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Naruto ni Percy Jackson me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.
Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.
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Naruto tarareaba una canción.
Lentamente caminó al lado de un tablero de ajedrez, las piezas eran de madera pero también se notaban que eran echas artesanalmente.
El ajedrez estaba finamente detallado, pero en lugar de sus características piezas sin alguna clase de elegancia estas eran echas de forma humana o más bien echas de un retrato idéntico a los dioses, siendo el tablero de ajeredrez similar a un templo de la antigua Grecia.
Él había creado este ajedrez.
Único en el universo.
Para envidia de Atenea.
Pero no importaba, después de todo fue un regalo, un regalo que el dio de corazón por lo que el valor monetario ni tampoco la creación tenían relevancia para él.
Había creado también tres juegos de piezas, cada rey (Zeus, Hades y Poseidon) tenían un séquito propio diferente al de sus hermanos, esto hacía tan especial a este ajedrez.
Poseidon y Hades aprobaron ese ajedrez con toda violencia ya que para ellos era realmente indignante que fueran puestos como caballos o obispos cuando ellos eran reyes.
El jugador decidía con que rey jugar, no había ventaja alguna salvo que las piezas de Hades eran de color Ébano, las de Zeus eran de color Blanco Puro y las de Poseidon de Azul Persia.
Otra cosa que había cambiado era que ellos jugaban con un par de reglas antiguas, la primera era que los pones al iniciar la partida solo se podían mover un espacio no 2 como lo era hoy en día, la segunda era que el Alfil sólo podía moverse dos casillas por turno en diagonal y la última era que la Alfarza (Reina) solo se podía mover una casilla donde ella quisiera.
Esto se daba para mayor disfrute de ellos, después de todo la modernización del ajedrez llegó a aburrir el juego debido a que lo volvía más rápido y por ende más caótico, el sentido del ajedrez era pensar cada movimiento realizado ya que ese podía costar muy caro cuatro o cinco jugadas más adelante.
-Madre-Hablo Naruto mientras que sonreía de manera feliz mientras que observaba a la mujer caminar.
Su cabello carmesí caía como una cascada carmesí por su espalda, su rostro delineado y suave ligeramente redondo mil veces más hermoso que las supermodelos humanas, sus ojos gris-violeta brillaban destellando vida y tranquilidad.
La mujer llevaba un vestido griego que no hacía por donde siquiera ocultar un gramo de su belleza, una pequeña cinta se pegaba a su cintura mostrando la curvilínea figura que ella parecía presumir.
Ella era la perfección.
Paris había sido un idiota por haber elegido a Afrodita como ganadora, aunque la diosa del amor le había echo una oferta que Paris no pudo rechazar.
Sus ojos brillaron llenos de amor, no amor a un hombre, sino el amor que solo una madre podía darle a un hijo, la mujer lentamente se acercó a Naruto quien se quedó quieto.
Naruto tomó con delicadeza ambas manos de la mujer mientras que besaba en medio de ambas, estas fueron las manos que le abrigaron cuando tenía frío, estas fueron las manos que le consolaron cuando tenía miedo.
Esta era Hera, su madre, su única madre.
-Oh, mi pequeño munchkin-Sonrio Hera mientras que Naruto sentía sus mejillas arder.
-¡Mamá!-Grito Naruto sonrojado cuando su madre le dijo aquel estúpido apodo que le había dado de pequeño.
Cuando era pequeño sus piernas eran un poco cortas por lo que no se le daba bien correr, eso más su actitud bromista hacían que no pudiera huir, Hera le habia dado ese apodo por los gatos munchkin que para ella eran idénticos a su hijo adoptivo.
-Pero si eres mi pequeño munchkin-Se quejo Hera inflando sus mejillas al ver que su hijo no le gustaba su apodo.
Ella todavía lo recuerda, llorando en una esquina apestoso y desnutrido, ella no tuvo el corazón de odiarlo, desde el primer momento así como una mamá gallina adoptando un pollito como suyo ella supo que él era su hijo.
Muchos pensaban que ella odiaba a los hijos bastardos de Zeus, pero realmente no había sido así, el problema yacía en que casi todos los hijos del bastardo de su esposo habían llegado llenos de prepotencia que al pensar que solo por ser hijos de Zeus todos debían inclinarse ante ellos, pequeñas cucarachas insignificantes eso eran lo que eran.
Un ejemplo fueron los olímpicos, Artemisa y Athenea llegaron imponiéndose y burlándose de todos, por ello siempre tuvieron roces en aquellas épocas ya que ella no era una cualquiera como las madres de esas diosas, ella era Hera hija de Crono y Rhea, la diosa reina del Olimpo.
Y no hablar del prostituto de Apolo y el ladronzuelo de Hermes, esos sin lugar a dudas también escalaron en su top de odiados durante sus primeros años de existencia.
Aunque esos dos idiotas se ganaron su amor de madre después de años de existencia.
En cambio su munchkin era diferente.
Ella nunca lo vio decir o hacer algo arrogante, ciertamente era un poco petulante y narcisista, pero nunca lo vio burlarse o pisar a alguien, es más los alentaba a superarle, les daba una llama de voluntad y decisión para que fueran mejor.
'Conócete a ti mismo'
Ese era su lema, muchos lo tachaban de arrogante, que quería mostrarles que ellos no eran nada, pero Hera conocía a su hijo.
Lo vio llorar, lo vio sudar y lo vio sangrar, observó como el fabricaba su camino y forjaba sus huellas con hierro, el demostró que la constancia y voluntad superaba cualquier barrera y obstáculo.
-C-Como sea, juguemos-Hablo Naruto mientras que rápidamente caminaba al asiento de Hera.
Hera sonrió mientras que dejaba a su hijo ayudarle a sentarse, en cuestión de segundos el también estaba sentado.
-Veo que te estas cuidando la piel-Hablo Hera al ver la hermosa piel tersa de su hijo, Naruto entonces puso una sonrisa presumida.
-Por supuesto madre, tienes que venir algún día a nuestro spa, tenemos un baño de barro delicioso, sin mencionar que unas aguas termales que dejaran tus poros limpios-Sonrio Naruto mientras que sonreía de medio lado mostrando sus dientes blancos puros.
Hera sonrió ante aquello mientras que tomaba un caballo y lo adelantaba a su derecha.
Naruto tomó su peón de la torre izquierda mientras que lo adelantaba una casilla sin preocupación.
Hera observó el hermoso regalo que le había dado su hijo hace más de 150 años, todavía recuerda Zeus celoso al ver que le habían regalado algo así había enviado a Hermes a robarlo para destruirlo.
El desenlace fue que Zeus tuvo que intervenir ya que ella iba a decapitar a Hermes sin contemplación laguna, nadie tenia el derecho a tocar lo que su bebé le había dado, NADIE.
Desde ahí Hermes aprendió que para robarle algo a ella tenía que estar preparado para dejar su cabeza, por lo que el dios valoraba su cabeza y desde ahí nunca intento hacer nada.
-Lo haré, pero te eh llamado para un asunto urgente....-Hablo Hera moviendo su caballo nuevamente.
Naruto movió su cabello listo para proteger al rey mientras que Hera se tocaba la barbilla.
-¿Que sería?-Preguntó Naruto mientras que veía el tablero con tranquilidad.
-El rayo de Zeus ha desaparecido Naru, eso más lo que le hiciste, lo tiene de un estado furioso, culpa a Poseidon de ello al saber que tiene un hijo, citará una reunión hoy para intentar asesinar a Perseus Jackson, sin mencionar que por mas que lo busca no lo encuentra-Habló Hera mientras que Naruto alzaba su ceja ante aquello.
Ella sabía dónde estaba, después se todo Sally para ella era su ejemplo de mamá, ella y Hestia le habían dado su bendición también.
-Es una estupidez, Perseus no tiene ni siquiera ha visitado el Olimpo nunca, es más ni siquiera tiene conocimiento sobre su sangre divina-Hablo Naruto ya que al ser el dios de los héroes él velaba por ellos, tenían que ser escondidos por sus padres piadosos para que el no lo supiera.
Lo sabía porque él había escondido a Percy.
-Lo se, Poseidon no fue, es más desde hace más de 2 000 años nunca ha intentando hacer algo contra de Zeus, vela por su propio pueblo, además es estúpido pensar en él-Hablo Hera mientras mientras que movía uno de sus peones.
Naruto se lo atribuyo a su frustración sexual, eso debía ser un duro golpe para el dios del cielo y rey del Olimpo, su odiado padre Zeus, el no poder lograr una ereccion.
El junto a Hefesto crearon una nanomaquina que había tenido un compartimento de varios cientos de kilómetros, ese compartimento lo habían llenado con un fármaco que imposibilitaba eh inhibia las funciones sexuales y apagaban todo estímulo cerebral de ellas.
Esa nanomaquina se la dieron en la sexta copa de vino a Zeus para que así no sospechara de ello, el dios del cielo podía ser un bastardo pero tenía su paladar sensible por lo que le tuvieron que empañar un poco sus pensamientos para así poder hacerle tragar la nanomaquina, ahora esa nanomaquina yacía adherida al sistema nervioso parasimpatico.
La nanomaquina tenía una función simple, al percibir que Zeus comenzará a exicitarse en el índole sexual el inyectaria el fármaco para así evitar la ereccion de su portador.
La nanomaquina tenía reservas de fármaco para durar mil años, al terminarse el fármaco la maquina se destruía para así evitar dejar evidencia aue estuvo ahí.
Hefesto y Naruto le dieron un control a Hera para que así ella pudiera deshabitar las funciones del robot cuando Zeus y ella intimaban.
Básicamente le había puesto una correa en las bolas al dios de rayo y le habían dado esa correa a Hera.
Según Apolo su padre había hace unos meses ido en busca de una pomada cuando intento masturbarse pero su pene no se paró en absoluto haciendo que la fricción lo lastimara cuando intento obligar a su Jr a pararse sin resultados.
Ahora el pasatiempo favorito de Hera era burlarse de su esposo dejandole cachondo y sin función erectil para saciar su lujuria.
-Parece que el tío Poseidon también necesita un juguete igual-Chasqueo Naruto su lengua en desagrado, si tanto querían comerse a humanas se hubieran quedado solteros para la eternidad como Apolo, Hermes y él.
La razón de ese castigo para Zeus era sus numerosas infidelidades, diablos se había pronosticado que alguno de sus hijos sería el destructor del mundo, pero sin embargó ahí iban el dúo de estúpidos metiendo su pene sin contemplación alguna.
-Lo se, hablare con Anfitrita estoy segura que estara encantada de tener uno-Hablo Hera moviendo su otro peón, ese invento de ambos sería la salvación de las diosas casadas.
Naruto movió su peón, Hera asesino a su peón con otro mientras aue Naruto asesino a ese peón con su caballo.
-No comprendo el afán de ellos por meterse com humanas-Hablo Naruto mientras que Hera negaba ante aquello.
-Tu padre es pésimo en la cama Naruto, solo cuida de su propio placer, en ocasiones me eh tenido que complacer porque termina y se duerme sin cuidar de mi, los dioses tienen un fuerte impulso sexual ciertamente, pero las diosas son aún peores que ellos, amamos un hombre que nos deje con las piernas arqueadas, lastimosamente yo tengo que tener a Zeus...-Hablo Hera en una mueca ya que ella muchos días se arrepentía de tener a Zeus como esposo.
Naruto soltó una carcajada al oír que su padre ni siquiera podía complacer una mujer, de verdad era muy patético de su parte.
-Y el mito de los 7 días?-Preguno Naruto mientras que Hera bufaba.
-Siete minutos querrás decir, no creo que pudiera tener 7 días, pero bueno como iba diciendo, según los chismes de Afrodita a los dioses les encanta estar arriba, pero también a nosotras, pero nosotros no dejamos que nos cabalguen como yeguas de cría-Hablo Hera ya que destetaba con toda su alma que Zeus hiciera eso.
-Ahí entran las humanas-Hablo Naruto mientras que Hera asintió mientras movía un peón.
-Las humanas no se les pueden oponer ya que ellos son "dioses", los dejan hacer lo que quieran en los dormitorios, sin mencionar que si para nosotros una resistencia es patética para ellas son incansables, después de todo son mortales, por ello se meten con humanas, son más fáciles de complacer, sus sumisas y llenan sus egos vacíos, tu no ves a Oceano o a Hades ya que ellos estan satisfechos con su esposas, apliva tambien en semidosas-Hablo Hera ya que verdaderamente no entendía ese tipo de ego.
-Así que es por ego-Suspiro Naruto antr aquello mientras que Hera asintió ante aquello.
-Exactamente-Hablo Hera mientras que sus labios se adelgazaban al ver que había perdido un obispo y un caballo.
-Pero volviendo al tema del que extrañamente nos torcimos al índole sexual, ¿Que pasara con el rayo?-Pregunto Naruto volviendo al tema mientras que Hera negaba.
Se burlaría de Zeus, pero eso era luego.
-Amenazara a Poseidon y Poseidon responderá de igual manera, después de todo es conocido que entre los tres Poseidon ama sus hijos mortales, estamos a punto de una guerra-Hablo Hera mientras que el cielo retumbaba mostrando el estado de ánimo de su esposo.
-Ya veo, ¿Poseidon tiene aliados?-Pregunto Naruto mientras que Hera sonreía ante aquello.
-Hermes, Apolo y yo ayudaremos a Poseidon, Hestia y Hefesto son neutrales, Hades y Dionisio les importan una basura la guerra, dejando a Artemisa, Athenea, Demeter del lado Zeus, Ares sin embargo es como un jackbox por lo que no se puede saber que piensa y Afrodita seguramente solo follará con los soldados de ambos bandos-Hablo Hera retratando la situación de la guerra.
Naruto sudo ante aquello, se verdad el consejo que gobernaba los cielos era una maldita basura.
-Ya veo-Hablo Naruto mientras que Hera entonces asesinada a un obispo de Naruto.
-Solo quiero pedirte que cuides de ti mismo mi pequeño munchkin, sabes que Zeus te odia con toda su alma, hará lo imposible para castigarte-Hablo Hera conociendo a su esposo también como lo hacía.
-No te preocupes, me niego a vivir de rodillas y mucho menos que mis dominios sean pisoteados...por cierto jaque-Hablo Naruto mientras que Hera bufaba molesta.
Hera intento defender su rey mientras que Naruto rápidamente seguía preparando las jugadas.
-Lo se, y eso es lo que me preocupa, solo ve con cuidado, Zeus es muy paranoico, seguramente te involucrará a ti también alegando que tu ayudaste a Perseus a robar el rayo-Hablo Hera mientras que Naruto bufaba.
Conocía al idiota de su padre y sabía que su madre tenía razón, después se todo el era un gran error a los ojos de Zeus.
Zeus fue uno de los dioses más perjudicados por su nacimiento, desde que el había pisado el campamento mestizo evito que Zeus engañarán a las semidosas para acostarse con él, ese esa uno de los mayores rencores que tenia el dios sin mencionar que paranoia siempre le hacía pensar que Naruto amasaba un ejército para destronarlo.
Naruto no quería ninguna corona, eran innecesarias, un peso sobre su cabeza, prefería seguir así como estaba, cuidar de sus dominios y seguir creando su destino.
Ambos siguieron jugando ajedrez con el silencio como testigo de sus partidas, los dos tenían una mueca de relajación viendo el tablero y moviéndo las piezas.
Otro lugar.
Silena Beauregard, hija de Afrodita.
Si su madre no la hubiera reclamado ellos jamás lo hubieran imaginado, ni el pensamiento mas remoto hubiera tenido lugar en sus mentes.
Una hija de Afrodita en un establo.
Rodeada de animales.
Ella según Quiron habían sido el primer hijo de Afrodita que se acercaba al establo por propia voluntad.
Silena tarareaba felizmente mientras que cepillado un pegaso, el caballo recibía si trato con buen haber mientras que se notaba claramente relajado.
Silena sonrió con amor viendo la hermosa pulsera echa de oro blanco que colgaba en su muñeca.
'No tengas miedo de ser diferente, eso solo te hace especial, porque aquellos que som diferentes son los elegidos para cambiar el mundo'
Todavía lo recuerda, aquella fría noche ella escondida en las raíces de aquel árbol huyendo de los monstruos.
Ella lo amaba.
Amaba a su dios.
Su señor Naruto le había enseñado todo lo que ella sabía, la trató con cariño y amor, lo que la hizo distinta al resto para el fue un don en lugar de verla como una maldición.
Ella nació con la fuerza de su madre, se oía divertido si se veía el aspecto que Afrodita no era una luchadora de primera fila, pero todo se volvía un poco más complicado cuando se tenía en cuenta que Afrodita era la diosa más poderosa en el ámbito femenino debido a que había nacido de la sangre del mismo Uranos por lo que era técnicamente la tía del mismísimo Zeus.
Siempre ella desde su primaria había sido la más hermosa pero también la más fuerte y la mas glotona, incluso los niños no tenían nada que hacer en su contra siendo incluso mas fuerte que adultos y teniendo más apetito que ellos.
Por ello ella fue tratado de monstruo.
Su infancia siempre estuvo vista como una simple fenómeno, se burlaron de ella todo el tiempo.
Hasta que el apareció.
La trajo aquí, le mostró que ella era especial, le enseñó a controlar esa fuerza monstruosa que ella tenía.
Esta pulsera, el regaló que él le dio, para que nunca olvidara que por más que la gente le viera mal siempre habría alguien que nunca pensaría en ella como un ser despreciable o horrible.
Por eso ella hizo un voto de castidad para el, cuando cumpliera los 20 años ella se entregaría a él, solo el era digno de poseer su cuerpo y tener su amor, solo el era digno de que ella llevara su descendencia.
Nadie ni siquiera ese simpático hijo de Hefesto tenía el derecho que él tenía, ese era el votó de amor que ella le daría él.
"Te ves realmente hermosa"
Silena dio un ligero salto cuando fue asustada, pero rápidamente observó donde provenía y sonrió radiantemente.
Naruto caminaba sin problemas lentamente caminó al establo a la par de Silena.
Naruto tomó las riendas del pegaso con suavidad mientras que le acariciaba el hocico lentamente mientras que el pegaso relinchaba de alegría.
-Lord Naruto, es un placer-Hablo Silena mientras que Naruto sonreía ante aquello.
-Sabes que con Naruto esta bien, nunca me acostumbre a ser llamado diferente-Habló Naruto mientras que ella le veía ante aquello.
-Perdón pero no puedo hacerlo, usted es un dios, debería tener un poco de conciencia-Habló Silena frunciendo el ceño ante lo dicho por su dios patrón.
-Lo se, intentar convencerte es igual que hacerlo con Afrodita, eso lo has ganado de ella, pero necesito un favor tuyo, eres la única en la que confío...-Habló Naruto viendo de reojo a Silena.
Silena sintió alegría al oír aquellas palabras, dentro de su mente se formó una sonrisa presumida ante aquello.
-Necesito investigar si hay un traidor entre los semidioses, eres la consejera de la cabaña de Afrodita, tienes acceso a tus hermanos mejor que cualquiera, necesito investigar para descartar posibilidades-Hablo Naruto ya que sabía que sin lugar a dudas debió ser un semidios el que robo el perno maestro de Zeus.
Pero Perseus no era.
Podía ver a un hijo de Ares o tal vez de Athenea, los hijos de Hermes eran demasiado estúpidos y temerosos para hacer algo así por lo que los descartaba.
Silena abrió sus ojos al oír aquello de Naruto, se preguntó que estaba pasando y porque Naruto pensaba que habían traidores.
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Fin del capítulo.
Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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