21

Finnick estaba detrás de una de las salas donde los doctores estaban haciéndole varios estudios a Bea, que había despertado del sedante hace unos minutos.

—¿Seguro que quieres estar aquí?—preguntó Haymitch

—Si, necesito estar con ella—dijo Finnick y Haymitch asintió

Bea estaba sentada en la camilla con la mirada perdida, como si sólo su cuerpo estuviera ahí.

—Hola Bea—saludo uno de los doctores que había estado cuidándola desde que llegó—. ¿Cómo estás?

—Quiero regresar a casa—dijo Bea

—antes de llevarte al Capitolio, tenemos que verificar que estés bien—explicó el doctor—. Pero tenemos algo para ti

La puerta se abrió dejando ver a Lucas, el hermano de Bea.

—¿Qué hace él aquí?—preguntó Finnick

—Lucas se cambió a nuestro bando cuando supo que Snow había secuestrado a su hermana, y creímos que ver a una persona conocida podría ayudarla a recordar—dijo Haymitch

Bea se quedó mirando a Lucas, como si tratará de recordar de donde lo conocía.

—hola Bea—saludo Lucas—. ¿Me recuerdas? Soy tú hermano, Lucas

—Lucas—pronunció Bea—. Hermano

—Si Bea, soy tú hermano—dijo el chico acercándose más a ella

El primer movimiento que Bea hizo, fue abrazar a su hermano mientras sus lágrimas aparecían en ambos chicos.

—Eso es una buena señal—dijo Haymitch—. Snow no tocó los recuerdos con su familia

—¿Cómo estas princesa?—preguntó Lucas mirando a Bea

—Quiero irme a casa Lucas, no quiero estar aquí—dijo Bea

—No podemos ir a casa. —pasó un mechón de cabello detrás de su oreja—. Las cosas en casa no han estado bien

—¿Mamá y Samuel están también aquí?—preguntó esperando que la puerta se abriera y que ellos entrarán

—Bea. —Lucas desvío la mirada—. Mamá y Samuel no vendrán, ellos se quedaron en el Capitolio

Mentira, después de secuestra a Bea, el presidente Snow fue a asesinar a toda la familia de Bea, el único que pudo escapar, fue Lucas.

—¿Está él aquí?—preguntó nuevamente Bea—. ¿Finnick está aquí?

Al mencionar a Finnick, el chico se acercó más al cristal, para ver a Bea, Lucas miro hacía el cristal sin saber que hacer o decir, y Bea supo que él estaba detrás del cristal.

—Quiero verlo—dijo Bea—. Finnick, quiero verte

Ambos hombres se miraron y dudaron si en dejarlo pasar o no, pero si Bea lo estaba pidiendo, tendrían que intentarlo, aunque sea una vez.

—Entra—dijo Haymitch mirando a Finnick

Lucas salió del cuarto dejando entrar a Finnick, cuando él entro, Bea lo observó, trataba de hacerle creer a su mente que él no era un muto.

—¿Querías verme?—pregunto Finnick con suavidad

—Tengo muchas dudas y la única persona que puede ayudarme eres tú—dijo Bea

—Por supuesto, pregunta lo que quieras. —Finnick se sentó a unos metros de Bea

—¿Cómo nos conocimos?—preguntó la chica

—Fue hace diez años, teníamos catorce años, yo había llegado al Capitolio para los Juegos que había sido elegido—comenzó a contar Finnick—. Y cuando llegue..

—Yo iba a caer, y alguien me tomo antes de que tocará el suelo—dijo Bea—. ¿Ese chico eras tú?

—Si, era yo. —Finnick sonrió al ver que Bea recordaba el inicio de todo

—Finnick—Haymitch entró al cuarto—. Es hora de irnos

—Tengo que irme Bea—Finnick se levantó

—¿Mañana puedes venir otra vez?—dijo Bea rápidamente

—Por supuesto, vendré diario sí quieres para ayudarte—dijo Finnick con una sonrisa—hasta mañana Bea

Finnick salió del cuarto y antes de irse, se acercó por última vez al cristal para ver a Bea.

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