40. Amor Joven

Mia

El plan B consistía en que Stiles debía ir donde Lydia y hacerle creer en todo esto de lo sobrenatural. Antes de irme a casa de Stiles, había oído a Derek decir que Lydia podría hacer que Jackson volviera a la normalidad. Así que, teníamos que hacer que ella lo viera. Pienso que Stiles era el indicado para hacerle creer.

Él no quiso que me fuera sola, pero luego de decirle que no podría hacerme cambiar de opinión, aceptó. Claro, antes le mandó un texto a Scott diciéndole que si algo me pasaba, lo mataba.

Ahora mismo estaba aparcando en el estacionamiento del hospital. Al salir de Volbee me encontré con Isaac y Scott cargando algo en una bolsa negra.

―No me digan que eso es...

―...Jackson, sí, esto es Jackson. Ahora ayúdanos a cargarlo, está resbaladizo ―dijo Scott.

Me acerqué a ellos.

Unas luces alumbraron nuestra espalda. Un carro negro había aparecido. De él salió...

Chris Argent.

El papá de Allison.

―Estás solo ―le dijo Scott.

Él asintió. ―Más de lo que crees.

― ¿Qué quiere? ―pregunté.

El papá de Allison suspiró. ―No tenemos mucho en común. Pero ahora mismo, tenemos un enemigo en común.

Scott asintió. ―Por eso intento sacarlo de aquí ―dijo refiriéndose a Jackson.

―No me refiero a Jackson.

―Lo sé ―dije― se trata de tu papá, no es por nada, pero lo odio.

El señor Argent sonrió. ―No eres la única. Gerard ha lavado la cabeza de Allison, así como lo hizo con Kate. Y la estoy perdiendo. Y sé que tú la estás perdiendo también, Scott.

―Tienes razón ―respondió Scott―. ¿Confías en que puedo arreglar esto? ―Argent asintió―. ¿Puedes dejar que nos vayamos?

―No.

Oh dios, ¿no? Se supone que él es el único Argent sensato... bueno, Allison generalmente lo es, pero no últimamente.

―Mi auto es más veloz ―agregó.

―Sabía que eras el Argent sensato ―dije sonriendo―. Pero, debo decirte que Volbee también es veloz. De todas formas, prefiero llevar a Jackson en un auto que no es el mío.

―No preguntaré qué es un Volbee ―dijo él.

―No, no lo hagas ―dijo Isaac.

Rodé los ojos.

💛

Llegamos a donde fue el rave. O al menos creo que fue aquí, no recuerdo exactamente, pero parece el mismo lugar. Bajé del carro. Tuve que viajar en el regazo de Isaac, pues Jackson ocupaba el resto del espacio, aún seguía en la bolsa negra donde colocan a los muertos.

Si Stiles se entera de que viajé sentada en las piernas de Isaac, probablemente se molestaría. Espero que no se entere de esto.

¡Aun no puedo creer que yo le guste! ¡¿Cuán loco es eso?!

―Creo que dejó de moverse ―dijo Isaac cuando salió del auto.

― ¿Dónde está Derek? ―preguntó Argent.

Escuché sonido de pasos, al frente de nosotros, venía alguien corriendo en cuatro patas. Apuesto todos mis libros a que ese es Derek. Dio una voltereta en el aire y luego nos miró, sus ojos rojos brillando como si fueran dos malditas gemas. Tenía ganas de golpearle la cara, pero me contuve.

―Estoy aquí por Jackson. No por ti ―dijo Argent.

―De algún modo, encuentro eso reconfortante ―respondió Derek―. Ponlo adentro ―dijo refiriéndose a Jackson.

Subimos al carro nuevamente y esta vez Argent condujo dentro del complejo. Ahí, Isaac y Scott sacaron a Jackson del carro y lo dejaron en el suelo. Aún estaba dentro de la bolsa negra. Odiaba saber que uno de mis mejores amigos estaba ahí. Sentía que todos lo manejaban como si fuera un objeto y no como un ser vivo.

Jackson es mucho más que un Kanima.

― ¿Dónde están? ―preguntó Scott.

― ¿Quiénes? ―preguntó Derek.

―Peter y Lydia ―respondió Scott un poco molesto.

―Oh... Lydia, se supone que Stiles vendrá con Lydia. Le mandé un texto con la dirección de donde estamos ―respondí.

Derek suspiró. ―Tal vez no haya tiempo para eso.

― ¿De qué hablas? ―preguntó Scott.

Derek no respondió, se acercó a la bolsa de Jackson y abrió el cierre.

―Espera un momento, dijiste que sabías cómo salvarlo ―dije.

―Eso ya fue ―respondió Derek.

― ¿Y, qué pasa con...? ―empezó a decir Scott, pero fue interrumpido por Derek.

―Piénsenlo ―dijo mirándonos a mí y a Scott―. Gerard lo controla. Ha convertido a Jackson en su perro guardián. Y puso todo esto en marcha para que Jackson pudiera ser más grande y más poderoso.

―No ―intervino Argent, llamando la atención de todos―. No, él no haría eso. Si Jackson es un perro, se está volviendo rabioso, y mi padre no dejaría que un perro rabioso viviera.

―Claro que no ―dijo la voz de Gerard. Todos volteamos y nos encontramos cara a cara con el único anciano que me han dado ganas de matar―. Algo tan peligroso, tan fuera de control, es mejor muerto.

―Tú eres mejor muerto, maldito hijo de... ―no terminé de hablar, porque un movimiento a mi lado me llamó la atención.

Jackson había despertado y tenía sus garras clavadas en el estómago de Derek. Argent sacó una pistola y lo apuntó. Desearía tener una. Le habría perforado el cráneo al maldito de Gerard. Jackima se puso de pie, aun con Derek bajo sus garras, luego lo lanzó varios metros lejos de nosotros.

―Bien hecho al fin, Scott ―dijo Gerard―. Como el buen amigo que eres, trajiste a Derek para salvar a Jackson. Solo no te diste cuenta que también traías a Derek hacia mí.

Una flecha salió disparada hacia Scott, pero este la esquivó en el último segundo. Sin embargo, la flecha le dio a Isaac justo en el hombro y este cayó al suelo.

― ¡Isaac! ―grité.

― ¿Allison? ―dijo Scott.

― ¿Allison? ¿Ella hizo esto? ―me acerqué a Isaac para ver que estuviera bien, tal vez si sacaba la flecha sanaría más rápido. Scott me ayudó a cargarlo a un lado. Luego le quitamos la flecha.

Su herida sanó casi al instante. Sonidos de disparos llenaron el lugar. Luego vi al Kanima, este le quitó la pistola a Argent y la lanzó lejos de él. Pero, cerca de mí, así que la tomé. Los tres hombres lobo se prepararon para la batalla. Todos estaban transformados y listos.

Derek se acercó al Kanima, pero este lo despachó rápidamente. Luego fueron Scott e Isaac. Pero a ambos los lanzó lejos. Cada vez que uno se acercaba al Kanima, este los mandaba volando directo a trozos de madera o la pared. Era cosa de nunca acabar. Alcé el arma y apunté hacia el Kanima justo cuando este iba a golpear a Derek por milésima vez. Disparé y le di en la cabeza. Jugar Counter-Strike servía. Eso lo desconcentró un segundo, se acercó a mí y me rasguñó el brazo, sentía la sangre correr por él. Derek apareció por detrás y lo atacó, pero al final, el resultado fue el mismo. El Kanima terminó botando a Derek por los aires.

Escuché un quejido a mi lado y vi a Allison apuñalando a Isaac. Este cayó al suelo, completamente ensangrentado.

― ¡¿Qué mierda, Allison?! ―le grité―. ¡¿Estás loca?!

―No me hables, Mia ―ella se acercó a Derek, preparada para matarlo.

― ¡No, Allison! ―gritó Scott.

Pero no fue él quien la detuvo, sino el Kanima. Este le quitó los cuchillos y la cogió del cuello.

―Aún no, cariño ―dijo Gerard, apareciendo de entre las sombras una vez más.

― ¿Qué haces? ―preguntó ella.

Gerard miró hacia Scott y este último dijo―: Está haciendo lo que vino a hacer.

―Entonces, lo sabes ―dijo Gerard.

― ¿De qué habla? ―preguntamos Allison y yo al mismo tiempo.

―Fue la noche afuera del hospital, ¿no? ―preguntó Gerard, ignorándonos por completo―. Cuando amenacé a tu madre. Sabía que vi algo en tus ojos. Se podía oler, ¿no?

―Está muriendo ―dijo Isaac.

―Es una buena noticia ―agregué.

Gerard rodó los ojos. ―Sí, estoy muriendo. Ya desde hace un tiempo, pero querida ―dijo viéndome― no planeo irme tan fácilmente, no con mi plan en marcha. Verán, la ciencia, por desgracia, no tiene una cura para el cáncer. Pero lo sobrenatural sí.

―Maldito monstruo ―dijo Argent.

―Aun no ―respondió Gerard con una sonrisa en el rostro.

― ¿Qué haces? ―preguntó Allison. El Kanima aun la tenida cogida del cuello.

― ¿La matarás también? ―preguntó Argent, su voz se quebró al decir esas palabras.

― ¡Si se trata de sobrevivir, mataría a mi propio hijo! ―Respondió Gerard―. Scott ―lo llamó.

Todos miramos hacia él, Scott, en cambio, miraba hacia Derek. Gerard quería convertirse en hombre lobo, el único con el poder para hacer eso era Derek. ¿Scott iba a ayudar al hijo de puta de Gerard? No, eso no es posible... Scott debe tener un plan. Un plan.

Crucé miradas con Scott solo un segundo, eso me bastó para afirmar que, efectivamente, él tenía un as bajo la manga. ¿Cuál? No lo sé.

Scott se acercó a Derek, ahora ya no estaba transformado en hombre lobo. Lo agarró por el cuello.

―Scott, no lo hagas ―suplicó Derek―. Sabes que me matará después. Será un alfa.

―Es verdad ―respondió Gerard―. Pero creo que ya lo sabe, ¿no, Scott? Sabe que el premio mayor es Allison. Haz esto por mí y podrán estar juntos. Tú eres la única pieza que no encaja, Derek. Y en caso de que no lo sepas, no se compite con el amor joven.

Gerard se quitó el saco y remangó su camisa.

―Scott, no lo hagas. ¡No! ―gritó Derek.

―Lo siento ―respondió Scott―. Pero debo hacerlo.

Scott hizo que Derek abriera la boca, exhibiendo sus grandes colmillos. Luego, Gerard puso su brazo dentro de esta y fue mordido por Derek. Soltó un grito de dolor y luego se separó. Derek cayó al suelo.

Gerard alzó el brazo, mostrándonos su triunfo. Pero algo raro sucedía. Su herida empezó a sangrar, pero no sangre roja, sangre negra. Y en gran cantidad.

― ¿Qué? ―preguntó cuándo vio el rostro de todos. Vio su herida y pareció preocupado. ― ¿Qué es esto? ¿Qué hiciste?

―Todos dijeron que Gerard siempre tuvo un plan. Yo también tenía un plan ―dijo Scott.

Sonreí instintivamente.

Gerard sacó su pastillero y lo vació en su mano, luego aplastó sus pastillas en la mano y estas se volvieron polvo. ― ¡Ceniza de montaña!

La ceniza de montaña era lo que Stiles había usado para rodear el local del rave. Eso bloqueaba a los seres sobrenaturales. Y ahora, Gerard era uno. Si ha estado consumiendo esas pastillas, entonces él está perdido.

La sangre o líquido negro salió por todos lados. Ojos, orejas, nariz. Luego vomitó más de ese líquido. Era asqueroso. No sentía ni una pisca de pena por ese maldito anciano.

― ¿Por qué no me lo dijiste? ―preguntó Derek a Scott.

―Porque puedes ser un alfa, pero no eres el mío.

Gerard empezó a arrastrarse por el suelo, mientras escupía más líquido negro. ― ¡Mátalos! ¡Mátalos a todos! ―ordenó al Kanima y luego se desmayó.

El Kanima soltó a Allison y ella aprovechó para darle un codazo en la cara, sin embargo, eso no le hizo ni cosquillas y fácilmente la empujó hacia atrás.

En ese momento, un auto entró al lugar. Esperen, no cualquier auto, era el Jeep de Stiles. Este fue directo al Kanima y lo golpeó.

― ¿Lo golpeé? ―gritó Stiles. Lydia estaba dentro del Jeep con él.

El Kanima saltó sobre el capó del Jeep, haciendo que Stiles gritara y ambos salieran despavoridos del auto. Stiles corrió hacia mí y me abrazó.

― ¿Estás bien? ¿Qué le pasó a tu brazo?

―Nada que no esté sanando ―dije mirando hacia Lydia, que estaba de pie frente al Kanima.

― ¡Jackson! ―lo llamó―. Jackson.

― ¡Lydia! ―grité, traté de acercarme, pero Stiles me agarró de la cintura y me lo impidió.

Ella alzó la llave de Jackson. ¿Recuerdan cuando Jackson se preguntó desesperadamente quién podría tener acceso a su casa y nos interrogó a Danny y a mí? Pues resulta que Lydia tenía total acceso, pues él le había dado una llave de su casa. Él trató de pedírsela devuelta, pero ella nunca se la dio. Hasta hoy.

Lydia le mostró la llave y los ojos del Kanima se concentraron en aquel objeto. Como si lo reconociera. Poco a poco, empezó a volver a la normalidad. Bueno, al menos ahora se veía como Jackima. Solo que sus ojos eran los de Jackson y no los del Kanima. Él cogió la llave con sus garras, mientras que Lydia no despegaba sus ojos del único hombre que había amado. Él le devolvió la mirada, era como si hablaran sin palabras.

Él retrocedió un par de pasos y cerró los ojos. Inmediatamente, Derek y Peter, el anciano, aparecieron y le incrustaron sus garras a Jackson, uno en el estómago y el otro en la espalda.

― ¡No! ―grité con lágrimas en los ojos. Stiles me cogió fuerte, para que no fuera tras ellos―. No... ―susurré.

Lo soltaron y Lydia corrió hacia él. Lo cogió en sus brazos.

Él ya no era más el Kanima o Jackima, es decir, aún tenía las escamas, pero este era Jackson, el verdadero.

― ¿Tú...? ―le preguntó a Lydia―. ¿Tú aún...?

Ella asintió. ―Sí. Aún te amo. Te amo.

Luego de eso, Jackson cayó inconsciente en los brazos de Lydia. Él había muerto, ahora sí de verdad. Ella empezó a llorar, abrazándolo y yo también. Stiles me envolvió en sus brazos. ¿Por qué tenía que pasar esto? Jackson no debía de morir, no ahora, no tan joven.

Me separé de Stiles y caminé hacia Lydia.

Mientras lo hacía, escuché a Allison preguntar dónde estaba Gerard. Pero eso ya no me importaba. Mi mejor amigo, mi hermano había muerto.

Lydia me encontró a mitad de camino y me abrazó.

―Mia, Jackson...

―Lo sé ―ambas lloramos abrazadas. Hasta que escuchamos un ruido leve. Nos separamos y volteamos hacia él.

Jackson ya no tenía ninguna escama. Abrió los ojos, eran azules, pero azules como, hombre lobo. Se puso de pie, sus garras eran grandes. Su rostro cambió como la de un hombre lobo. Sus colmillos habían salido y rugió. Luego, volvió a la normalidad y Lydia fue corriendo hacia él, para atraerlo en un fuerte abrazo.

Haría lo mismo, pero era su momento, además, Jackson estaba desnudo otra vez. Sí, vi a mini Jackson por millonésima vez, pero no tenía importancia, porque supuestamente, Jackson estaba muerto. Pero cuando él se levantó como hombre lobo renacido... pues... solo diré que no me acercaré a él hasta que tenga un pantalón.

―Mia ―me llamó Stiles. Volteé hacia él, pero en cuanto lo hice, junto nuestros labios. No dudé en seguirle el beso, necesitaba tenerlo cerca, más aún después de todo esto. No podría imaginar perderlo, así como Lydia casi pierde a Jackson.

Sonidos de aplausos sonaron a nuestro alrededor. Nos separamos solo para ver que Scott, Allison y Lydia estaban aplaudiendo.

¿Quién diablos aplaude hoy en día? No estamos en una película, ni en un libro, ni en nada.

―Ya era hora ―dijo Scott.

―Cállate ―le gritó Stiles.

―No estoy de acuerdo con esto ―dijo Jackson.

―Yo tampoco ―intervino Isaac, se le veía molesto, ni idea de porqué.

―Allison, será mejor que nos vayamos ―le dijo Argent.

―Oh, espere ―dije. Tenía la pistola guardada en mi pantalón, la saqué y se la entregué―. La tomé prestada solo un momento.

― ¿Sabes cómo usarla?

―Los juegos me han hecho aprender a la fuerza, señor ―respondí con una sonrisa.

―No sé qué clase de amigos tienes, Allison, pero déjame decirte, que, al menos ella, me agrada ―dijo Argent antes de irse con su hija.

― ¿Todo irá bien ahora? ―pregunté.

Stiles miró a nuestro alrededor. Jackson estaba bien y Lydia estaba feliz. Al parecer Allison y Scott hablarían sobre su relación más adelante.

―Por ahora, creo que sí ―respondió.

✎❣

Ok, como este ha sido el último capítulo -antes del epílogo-, quiero hacer lo mismo que hice al final del libro anterior. Y, eso es, escribir algunas escenas desde los POV de otros personajes, Stiles, Isaac, Mia... no sé, lo que salga. Así que, en las siguientes líneas escriban qué escenas les gustaría que escriba.

Posibles escenas desde el POV de Mia.

Posibles escenas desde el POV de Stiles.

Posibles escenas desde el POV de Isaac.

Posibles escenas desde el POV de otros personajes que no he mencionado ;)

No aseguro que escribiré todas, elegiré las que creo que saldrán mejor! Así que, bueno, esperaré por sus sugerencias!!

Pd. Había escrito un epílogo, pero me pareció tan cliché que dije... no, no, no, eso no. Así que, lo estoy rehaciendo... pero... la verdad es que ahora estoy viendo la serie Scream por Netflix, no me agrada mucho, prefiero las películas, son mucho más graciosas (no soy una psicópata, solo quiero aclararlo) :)

Así que, espero subir la próxima semana el epílogo, aún estoy en exámenes, solo que hoy fue feriado y aproveché en escribir! ;)

xoxo,

Rose


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