| : ᴘʀᴇɴᴇᴢ sᴏɪɴ ᴅᴇ ᴍᴏɪ, ᴀʟᴘʜᴀ : |
La fresa picada hace apenas un par de segundos fue demolida por el palillo de comida china recientemente lavado por el omega de ojos verdosos. Nicholas esperaba pacientemente a la llegada de su alfa junto a su pancita de ya seis meses.
No estaba preocupado, en tan sólo unos minutos habría de escuchar la puerta ser abierta y vería a su pareja pasar por el umbral con su ya característica cara de pocos amigos, y tras eso, habría cuatro opciones: ¹sería derrumbado contra su silla en la barra de la cocina con besos depredadores y sedientos de sexo, y luego sería cargado a la habitación como si no llevase a una criatura de 750 gramos en la panza, ni un tamaño impidiendo un contacto más cómodo de ya 35 centímetros. ²U ocurriría un abrazo con gimoteos y berrinches de por medio debido a lo cansado del día, terminando así en una sesión de muchos besos y mimos. ³Podría también ocurrir que al pasar por la puerta, su alfa le trajera de aquellas tartas de frutilla que vio la última vez como "sorpresa", como si él no hubiese sido ya un paciente cachorro por ello pues siempre era muy bien consentido por su alfa. ⁴Y por último, Elle y su alfa podrían regañarlo por andar descalzo por la casa...
No había terminado de pensar en su sinnúmero de posibilidades cuando la puerta fue abierta tras suyo haciéndolo mirar tranquilo por sobre su hombro mientras un pedazo de fresa era destrozado en sus labios y mascaba con levedad el palillo de plata.
Elle pasaba por la puerta justo como ya lo esperaba, su rostro cansado y molesto, junto a varios gruñidos de parte de la chica mientras desabrochaba el corbatín de su traje; entonces dedujo que la visita a sus padres se habría adelantado como lo más probable, y aún así, Nicholas no evitó sonreír al hallar en el brazo de su pareja su objetivo: una caja perfectamente decorada y arreglada con una etiqueta de la pastelería que había visto en la ciudad vecina.
Un regaño por parte de sí mismo llegó a su lobo que en su interior se había encontrado erguido y alegre meneando la cola, orgulloso de la suerte que tenía con su alfa, y pensando en lo atractiva que se veía enfrente suyo aún con la clara advertencia de peligro marcada en rojo y letras mayúsculas apuntando al lobo.
—Hola, amor —le saludó en un intento de bajar su ligera calentura.
Pero aquel intento llegó al olvido cuando Elle alzó el rostro para encararlo, brillante sodalita le recibió de golpe haciendo vibrar a todo su cuerpo. Emoción le bañó por completo mientras involuntariamente y a decisión de su omega -que saltaba felizmente-, comenzó a liberar feromonas para atraer aún más a su enojada pareja.
Y por más molesta que ella se encontrase, tanto Nicholas como su lobo sabían que su alfa nunca les haría daño.
—¿Por qué estás descalzo? —le gruñó dejando sus zapatos en el suelo lo más ordenados que la molestia le permitió hacer y el omega miró a sus pies desnudos a falta de calcetas—. Nick, te hice una pregunta, mi amor. —Su voz era apremiante aún con el enojo y eso lo hizo vibrar juguetón y curioso en su asiento.
No debía. Primero tendría que estar preguntándole a su alfa la razón de su molestia, no querer jugar con la poca paciencia que al lobo le quedaba como tanto quería. Maldecía a su embarazo, tenía todo tipo de antojos refiriéndose a comida, y a su Alfa...
—No quiero responder —habló fuerte y claro procurando sonar grosero, y sonrió satisfecho al escuchar el parar seco de los pasos de la chica.
—Nick- Vamos, sabes lo que ocurre ahora —un desajuste—, no quieras jugar conmigo.
Que mal, porque era justo eso lo que quería.
Levantó el rostro con calma, comenzando a comer de la poca fruta picada que le quedaba, dándose la vuelta, y tuvo que soportar el atragantarse cuando la nariz de la mujer le recorrió con mucho cuidado la nuca, con un sube y baja de por medio. Su mano se encontró arañando con levedad la barra al hallarse mordiendo su lengua ante el gemido que le rasgaba en la garganta por sentir la lengua y los labios de su pareja comenzar a recorrerle, rozando cerca de su oreja y de la marca de unión que los enlazaba con fuerza.
Tragó a duras penas la última fresa y se levantó lo más relajado y cuidadoso que pudo, gruñéndole a la fémina en cuanto quiso ayudarle. Esta inmediatamente quedó congelada, cuál estatua, mirándole con las cejas fruncidas y una mueca de desconcierto y claro estrés en el rostro. No le preocupaba, puesto que sabía que gracias a la marca, su pareja ya sabría la excitación que sentía, así que tan sólo se fue caminando a paso decidido e indignado por el pasillo hasta su cuarto.
—Me dejaste solo —fue lo ultimo que gruñó y entró por la puerta mientras su mujer le miraba divertida desde la sala. Sabía muy bien que, de haber estado en su forma lobuna, aquella escena se habría visto aún más cómica tal cual era.
Sonrió complacido al saber que al menos, su pequeño juego había valido la pena, desestresando un poco a su pareja.
La puerta fue cerrada de golpe tras él y el pestillo fue colocado, y no pudo controlar el olor que soltó su omega, chillante y emocionado, por ser jodido por su Alfa.
Un par de pasos fueron dados hasta apresarlo por la espalda, presionando sus caderas, y comenzando a ser levantada la ropa de manera juguetona y lenta, su pancita fue acariciada, y se encontró recostando su cuerpo sobre el de la chica producto del cómo se sentía ante la ligera simulación de embestidas, del tacto de los dedos de su pareja, imaginándolos irrumpir en su entrada, pronto haciéndolo jadear ante la sensación del deseo recorriéndolo y sentir su miembro calentarse y erguirse, su trasero soltando lubricante preparándose naturalmente, sin querer juegos previos.
Jadeó, dando libre acceso a su cuello para el camino de besos, chupetones y ligeras mordidas que comenzaron a serle dadas, rozando maliciosamente su marca de unión haciéndole soltar suspiros y vibrar reanimando la picazón y calentura a lo largo de todo su cuerpo, deseando más cercanía.
Fue dado vuelta, y entonces cargado por la mayor para ser cuidadosamente tumbado sobre la cómoda, recibiendo aún más besos y caricias por su cabello, frente, nariz y labios, en sus caderas y por su pancita con una veneración que le hizo temblar completo.
Su alfa le quería. Tanto cómo él la quería de vuelta.
Y ellos querrían tanto o de igual modo a su pequeño cachorro.
Por más que todo les fuese en contra.
FIN💕
(esperen al extra)
⠑⠁꧁🄳🄰🄼🄼🄴🅁꧂⠁⠔
Prenez soin de moi, Alpha: cuida de mí, Alfa
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