de donde ellos acababan de pasar. Luego volvió su vista a Paris, y notó como la chica no quitaba su mirada preocupada de la espalda de dichos chicos. No tardó en sacar la conclusión – Son ellos, ¿verdad? – Paris ni le respondió, ya que tenía toda su atención en los chicos que poco a poco se alejaban de su campo de visión – Me acabas de decir que los quieres encontrar y los tienes al frente. ¿Por qué te escondes?

Paris tragó saliva duramente, calmando sus nervios – N-no lo sé... simplemente reaccioné y ya...– la chica empezó a relajar sus hombros los cuales había tensado inconscientemente.

– Si no los llamas ahora, lo haré yo.

– ¿Qué? ¿De qué habl—

– ¡OIGAN!

Edward y Alphonse se sorprendieron, pensando qué tal vez los habían atrapado escabulléndose. Voltearon a dirección de donde provino el grito, pero no vieron a nadie.

– ¿Que fue eso nii-san?

Edward rascó su cabeza, confundido – No tengo idea Al... como sea, vamos, no tenemos mucho tiempo antes de que se den cuenta que no estamos en el hotel – avisó para luego continuar con su camino seguido por la armadura.

Detrás de una pequeña maceta con una bonita planta se encontraba Paris agachada tapándole la boca a Michael, quien estaba totalmente en el piso siendo retenido por ella. La castaña había conseguido ocultarse junto con Michael en una mísera de segundo gracias a sus buenos reflejos. Luego de asegurarse de que los hermanos ya no estuviesen en su vista, le quitó la mano de la boca a Michel quien empezó a tomar aire exageradamente.

– Maldita sea Paris... si me quieres matar por lo menos avísame... – decía mientras sobaba la parte trasera de su cabeza, la cual había caído fuertemente contra el piso cuando Paris lo llevó detrás de aquella maceta bruscamente.

La castaña lo miró mal. Ahora mismo tenía unas ganas insoportables de darle unos cuantos golpes al de cabellos ceniza – Pues ahora mismo te lo digo; vuelve a hacer algo como eso, y te juro que te quedas sin primogénito – amenazó mientras llevaba su vista hacia donde los hermanos Elric se habían ido.

Luego de ambos levantarse y sacudirse cualquier polvo o tierra, empezaron a caminar de vuelta a la casa de Michael.

Pero esta vez el aire era diferente. No era precisamente incómodo, pero si se sentía la tensión en el silencio. Michael notó como Paris caminaba muchísimo más rápido que anteriormente. Su postura era tensa y visiblemente incómoda, tal vez con miedo o ansiedad. Su mirada se dirigía de lado a lado, como buscando algo. También reaccionaba a cualquier sonido que proviniese cerca, volteando inmediatamente y decepcionándose cuando no encontraba lo que quería.

Michael se hartó de la actitud de la castaña y habló frustrado – ¿Puedes dejar de actuar como una idiota? ¡Búscalos! – dejó de caminar y metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Paris paró de caminar unos pasos más adelante que él y volteó a verlo confundida. – No haces nada más que buscarlos inconscientemente.Y en realidad no tengo bien claro si lo haces porque los quieres evitar, o porque bien en el fondo... – Michael lentamente se acercó hasta Paris hasta quedar a pocos metros de ella, teniendo que mirar hacia abajo para poder enfrentar su mirada – ... quieres que ellos te encuentren a ti.

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Bueno, una noticia importante;

VUELVO UN DÍA ANTES QUE EL PREVISTO HAJSJAJSJAJA

De hoy en adelante, ¡las actualizaciones diarias continúan! WOOOOOO🔥🔥🔥🔥

Me pasó lo más idiota del mundo man, o sea, me dan ganas de morirme de lo gracioso que es.

Me pase las últimas semanas matándome mentalmente haciendo todos mis trabajos atrasados y por entregar. Ya saben, por lo menos yo en la cuarentena descuidé muchas cosas, y una de esas fueron mis estudios 😂

Pero bueno, el cuento es que mañana viernes, iba a ser la última fecha que tenía que entregar trabajos, los cuales había estado haciendo a lo largo de toda esta semana, y los iba a entregar mañana. Justo hoy, hace básicamente minutos estaba trabajando en el último, para así entregarlos todos al mismo tiempo.

Resulta y acontece que me acaba de llegar un email de mi tutor, diciendo que no era necesario, porque el college no volverá a abrir por este año escolar, y que nuestras notas finales las iba a predecir ellos en base al esfuerzo que ellos han visto de nosotros en los años desde que empezó el curso.

...

Yo me quedé así ira

NO MAMEEEEN, MATÉ MI CEREBRO TRABAJANDO TODAS ESTAS SEMANAS PARA QUE AL FINAL ME DIGAN QUE YA NO TENGO ENTREGAR LOS BENDITOS TRABAJOOOOOOS

IMMA SMACK A BITCH I SWEAR, ITS ME, I'M BITCH

Pero bueno, ya, ya basta, ya paso.

Las buenas noticias sobre eso, ¡es que ya puedo concentrarme con el libro! ¡Yeiii!

It's good to be back hunnies, I missed y'all so so so much ❤️❤️❤️❤️ ¡Los veo mañana! :DDDD

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