Reiji se quedó vigilando a ___ mientras dormía. Aquellas palabras que le dijo resonaban en su cabeza, "Él no debe saberlo... Promételo Reiji" a qué se refería? ¿Quién no debería saber que?. ¿Realmente tenía un significado lo que le dijo? No, quizás había sido producto del veneno, tal vez estaba alucinando, pero por qué le pedía eso exactamente a él?

Las siguientes horas estuvo monitoreando sus reacciones, esperando a ver si decía algo más, por desgracia ___ no volvió a soltar palabra alguna. Para cuando ella despertó ya era de día y se encontraba acostada en su cama, ___ no recordaba nada después de que Reiji la mordiera, pero ese recuerdo llegando a su cerebro la hizo querer tocar la marca que había quedado en su piel y al hacerlo un quejido de dolor salió de sus labios, sin duda dolía como el infierno, aunque menos de lo que fue al inicio.

Al levantarse de la cama para tomar un baño sus piernas flaquearon haciéndola caer al suelo, su vista se nubló por unos segundos para después volver a la normalidad. Siendo algo desconocido para ella provocó que se asustara; lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos, intentó levantarse pero sus piernas seguían sin responder a lo cual ___ comenzó a desesperarse, tenía miedo... Mucho miedo.

Unos golpes en su puerta la hicieron alzar rápidamente la mirada y sus esperanzas de que alguien la ayudara se hicieron presentes al escuchar a la persona detrás de la puerta.

— ___, soy Yui. ¿Puedo pasar? — su voz fue como si un ángel hubiera bajado para ayudarla. ___ rápidamente le dió permiso de pasar y al momento de que la rubia entró a la habitación rápidamente se preocupó al ver a la albina en el suelo a punto de llorar. — ¿Estás bien? ¡¿Estás herida?! — preguntó preocupada haciendo el esfuerzo de apoyar el peso de la joven en ella para ayudarla a volver a la cama.

— Y-yo no lo sé, solo quería tomar un baño pero cuando me levanté mis piernas fallaron y caí — responde con la voz llena de miedo.

— Tranquila, todo estará bien, si? No te asustes, llamaré a Reiji, él sabrá que hacer. No intentes levantarte, iré por él, no tardaré mucho. — La rubia rápidamente salió de la habitación dejando a ___ sola y preocupada, no entendía cómo pudo pasar eso, ni siquiera se le venía a la mente una razón para ello. Por suerte la rubia cumplió su palabra y en menos de cinco minutos llegó con el peli gris quien de forma desinteresada comenzó a revisarla, por desgracia el suceso llegó a oídos de todos y en menos de un segundo todos los hermanos estaban en la habitación de la albina incomodando a la mencionada con sus ojos puestos en ella.

Finalmente Reiji le dijo que lo que le había pasado era producto del veneno que le había hecho ingerir y que el antídoto de este no había logrado contrarrestarlo a tiempo, esa información sorprendió a algunos de los hermanos y a Yui. Mientras tanto esa información solo le dio más motivos a ___ para temerle a Reiji. Por su parte, el oji magenta les dijo a todos que su parálisis solo duraría unas cuantas semanas pero no sería permanente, alegrando de cierta manera a la albina, pero esa alegría se vio opacada cuando Reiji mencionó que mientras ella no pudiera caminar todos tendrían que ayudarla ya que Yui no podría hacerlo todo el tiempo porque tenía responsabilidades, cosa que a Subaru, Ayato y Shuu les disgustó pero si no querían que esa persona se enterará de lo que había pasado tenían que obedecer lo que les decían.

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Ya habían pasado dos semanas de aquel incidente, cada hermano se turnaba para "ayudarla" durante el día aunque Laito fue el primero en ser prohibido a ayudarla, puesto que cuando era su turno siempre terminaba acosando a ____ o en otros casos era molestada por él y sus comentarios. Gracias a esto y a la mala organización que tenían aquellos jóvenes, optaron por turnarse cada semana que ella estuviera en ese estado. Nadie sabe qué tan fuerte fue aquel veneno que su hermano le había hecho ingerir a la joven para que ese par de semanas se convirtieran en cuatro meses. Algunos lo veían como una oportunidad de molestarla y para que fuera más sencillo alimentarse de ella aprovechando el que no pueda escaparse y otros lo veían el plan perfecto para no hacer nada.

Durante ese tiempo a ___ no le quedó de otra que tragarse su miedo y tener que soportar la presencia de aquellos vampiros. Aún no podía creer que aquellos seres sobrenaturales fueran reales, en otras circunstancias si le hubieran dicho que próximamente conocería vampiros definitivamente diría que esa persona estaba safada de la cabeza. Pero la realidad era que existían y ella estaba viviendo con seis, las primeras veces que se alimentaron de ella siempre quedaba inconsciente, su cuerpo no estaba acostumbrado a ellos, pero eso cambió con el pasar de los días. El dolor insoportable de cada mordida fue disminuyendo hasta quedar en una simple molestia, aquellos vampiros estaban adaptando la a su nueva vida.

Cada semana la pasaba con un hermano diferente por lo que el ambiente también era diferente. Con Ayato era tener que soportar escucharlo hablar de lo grandioso que era y que él era el mejor al conquistar a Yui antes que los demás. Con Laito era escuchar constantemente sus insinuaciones al igual que soportar sus toqueteos hasta que Reiji o Subaru vinieran a detenerlo y correrlo de su lado. En el caso de Reiji, a pesar de ser el responsable de que ella estuviera en ese estado, su compañía era muy agradable, el mantenía su distancia pero los siguentes días comenzaba a prestarle algunos libros, algunas veces le dirigía la palabra, inclusive le enseñaba acerca de sus experimentos, en definitiva era una de sus mejores compañías.

Con quien menos hablaba eran Shuu y Subaru. El primero porque prefería mil veces dormir que entablar una conversación con ella y cuando ella intentaba sacar una él la callaba de inmediato, llegando incluso a alimentarse de ella para que dejara de hablar. Pero con Subaru era un caso muy diferente, ninguno tenía interés en hablar con él otro, había algo que les impedía hacerlo, tal vez sea la personalidad brusca del albino o la personalidad tímida de ___, o simplemente sean ambas. De todos los hermanos, Subaru era con quién más tenía un silencio tenso e incómodo. Subaru no estaba acostumbrado a estar con otras personas y ella no sabía tratar a personas temperamentales, realmente sus personalidades eran muy diferentes.

Cierto día en donde Yui la había llevado al jardín de la mansión para que tomara aire fresco la rubia la dejó sola por petición de ___, pues quería un momento a solas, necesitaba pensar en todo lo que había pasado en tan solo unos meses. Nunca se imaginó terminar así: siendo huérfana a los 16 años para terminar viviendo en la casa de un viejo amigo de sus padres con sus hijos, todos cercanos a su edad, salvo por los mayores y sobre todo que aquellos jóvenes resultarán ser vampiros, terminar siendo envenenada por uno de ellos para finalmente ser cuidada por todos ellos, incluyendo a quien la envenenó, las ironías de la vida.

Su vida había cambiado tan drásticamente pero de cierta manera no lo veía como algo malo, sino como una nueva oportunidad de seguir viviendo. Aquellos hermanos extrañamente estaban haciendo de su vida algo nuevo y emocionante, estaba segura de que esta aventura apenas estaba comenzando...