Capítulo 9
—¡Kayano, abre la puerta! —era la séptima vez —aproximadamente— en la que tocaba la puerta de la casa de su mejor amiga. Había perdido la cuenta de cuántas veces había insistido en cuanto a llamadas, mensajes y visitas hacia ella.
Sabía que se encontraba en casa por una de las luces encendidas en alguna de las habitaciones. Podía ser evidente su presencia, pero no su voluntad a querer darle la cara durante otro buen tiempo.
Kayano estaba enojada con Nagisa y él no tenía ni idea de por qué. Aunque ella ya se lo había hecho saber, no de forma directa o muy clara, pero al menos era lo suficientemente entendible como para que pudiera saberla.
Parecía que por fin la chica había perdido la paciencia, porque se había decidido por finalmente abrir la puerta de su vivienda y darle la cara a Nagisa.
—¿Qué quieres? —suspiró haciendo notar un sentimiento de resignación y desesperación, pero no solo en su voz, la amenazante mirada que le dedicaba al peli-celeste decía mucho más que solo eso, al igual que la postura que estaba portando con él.
—¿Por qué estás enojada conmigo?, ¿por qué no me hablas? No te he hecho nada, quiero... —paró abruptamente porque Kayano le mostró su mano en señal de que dejara de hablar.
—A mí no me has hecho nada, pero a otra persona sí y no quiero ser la siguiente a la que lastimes como lo haces con él —alzó el tono de su voz logrando intimidar de cierta forma a Nagisa—. No te diré nada. Tú mismo debes saber lo que estás haciendo, ¡solo quiero dejarte más en claro lo horriblemente egoísta que eres!
Cerró la puerta fuertemente. Apoyó su espalda al otro lado de ella inhalando y exhalando para no estallar en esos momentos. Si había cerrado la puerta era para no ver el rostro de su amigo y soltarle todas las malas palabras y horribles pensamientos sobre él para no herirlo. Porque sí, a pesar de todo no quería igualarse a él en el sentido de lastimar a los demás, directa o indirectamente.
Por otro lado, Nagisa quedó boquiabierto, pero como si nada se fue del lugar sin tomar importancia las palabras de la peli-verde en el principio.
—¿Quién la necesita? Tengo más amigos, ella solo debe estar celosa de lo afortunado que soy.
Se cegaba a sí mismo con pensamientos egocéntricos. Estaba haciéndose creer a él mismo que era el mismísimo centro del universo y de la vida de todos, porque en realidad en el interior le estaba doliendo el tipo de trato que recibía de Kayano después de tantas cosas.
•••
—¿En serio piensas olvidarte de Nagisa? —exclamó sorprendida la rubia mezclado su malteada con el popote que portaba.
—Sí..., siento que está jugando conmigo o algo como eso —suspiró frustrado—. Actúa como si yo le gustara o algo así, ¡pero sé que no es de esa forma! Solo me hace pensar que algo podría pasar, pero tengo muy en claro que no es así.
—Quieres decir que te está ilusionando —concluyó divertida. Hasta en un tema así se comportaba de tal forma—. ¡No, mi Karmagisa debe ser cannon! —exclamó llamando la atención de varias personas del establecimiento, pero para nada era de relevancia.
—Ah, tú solo piensas en eso tanto como Nagisa.
—El yaoi es vida, ¿qué te digo?
—Seguramente Nagisa está haciendo esto conmigo solo para algo relacionado con el yaoi —un nudo hizo presencia en su garganta, sin embargo, forzaba su voz para no ser burlado por Nakamura—. No entiendo por qué me enamoré de él si eso es lo único que tiene y en lo que se centra.
Cubrió sus ojos con las palmas de sus manos. Unas involuntarias lágrimas se le habían fugado y para nada quería desahogarse de esa forma con su rubia acompañante.
—Está bien, olvida a Nagisa si es lo que crees correcto —sonrió nostálgica—. De hecho, ahora mismo pienso que es lo que debes hacer. Eres una persona maravillosa, Karma, no mereces que Nagisa te menosprecie y juegue contigo de esa forma.
—No me elogies así, me recuerdas a Nagisa —rio sin dejar de cubrir sus ojos.
Nakamura se levantó a pagar las bebidas y volvió con el pelirrojo tomándolo del brazo. Por suerte él había contenido sus lágrimas para que no notara las grandes ansias que tenía de desahogarse emocionalmente.
Salieron del lugar y la rubia dirigió a su amigo hacia un parque, en donde tomaron asiento juntos sobre el césped.
—Karma, sé que quieres llorar —miró al nombrado fijamente como si estuviera adivinando de cierta forma lo que sentía—. No te contengas, puedo ser una estúpida a veces, pero siempre estoy para ti.
Karma bajó su mirada jugando con el césped entre sus manos. Estaba ansioso y no sabía muy bien qué hacer. Podía ganarse una humillación de por vida si lloraba frente a ella, pero era su amiga después de todo y no perdería demasiado —o tal vez sí— si se desahogaba frente a ella.
—Dime cómo te sientes, qué piensas de Nagisa. Dilo todo —comenzaba a generarle confianza con sus reconfortantes palabras—. Si sigues guardándolo todo solo será más doloroso.
Aún con su mirada fija en el césped dejó escapar tan contenidas lágrimas. Era muy doloroso para él que su amado estuviera haciéndole ese tipo se ilusiones como si nada, y no solo eso, sino también los hechos del pasado que implicaban querer verlo junto a otra persona que no fuera Nagisa. Es decir, cuando lo emparejaba con Asano.
Quería deshacerse de cualquier pensamiento amoroso hacia Nagisa desde ese momento, de cualquier ilusión y esperanza. Quería que todo fuera como antes, como cuando lo conoció y no habían más que sentimientos de amistad de por medio.
Me hacía falta poner algo sad, aunque no se me dé muy bien.
No me vayan a pegar, pls.
Y si alguno empieza con su shipp de Karma y Nakamura le doy sus insultos >:v y no hay capítulo por unos buenos meses. Ahr, perdón por pensar en esa posibilidad, es que escribir cosas así me hace pensar que los van a shippear o algo así ¡por que ya me ha pasado, lpm!
Espero que les haya gustado o al menos haber roto sus corazones. Relájense, que aún no termina y todo puede pasar e.e
Hasta el siguiente ❤
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