Había perdido la cuenta de cuantas veces había repasado el plan que llevaba organizando desde que se despertó a tempranas horas de la mañana. El príncipe Cross busco todas las posibilidades, memorizo todos los horarios de los guardias, de las criadas que más transitaban las salidas y las entradas del castillo.

Estaba todo perfecto para volver a visitar aquel lugar exacto, aquel lugar que había grabado en su mente para no olvidar por que camino transitar para llegar así allá.

Con todo en orden, salió de sus aposentos para seguir "su rutina diaria" para no levantar sospechas, luego, cuando llegará la hora, pondría en marcha su plan.

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Estaba fuera, fuera al fin, mirando hacia atrás observaba como las torres del gran castillo se perdían entre los árboles que ahora lo rodeaban.

A pesar de ser la segunda vez que visitaba aquel frondoso bosque, ignorando los misterios que albergaba, sentía como si fuera su segundo hogar, sentía la frescura de la naturaleza en sus huesos, no podía cambiar aquella sensación de tranquilidad por nada.

Devolvió la mirada al frente y acaricio la melena de su caballo, decidió ir en el para evitar la fatiga.
Aquel bosque le alejaba de cualquier preocupación que le proporcionará su posición como príncipe, excepto por una.
La preocupación de no ayar a nadie cuando llegará a su destino.

Y para su mala o buena suerte, cuando llego, no encontró señal alguna del desconocido del día anterior.
No.
No estaba allí.

Se encontraba, en aquel preciso momento, dando un discurso frente a la corte de su reino, con un entusiasmo tan fingido, que cualquiera lo notaría, bueno, aparecer sólo los inteligentes puesto que a juzgar por los rostros de los miembros de la corte, se habían tragado la mentira de que al príncipe Nightmare me interesaban ese tipo de asuntos, cuando en realidad preferiría estar luchando o leer un libro. A diferencia de su hermano Dream, quien por más que odiase la guerra, se le notaba una pasión por la política -aunque fuera principalmente para que cuando el momento se presentaba, podía usar aquello a su favor para salvar muchas vidas inocentes-.

Decepcionado, sin embargo no le sorprendía. ¿Como podía esperar que aquel desconocido estuviera allí?, seguro aquella persona evitó volver a esa misma hora, tal ves había sido más inteligente que el y no quería otro encuentro.

Se bajó de su corcel y a su vez bajo la su mirada, un plan tan impecable, desperdiciado para nada, no sabía como se le había metido a la cabeza poder encontrarse de nuevo con aquel chico, si, por sus movimientos, por su vestimenta, había comprendido de que era un hombre.

Metió una mano en el bolsillo que llevaba en la montura del animal y de este saco su corona. Se sentó a los pies de un árbol y se quedó admirando aquella corona, comprendiendo todo el peso que conllevaba portarla, el peso de ser un príncipe, lo detestaba.

Muchas veces, no, siempre, deseaba no ser lo que era, preferiría ser un guerrero, un soldado fuerte y fiel, hasta ser un simple campesino le agradaría más.
La simple idea de no tener que lidiar con los cargos de la realeza lo desesperaba, porque sabía que no podía cambiar lo que era.

El príncipe Cross, era alguien apasionado por la lucha, pero principalmente, por el hecho de proteger, proteger a su gente.
Un deseo de proteger a alguien siempre se le había hecho presente, tenía el deseo, la necesidad, de tener a alguien que proteger, alguien por quien luchar, que le diera sentido a su vida. Intentaba convencerse a si mismo que ese alguien era todo su pueblo, que ese alguien era su hermano, pero no, muy en el fondo sabía que no lo era.
Sabía, que aún no había encontrado a esa persona.

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Estaba aliviado, aliviado de haber salido de aquella sofocante sala, llena de cortesanos y hombres del rey, que aburrimiento más grande. No sabía como su hermano disfrutaba tanto aquello, en su cara de asomaba siempre una sonrisa sin ningún rastro de falsedad, no comprendía como el podía ser una persona tan buena, con todo y todos, siempre con aquella sonrisa tan cálida que se ve tan reconfortante, palabras positivas y palabras de apoyo.

Totalmente contrario a él y no, no es que el fuera malo, sino que era distinto, más reservado, más.....más diferente que los otros.
Cualquiera le diría: "Es un ser incomprendido", pero sería ridículo, simple, una frase tan común y poco expresiva.

Pero el príncipe Nightmare, estaba feliz con lo que era y por más que su padre le reprochara que estar tan apegado a los libros en vez de a la política le afectaría como heredero -aunque ya no lo era a menos de que su hermano muriera-, el seguiría siendo como era, siguiendo su propio régimen, sus propias reglas.
Siguiendo su propia vida; al estilo Nightmare.

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Hola a todos!
¿Como están? Yo espero que genial.

Ojalá le aya gustado el capítulo de hoy, pues a mi, sinceramente me gustó a pesar de ser cortillo, tal ves se aya notado una ligera mejora en la narración de los acontecimientos.

Le agradezco que sean tan pacientes, no cualquiera lo es, además, muchas gracias por el apoyo que le están otorgando a esta historia.

Pd: Si la portada tiene una imagen rara, es un error, luego lo arreglo.

L@s quiero!
Bay~💜