17. Haciendo cristales comestibles
Mia
Entré a clase de química junto con Lydia. Aun trataba de hacer que me hablara sobre lo que había sucedido en economía. Hay algo que la está poniendo mal, pero no logro que me lo cuente.
―Sabes que puedes confiar en mí. No hay absolutamente nada que puedas decirme, que vaya a sonar raro. ―No podía ser más cierto, luego de oír sobre hombres lobo, nada podía parecerme demasiado impresionante. Nada.
―Ya te dije que estoy bien. No hay nada malo conmigo. Excepto tú, ¿alguna vez vas a usar la ropa que te regalé?
―No.
El otro día había llegado una caja de ropa a mi casa. Lydia la había pedido en Forever 21. Ni siquiera la había sacado de ahí.
―Deberías de considerar usarla ―dijo mientras nos sentábamos en una de las mesas de la primera fila.
―Tú deberías considerar contarme qué sucede contigo.
Ella rodó los ojos, parecía cansada de la conversación.
Justo cuando iba a seguir insistiendo, Stiles y Scott aparecieron corriendo, cada uno cogió un asiento y se sentaron a nuestro lado. Scott cerca a Lydia, Stiles a mi lado.
― ¿Qué les pasa? ―pregunté―. Son asientos de dos, no de cuatro.
―Solo... solo queríamos estar con ustedes... ―dijo Stiles.
―Sí, hay cosas que no entendemos de química y ustedes son las más inteligentes ―dijo Scott.
―Einstein dijo una vez: "Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera" ―empezó a decir Harris―. Yo, he visto mucha estupidez ―dijo palmeando el hombro de Stiles.
El susodicho parecía molesto. Entrelacé su mano en la mía, pare que se desestresara. Él rápidamente la apretó y me sonrió.
―Así que, para combatir la plaga de ignorancia en mi clase, van a combinar esfuerzos para hacer experimentos en grupo. Veamos si dos cabezas son mejor que una. O en el caso del Sr. Stilinski, menos de una.
Fulminé a Harris con la mirada.
― ¿Pasa algo, señorita Anholt?
―Sí, de hecho sí. He notado que usted siempre cita a Einstein ―él asintió―. ¿Sabía que él dijo una vez: "Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es estúpido"?
―Sí, lo sabía.
― ¿Entonces por qué sigue intimidando a sus estudiantes? Como maestro debería de apoyarnos, no hacernos sentir que no servimos para nada.
Harris me miró con bastante odio. Si antes no me odiaba, ahora sí lo hacía. Pero no podía importarme menos, "nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento", eso lo dijo Eleanor Roosevelt. Si no te sientes seguro con tus maestros en la escuela, ¿con quién sí?
―Érica, tu tomarás la primera estación ―dijo sin mirarme una vez más, había conseguido un nuevo enemigo―. Comenzarás con... ―casi todos los presentes levantaron la mano, la mayoría hombres―. No pedí voluntarios. Así que bajen esas manos hormonales. ―Miró alrededor, en busca de un compañero para Érica―. Comienza con el Sr. McCall.
Luego de eso nos separó a todos en parejas. A mí me tocó con Allison, por suerte no me mandó con alguien que no conocía. No estaba de humor para conversar con alguien nuevo.
―Me he vuelto tu fan ―dijo Allison―. Fue genial lo que hiciste por Stiles.
―No sabes cuánto tiempo he querido decirle eso, pero antes odiaba a Stiles, así que nunca quise defenderlo.
Ella rodó los ojos. ¿Por qué todos rodaban los ojos? Eso era algo que yo hacía...
―Estoy feliz de que hoy lo hicieras, él pareció tranquilizarse cuando le cogiste la mano.
Mis ojos se dispararon hacia ella. ― ¿Lo viste?
―Sí, y él parecía contento. Cuando tuviste que soltarlo, vi cómo su cara se entristeció.
―No creo que se entristeciera porque lo soltara... él no me ve de esa manera.
―Yo creo que sí lo hace, pero eres muy ciega para verlo y él muy tonto para admitirlo.
Suspiré y seguí con el trabajo. A pesar de que odiara a Harris, no quería desaprobar el curso. Alcé la vista para introducir un polvo en la sustancia, pero noté algo más. Érica estaba tocando el muslo de Scott.
― ¿Nunca te pones celosa? ―le pregunté a Allison.
Ella miró lo mismo que yo, pero siguió trabajando. ― ¿Por qué debería?
―Por lo que está sucediendo allá ―dije señalando lo obvio. A mí no me gustaba Scott, ni un poco, pero me molestaba que Érica lo estuviera tocando. ¿Cómo es que a Allison no? ―Eso requiere celos, ¡diablos! Creo que hasta yo estoy celosa. Y eso que Scott no me gusta.
Ella se rio. ―Estás celosa en representación mía. Y también porque ahora consideras a Scott un amigo.
La campana de Harris sonó. ―Cambio ―dijo.
Allison cerró su cuaderno mientras yo seguía mezclando sustancias en el frasco enfrente de mí. ―Escúchame bien, Mia. No hables con Érica o Isaac.
― ¿Por qué? ―pregunté confundida.
―Solo no lo hagas ―susurró.
―Vamos, chicas. Segunda estación, ―dijo Harris, que estaba detrás de nosotras. Cuando intercambié miradas con él, vi odio en sus ojos. Así que yo también lo vi de la misma manera.
―Confía en mí, ¿sí? ―me dijo Allison antes de irse.
Stiles
**En la primera estación**
De los más de veinte alumnos que había aquí, tuvo que tocarme Isaac en la primera estación. Odio a este tipo, ahora más que antes, porque se está haciendo pasar por el amigo de Mia cuando lo que en verdad quiere es matarla.
―Juro que si lastimas a Mia, convertiré tu trasero de hombre lobo en un abrigo de piel y se lo regalaré en su cumpleaños ―le dije mientras introducía un polvo extraño dentro de un frasco.
― ¿En serio? ¿Estás defendiendo a Mia? Pensé que era a Lydia a la que amabas.
―Yo pensé que eras amigo de Mia.
―Soy amigo de Mia, no planeo hacerle daño. En cambio, a Lydia, a ella sí.
― ¿Por qué a Lydia sí?
―Pienso que ella es el Kanima, aunque aún tenemos que hacerle la prueba a ambas ―suspiró―. No tengo por qué decirte esto, pero no tengo intenciones de hacerle nada a Mia, ella es importante para mí.
Me aliviaba que no quisiera hacerle daño, pero me molestaba que hablara así de ella. Él no tenía ningún derecho sobre ella, ninguno.
― ¿Es celos lo que huelo? ―preguntó―. Estás loco por ella, ¿no es así?
Ni siquiera tenía una respuesta para eso... no tengo idea de nada... solo sé que ya no pienso en Lydia tanto como antes y que la que ahora está en mi cabeza todo el tiempo es Mia. Pero no sé qué hacer al respecto.
―No dejaré que le hagas daño ni a Mia, ni a Lydia.
―No, siempre he odiado a Lydia. Una vez la invité a salir.
―Suena como el comienzo de una historia triste, así que paso, gracias ―traté de seguir con el experimento, pero la verdad es que no sabía qué estaba haciendo.
―Era el primer día del primer año.
―Pensaste que todo iba a ser diferente en la secundaria, pero te dijo que no ―es lo mismo que me pasó a mí. Invité a salir a Lydia, pero ella se rio en mi cara.
―Sí, incluso se rio ― ¡Vaya! Tenemos algo en común, ¡qué dicha!―. Me dijo que regresara cuando mi bicicleta tuviera motor, no una cadena.
―El amor no correspondido apesta ―le dije―. Deberías escribir sobre eso en clase de inglés. Canalizar toda la energía negativa ahí.
―No. Pensaba canalizarla matándola ―al escuchar eso, dejé de vaciar un líquido que no conocía en la sustancia que había mezclado―. Nunca he sido muy bueno escribiendo.
En ese momento Harris hizo sonar la campana, lo que significaba que tocaba la segunda estación. Por suerte esta me tocaba con Mia. Así que corrí hacia ella.
Mia
― ¿Por qué estás tan apurado? ―le pregunté a Stiles, pues había venido corriendo hacia mí, a pesar de que estaba sentado una carpeta más adelante. Casi se había caído de la silla al venir.
―Solo quería agradecerte por lo de antes. Ya sabes, todo eso de Einstein ―dijo haciendo señas con las manos.
―No fue nada, siempre quise callar a Harris. Hoy tuve la oportunidad.
―Fue por eso... pensé que...
Dejé de echar el sulfato de cobre y dirigí mi atención a Stiles. ― ¿Qué pensaste?
―Nada... nada...
―Stiles... dime.
―Pensé que... que querías ayudarme... nada más, es estúpido, obviamente no querías ayudarme.
―Sí quería ayudarte ―le dije con una sonrisa.
Él sonrió de vuelta.
―Deberían de trabajar, ustedes dos se han convertido en mis estudiantes menos favoritos ―susurró Harris, quien había puesto ambas manos sobre nuestros hombros―. Voy a empezar a hacerles la vida imposible.
No había caso de mandarlo al mismo infierno con mis propias palabras, había una mejor manera de callarlo. ―"Nunca discutas con un estúpido, te hará descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia." Mark Twain ―dije.
― ¡Siguiente estación! ―gritó antes de alejarse de nosotros dando pisadas fuertes.
― ¿De dónde has sacado tanta valentía? ―me preguntó Stiles.
―Solo estoy liberando todas las cosas que he querido decirle desde que empezamos la secundaria ―la verdad es que no sé cómo es que no me ha dado un castigo todavía. Si yo fuera profesora, me habría dejado sin hora del almuerzo toda la semana o más. Tal vez Harris está pensando en un mejor castigo para mí.
―Este tipo de cosas me recuerdan a porqué jamás te gané cuando éramos enemigos. Eres demasiado inteligente.
―Gracias.
―Stiles, estás en mi asiento ―dijo Isaac―. Última estación vete con McCall.
Stiles me miró asustado y susurró en mi oído. ―No le hagas caso en nada.
¿Por qué todos me dicen cosas extrañas el día de hoy? Primero Jackson, luego Allison y ahora Stiles.
― ¿Qué está pasando con todos ustedes? ―le pregunté a Isaac―. Están actuando extraño el día de hoy.
― ¿Eso crees?
Alcé una ceja. ―Claro que lo creo. Dime qué pasa.
―Nada... solo confía en mí. El otro día te dije que te vigilaría, te voy a proteger, nada ni nadie te va a hacer daño. Pero debes confiar en mí.
―No entiendo nada...
Miré la sustancia en el frasco, ahora parecía una piedra... no, un cristal... Ya había acabado de hacer todo lo que se supone que debería hacer, así que solo quedaba esperar a que Harris dijera que el trabajo había terminado.
―No es necesario que entiendas, tú ya sabes muchas cosas.
―Pero no todo, necesito entender todo.
―Mia, deja de ser tan curiosa.
Rodé los ojos. ―Como sea, igual lo averiguaré tarde o temprano.
― ¡Tiempo! ―Gritó Harris―. Si han catalizado la reacción correctamente, deberían estar viendo un cristal.
Isaac cogió unas pinzas y sacó el cristal del frasco.
―Ahora, como último paso del experimento, que seguro disfrutarán, pueden comerlo.
Miré a mi alrededor, solo dos grupos más habían conseguido el cristal, entre ellos el de Lydia, quien estaba emparejada con Érica. Esta última le estaba ofreciendo comer el cristal.
―Toma ―me dijo Isaac―, tú hiciste el trabajo, deberías probarlo ―sonaba nervioso al decirlo.
Me encogí de hombros, sí me gustaría probar el cristal. Así que lo cogí.
― ¡Lydia! ―gritó Scott.
― ¡Mia! ―gritó Stiles.
Ambas volteamos hacia ellos. De hecho, todo el salón los miraba.
― ¿Qué? ―preguntamos las dos al unísono.
―Nada ―respondieron los dos mientras tomaban su lugar.
Acerqué el cristal a la boca y lo mordí. Sabía extraño al inicio, como si tuviera una sustancia rara, pero luego, era dulce. Era riquísimo.
―Está muy bueno ―le dije a Isaac― deberías probarlo.
Podía ver sudor correr por su frente. ―No, así está bien...
✎❣
Espero que se hayan dado cuenta de que la sustancia en el cristal era el veneno paralizador del Kanima. Así que, como verán, ni Lydia, ni Mia quedaron paralizadas... Ahora van a pensar que cualquiera de las dos o las dos son el Kanima.... vaya dilema!! ;)
Fue un capítulo más largo que los demás, ¿no creen? Me pareció entretenido, en especial cuando Mia le respondía a Harris... es decir, yo querría decirle toda su vida a ese maldito... pero no puedo xq es un personaje de una serie... lol...
En fin, creo que eso es todo lo q debo decir, ya falta menos para que Scott, Stiles y Allison se enteren de que Mia conoce del tema ;)
xoxo,
Rose
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