Capítulo único

Innumerables herramientas acumuladas por los siglos seguían almacenadas en la habitación más baja del templo de Zeno-sama, Nada más polvo sobre ellos, un lugar olvidado…pero desde hace algunos días, el Gran sacerdote retomaba lo abandonado.

“

Merus Falló.”

El eco de esas frías palabras eran más un cruel recordatorio de su fracaso.

…

El sonido de la Sierra no dejaba de sonar en esa habitación, por alguna razón el sonido de las gotas cayendo, producía un sonido escalofriante .

¿Qué Corta con tanto esmero?

Porque la expresión de su rostro a siempre vista no parecía emitir nada, pero si mirabas con determinación sus ojos… encuentras una ira muy bien contenida.

Los leves gemidos emitidos desde la mesa de trabajo… dejaban mucho a la imaginación.

"Un nuevo proyecto, un nuevo… ¿Algo más que deseas?"

Su voz resonaba con gran fuerza, como si le reclamara a esas viejas paredes lo que actualmente estaba haciendo.

Una risa infantil se empezaba a escuchar en a los lejos hasta que esa risa termino resonando en su cabeza con una gran fuerza que hizo que dejara todo de lado y tomará con un gran dolor su cien.

"¿Te burlas?"

Al final solo suspiro, cansado era como se sentía en ese momento.

Estaba tan cansado de todo pero nunca lo admitiría públicamente, pues el seria remplazado con gran facilidad.

Así como el se desasía de los ángeles defectuosos.

"Realmente eres cruel, ¿lo sabes?"

"No es como si al final te importara lo que haga."

Decía algo molesto mientras tomaba algunas herramientas de una pequeña bolsa color plomo con una etiqueta vieja que apenas era legible…

母親

"Debería cambiar estas herramientas, ya son muy viejas."

Calmado empezaba a perforar el objeto de la mesa y esos leves gemidos empezaron a transformarse en gritos de horror.

Gritos qué tal vez nunca serian escuchados o gritos qué tal vez en un futuro serian olvidados.

"Deberías aprender a cuando permanecer en silencio, es de mala educación gritar."

Esas fueron sus únicas palabras antes de que con su mano libre, golpeara fuertemente a ese objeto sobre la mesa en repetidas ocasiones, hasta que el silencio reino en esa pequeña habitación.

"Hmm… creo que el Makkora tardará más de lo previsto."

Decía un tanto más calmado mientras limpiaba sus manos un liquido azul algo sospechoso.

"Si qué me ensucie un poco."

Esa risa características del gran sacerdote se escucho… pero no estaba en lo más mínimo feliz.

Estaba conteniendo una gran ira y esa risa no era más que ironía pura, ya qué acababa de complicar su trabajo un tanto.

"¡Que complicado!"

Fueron sus últimas palabras antes de caminar a la salida de esa recamara, pues acababa de ser llamado por Zeno-sama.

"¿Un Funeral Nocturno?"

O

"¿Un nacimiento complicado?"