Capitulo 03
/ ⁄ FUEGO Y NIEVE PRESENTA
ACTO UNO — — Capitulo tres: El torneo de pérdidas
Cantidad de palabras: 2450
Advertencias: Molestia. Preocupación. Amenazas. Desilusión.
Comentarios míos: Se nos fue alguien 😔 Disfruten, comenten y voten 😘
105 d.C
King's Landing
Saber que su madre se encontraba en esos momentos en la cama de parto, luchando contra los dolores del parto y sin nadie que la apoyara, la mantenía seria saludando a los invitados. Todas aquellas personas que ingresaban a la Fortaleza Roja ansiando saber si realmente el bebé que se gestaba en el vientre de la Reina Aemma, era el niño deseado por el desesperado Rey Viserys I.
Porque eso era su padre. Un hombre desesperado por continuar su línea sanguínea con los varones, con un heredero que le diera nietos y asi, la sangre Targaryen siguiera su curso. Que no se diluyera. No le importaba si por el camino a su objetivo, dañaba a su esposa a tal punto que le fuera imposible de gestar más bebes. Para el sería fácil buscar otra joven esposa, con tal de tener a su hijo varón.
Aellea no tenía dudas de que el Consejo de su padre había estado maquinando en secreto un complot para hacer que su madre no tuviera hijos varones ¿Qué cómo lo sabía? Porque Larys Strong y Tyland Lannister eran sus mayores confidentes y quienes le daban información hasta reventar sus oídos con cada palabra que sus labios soltaban.
—Sonría, princesa. No deje que los invitados noten su disconformidad con este Torneo —murmuro Sir Harrold, tras ella y su hermana.
Sonrió desganada, saludando a Lady Redwyne que alabo la orgullosa labor de su madre en intentar traer otra princesa a la Corona. Orgullosa sus tetas. Esa labor que su madre estaba haciendo en sus aposentos reales, la estaba matando lentamente. Claro que la gente lo ignoraba, porque estaban más felices en saber que sería él bebe. Si varón o dama.
Aellea sabía que ese bebe no sobreviviría ni una hora, si contaba con la confabulación que la peste verde de Otto Hightower y el Maestre Runciter tenían en contra de su padre.
—Estoy disconforme, Sir Harrold. Mi padre cree que el nacimiento de un bebe es suficiente para un torneo. Mi madre puede... morir en la cama de parto, pero él prefiere hacer un maldito torneo —respondió.
Saludo al último invitado, para tomar las faldas de su vestido y acompañar a su hermana menor a los carruajes que la llevarían donde se celebraría el famoso torneo. No estaría sola en el palco. Sir Harrold se quedaría con ella cuidando de su bienestar, lo mismo que la joven Dama Alicent. De tan solo pensar que tendría que dejar a su hermana sola en ese palco con gente que no era de su agrado... Pero no pensaba arrepentirse.
Tenía una importante misión con su tío de la que no podía perderse.
Al dejar a su hermana en el carruaje, le dio un beso en la frente ordenando sus cabellos peliblancos algo rebeldes. Le sonrió dejando que marchara. Suspiro, era lo mejor para la pequeña. Una niña de 11 veranos no podía ver la crueldad del ser humano, la inhumanidad de sus actos atroces. No. Era aún una inocente palomita que no podía ser corrompido por la maldad humana. Su deber era protegerla de todo mal.
Y eso haría. La protegería del mal que el Maestre le estaba por hacer a su madre en el lecho de parto.
— ¿Lista? —Pregunto su tío cuando llego a las escaleras.
Escaleras que la dirigían a los aposentos de su madre.
—Si. Vamos a salvar a mi madre —dijo con confianza.
Su tío Brandon asintió orgulloso, le puso el brazo izquierdo para que se sostuviera. Y juntos, subieron las largas escaleras. La servidumbre se detenía a observarlos, sin comprender las razones de que no estuvieran en el palco real junto al resto de sus familias celebrando aquel día tan importante. Pero ambos pensaban lo mismo. Ese día debería de ser un día solo para el cuidado de la reina Aemma Arryn, donde todos estuvieran presentes para el bienestar de ella y él bebe.
Pobre del Rey Viserys I si algo le sucedía a la reina.
Al llegar a los aposentos de la reina, las parteras se detuvieron en la entrada del lugar mirándolos con pánico. Ellas no deseaban que estuvieran allí. Nadie lo deseaba porque solo significaría que los planes del Maestre y de la peste verde de Otto se estaban desmoronando.
—Princesa Aellea, Lord Brandon...
—Con permiso.
Aellea no dejo que la mujer hablara, solo pasó por su lado mirándola por encima de su hombro. Lo mismo hizo su tío Brandon. La mujer tembló aterrorizada. Dentro del aposento ya había dos nodrizas poniendo toallas y baldes con agua para que el Maestre pudiera hacer su trabajo. Como correspondía claro, con la presencia de ellos. La reina estaba sentada en una de las butacas, con sus manos en su vientre dando ligeras caricias bajo una mirada de dolor puro.
—Madre —dijo Aellea, caminando hasta ella luego de soltar el brazo de su tío.
— ¿Aellea? Oh, cariño, te dije que no era necesario que estuvieras aquí. Puedo sola —dijo su madre.
Aellea negó, escuchando a su tío dar instrucciones a las nodrizas y a la partera quienes acataron las órdenes de inmediato. Todos temían ante la presencia de su tío, imponente y serio. Su aura misteriosa atravesaba a cada persona que tuviera cerca, quedando marcados en sus mentes como cicatrices que jamás cerraban. Su mirada intensa penetraba en cada hombre y mujer, dominando la situación a su antojo para obtener lo que deseaba. Un hombre ambicioso pero con fines beneficiosos. Todo lo que ambicionaba era para un bien común.
—No, madre. Tengo que estar aquí. Créeme, me lo agradecerás cuando esta tortura de parto se termine —dijo terca. No la iba a dejar sola. Aunque su tío estuviera presente, no quería abandonarla por nada en el mundo—. Padre no estuvo de acuerdo, pero lo acepto solo porque tío Brandon estaría presente también.
—Hola hermanita —saludo su tío, apareciendo tras su espalda.
La reina los miro a ambos agradecida. Aellea frunció el ceño ante las muecas de dolor de su madre ¿Por qué no estaba caminando? Leyó en la biblioteca que las mujeres al caminar tenían un mejor trabajo de parto, además de sobrellevar de mejor manera las contracciones. Su madre no tendría que estar sentada, eso podía voltear al bebe y hacer que el parto fuera mucho más complicado.
—Madre, ¿Qué haces sentada? —Preguntó en voz alta para que todos la escucharan.
—La reina no debe caminar —dijo la partera.
Fue su tío quien cuestiono dichas palabras.
— ¿Acaso quieren que SU reina tenga un parto complicado que la lleve a la muerte? —Sus palabras calaron en la espalda de Aellea. Trago nerviosa para ayudar a su madre a ponerse de pie—. Hablare con Viserys para que cambie a las parteras y nodrizas de este lugar. Me dan vergüenza.
Las mujeres bajaron su cabeza. No sabían que decir y Aellea sonrió ante esto. Asi era como se pillaban más rápido a las traidoras, amenazando con sacarlas de la Fortaleza. Caminaba con su madre cuando llego el Maestre Runciter. El hombre no tenía en cuenta que ellos dos estarían presentes en el parto de la reina, por lo que su rostro de sorpresa y terror fue genuino.
—Madre, ¿tú crees que padre me comprometa en contra de mi voluntad? —Pregunto.
Ese temor de que el rey usara su poder en contra de ella siempre estuvo presente. Amaba su libertad, también sus regalías, pero ¿Casarse en contra de su voluntad? No lo podría aceptar. Prefería tirarse a las llamas de Caraxes o Meleys antes de estar atada de por vida a un hombre cuarentón con ya muchos matrimonios cargados en sus hombros.
—No. Te ama demasiado para hacerlo. A no ser que lo enojes lo suficiente —respondió ella. Sonrió, su padre era un ser de luz para enojarse por alguna de sus travesuras—. Pero no te preocupes. Mama siempre te protegerá, mi dulce Aellea.
Sonrió con sus ojos llenándose de lágrimas. Ese suspiro agobiante atravesó su pecho, haciendo que doliera por los golpeteos tristes de su corazón. No quería perder a su madre.
— ¿Siempre estarás con nosotras? —Pregunto.
—Siempre.
Asintió agradecida. Entonces el Maestre interrumpió el momento pidiendo que su madre se acostara en la cama para poder revisarla. Ayudo a su madre sin querer que las mujeres la tocaran, ya había visto que no eran gentiles con sus gestos. Si fuera por ella, solo en esa habitación estaría su tío, el Maestre y ella. Pero había protocolos que cumplir y uno de esos era que al menos una partera con dos nodrizas estuvieran en un parto.
El resto del protocolo se lo pasaban por donde quisiera.
—Esta lista...
—No lo está. Revise bien y dese cuenta que él bebe aún no está en posición —interrumpió su tío.
La reina se intentó levantar pero Aellea no la dejo. Espero a que el Maestre la volviera a revisar para ver si todo definitivamente estaba en orden. Pero no lo estaba, cuando vio al hombre negar, supo que él bebe aún no estaba en la posición correcta. Ayudo a su madre a levantarse para volver a caminar. Hizo que moviera su cintura en círculos con sus manos apoyadas en una silla. Hizo que caminara por todo el aposento.
El sudor bañaba a su madre, todo su peliblanco cabello estaba humedecido. Tuvieron que cambiarle el camisón por otro cuando el que usaba quedo empapado. La segunda vez que el maestre la reviso, confirmo que él bebe podía estar en posición en algunas horas más si continuaban con el mismo ejercicio. Aellea notaba que su tío detenía al hombre de intentar avisar al Rey ¿Asi que quería acusarlos? Ya vería el hombre si intentaba hacerlo.
Su tío cumplía sus amenazas.
Claro que el Maestre logro dar aviso a su padre y a la Mano, en un momento que su madre comenzó a gritar por las verdaderas contracciones del parto. Él bebe ya estaba en posición cuando a su padre y el moco verde ingresaron a los aposentos con rostros molestos. No, en realidad su padre estaba confundido.
—Aellea, ¿Qué es esto? —Pregunto.
—La princesa al parecer...
—Al parecer nada, Hightower. La princesa estuvo haciendo una buena obra para con su madre LA REINA, por si no lo olvida. El maestre Runciter quería sacar al bebe cuando este no estaba en posición —interrumpió su tío mirando mal al hombre—. Además, él bebe ya está en una buena posición para su nacimiento. Asi que si nos hacen el favor de retirarse.
Claro que su padre no tomo muy bien esas palabras.
—Brandon, te respeto, pero yo soy el rey y tú no debes mandarme en nada —comento su padre on un leve alzamiento de voz.
Otto tras de él sonrió malicioso. Su madre se removió en la cama asi que tomo su mano para darle fuerzas.
— ¿Acaso no te preocupas de tu esposa? ¿O solo tienes ansias de saber si es un varón para ir a celebrar en el Salón con toda esa comida que mandaste a preparar? —Cuestiono su tío.
—Brandon, es suficiente, voy a pedirte que te retires del aposento para que el Maestre pueda trabajar —ordeno su padre.
Aellea suspiro controlándose. Hombres.
—Mi hermana esta en esta cama —dijo su tío ofendido. Su madre volvió a gritar—. No la abandonare aunque me obligues a hacerlo.
Aellea noto que el Maestre, viendo que todos estaban pendientes a la discusión de su padre y su tío, sacó una navaja de su bolso.
Oh no, eso sí que no pasaría en su presencia.
—Brandon, es una...
— ¡Silencio! —Grito. Todos se sobresaltaron ante su grito. Aellea los miro tan mal que incluso su padre tuvo un temblor en su mirada—. Usted —apunto al Maestre—, guardara esa puta navaja en su bolso. No tocara a mi madre con esa cosa infernal ¿Me entendió? Hará su trabajo como corresponde y no abrirá a mi madre como un maldito cerdo.
Su tío sonrió orgulloso, mientras el maestre asentía con la cabeza gacha.
—Si princesa Aellea —respondió el hombre.
Luego dio órdenes a la partera y a las nodrizas. Las mujeres prepararon a su madre colocando toallas bajo sus piernas y sobre ellas. Le pusieron un almohadón en la espalda para ayudar a su columna vertebral, y la partera se colocó tras de ella para ayudarla a pujar. Su madre grito.
—Hija...
—Silencio dije. Tú —apunto a Otto—. No deberías estar en este lugar porque es una falta de respeto que entres en los aposentos de TU REINA, sin su consentimiento. Asi que retírate si no quieres que alguien te retire —ordeno. El Hightower se fue ofendido, luego de una seria mirada por parte de su tío. Aellea miro por ultimo a su padre—. Y tú, deberías saber que tu Maestre de confianza estuvo a nada de matar a tu reina abriéndola como un maldito cerdo. Aparte de eso, ¿Vienes a discutir mientras tu esposa, mi madre, está sufriendo en esta cama por algo que tú provocaste? Mejor vuelve a tu torneo. No te necesitamos aquí.
El rey no dijo nada y tampoco hizo algún movimiento al respecto. Solo se quedó parado en la habitación esperando al milagro que tanto espero. Su tío la observo orgulloso, acercándose a ella para abrazarla debido a que su madre la soltó para aferrarse a las sabanas de la cama.
Los gritos comenzaron y pronto, su angustia. Mucha sangre caía por las piernas de su madre ¿Era normal? Sabía que se rompían diminutos vasos sanguíneos, pero jamás pensó que tanta sangre era capaz de caer por la vagina. Aunque si lo pensaba con claridad, la sangre que su madre perdía en esos momentos era la misma cantidad que ella perdía durante sus días sangrantes.
Entonces el milagro que su padre tanto deseo sucedió. Él bebe nació llorando a pulmón abierto. Sin embargo, Aellea sabía que no estaba del todo bien cuando vio escamas en la parte de su columna vertebral. Suspiro triste, la angustia de perder a un hermano nuevamente llegando a ella. Corrió donde su madre quien, sin importarle el sudor de sus manos y rostro, la abrazo aliviada.
—Es un varón, su Majestad —informo el Maestre, pero al voltearlo, su rostro se ensombreció en preocupación—. Su majestad...
Por unos momentos su padre pudo sostener a su heredero esperado. Por unos momentos su rostro brillo en felicidad como jamás antes había hecho. El dolor de saber que jamás serían los herederos que su padre deseaba, aumento en su alma. No tenían pene, no tenían apariencia de hombres.
Eran mujeres. Destinadas a dar herederos a sus futuros esposos.
Lástima que la felicidad de su padre durara tan poco. Porque cuando quisieron darse cuenta, él bebe ya no lloraba, ya no movía sus brazos. Estaba tieso. No respiraba.
Estaba muerto.
¡Holis! Buenas noches/tardes, capitulo 3 arriba 💪💪
¡Aemma vive! 🥳🥳 Pero Baelon no 😔 Bueno, ya sabemos que como en este fic va a suceder la Danza, necesitamos que Vizzy T se case con la Alicent. La cosa es, ¿Seguirá casado con Aemma o ella le pedirá el divorcio?
Aellea sacando su voz y su tío todo orgulloso mirándola 🛐🛐🛐 Sacaba hasta al Otto del aposento 🤣🤣🤣
Bueno, con esto me despido hasta u proximo cap 😘 Les menciono que tengo Canal de Difusión donde informo de varias cositas entre ellas fanfics en borradores, spoilers, etc. El link lo pueden encontrar en los comentarios del tablero 💖
Nos vemos,
Monse 🐲🐲
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