22

Al día siguiente, los doctores llegaron a un acuerdo, Bea había mostrado signos de mejoría contra el tratamiento de secuestro, aunque era una mejoría mínima, tenían la esperanza de que Bea reaccionará más rápido al tratamiento.

—Hola Bea—saludo el médico—. ¿Cómo estás?

—Bien—contestó la chica sentándose en la camilla

—Te tenemos buenas noticias—dijo el doctor—. Llegamos a la conclusión de que para mejorar tu avance, a la hora de las comidas, irás al comedor con tus compañeros

—¿De verdad?—preguntó la chica con emoción

—Sólo hay que recordar una vez más que hacer si te llega a dar un ataque. —el doctor se sentó frente a ella

—Mi nombre es Bea Mallory, tengo veinticuatro años, soy del Capitolio, tengo una familia que me ama...—comenzó a pronunciar las palabras que le habían pedido que usará si llegará a perder el control, pero las imágenes de lo que paso en el Capitolio, siendo torturada aparecieron—. Fui secuestrada por el presidente Snow después del Vasallaje, fui torturada por días...

—Bea, mírame. —pedía el doctor, pero la chica no estaba prestando atención, sólo pensaba en el dolor que pasó ahí—. Bea, ¿Recuerdas a Finnick?

Al mencionar al chico, la mente de Bea regreso al momento.

—Finnick—pronunció ella buscándolo—. Quiero ver a Finnick

—Claro que si, vamos a llevarte con él. —el doctor se levantó dejando pasar al sargento Boggs

—Tenemos que ponerte estas esposas por seguridad Bea—dijo el sargento

—No se las pongan, yo mismo me encargaré de cuidarla si le da un ataque—dijo Lucas entrando

Al principio a Boggs no le pareció la idea, pero no tenía de otra, estaba bajo la protección de la presidenta del Distrito trece, así que no podría hacer nada.

Lucas saco a Bea de la habitación avanzando entre los pasillos del Distrito.

—¿Por qué no hay ventanas?—preguntó Bea mientras avanzaban

—Porque esto es una base subterránea—explicó Lucas—. Después de la primer guerra, todo en la superficie fue destruido, así que tuvieron que hacer su vida aquí abajo

Bea asintió y no dijo más, al llegar al comedor, Lucas detuvo a Bea.

—Si te llegas a sentir mal, avísame y te sacaré de aquí—dijo Lucas y Bea asintió

—Estaré bien, trataré de controlarlo—dijo Bea

Lucas abrió la puerta del comedor y todos los presentes miraron hacia ambos chicos que acababan de entrar.

—Tranquila—susurró Lucas al ver que Bea se tensó un poco—. Vamos con Finnick

Cruzaron las mesas hasta llegar a donde estaban los tributos rescatados, entre ellos, Johanna.

—Bea, que alegría verte fuera—saludó la chica del Distrito siete

—Dijeron que estar aquí afuera podría ayudarme a recuperarme—dijo Bea mirando a Finnick

—Ven, siéntate conmigo—dijo Finnick levantándose para dejar pasar a Bea

La chica miro a su hermano y Lucas asintió para que fuera con él, Bea se acercó a Finnick, y se sentó a su lado.

—¿Quieres comer?—preguntó Finnick a Bea, y sin esperar respuesta se levantó y fue a la barra por comida para la chica dejándola con los demás

—Finnick nunca deja de hablar de ti—dijo Katniss

—Tampoco Peeta dejaba de mencionarte—comentó Bea—. Siempre hablaba de ti, lo hacíamos para alejar el dolor de las torturas

Todos miraron con lástima a la chica, no podían imaginar el dolor que vivieron ambos ahí dentro.

—Aquí está tu comida—Finnick se sentó a lado de ella con un tazón de avena y agua—. Se que no es como en el Capitolio

—No te preocupes, está bien—dijo Bea dándole una sonrisa y tomando la cuchara para comer la avena

Dio el primer bocado y le dieron arcadas, pero aun así hizo un esfuerzo en comerlo, su cuerpo estaba muy lastimado internamente por los golpes y el vómito ocasionado por el mismo, pero no quería preocupar a todos y que la regresarán al hospital, así que comió a pesar de que su estómago pedía a gritos que se detuviera.

Cuando la comida terminó, todos tenían que regresar a sus actividades asignadas en el día, pero Finnick tenía un permiso especial para ir con Bea y llevarla al hospital para después regresar a la suya.

—¿Tú sabías?—preguntó Bea cuando llegaron a su habitación—. ¿Sabías lo de la rebelión?

—Si, lo supe unos días antes del Vasallaje—dijo Finnick—. Créeme que mi intención era sacarte del Capitolio al inicio de todo, pero cuando Haymitch fue por ti, ya no estabas

—Justo iba a salir a buscarte cuando Katniss lanzó la flecha—dijo Bea—. No había otra cosa en la que pensará, solamente pensaba en volver a estar contigo

—Ahora estas aquí Bea, y te juro que nunca más te dejaré sola—Finnick se acercó y tomó con cuidado las manos de Bea

—¿Recuerdas la última vez que hicimos un juramento?—bromeó Bea causando una risa en Finnick

—¿Vendré mañana te parece?—dijo Finnick dándole un beso en la frente a Bea y levantándose para irse

—Finnick. —lo llamó Bea—. ¿Puedes quedarte esta noche?—pregunto nerviosa

—Por supuesto—dijo Finnick sin mostrar lo emocionado que estaba por la petición de Bea

Finnick se recostó a lado de Bea sin dejar de mirarla.

—Eres hermosa—susurró acariciando su mejilla

Bea se sonrojo por las palabras de Finnick, ambos se miraron a los ojos, y Bea se acercó poco a Finnick, finalmente uniendo sus labios, al principio al chico le asombró la acción de Bea, pero siguió el beso que ambos necesitaban.

Esa noche fue la primera en la que Bea no tenia pesadillas, se sentía a salvo y segura, al parecer el presidente Snow no contaba que la mente de Bea era más poderosa que su tortura 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top