Una nueva mañana hacía en Canterlot, y podíamos ver a una Twilight intentando apagar lo que era su alarma programada cada cinco minutos por si no lograba despertar como ella quería.

-Muy bien, es hora de arreglarse -dicho eso se levantó y se metió al baño, se duchó con toda la tranquilidad del mundo y posteriormente se dedicó a cambiarse, algo lindo pero nada llamativo. Por ultimo, estaba por colocarse su infaltable broche, hasta que...

-¿Eh? ¿Dónde está? -dijo buscándolo con la mirada por toda su habitación, era increíble como recién se había dado cuenta de ello.

-¡Oh por todos los cielos! ¡Mamá va a matarme! Ya sé que no está aquí pero vendrá pronto y no puedo imaginar lo que hará si no me ve con el broche familiar, tengo que encontrarlo o estaré perdida.

Después de pasar un rato buscando en toda su casa, decidió rendirse y aceptar el hecho de que lo había perdido, no lo encontraba por ningún lado y no sabía que más podía hacer. Después de unos minutos de maldecir en susurros, tomó su desayuno y se dirigió a su preparatoria.

-¡Hola Twilight! -saludó un alegre Timber que iba acercándose a la mencionada.

-Hola.. -dijo un poco desanimada.

-¿Te encuentras bien? Estás algo triste.

-Verás que mi broche se perdió y si no lo encuentro moriré antes de haberme casado o includo antes de aprender a manejar.

-Vaya, debe ser complicado ¿Recuerdas dónde lo viste por última vez?

-Creo que aquí, pues en mi casa no está, además, no fui a otros lugares el día de ayer.

-Entonces hay esperanza, ven vamos, busquemos ese broche.

Los dos jovenes se dirigieron al salón de clases mientras en el camino buscaban y buscaban por si de casualidad aquel objeto se encontraba ahí, pero lo que no sabían era que cierto chico de ojos y cabellos azules, los había estado espiando desde que Twilight había llegado con esos ánimos.

-Al fin te encontré -dicho eso se dirigió a su salón.

(...)

-Bien, no puede estar lejos debe estar por aquí o la cafetería -dijo buscando en los asientos que se encontraban vacíos pues aún era temprano y algunos de los alumnos estaban afuera platicando o jugando.

Flash aprovechó el momento en donde Timber estaba distraído buscando por la otra esquina del salón y agarró de la muñeca a Twilight y la jaló al pasillo, llevándola hacía una zona dónde no habían muchas personas.

-¿F-flash? ¿Qué se supone que estás haciendo?

-Tranquila no te haré nada - dijo sacando el broche de su bolsillo- creo que esto es tuyo.

-¡Mi salvación! - sus ojos se iluminaron y rápidamente se lo arrebató de las manos para poder colocarlo sobre su cabeza.

-¿Por qué lo tenías tu? ¿Pensabas robarme pero te arrepentiste al final?

-A ver señorita olvidadiza ¿Recuerda aquél choque? ¿Si? Muy bien, pues eso estaba en el suelo justo cuando desapareciste sin que pudiera disculparme.

-Oh vaya, una disculpa por eso, estaba... Apurada, si eso, bueno, gracias por devolvermelo ¡Adios!

Estaba a punto de irse, sin embargo, una mano la detuvo tomándola de la muñeca y obligándola a ponerse contra un casillero, el golpe no había sido doloroso pero si había quedado sorprendida por aquella acción, pues había quedado cara a cara con aquél chico que ahora era "Su salvador".

-¿!Qué te pasa!?

-Shh ¿No crees que merezco un premio?

-... ¿P-premio? -preguntó confusa y nerviosa a la vez, por favor, estaba cara a cara con un chico, como no iba a ponerse de esa manera.

-Así es, un premio -dijo acercándose a ella.

-... Ah, claro, ven acércate más.

-Así me gus...

No pudo terminar su frase pues un terrible ardor sintió en su mejilla izquierda producto de aquella inesperada bofetada que le había dado Twiligh.

-¿Te gustó tu premio? La próxima ni te me acerques ¿Entendiste sentry? ¡Mejor pideles esa clase de premios a todas las de tu lista! -dicho eso se fue directo a su salón dejando al contrario totalmente confundido.

-¿Las de mi lista? ¿De qué habla? -dijo sobando la mejilla que aun le dolía y estaba seguro se encontraba toda roja.