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Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.

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-Por favor ayudame-Susurre ya que intente hacerme la dura pero no pude, mi sonido salio estrangulado lleno de pavor.

La razón era mi bebe, mi hermoso bebe yacía acostado en una mesa de madera, respiraba agitado mientras que habían varias venas que se marcaban en su cuello.

Era una maldición.

Su pequeño pie era morado y estaba ligeramente hinchado, esto se debía al rasguño que en el se podía ver claramente.

Frente a mi yacía un hombre, lo conocía perfectamente, bastó esas palabras mías para que el hombre diera varios pasos a nosotros.

Era mi padre, no mi padrastro, sino mi padre biológico.

Rápidamente observe como sacaba una botella con un líquido azul brillante, sin problema sacó la tapa mientras que ponía un poco sobre su palma.

Flush.

Aquel líquido exploto en fuego mientras que el dejaba la botella en la mesa junto a mi bebe.

Lo observó frotándose las manos mientras que la habitación se llenaba de calor a cada movimiento de las mismas sentí como sudor se acumulaba en mi rostro ya que era casi estar dentro de un sauna.

-Sostenenle el pie Sally-Me ordenó mientras que mi cuerpo se movió se manera automática.

No importaba el nauseabundo olor que emanaba de aquella herida, rápidamente con mis dos manos sujete su pequeño pie morado con todo mi amor.

Cuando mi pequeño Perseus dio un quejido mi mente se aplastó, lágrimas salían de mis ojos al oír que mi bebé estaba sufriendo.

-Dejara marca, pero es mejor que morir-Me hablo mientras que acercaba el fuego azul a sus manos.

El susurro unas palabras, una plegaria a Apolo para que todo saliera bien, para que el dios de la medicina bendijera este tratamiento médico.

Shiiissssss

Como si un bistec fuera echado a un sarten con aceite hirviendo cuando las manos de mi padre tocaron el pie de mi hijo se dio tal sonido.

Humo negro comenzó a salir de manera inmediata, me abstuve de vomitar, si esa herida olía horrible ese humo olía 10 ve es peor.

Mi corazón ganó alivió al ver a mi pequeño pecesito de mar dar un suspiro de alivio y lo sentir estremecerse de dicha ante aquello.

-Es fuego de la hoguera del Olimpo, un fuego que no está echo para dañar sino para curar, la máxima representación de amor ya que ella no quiere dañar, ella quiere que todos sean felices-Habló mi padre mientras que entonces lo recordé.

-Pe-Pero pensé que era prohibido usarlo-Hable con miedo a que mi padre sufriera un castigo.

-Lo es, y si Zeus se da cuenta me atara a una roca y hará que cuervos se coman mi cuerpo durante toda la eternidad, pero si no lo uso sufriré un destino peor y ese no es tener las galletas de chispas de chocolate de la tía Hess, ella es la diosa del hogar, siempre te ha visto al igual que madre, para ellas tu eres la máxima representación de lo que es una madre y una familia, me castigara si se da cuenta que pude hacer algo y no lo hice-Habló mi padre con tranquilidad mientras que quitaba sus manos de la herids debido a que el fuego apenas eran unas pequeñas llamas.

Flush.

Volvió a flotar sus manos para así volver a calentar el fuego que volvió a rugir como hace unos segundos poniendolas otra vez en la herida que volvio a supurar humo negro.

-Gr-Gracias padre-Hable mientras que mis lágrimas seguían saliendo pero esta vez era por el.

Ella había visto lo que los dioses masculinos eran con sus hijos, solo Apollo iba al campamento, para el resto sus hijos no eran más que estorbos en sus agendas, obligados a tener que bajar por las leyes pero sin embargó cada vez que lo hacían se les veía molestos o incluso algunos preferían ser castigados a tener que convivir con ellos.

-Eres mi hija Sally, mi hija, no olvides eso nunca, como padre le juré a tu madre que haría todo lo pensable eh impensable para que tuvieras una vida feliz, después de todo no pediste nacer siendo mi hija, Perseus es mi nieto, la sangre de mi sangre, como su abuelo es normal que me preocupe-Habló mi padre con voz tranquila mientras que observaba para abajo.

Yo nunca había visto a padre verme con enojo o algún tipo de sentimiento negativo, sus ojos siempre eran tiernos y suaves, ahora podía verlos también en mi hijo.

Él era el mejor papá.

Cuido de mi madre hasta sus últimos alientos, vigilo de mi, me guió y me enseñó todo lo que sabía hacer, por él era que yo sabía todo lo que sé.

-Por favor padre, ayúdame, su olor, su olor es cada vez más fuerte, no me di cuenta y apenas llegue pero mi pecesito fue herido y de no ser por ti hubiera muerto-Hable ya que tuve que orarle a mi padre en busca de protección y ayuda.

Fue hace unos minutos, me descuide unos segundos, segundos que una sirena aprovecho para intentar comerse a Percy, de no ser por sus reflejos de semidios hubiera salido herido peor.

-Puedo notarlo, su sangre es ¾ partes, su olor es similar al regaliz y ¿Comida azul?, pero sin embargó no puedo, soy el Dios de los Héroes, cae bajo mi vigilancia el que héroe sigan su curso-Habló mi padre mientras que quitaba sus manos.

Mi bebe ahora tenía una horrenda cicatriz, pero eso era mejor, mi bebé seguía vivo.

No supe en que momento mis manos se aferrarnos a su camisa mientras que le veía, tenía que hacerlo, o si no mi bebé sería comida de monstruos.

-Por favor, solo tiene 4 años, n-no puede aun, padre te lo suplicó, por favor-Susurre desesperada ya que mi bebé no estaba listo.

Esto no era el campamento Júpiter, es más, ella no quería que fuera así, los romanos para ella eran basuras y más su matrona, devorar a los niños solo por el echo de ser débiles, la máxima barbarie que algo podía cometer, un monstruo que los romanos adoraban como dios y pensaba que estaba ahí para su ayuda.

Entonces vi a mi padre arrugar su nariz levemente, no era de enojo o algo similar, sino pensando, pensando en algo, lo que pensaba estaba lejos de mi.

-*Suspiro* Tengo una idea, pero le deberé un favor, bueno lo que sea, las invitaré a una copa de vino-Mi padre me sonrió mientras que suavemente me separaba de él.

En su mano apareció un hermoso collar, decorado con piedras preciosas, podía valer millones de dólares fácilmente.

Mi padre se acercó a la chimenea de mi casa que se encendió en fuego amarillento, de bolsillo saco una moneda echa de oro.

Flush.

Mi padre hablo en un idioma inentendible, lo conocía perfectamente, ese era el Gótico Imperial, el idioma que los dioses habían hablado desde el principio de los tiempos, una variante del Alto Gótico hablado por los titanes en sus épocas antes de ser desterrados.

Mi padre le había dicho que era algo así como español y el portugués, similares pero a la vez demasiado distintos.

Observó como la llama se formó en muchos colores, lo sabía, estaba realizando una llamada mediante Eris.

Siguió y siguió hablando siempre observando el fuego, observó el reloj y ya había hablado durante 5 minutos.

Extendió su mano y vi como el collar desaparecía y en su lugar aparecía otro collar.

-*¡Bugha!*-Sentí que la comida que había estado en mi estomado desde hace dos horas venía intentando salir de mi.

Olía realmente asqueroso, no, llamar a eso asquerosos era un alago para ello, olía como tripas de pez fueran expuestas al sol pudriéndose al igual que tripas de cerdo, y ese elixir de olor fuera puesto en ese collar.

El collar eran simple, una cuerda negra echa artesanalmente y un pequeño dije de madera con una extraña marca.

Rápidamente deseché mi reflejo nauseabundo mientras que padre me daba una sonrisa.

-Esto cuidara de él, Zeus ha protegido a sus hijos descaradamente durante más de 3 mil años contra los monstruos, porque yo no eh de hacerlo con mi nieto...-Hablo mi padre mientras que caminaba de vuelta con el collar mientras que me hacía un gesto.

Yo entendí, rápidamente me movilice mientras que ayudaba a mi padre a ponerle el collar a mi pecesito.

-Estirare un poco mi dominio, más las moiras me regañaran por ello, pero no creo que ellas se molesten, este collar JAMAS deberá quitárselo, lo protegerá del cielo y de los monstruos Sally, JAMAS debe quitárselo me entendiste, servira hasta que cumpla los 15, años suficientes para que pueda ir al campamento, intenta traerlo a los 14 para que así el collar no falle-Hablo mi padre mientras que me veía de manera seria, poco usual en él.

Padre se acercó a bebe mientras que ponía su palma sobre los ojos cerrados de mi bebé, vi que niebla morada se formó en ellos antes de desaparecer.

-Eh sellado su memoria y reemplazado la sirena con un caimán, eh puesto también un poco de niebla sobre sus ojos, si esta en peligro se quitará para que así pueda defenderse si llegara a suceder algo-Hablo mi padre mientras que mi corazón se estrujaba.

Que había echo para merecer a padre.

Incluso si se metía en problemas no dudaba en ayudarme y a su nieto, si hubiera deseado una cosa si hubiera nacido nuevamente era tener a padre como mi padre de nuevo.

Sally tarareo abriendo los ojos cuando aquel recuerdo vino a su mente, rápidamente le dio vuelta a un pancake de color azul que se cocinaba en su sarten.

Podía escuchar el suave sonido de las olas dando una hermosa melodía natural y suave de la que ella siempre estuvo enamorada.

Sus ojos no pudieron evitar caer en una foto colgada en una de las paredes, sonrió ya que para su pecesito de mar era una de las mayores vergüenzas.

Todavía lo recuerda como si hubiera sido este mismo día, para el primer año de su pecesito, si embargo la historia detrás de esa foto fue que ella no la pidió, un fotógrafo callejero le había tomado aquella foto.

El artista pidió permiso para que fuera su foto representativa en el concurso en el que quería participar, ella no vio nada de malo aceptando, el hombre en agradecimiento le había regalado aquella foto ya enmarcada junto a su número telefónico para posibles tratos futuros.

La foto había arrasado totalmente el concurso siendo la campeona indiscutible del mismo, con el dinero el hombre pudo comprar las herramientas que necesitaba para seguir mejorando, no sin antes de invitar a Sally a una pizza y al baby Percy a un jugoso y delicioso yogurt azul.

Desde ese día Mark era su fotógrafo familiar, siendo contratado cuando lo necesitaban incluso siendo recomendado con varias de sus amigas, sin mencionar que la escuela de Percy estaba encantada con el trabajo siendo el fotógrafo de la misma.

-¡Percy baja a comer!-Hablo Sally mientras que lo decía en voz alta para que el segundo piso lo escuchara.

Sally vio el reloj notando que eran las seis y un cuarto, las clases de su bebé inciaban a las ocho por lo que si sumanaban la media hora de viaje en carro entonces todavía tenían tiempo.

"¡Un minuto!"

Escucho los pasos debido a sus sentidos desarrollados encima suyo y supo que su bebé estaba bajando.

La pasión de Percy era levantarse siempre antes que el sol iluminará el horizonte para ver el mar interminable.

Ella podia verlo en los ojos de Percy ya que siempre se levantaba junto a él a ver el mar con un café en su mano, alejar a Percy del mar era como si le estuvieran arrancando su corazón.

Su hijo había entrado a los 8 años en una depresión terrible cuando ella lo llevó por primera vez al mar y lo trajo de vuelta, los doctores a donde le llevó le dijeron que su hijo quería volver donde ella lo llevó y que ella siempre le negaba eso, los doctores le recetaron los medicamentos mientras que servicios infantiles investigaba para asi dictaminar la sentencia, fue entonces que Sally entendió el porque su hijo estaba en aquella depresión que no quería ni comer comida azul.

[Nota: Recordemos que en EEUU si un niño entra con depresión o algún tipo de herida como huesos rotos, el doctor está en la obligación de llamar a servicios infantiles para que así ellos investiguen si son causas generadas en el entorno familiar, esto se hace para evitar tiroteos, cosa que no funciona muy bien]

Después de una semana que servicios infantiles dictaminara que era una depresión que no era a causa del nucleo familiar quedando en libertad ella decidió mudarse, lejos de la cuidad.

Por ello ella vendió una parte de sus dracmas haciéndose con buen dinero, el suficiente para comprar varias hectáreas en Hawaii y reparar en su totalidad la casa de dos pisos donde vivían actualmente haciéndole antitornados, el terreno junto a la casa le habían salido casi regalados, pero sin embargó tuvo que invertir buen dinero en el circuito eléctrico ya que de su bolsillo tuvo que poner postes y red eléctrica y también cambiar los tubos de metal del agua ya que estaban llenos de herrumbre.

Aunque bueno los hijos de Hefesto que contrato se había enamorado del proyecto junto con el arquitecto hijo de Athenea, aunque no podía negar que estaba en su sangre, después de todo eran hijos del dioses que amaban construir cosas y los retos que salían en el camino.

Vivían alejados de la sociedad hawaiana, a unos kilómetros del pueblo donde Percy estudiaba, de vez en cuando tenían extranjeros a la playa, pero ella había construido un parqueo y puesto basureros para evitar que votaran la basura en la misma y tenerla limpia, cuando dejaba a Percy botaba la basura en la carretera principal.

Desde que ellos llegaron, la playa a unos metros así como las vecinas no habían sufrido tormenta importantes, si hubieron vientos y lluvia torrenciales como en cualquier playa del mundo, pero el mar aunque embravecido ni siquiera dudo en proteger a su joven maestro manteniéndose siempre a raya.

Otra cosa que a Percy lo enamoraba de la mar, amaba cuando se embravecia, indomable eh incontenible, después de todo era hijo del mar y cada aspecto de este era atrayente como una abeja a la miel.

Ella había aceptado un trabajo de casa, nada importante, era una ingeniera el programación, después de todo cada mes tenía cuentas que pagar y necesitaba generar dinero, no solo vivir de los dracmas de oro, sin mencionar que no debía levantar sospechas viviendo una vida tranquilidad cosa que ella no se quejaba.

Aunque ella amaba el arte, después se todo Apollo le había bendecido no podía pagar sus cuentas con el, menos teniendo en cuenta que tenía un hijo, por ello lo había desplazado a hobby, aunque ella le regalaba a Apollo lo que creaba y el dios siempre el enviaba una foto de él posando junto a lo que ella le regaló, de verdad Apolo era un caso perdido.

Una sonrisa se formó en el rostro de Sally al recordar al dios del sol, Apolo rebotaria de alegría al saber que su hijo amaba al sol casi tanto como el mismo mar.

-Ma, ¿Has visto mis audífonos?-Un muchacho de 12 años entró mientras que veía a su madre.

Sally echo el pancake encima de la torre mientras que ponía el sarten al lado de la estufa caliente para evitar que se sobrecalentara.

-Encima del microondas, te los puse a cargar para que lo llevaras cargados a la escuela-Hablo Sally señalando el electrodoméstico.

Percy sonrió mientras que rápidamente iba al punto señalado notando su estuche negro, rápidamente quito el cargador poniéndole a la par del microondas y metió sus audífonos en su mochila con temática náutica.

Amaba su mochila.

Sally suspiro al ver la sonrisa presumida en el rostro de Percy al ver su mochila, sabía el amor de su hijo por su mochila, de verdad amaba el mar y todo lo relacionado a el.

Hijo de su padre tenía que ser.

Si Poseidon no aceptaba a Percy como su hijo ella sin duda le patearia el trasero, era como un miniposeidon solo que versión humana.

-Audífonos listo, libros listo, tareas listo, plumas y palices listo, billetera listo, cargador de celular listo-Habló Percy mientras que iba a bromas con 'Navaja por si las cosas se tuercen lista' pero mejor no lo hizo ya que conocía la furia de su madre.

-Veo que tienes todo, ven a comer-Hablo Sally con una sonrisa mientras que Percy asentía felizmente.

Sally sin decirle nada a su hijo entonces se aseguró que el collar estuviera presente.

El olor no era percibido por mortales, pero destilaba pestilencia, ella se había acostumbrado a ello bloqueando su olfato mediante magia era un spray anti-monstruos asegurado, ocultaba a Percy en su totalidad de los monstruos.

Quien sabe, tal vez en un universo paralelo ella era una mortal corriente que tuvo que casarse con un asqueroso cerdo para evitar que su bebé fuera encontrado por los monstruos.

Las posibilidades estaban ahí.

-Pancake azul-Babeo Percy al ver su comida favorita en todo el universo, la comida azul debía ser la comida de los dioses.

Sally sonrió al ver a su hijo tan animado, rápidamente le entregó el 80% de los pancake mientras que su hijo procedía a ahogarlos en miel de maple para empezar a comerlos.

-Por cierto recuerda que hoy no puedes quedarte con Grover, debes seguir entrenando-Hablo Sally ya que desde que su hijo y ella llegaron aquí decidió entrenarle en el arte de la lucha y la supervivencia.

Su hijo era diestro con la lanza y la lucha acuática, podía aguantar la respirar cuanto él quisiera, excelente cazador acuático también.

Frunció el ceño al recordar a todas esas niñas, Percy era un chico bien parecido y sobre todo excelente surfista, las niñas de su edad incluso las mayores llegando incluso las de 16 años suspiraban por él ya que había ganado varias competencias de surf.

-De acuerdo ma, pero recuerda que Grover viene mañana a quedarse a dormir-Habló Percy mientras que Sally asentía ante aquello.

Percy había ganado concursos en natación y deportes de contacto por el entrenamiento que ella le daba, se había vuelto amigo de Grover ya que había observado como se metían con el solo por tener muletas, un niño acosado o bueno esa había sido su fachada para acercarse a Percy.

Sally agradeció a Grover con todo su corazón ya que si algo sucedía Percy tendría al menos más posibilidades de llegar al campamento.

-Lo se, te iré a dejar a tu escuela y llenaré nuestras frutas, verduras y legumbres, la ultima vez arraso con los tomates-Bufo Sally con una sonrisa recordando que Grover se comía de 4 en 4 los tomates.

Sally despejo todas sus ideas y pensamientos, disfrutaría cada minuto y cada segundo que pasaba con su pecesito.

De eso no había duda.

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Fin del capítulo.

Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.

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