15. Sin aliento
Stiles
Tenía que encontrar el Bestiario.
¿Qué es el Bestiario?
Pues, es un libro donde sale la información de criaturas mitológicas, así como del reptil que vi en el taller del mecánico. Y necesitamos urgentemente saber qué es esa cosa.
El Bestiario lo tenía el abuelo de Allison, ahora que él era el director del colegio (no preguntes cómo es que pasó eso, porque ni yo lo sé), debía de tener el libro en su oficina, así que salí del partido de Lacrosse para venir a buscarlo. De todas formas nunca me llaman al juego, así que no perdía nada.
Un cuaderno forrado en cuero, eso es lo que buscaba dentro de los cajones del escritorio, pero nada. Había papeles, pero no ese cuaderno. Allison lo había visto antes, pero ahora no estaba.
―No está el libro ―me dije a mí mismo.
Saqué el celular y le mandé un texto a Allison.
Para: Allison Argent
Nada por aquí.
―Hola, Stiles ―dijo Érica, quien había aparecido en el marco de la puerta. Esto no podía ser bueno. ¿Me va a golpear con otra parte de mi Jeep?
Ella me cogió de la oreja, como a un niño pequeño y me obligó a ir con ella.
― ¿Acaso te aburriste de golpearme con partes de mi Jeep? ―pregunté.
―Te necesito consiente para esto, ahora camina.
Me dirigió hasta las piscinas. Ahí apareció Derek con una pelota de baloncesto en la mano. ¿Cómo no se me ocurrió que él tenía que ver en esto?
Érica me soltó la oreja y se puso al lado del alfa. ―Stiles ―dijo él.
―Derek ―respondí yo.
― ¿Qué viste en el taller del mecánico?
―Ah... varias infracciones graves a la ley de protección ambiental que pienso denunciar.
Creo que mi comentario no le causó tanta gracia, porque le clavó las garras a la pelota y esta se desinfló. Algo me decía que él quería hacer eso mismo con mi cabeza.
―Probemos de nuevo ―dijo Derek.
―Bueno, tenía un aspecto como resbaladizo. La piel oscura, con relieve. ―No me agradaba tener que recordar al reptil, lo veía y veía el cuerpo del mecánico. ―Creo que llegué a ver escamas. ―Ambos me miraban con detenimiento. ― ¿Eso es suficiente? ¿Está bien? Porque debería regresar al juego, espero que no haya acabado.
Derek me dio la mirada de 'sigue hablando o te pasará lo mismo que a la pelota de basquetbol'.
―Está bien. Los ojos. ―Suspiré. ―Los ojos son amarillentos y rasgados. Tiene muchos dientes. ¡Oh! Y también tiene cola. ¿Es suficiente? ―pregunté. Pero ninguno respondió.
Érica parecía asustada por algo. Derek también aunque un poco menos. Casi ni se le notaba.
― ¿Qué? ¿Lo han visto? ―pregunté. ―Tienen cara de saber exactamente de qué estoy hablando.
Los dos miraban a un punto sobre mí, así que volteé. Me arrepiento. Ahí estaba el reptil. En cuanto lo vi empezó a rugir o gritar o gruñir, lo que sea que hagan los reptiles.
Inmediatamente me puse atrás de Derek. ¡Hey! Él era el hombre lobo acá.
El reptil saltó hasta nosotros y golpeó a Érica, dejándola inconsciente a un lado de la piscina.
Derek me empujó y gritó―: ¡Corre!
Estaba a punto de hacerlo, pero el reptil le hizo algo a Derek en el cuello. Tenía una fina cortada. Algo así le había hecho al mecánico antes de matarlo.
―Derek, tu cuello ―le dije. Él se lo tocó y empezó a caer. Eso debía de paralizarlo, como me pasó a mí―. Vamos, ven aquí. ―Pasé su brazo sobre mis hombros y lo traté de llevar. Él era mucho más pesado de lo que aparentaba.
― ¿Dónde está? ¿Lo ves? ―le pregunté. Mientras corríamos entre las dos piscinas.
―No, solo corre ―respondió―. ¡Llama a Scott!
Esa es una gran idea, no sé por qué no se me ocurrió antes. Saqué mi celular, pero se resbaló de mi mano y cayó al suelo. Me agaché para cogerlo, pero al hacerlo, Derek cayó en la piscina.
―Stiles, hijo de... ―no pudo completar su insulto, porque su gran cabeza estaba bajo agua.
Con la parálisis, él iba a morir ahogado. Miré a mi celular, al hacerlo, vi la posibilidad de llamar a Scott. Luego vi la piscina y la posibilidad de la muerte de Derek. Ojalá que no me arrepienta de esto. Salté a la piscina y salvé a Derek de una horrible muerte.
― ¿Adónde se fue? ―pregunté una vez que estábamos flotando en la superficie. Aunque no sabía cuánto tiempo podría soportar cargar a Derek―. ¿Dónde está? ¿Lo ves?
―No ―respondió él.
―Tal vez se fue ―dije con la esperanza de que así fuera. Pero el maldito reptil rugió e hizo eco por todo el lugar. Algo me dice que no se fue.
―Tal vez no ―respondió Derek.
Los minutos pasaban, mis brazos se hacían cada vez más débiles. ¿Cuánto pesaba Derek? Es un mastodonte.
― ¿Me sacas antes de que me ahogue? ―preguntó él un poco irritado.
El irritado debería ser yo. ― ¿Te preocupa ahogarte? ¿No viste a esa criatura con muchas filas de dientes filudos?
Yo estoy más preocupado por el reptil. Eso es seguro.
― ¿Y tú no viste que estoy paralizado del cuello para abajo en dos metros de agua?
¿Cree que no lo vi? ¿Quién cree que lo ha estado sosteniendo todo este tiempo?
―Bueno, ―dije― no lo veo.
Empecé a nadar hacia el borde de la piscina, iba lento, porque Derek era una carga muy grande.
―Aguarda, alto ―dijo él.
Me detuve y vi hacia donde Derek tenía clavado los ojos. El reptil caminaba en cuatro patas alrededor de la piscina, observando cada uno de nuestros movimientos. Pero me parecía extraño que no viniera por nosotros. Estábamos a su merced.
― ¿Qué está esperando? ―pregunté.
El reptil se acercó al borde de la piscina, ¿para qué pensé en que estábamos a su merced? Ahora vendría a matarnos a los dos.
Pero no, cuando se acercó y tocó el agua, se alejó rápidamente. Como si le tuviese miedo a esta.
―Espera, ¿viste eso? ―le pregunté a la única persona que estaba ahí para escucharme, Derek―. Creo que no puede nadar.
Seguían pasando los minutos y el reptil seguía paseándose alrededor de la piscina, esperando a que saliéramos. Esperando para atacar. Yo ya casi no sentía mis brazos, nos sabía cuánto más podría seguir sosteniendo a Derek.
―Creo que no voy a resistir mucho más ―le dije.
Miré mi celular, estaba tan cerca y tan lejos. Solo tenía que llegar a él y llamar a Scott, pero para hacerlo, tendría que soltar a Derek. No sé cómo se sentiría al respecto, tampoco era como si me importara mucho. Mientras él siguiera paralizado, no había forma de escapar. Necesitábamos a Scott.
― ¡No, no, no, no, no! Que ni se te ocurra ―dijo él cuando se dio cuenta del plan que tenía en mente.
― ¿Podrías confiar en mí solo por una vez?
― ¡No! ―wow, eso dolió. He estado sosteniéndolo por unas dos horas o algo así... ¿no podía confiar? ¿En serio?
―Soy el que te está manteniendo con vida. ¿Te diste cuenta de eso?
―Sí. Y cuando se me pase la parálisis, ¿quién combatirá a esa cosa? ¿Tú o yo?
― ¿Por eso te sostengo hace dos horas?
―Sí. Tu no confías en mí ni yo en ti. Pero me necesitas para sobrevivir, y es por eso que no me sueltas.
Casi no podíamos mantener nuestras cabezas fuera del agua. Creo que he tomado mil litros de agua en las últimas dos horas. Tenía que llamar a Scott, no importaba lo que él dijera.
Lo miré con mi cara de 'ándate a la mierda' y lo solté.
― ¡Stiles! ―gritó antes de que se hundiera en la piscina.
Nadé hasta el borde de la piscina lo más rápido que pude, me detuve un segundo al ver que el reptil se acercaba a donde yo iba. Pero no podía titubear, tenía que coger el celular. Nadé el resto del camino y cogí mi celular antes de que el reptil pudiera llegar a mí. Me adentré en la piscina, otra vez. Tenía que llamar a mi mejor amigo antes de que Derek muriera ahogado.
Marqué su número y esperé a que contestara, cuando lo hizo, grité emocionado y asustado a la vez―: ¡Scott!
―No puedo hablar ahora ―dijo él y colgó.
Maldito hijo de su padre, porque su madre es una gran mujer y no merece que le diga nada.
Solté mi celular, ya no había nadie a quien llamar, tendría que resistir hasta que Derek pudiera moverse. Buceé hasta el fondo y cogí a Derek.
Salimos a la superficie tomando grandes bocanadas de aire. Jamás volveré a subestimar el aire, lo amo.
― ¡Dime que lo contactaste! ―dijo Derek.
Lo contacté, pero no sirvió de nada.
Mi silencio fue suficiente respuesta para Derek.
―No puedo seguir así. Necesito algo de dónde agarrarme ―dije luego de varios minutos, tal vez media hora, tal vez más que eso.
Miré a mí alrededor. Había una manija bajo el trampolín. Eso tendría que servir. Nadé hacia allá con las pocas fuerzas que me quedaban. Cuando por fin cogí la manija, ya no tenía nada de fuerzas, ni para sostenerme a mí, menos a Derek. El agua hizo que mi mano resbalara y ambos empezamos a hundirnos.
Este era el fin... diablos... ni siquiera le había dicho a ella lo que sentía.
Algo me cogió de la casaca y me impulsó con gran fuerza fuera del agua. No lograba distinguir nada, solo estaba seguro de que era Scott el que había llegado, por fin. Después de esto tendré una seria conversación sobre no colgarme el celular nunca jamás.
Logré sentarme, justo para ver que Scott tenía un pedazo de vidrio en la mano, con el que estaba amenazando al reptil. Cuando este se vio en el reflejo, chilló y se fue por el techo. Rompiendo uno de los tragaluces.
🌙
Resultó que el Bestiario estaba en un USB, en las llaves del abuelo de Allison, las cuales yo había tenido en posesión para entrar a su oficina. De haber sabido esto, jamás habría estado a punto de morir ahogado.
Ahora estábamos fuera de la escuela, usando la laptop de Scott para ver el Bestiario y guardarlo en su memoria. El problema con esto, era que el archivo estaba en un idioma... un idioma que no creo que exista.
― ¿Es eso un idioma? ―pregunté a Scott.
― ¿Cómo vamos a averiguar qué es esa cosa? ―se preguntó Scott.
―Se llama Kanima ―dijo Derek, quien se acercaba a nosotros junto con Érica. Ella había estado inconsciente las dos horas. Suerte que el reptil no quiso matarla.
―Lo sabías desde el principio ―dije molesto. Maldito Derek.
―No ―respondió―. Solo lo supe cuando se confundió con su propio reflejo.
―No sabe lo que es ―dijo Scott.
―Ni quién es ―completó Derek.
― ¿Qué más sabes? ―le pregunté.
―Leyendas. Rumores.
― ¿Es como nosotros? ―preguntó Scott.
―Sí, cambia de forma como nosotros, pero él no está bien. Es como...
―... una abominación ―completé por él.
Derek asintió y se dio media vuelta para irse, pero Scott lo detuvo.
―Debemos trabajar juntos en esto. Incluso podemos llamar a los Argent. ―No, yo creo que decirle a los cazadores no es bueno.
― ¿Confías en ellos? ―preguntó Derek, ahora estaba molesto.
―Nadie confía en nadie. ¡Ese es el problema! ―Dijo Scott―. Mientras nosotros estamos aquí, discutiendo quién está de qué lado, ¡ahí afuera hay un ser más temible, fuerte y veloz que nosotros, y está matando gente!
Mi amigo tenía un buen punto a su favor.
― ¡Y ni siquiera sabemos nada de él! ―gritó.
―Yo se algo ―dijo Derek―. Tiene que ser alguien que haya sido mordido o rasguñado por un alfa. Solo hay dos personas que encajan en esa descripción. Jackson y Lydia.
― ¿Rasguñado por un alfa? ―pregunté.
Derek asintió.
Mia fue rasguñada por un alfa.
― ¿Sabes de alguien más que pueda encajar? ―me preguntó. Negué rápidamente con la cabeza―. Sí sabes de alguien. ¿Quién? ¡Dímelo!
―No ―respondí―, no te diré nada.
―Mia... ―dijo él viéndome a los ojos. ¿Cómo supo? ―Tu solo mentirías por ella, Mia fue rasguñada por mi tío, ¿no es así?
Scott y yo intercambiamos miradas y no dijimos más. Había metido a Mia en problemas... se supone que la quiero proteger, no dejarla a merced de Derek.
― ¿Qué vamos a hacer con esto? ―preguntó Scott.
―Solo te diré esto, cuando lo encuentre, lo voy a matar ―respondió Derek refiriéndose al Kanima.
Con eso él se fue.
Tengo que mantener vigiladas a Mia y a Lydia... a Jackson... él no.
✎❣
Este va a ser el último capítulo que es prácticamente igual a la serie. Los demás van a ser diferentes, no se preocupen. Ya les había dicho que estos capítulos "Parálisis" y "Sin aliento" son para las lectoras o lectores que no han visto la serie ;)!
Bueno, ¿qué piensan del final? Derek sabe que Mia ha sido atacada antes... ¿qué creen que va a hacer?!! Estoy emocionada por eso! lol!
En fin, ya cada vez falta menos para que los demás sepan que Mia se ha enterado de los hombres lobo :)!
PD. Trataré de subir el siguiente cap pronto.
xoxo,
Rose
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