𝒔𝒊𝒙𝒕𝒆𝒆𝒏

(☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑆𝐼𝑋𝑇𝐸𝐸𝑁 )
𝚕𝚊 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕 𝚍𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚍𝚍𝚒𝚝𝚌𝚑.

Las vacaciones de Semana Santa no resultaron ser lo que los estudiantes esperaban. De relajantes no tuvieron nada; los profesores nunca les habían dejado tantos deberes. Aunque claro, el tercer y último trimestre estaba por comenzar y eso significaba que los exámenes estaban cada vez más cerca, la idea de los profesores era que se dedicaran a prepararlos pero se habían excedido.

—Esto es una tortura —Se quejaba Blaise—. Hace días no veo la luz del día, creó que ya olvidé lo que es el aire fresco.

—¿Por qué te quejas? —Soltó Ann ante los constantes quejidos—. ¡Has estado dos horas sentado sin hacer nada! Ni siquiera has avanzado en tus deberes.

—Esa —Dijo Blaise ofendido— es una horrible acusación, Ann Margret.

—Solo faltan un par de meses para los exámenes, deberías estar preparándote para ellos. —Le recomendó la chica, omitiendo el hecho de que nombro su nombre completo.

Si Blaise y el resto de sus amigos apenas tenían tiempo para descansar, la situación era mucho peor para Alaska. Las practicas de Quidditch comenzaron a ser diarias, entrenando con ayuda de ex miembros del equipo para mayor presión, sin duda se estaban preparando para ganar.

El partido entre Gryffindor y Slytherin tendría lugar el primer sábado después de las vacaciones de Semana Santa. Slytherin iba en cabeza y sacaba a Gryffindor doscientos puntos exactos. Eso significaba que Gryffindor necesitaría una gran ventaja para ganar la copa. Con cincuenta puntos de diferencia en el ultimo partido no les bastaría, por lo que la Copa estaba casi asegurada para los Slytherin.

—No debemos permitir que nos saquen una ventaja mayor a 50 puntos, o de esa forma, si agarran la Snitch primero, ganaran el partido y la copa. —Les explicaba Alaska cada entrenamiento, pues parecía que Flint prefería animarlos a hacer trampa que otra cosa.

Nadie recordaba un partido precedido de una atmósfera tan cargada. Cuando las vacaciones terminaron, la tensión entre los equipos y entre sus
respectivas casas estaban al rojo. En los corredores estallaban pequeñas peleas que culminaron en un desagradable incidente en el que un alumno de cuarto de Gryffindor y otro de sexto de Slytherin terminaron en la enfermería con puerros brotándoles de las orejas.

En la noche previa al partido Alaska se fue a la cama bastante temprano, sin poder soportar toda la presión que le daban en la sala común. Estaba nerviosa, deseaba más que nunca ganar la copa pues, luego de todo el esfuerzo que había puesto, lo necesitaba. Gran parte de las jugadas que se planearon para la final eran obra de Alaska, quien habia investigado los mejores movimientos para asegurarse de ganar.

Alaska y el resto del equipo de Slytherin fueron recibidos con una ovación por los estudiantes de su casa, mientras que los demás estudiantes les dedicaban silbidos y abucheos. Alaska no se dejó llevar por ello, se mantuvo tranquila y con la idea de que, mientras no los superaran en 50 puntos, la Copa sería de ellos.

Flint y el resto del equipo se mantuvieron el resto del desayuno burlándose de Gryffindor, y en cómo les darían una paliza en el partido, era su forma de sentirse más seguros consigo mismos; pero no era la forma de Alaska. No probó ni un solo bocado de la comida que tenía frente a ella, y a pesar de las miradas de preocupación que Draco le dirigía, se levantó antes que el resto del equipo.

Era un día perfecto para una partida de Quidditch. El viento es insignificante pero perfecto para refrescar, el sol estaba algo fuerte pero nada que los afectara mucho.

Alaska ya se había cambiado y estaba recogiendo su cabello cuando el resto del equipo llegó a los vestuarios, estaban emocionados por el juego.

—Es el último juego de la temporada, y el más importante —Les dijo Flint una vez estuvieron todos reunidos—. Ya todos conocen el plan del juego pero dejaré que Ryddle se los explique una vez más.

—Ahora que Potter está en posesión de una Saeta de Fuego, le será mucho más fácil atrapar la Snitch, por lo tanto nuestras fuerzas deben concentrarse en los cazadores —Les decía la chica, absorbiendo seguridad mientras hablaba—. Los golpeadores evitan que las bludgers lleguen a nosotros y les cortan el paso a los de Gryffindor si tienen la oportunidad. El guardián no deja su lugar a menos que sea sumamente necesario y por último; los cazadores. Debemos hacer todos los tantos posibles.

—¿Alguna instrucción especifica para mí? —Preguntó Draco.

Alaska no lo miró para responderle.

—Tú atención debe estar en la Snitch, no en Harry ni en burlarte de él, sólo en aquella pequeña pelota dorada que debes atrapar cuanto antes ¿se entiende?

Sabía que su respuesta había sido dura, pero no se arrepintió.

—Lo más importante, no tenemos que darle ventaja a Gryffindor.

—¡Muy bien! ¡Ha llegado el momento!

Salimos al campo entre el rugido de la multitud. Tres cuartas partes de los espectadores llevaban escarapelas rojas, agitaban banderas rojas con el león de Gryffindor o enarbolaban pancartas con consignas como «ÁNIMO, GRYFFINDOR» y «LA COPA PARA LOS LEONES». Detrás de la meta de Slytherin, sin embargo, unas doscientas personas llevaban el verde; la serpiente plateada de Slytherin brillaba en sus banderas. Y el profesor Snape se sentaba en la primera fila, de verde como todos los demás.

—¡Y ahora entra en el terreno de juego el equipo de Slytherin, encabezado por su capitán Flint! Ha hecho algunos cambios en la alineación y parece inclinarse más por el tamaño que por la destreza.

Más abucheos de los hinchas de Slytherin. Aunque, sin embargo, tenía algo de razón. Draco y Alaska eran los más pequeños del equipo de Slytherin. Los demás eran enormes.

—¡Capitanes, dense la mano! —Ordenó la señora Hooch.

Flint y Wood se aproximaron y se estrecharon la mano con mucha fuerza, como si intentaran quebrarle al otro los dedos.

—¡Monten en las escobas! —Dijo la señora Hooch, y por un momento Alaska sintió una fuerte sensación de nervios—. Tres... dos... uno...

El silbato quedó ahogado por el bramido de la multitud, al mismo tiempo que se levantaban en el aire las catorce escobas. Sintió el airé golpear su rostro.

—Y Gryffindor tiene el quaffle. Alicia Spinnet, de Gryffindor; con la quaffle, se dirige hacia la meta de Slytherin. Alicia va bien encaminada. Ah, no.
Warrington intercepta el quaffle. Warrington, de Slytherin, rasgando el aire.

El cazador hizo un buen pase de la quaffle a Alaska, justo antes de que una bludger diera contra él. ¡ZAS!

—Buen trabajo con la bludger por parte de George Weasley, pero Ryddle de Slytherin tiene la quaffle y va a toda velocidad hacia los aros. ¡Cuidado, eso es una bludger! ¡HA MARCADO! ¡DIEZ A CERO PARA SLYTHERIN!

Alaska no perdió el tiempo celebrando, con un rápido movimiento volvió a estar en posición de la quaffle mientras el pequeño mar verde que se extendía debajo suyo vociferaba de entusiasmo.

—¡AUCH!

Una bludger enviada por Fred Weasley había impactado de lleno en su estómago, consiguiendo que la quaffle se escapara de sus manos. Alaska había olvidado cuando desagrado le provocaba ese chico y pronto sintió su interior revolverse, y estaba segura de que hubiera devuelto el desayuno si hubiera comido algo.

Mientras Alaska se recuperaba del golpe, Angelina casi se cayó de la escoba cuando Flint chocó contra ella a propósito, para quitarle la quaffle.

—¡Perdón! —Se disculpaba Flint—. ¡Perdona, no te vi!

Un momento después, Fred le lanzó el bate hacia la nuca de Flint. La nariz de Flint dio en el palo de su propia escoba y comenzó a sangrar.

—¡Basta! —Gritó la señora Hooch, metiéndose en medio a toda velocidad—. ¡Penalti para Gryffindor por un ataque no provocado sobre su cazadora! ¡Penalti para Slytherin por agresión deliberada contra su cazador!

—¡No diga tonterías, señora! —Gritó Fred. Pero la señora Hooch pitó y Alicia retrocedió para lanzar el penalti.

—¡Vamos, Alicia! —Gritó Lee en medio del silencio que de repente se había hecho entre el público—. SÍ, HA BATIDO AL GUARDAMETA! ¡DIEZ A DIEZ!

Flint, que seguía sangrando, volaba hacia delante para ejecutar el penalti. Wood estaba delante de la portería de Gryffindor; con las mandíbulas apretadas pero la furia de Flint por el reciente golpe parecía ser mayor.

—¡Wood es un soberbio guardián! —Dijo Lee Jordan a la multitud, mientras Flint aguardaba el silbato de la señora Hooch.

El cazador tomó gran velocidad para lanzar la quaffle al aro de la izquierda pero en un giro inesperado cambio la dirección y apuntó al aro de la derecha.

—¡Flint da un giro inesperado y...!¡HA MARCADO! ¡VEINTE A DIEZ PARA SLYTHERIN!

Con un mayor alivio, volvieron al juego.

—Gryffindor tiene la quaffle, no, lo tiene Slytherin. ¡No! ¡Gryffindor vuelve a tenerlo, y es Katie Bell, Katie Bell lleva el quaffle! Va rápida como un rayo...

Pero Alaska lo era más, se metió en el camino de Katie consiguiendo interceptarla y que diera un brusco movimiento, Warrington a un lado le quitó la quaffle. Ambos siguieron volando hacia los aros de Gryffindor a toda velocidad, el chico hizo un último pase de la quaffle Alaska y volvieron a anotar.

Derrick, uno de los golpeadores de Slytherin, se empeñó en lanzar una de las bludgers hacia Harry, pues parecía ir tras la Snitch, esta le pasó a Harry rozando el oído derecho. Al momento siguiente la segunda bludger le había golpeado el codo a Potter. Bole, el otro golpeador; se aproximaba.

Bole y Derrick, se acercaban muy aprisa con los bates en alto siguiendo a Potter y en el último segundo viró con su escoba, y Bole y Derrick se dieron un porrazo.

—¡JA, JA, JA! —Reía Lee Jordan mientras los dos golpeadores se separaban y alejaban, tambaleándose y agarrándose la cabeza—. Es una lástima, chicos. ¡Tendrán que espabilar mucho para vencer a una Saeta de Fuego! Y Gryffindor vuelve a tener la quaffle, porque Johnson lo ha recogido. Flint va a su lado. ¡Métele el dedo en el ojo, Angelina! ¡Era una broma, profesora, era una broma! ¡Oh, no! ¡Flint lleva el quaffle, va volando hacia la meta de Gryffindor! ¡Ahora, Wood, párala!

Pero Flint ya había marcado. Hubo una ovación en la parte de Slytherin y Lee lanzó una expresión tan malsonante que la profesora McGonagall quiso quitarle el megáfono mágico.

—¡Perdón, profesora, perdón! ¡No volverá a ocurrir! Veamos, Slytherin va ganando por cuarenta a diez y ahora Gryffindor está en posesión del quaffle.

El partido rápidamente estuvo a favor de Slytherin, Alaska había logrado excelentes movimientos y trucos con su escoba y luego una hora y media de juego, en el marcador se veía: 120 a 50 a favor de Slytherin.

En estos momentos Alaska y Warrington estaban pasándose la quaffle para anotar. Hicieron un truco, actuando como si al chico se le cayera la pelota a propósito, ganándose el despiste de Wood mientras Flint desde abajo atrapaba la quaffle y anotaba un tanto más, ganando diez puntos a su favor.

Los cazadores se alejaron triunfales de la meta de Gryffindor entonces Bole y Derrick aprovecharon la instancia para lanzarle a Wood las dos bludgers. Le dieron en el estómago, primero una y después la otra. Wood dio una vuelta en el aire, sujetándose a la escoba, sin aliento.

La señora Hooch estaba fuera de sí.

—¡Sólo se puede atacar al guardameta cuando el quaffle está dentro del área! —Gritó a Boyle y a Derrick—. ¡Penalti para Gryffindor!

Y Angelina marcó: 130 a 60. Momentos después, Fred Weasley lanzaba a Warrington una bludger, quitándole el quaffle de las manos. Alicia la tomó pero no llegó a anotar ya que el guardián de Slytherin se cruzó en el camino de la quaffle y la agarro antes de que atravesara los arcos

—¡Y Slytherin marca nuevamente...! —Dijo momentos después Lee Jordan con desdén.

Media hora más de juego y la ventaja en tantos ya era de cien puntos, pero algo pasaba sobre ellos. Potter había visto la Snitch dorada y de pronto había acelerado. Alaska estaba enfocada en su propio juego para saber que ocurría con los buscadores, pero pronto se pudo hacer un par de suposiciones.

—¡Penalti! ¡Penalti a favor de Gryffindor! ¡Nunca he visto tácticas semejantes! —Chilló la señora Hooch, saliendo disparada hacia el punto donde Draco volvía montar en su Nimbus 2001.

—¡ESTUPIDO CERDO RUBIO! —Gritaba Lee Jordan por el megáfono, alejándose de la profesora McGonagall—. ¡ASQUEROSO HIJ. ..!

La profesora McGonagall ni siquiera se molestó en decirle que se callara. La verdad es que levantaba el puño en dirección a Draco. Se le había caído el sombrero y también ella gritaba furiosa.

Alicia lanzó el penalti de Gryffindor; pero estaba tan enfadada que lo envió fuera. El equipo de Gryffindor perdía concentración mientras que los de Slytherin seguían entusiasmados.

—Slytherin en posesión del quaffle, Slytherin se dirige a la meta... ¡UY, ESO DEBIO DOLER! La quaffle en manos de la cazadora Katie Bell de Gryffindor...

A Alaska se le aceleró el corazón. Había visto a Draco bajar a toda velocidad con una expresión de triunfo en la cara y luego pasó Harry, que orientó hacia abajo el rumbo de su saeta, Draco le llevaba muchísima ventaja pero las dudas eran mayores.

La rubia hizo un último gran esfuerzo. Warrington interceptó la quaffle y le dio un pase limpio a Alaska, apretó las manos con fuerza alrededor de la escoba mientras aceleraba y esquivaba las bludgers que le lanzaban y a las cazadoras que intentaban quitarle la quaffle. Entonces estuvo a solo unos metros de Wood, exhaló todo el aire que tenía en sus pulmones y lanzó la quaffle.

No alcanzó a ver si la quaffle pasaba o no el aro. Una nueva bludger había impactado justo debajo de su axila, soltó un fuerte aullido de dolor mientras su cuerpo perdía el equilibrio.

—¡OTRO TANTO PARA SLYTHERIN! ¡Y ESPEREN, HARRY POTTER A ATRAPADO LA SNITCH DORADA!

Alaska estaba colgando de su escoba mientras veía a Potter sobrevolar a la multitud con el brazo extendido hacia arriba. Se esforzó para volver a su escoba y fijarse en el marcador.

—¡150 PUNTOS PARA GRYFFINDOR! ¡GRYFFINDOR A QUEDADO CON 210 PUNTOS! ¡Y SLYTHERIN CON...!

El silenció de Lee Jordan fue absoluto. El marcador apuntaba 170 puntos para Slytherin lo que los dejaba a la cabecilla por 30 puntos a pesar de haber perdido el partido. La confusión era total.

—Gryffindor ha ganado el partido por 30 puntos, pero Slytherin gana la Copa.

Alaska y Warrington se unieron en un fuerte abrazo mientras el resto de los jugadores se reunían a su alrededor con gran emoción.

—¡Hemos ganado la copa! ¡Hemos ganado la copa!

El equipo de Slytherin bajó a tierra dando gritos con la voz quebrada. Los grupos de hinchas del equipo esmeralda saltaban ya las barreras y entraban en el terreno de juego. Multitud de manos palmeaban las espaldas de los jugadores.

La afición los subió en hombros a ella, a Draco y a Flint. Alaska pudo ver a Snape sonriendo con malicia mientras le echaba en cara la derrota a la profesora McGonagall, sus amigos le gritaban palabras de aliento que no podía descifrar por los gritos. También pudo ver a Cedric que la observaba con una gran sonrisa de orgullo y a otro lado estaba Archer, alzando dos frías cervezas de mantequilla mientras le felicitaba con señas.

Alaska se limitó a sonreír como nunca lo había hecho mientras eran conducidos a las gradas, donde Dumbledore esperaba de pie, con la enorme copa de quidditch. Flint y Alaska elevaron la copa en el aire. ¡Habían ganado!

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