๑Capítulo 1๑

*No solo se lleva tu alma, sino que tú corazón también*

La ciudad, es el centro de la perdición. El deseo reacciona en medió de ese lugar lleno de luces, ruidos y ambiciones. Una ciudad como Konoha, tiene todas esas características. Una chica como yo, llena de deseos, ambiciones y expectativas tiene todas las posibilidades del mundo aquí. Dicen que la noche de Konoha es una de las mejores del mundo a la hora de dejarnos ver cómo somos.

-¿Has hablado con Orochimaru?- me preguntó. Me gire a verla y sentí como mi frente se arrugaba ante la exasperación que ella ya me había provocado.
-¿Me ves cara de haberle hablado?- le dije. Ella puso los ojos en blanco, ante mi mala respuesta.
-Estas con abstinencia, ¿No?- me dijo y volvió a teclear en la computadora.

Teníamos que terminar un trabajo para Orochimaru y apenas íbamos por la mitad. Creo que ya llevaba fumando cinco cigarrillos. La nicotina que contienen logra calmarme bastante.
Hinata, ella es de esas amigas que ya no se encuentran fácilmente. Llevamos viviendo juntas aproximadamente dos años. Nos conocimos en la secundaria y desde hay hemos estado juntas en todo. Ahora conseguimos un empleo en el centro de Akatsuki Corporation y no debemos desaprovecharlo.

-Podrías mover tu lindo trasero y ayudarme, ¿No?- frunció el seño mirándome.

La miré y tire la colilla del cigarrillo en el cenicero. Me puse de pie y me acerque a ella. Mire hacia la pantalla blanca y brillante de la computadora frunciendo el seño.

-Los números del consumidor final están mal.- dije apretando los dientes. Ella suspiró frustrada.
-¿Puedes hacerlo tú? No doy más.- me dijo y se levantó de la silla. Me senté y miré aquellos números. Comencé a hacer cuentas en mi cabeza.

¿Qué necesidad tengo yo de pasar por todo esto? Soy una mujer exitosa, que con sus pocos años tiene todo para ser grande en la vida. ¿Qué necesidad tengo de rebajarme a hacerle trabajitos idiotas a un viejo verde? Creo que estoy demaciado estresada. Hace aproximadamente veinticuatro semanas que no tengo sexo. Básico y muy necesario para la vida. Es capaz de sacarme los dolores de cabeza más intensos y no lo tengo, estoy más sola que un perro.

-Terminé.- le hable a mi amiga. Ella se incorporó del sillón y dejó a un lado su taza de café.
-Gracias a Dios, Saku.- se acercó a mí.

Sakura. Mi nombre completo es Haruno Sakura, tengo 20 años.
Soy una mujer independiente, sociable, algo testaruda, atrevida y sobre todo una mujer muy sensual. No es que sea egocéntrica, pero todos los hombre con los que he estado me lo han dicho.
El día de hoy se me cruzo por la cabeza hacer algo, para mi bien, para mí. Voy a venderle mi alma al diablo, a cambió de tener todo en la vida o no sé bien a cambió de qué.

-¿Hinata?- la llamé. Mi peliazulada amiga se giró a verme.
-¿Qué pasa?- cuestionó. Sonreí levemente.
-¿Qué pasaría si un día decido venderle mi alma al diablo?- le pregunté.

Hinata se pusó palida, más de lo que ya es, debo decirlo ella es creyente y esa clase de temas la alteran un poquito.

-¡Qué tu boca se haga a un lado Haruno Sakura!- me dijo y se tocó el pecho izquierdo. Eso significa, deshacer lo que has dicho.
-¿Qué tiene de malo?- le pregunté divertida.
-Sabes lo que pienso sobre eso.- dijo haciéndome reír.
Me puse de pie y la miré bien.
-Pues.- Levante mis brazos hacía mis costados. -Le vendo mi alma al Diablo por algo que no sé bien aún.- dije elevando un poco mi voz.
-¡Cállate!- habló fuerte, casi gritando. Reí con ganas.
-Ay Hinata, por el amor de Dios ¿Qué podría pasar? ¿Se me va a aparecer en algún callejón o algo?- le pregunté de manera divertida.
Mi amiga negó con la cabeza.
-Nunca subestimes lo que no conocés Saku, nunca.- me dijo y se fue hacia la cocina.
-Perseguida.- susurré, terminando de acomodar todo.

La noche se hizo larga, vivir en el centro de Konoha, no es lo más recomendable si sufres de ataques al corazón, ataques de asma o algún tipo de ataque. Es muy ruidosa y por ende algo peligrosa. Vivimos en la calle 87 entre la 60 y la 62. Es un lindo departamento, pero ya nos está quedando algo pequeño.

Me desperté al sentir el sonido de la alarma de mi teléfono cómo todas las mañanas. Entre en el baño y me dí una refrescante ducha. Desperté a mi amiga y partimos hacía el trabajo. Estar entubada dentro de un vestido de oficina no es lo más cómodo del mundo, los zapatos los toleró, aunque hay que admitir que todo el atuendo me queda muy lindo.

-Tengo que ir por Naruto, nos vemos en la oficina.- advirtió y se despidió de mí con un beso en la mejilla.

Cruzó la calle y yo seguí de largo, antes de continuar me detuve en un Starbucks a comprarme mi rico café de todas las mañanas. Los tacones de mis zapatos hacían un ruido muy molesto. La calle estaba desolada, para la hora.
Mi corazón comenzó a latir más rápido al sentir que alguien estaba siguiéndome. Me di la vuelta pero no había nadie. Seguí mi camino, apure mis pasos, esto se estaba volviendo algo malo. Doblé por un callejón, al parecer así acortaría mi caminó. Mi respiración se agitó al sentir la presencia de alguien allí. Me di la vuelta para mirar atrás de nuevo y no había nadie. Giré...

-¡Ay por el amor de Dios!- exclamé espantada al chocarme con alguien de frente.
-¿Por qué siempre lo nombran a él?- preguntó. Me aleje un poco y lo miré bien.

Completamente vestido de negro ese hombre era un Adonis en vivo y en directo. Sus ojos color ónix eran ¿Cómo decirlo sin sonar tan idiota? ... Impresionantes. Su pelo negro como la misma noche sin luna, estaba un poco largo y algo despeinado.

-¿Quién eres?- le pregunté después de unos segundos de observarlo.
-Hola preciosa, me dijieron por ahí que ayer me anduviste nombrando.- me dijo. Fruncí mi seño.
El sonrió de costado y ardí completamente ante eso. Demaciado calor hacía en ese callejón y más mirándolo.

-¿Qué?- le pregunté. De una manera inexplicable para mí, él se colocó a una pasó de mi cuerpo.

-Un gustó, soy el Diablo....






Mis bellos lectores les traigo esta adaptación de la novela Fire! He cambiado a los personajes y algunos contextos de la narrativa... Espero y les guste 😘

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