4. !Maldito traidor!
¡Maldita mi suerte! Mi padre aparta a Lia a un lado para ponerse enfrente de los dos y cruza sus brazos a la altura de su pecho, frunciendo el ceño como nunca.
—¿Y bien? ¿Quién me da la explicación?
Observo de reojo a Tyler y me lo encuentro mirando a la pared, mientras se abraza a sí mismo con los dos brazos. No parece que vaya a abrir la boca en esta ocasión, con lo cual decido intervenir yo:
—Eh... —titubeo buscando la gran excusa que me saque del apuro mirando a mi alrededor—, yo me dejé el móvil antes aquí—digo rodeando la cama y recogiendo mi iPhone del suelo, justo donde lo vi caer.
Lo levanto por encima de mi cabeza para que tanto Lía como mi padre, tengan claro que hay una razón por la que estoy otra vez en la habitación de Tyler, que no es otra que el móvil.
Lia no parece convencida y clava sus ojos en Tyler buscando respuestas.
—¿Tyler? ¿Me puedes explicar qué hacías encima de Olivia?
—¿Encima de Olivia? —pregunta mi padre escapándosele un gallo.
Tyler se pasa la mano por la cabeza, pensativo, y entonces sonríe. No sé por qué pero intuyo que no me va a gustar lo que va a decir. Siempre que el muy idiota sonríe así, es porque se le ha ocurrido algo que a mí me deja en mal lugar.
—Pues muy fácil—comienza a explicarse—, resulta que anoche pillé a Olivia besándose con un chico en la puerta de su casa señor Dallas, y yo tengo pruebas de lo que digo. Por ello, está empeñada en que destruya esas pruebas y de ahí que estuviésemos forcejeando cuando entrasteis en la habitación.
Me quedo muerta. Creo que tengo la boca tan abierta que mi labio inferior roza el suelo que piso. Debo de estar muy cansada y ver alucinaciones porque juraría que acabo de imaginarme a Tyler, chivándose a mi padre de lo de anoche.
—¿Qué? —gritan Lia y mi padre al unísono.
Vale, no lo he soñado. ¡Maldito traidor!
Me quedo en blanco intentando dar alguna respuesta rápida pero no hay manera. Mi mente se ha bloqueado y sólo puede pensar, que el muy hijo de satanás, lo ha soltado sin dudar, aunque aquí no viniese a cuento, únicamente para salvar su culo.
—¿Con quién? —pregunta mi padre horrorizado moviéndose nervioso.
—Cariño, cálmate—le suplica Lia sujetándole del brazo, pero mi padre está fuera de sí.
—¿Qué me calmé? ¿Cómo voy a calmarme si lo que dice Tyler es verdad? ¡Dime quién es!
Lia me lanza una mirada suplicante para que reaccione cuanto antes mientras que mi padre, me observa con frialdad.
—No le conoces—murmuro agachando la mirada.
—¡Entonces es verdad! —exclama él, levantando los brazos por el aire—.Vale—dice acercándose a Tyler con paso firme—,enséñame esas pruebas y acabemos con esto de una vez.
Para ser sincera, esto sí que no me lo esperaba. Los límites de Tyler han ido demasiado lejos y juro que me está costando un mundo, reprimir mis instintos asesinos con él.
—Cariño, por favor tranquilízate—le insiste Lia pero él no le presta atención.
Veo cómo Tyler le tiende el móvil y le muestra la supuesta fotografía a mi padre, que de inmediato ahoga un pequeño grito tapándose la boca con la mano. Levanta su vista hacia mi completamente escandalizado.
—Olivia Dallas Adamson, ¿qué significa esto?
Me enseña el móvil de Tyler y entonces veo la fotografía de Neal apoyado en su coche de lujo, mientras me rodea con sus brazos. Nuestras bocas permanecen unidas en un inocente beso en la instantánea. Digo inocente, porque no se trata de un beso lascivo.
—Papá yo...
Me muero de la vergüenza y no logro explicarme. Tomo una amplia bocanada de aire para controlar el enorme nudo que siento en mi garganta, y después trago saliva.
—¡Y encima en nuestra casa! Cualquier vecino podría haberte visto. Dime, ¿para qué me gasto una fortuna en tu educación?
En ese preciso instante Lia se aproxima a mi padre tratando de calmar su furia.
—No seas tan duro con ella Thomas. Está en la edad de descubrir y experimentar.
—¿Qué? —pregunta irritado— Si es sólo una niña —dice señalándome.
—Una niña de diecisiete años ya —puntualiza Lia.
—Demasiado joven para esas cosas.
A ella casi le entran ganas de reír, pero en su lugar cabecea en un gesto negativo.
—Estoy de acuerdo con usted —oigo hablar a Tyler.
—¡Tu mejor te callas! —vocifero dirigiéndome a él.
—¡Olivia! Un respeto —me exige mi padre.
—Ah claro, el mismo que ha tenido él conmigo.
Estoy enfadada. Ahora sí que no pienso callarme. Él puede ir enseñándole a mi padre fotografías de mi vida privada y encima yo... ¿debo respetarlo? Ni hablar. Todavía no me puedo creer que se haya chivado de forma tan ruin. Esperaba que tuviese un mínimo de consideración por mí, por poca que fuese. Acabo de comprobar que no es así, que en cinco años no ha cambiado lo más mínimo y que su deporte favorito, sigue siendo hacerme la vida imposible.
—Estás castigada—decide mi padre todavía exaltado y con la mirada encendida.
—¿Castigada por qué?
—¿Cómo qué por qué? ¿Te parece bonito besuquearte con un chico delante de mis narices?
—¡Yo no lo he hecho delante de tus narices! Si este gilipollas—digo señalando con el dedo a Tyler—, se hubiese cayado la boca ni te habrías enterado.
—¡Joder Olivia! —vocifera mi padre, dándose cuenta después de que ha maldecido con una palabra malsonante.
—Vamos a tranquilizarnos un poco todos—propone Lia.
Yo no puedo. La rabia me consume ahora mismo por dentro. A duras penas aguanto las ganas de abofetear al bocazas de Tyler. Me doy la vuelta para encararlo y le clavo la mirada más dura que pueda proyectar. Por su culpa, me siento en este momento humillada y expuesta ante mi padre y su novia, de algo que forma parte de mi intimidad y por lo tanto es personal.
—Gracias por no saber cerrar la puta boca.
Mi padre maldice al escucharme hablar de forma tan brusca y grosera pero no le doy tiempo a reaccionar. Salgo de la habitación de Tyler y me dirijo a mi dormitorio dando pasos firmes y rápidos. Cuando ya estoy dentro del mi habitación, cierro de un portazo bien sonoro y me tumbo en la cama, cubriendo mi rostro con la almohada. De inmediato siento las lágrimas brotar en mis ojos. Todo esto es una mierda. Una auténtica mierda.
Odio a Tyler Gurck, le odio desde lo más profundo de mi ser. En este momento, si me dejasen pedir un único deseo, tendría súper claro qué deseo pedir. Que lo mandasen lo más lejos posible de mí. A la otra punta del mundo.
***
El lunes por la mañana me cuesta horrores sacar un pie de la cama. El despertador ha sonado ya tres veces y las tres, lo he atrasado diez minutos. Ya voy media hora tarde, pero es que anoche no pude dormirme pronto y ahora mismo, estoy pagando las consecuencias de tanto darle vueltas a las cosas que me están sucediendo.
Lo cierto es que no tengo ganas de encontrarme con mi padre, Lia o Tyler por la casa. Finalmente ruedo mi cuerpo hasta el borde de la cama y me obligo a sentarme mientras me estiro bostezando de forma poco decorosa. Llevo mis pies arrastrando hasta el baño donde me ducho rápidamente, me seco el pelo y me maquillo un poco para no parecer un zombie. Al salir, me dirijo a mi armario y me visto con unos vaqueros azules y ajustados, una camiseta con el cuello amplio que deja uno de mis hombros al descubierto y las converse negras.
Cuando salgo de mi habitación, me percato de que la casa está en el más absoluto silencio. Bajo las escaleras una a una agudizando el oído hasta que llego a la cocina y me encuentro únicamente a Tyler, sentado en la mesa desayunando mientras mira su móvil.
¡Mierda! Me entran ganas de recular justo cuando levanta la vista de su móvil y se percata de mi presencia. Rápidamente desvío la mirada y entró en la cocina decidida, para calentar un vaso de leche y desayunar. Le doy la espalda mientras saco el vaso de la estantería y la leche de la nevera.
—Oye Olivia...—lo oigo murmurar.
—Por favor, cállate y no digas nada—gruño pasando por su lado para sacar una cuchara del cajón de los cubiertos.
—Sólo quiero que sepas que lo siento.
Está claro que este capullo no va a cerrar el pico. Le ignoro mientras colocó el vaso en el microondas y espero sin mirarle a la cara, observando el vaso dando vueltas dentro del pequeño electrodoméstico.
—Por favor Olivia, di algo.
Sin mediar palabra, saco el vaso del microondas y le pego un trago. Escucho una silla arrastrarse por el suelo y a continuación, sus pasos acercándose a mi hasta que coloca su mano sobre mi hombro obligándome a darme la vuelta.
Tyler se pasa una mano por el pelo y sus ojos se concentran en interpretar la expresión de mi cara.
—No quiero tus disculpas—le aseguro en un tono poco amable—. Sólo quiero que me dejes en paz y que dejes el tema ya.
—No quiero dejar el tema.
No puedo evitar fruncir el ceño mientras que él inspira profundamente, cerrando los ojos mientras lo hace.
—Escucha Olivia, no tenía más opciones, ¿vale?
—¿Qué no tenías más opciones? —preguntó cruzándome de brazos sorprendida.
—Sabes que no.
—¿Qué tal hubiese estado decir la verdad?
—¿Y cuál es la verdad?—pregunta levantado las cejas.
—No sé —ironizo—, ¿que ibas a besarme?
Tyler se troncha en mi cara como si le acabase de contar un chiste muy bueno y puedo sentir la rabia volviendo a crecer en mi interior. Simplemente me demuestra que su grado de idiotez, no tiene límite.
—¿Besarte? —pregunta entre risas.
—No sé qué te hace tanta gracia la verdad. Los dos sabemos perfectamente que ibas a hacerlo.
El muy idiota sigue riéndose mientras se seca las lágrimas que se le saltan de tanto carcajearse.
—¿Yo besándote? ¿Lo dices en serio?
Vale, ya está. Le empujó con todas mis fuerzas, pero sólo logró que retroceda un paso.
—¡Deja de reírte como si fueses tonto!
Mi reacción provoca que se ría aún más alto, pellizcando el puente de mi nariz. Le apartó de un manotazo y salgo de la cocina recogiendo mi mochila de la entrada y cargándola al hombro mientras sigo escuchando sus escandalosas carcajadas en la cocina. ¡Será imbécil!
Cuando salgo por la puerta, me encuentro el coche de Jessi esperándome en la acera de enfrente con el motor en marcha. Abro la puerta del copiloto y me siento dejando la mochila entre mis pies.
—¡Uy qué cara! A ti te pasa algo–dice mi amiga.
Respiro con fuerza y veo que mi amiga me observa entrecerrando los ojos.
—Me pasan muchas cosas—empiezo a decir mientras Jessi acelera—, aunque todas ellas tienen que ver con el insufrible Tyler Gurck.
—El sexy Tyler Gurck querrás decir—me corrige ella.
—Jessi por favor, no estoy de humor.
Le explico a mi amiga todos los detalles de lo sucedido la noche anterior mientras que ella, se asombra y espanta a partes iguales. Cuando estamos entrando en el parking del instituto cambiamos de tema.
—El sábado que viene es Halloween—dice Jessi levantando y bajando las cejas repetidas veces—. Tenemos que preguntar dónde será la fiesta este año.
—Yo no podré ir a ninguna fiesta—le digo.
—¿Qué? —exclama ella estacionando el vehículo con brusquedad para mirarme directa a los ojos.
—Estoy castigada por "besuquearme"—contestó haciendo comillas con los dedos.
—¡No puedes faltar a Halloween!
—Pues este año me tocará perderme la fiesta.
—No, me niego. No te preocupes que algo se nos ocurrirá para que estés en la fiesta.
Nos bajamos del vehículo y coloco mi mochila sobre mi hombro, mientras acomodo un mechón de pelo detrás de mi oreja. Echó una ojeada por el parking y de inmediato lo localizo. Neal está sentado sobre el capó de su coche con los brazos cruzados y mostrando su arrebatadora sonrisa. Junto a él están dos de sus amigos hablando con él mientras sonríen y se chocan los hombros. Al verle, no puedo evitar esbozar una sonrisa. Es tan guapo cuando sonríe así. Mientras que Jessi busca algo en el maletero de su coche, me armo de valor para ir en dirección a Neal, que se despide de sus colegas. Lo veo colocarse su mochila y girar la visera de la gorra para atrás, adoptando un look más informal. Ese simple gesto hace que aún sonría más mientras me acerco a él. Me freno entre le multitud de estudiantes y decido mandarle un mensaje.
Olivia:
Levanta la vista 😜
Según le envió el mensaje veo aparecer a Samantha frente a él que le toma de la mano, girando sobre sus talones para dar una voltereta y finalmente deposita un beso sobre sus labios que él no rechaza.
El corazón me deja de latir en el mismo instante en el que levanta la vista del móvil, y sus ojos se encuentran con los míos. Sin apenas poder creérmelo, agacho la mirada tratando de asimilar lo que acabo de ver.
Solo quiero una cosa en este instante... desaparecer.
¡Hola personitas!
Qué rápido pasa la semana. La verdad es que he tardado un poco en escribir el capítulo porque tengo otra novela que también está en proceso y me he dado cuenta de que eso no se debe hacer. Me cuesta mucho centrarme en dos tramas distintas con lo cuál, he decidido que la otra novela la dejo parada hasta finales de diciembre que la retomaré y de momento seguiré con esta.
Por otro lado, hablando del capítulo de hoy, ¿qué os parece?
Pobre Olivia, al final su tan odiado Tyler la ha delatado y para colmo se encuentra lo que se encuentra al llegar la instituto... ¿y ahora qué?
En fin, espero que os haya gustado y como siempre digo... si es que sí, por favor 🙏🏻🙏🏻🙏🏻 VOTAD. (Es una de las mayores gratificaciones que nos podéis dar a los escritores).
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Besos ❤️💋
Sarhanda
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