—¡Karma, Karma, Karma! Yo también compré nuevos mangas para ti, tus favoritos —sacudía el brazo del más alto con insistencia. Ambos iban camino al aula, pero Nagisa se extrañó por la mala mirada que recibió por parte de su amigo—. ¿Qué te pasa, estás enojado? —aflojó un poco el agarre, pero Karma lo deshizo y caminó más rápido para dejar atrás a Nagisa.

Pensó en no seguirlo ya que era más que evidente que el pelirrojo quería estar lejos de su presencia, pero de todas maneras ambos debían ir a clases y no podían evitar estar en el mismo lugar por más que quisiera.

Al llegar al aula, tan obvio fue que su comportamiento estuviera fuera de lo normal, ya que lo usual sería verlo alegre con otro intento de hacer entrar a sus compañeros a su mundo, pero no tenía ganas. Parecía que sin Karma no podría hacer nada de lo que le gustaba y no podía pensar bien por querer saber qué lo tenía así.

Ni cuenta se había dado de que uno de sus amigos estaba mirándolo, sentada justo frente a él.

—Nagisa, ¿estás bien?

Su pregunta hizo sobresaltar al peli-celeste, quien pedía internamente no haber hecho nada vergonzoso en lo que no notó a Sugino.

—Sí, estoy bien.

—¿Por qué no estás intercambiando mangas con Karma o hablando sobre ellos con él?

—Porque está ocupado.

El chico giró su rostro para ver si lo que decía era verdad, pero al ver a Karma solo se encontró con la escena de él hablando amigablemente con sus amigos.

—Yo no veo que sea así. ¿Pelearon?

—No, no sé qué pasó. Ayer estábamos tan bien y hoy solo no quiere hablarme —miró a otra parte para no hacer preocupar a Sugino y obviamente para que no notara que eso le afectaba.

—¡Yo sé qué le pasa! —llamó la atención de ambos nadie más ni de nadie menos que Nakamura—, pero Nagisa, voy a decírtelo a cambio de algo. Y tú, Sugino-Kun, déjame a solas con él.

Sugino rodó sus ojos con una sonrisa y se fue de allí dejando a los dos restantes solos. La rubia tomó el lugar que anteriormente ocupaba el peli-negro.

—¿Vas a aceptar o no?

  El cerebro de Nagisa estaba por estallar. Por un lado sabía que no sería muy bueno hacer tratos con su amiga porque prácticamente se relacionaban con la maldad —por cómo la conocía—, ¡pero tenía que saber qué le pasaba a Karma! y ayudarlo como el buen amigo que es.

—Está bien, ¿qué es lo que quieres?

No habían pasado ni diez segundos y había aceptado. Sí, no lo pensó muy bien, pero lo consideró como lo mejor. En definitiva, se arrepintió por ver a la rubia riendo malévolamente. Habían mejores alternativas además de esa, pero lo pensó tarde.

—Tráeme dibujos de yaoi hard entre tú y Karma —gritó agudamente, siendo eso el único sonido en el aula por un buen tiempo—. ¡Demasiados, tráeme demasiados!

—¿Nos shippeas? —había ignorado por completo su petición, porque para Nagisa era más importante que todos apoyaran a la misma pareja que él—. ¡No, viva el Karushuu!

—¡Viva el Karmagisa! —golpeó la mesa de Nagisa y en ese momento el más bajo se intimidó—. Si no me apoyas, no hay trato.

—Bien, bien. Mañana te traeré todos los que quieras.

Y de tal manera, Nakamura le dijo el porqué del comportamiento de Karma. En ese momento Nagisa no pudo sentirse más idiota, debió haber hecho algo para que no se supiera que era él de aquel perfil.
Y la rubia se enteró de eso por oír a Karma hablarlo. Todo gracias a su enojo y a que quería desahogarse.

—Gracias, Nakamura-San.

•••

Karma lo había ignorado por todo el día. Intentó disculparse demasiadas veces, pero seguía con el mismo comportamiento. Ya no habían más intentos porque Nagisa ya estaba en su casa. Tenía un lápiz en su mano para hacer el boceto del primer dibujo que haría para la rubia.

Aunque podría simplemente no hacerlos, porque Nakamura ya le dijo lo que quería oír, pero a pesar de que Nagisa fuera ciertamente egoísta, era una persona de palabra.

Fue sencillo, porque la imagen de Karma estaba en su mente. Solo que la idea de que fueran escenas sexuales entre ambos, le quitaban los ánimos de dibujar. Optó entonces, por hacer algo sexual, pero no tan fuerte.

El resultado final fue de Karma marcando el cuello de Nagisa, ambos desnudos sobre una cama, pero Nagisa solo había dibujado desde sus cinturas hacia arriba. Y gracias a ese dibujo, estaba teniendo un sonrojo y agradecía que nadie pudiera verlo.

—¿Por qué Karma tiene que ser el seme? Yo sé más de esto que él y Nakamura-san no especificó quién debía ser el seme o el uke... —tomó la hoja y la rompió, a pesar de que los trazos y proporciones hubieran quedado tan bien. Eso no era lo que realmente le importaba a Nagisa.
Intentó hacer el dibujo de nuevo, pero con un cambio de posiciones: él estaba sobre Karma. Estuvo por horas —hasta desvelarse— dibujando sobre él y su mejor amigo. Con Nagisa penetrando a Karma de distintas formas, marcándolo o escenas de besos eróticos en los que él era el dominante.

Había comenzado los dibujos con disgusto acerca de aquella pareja, pero la idea de ser el activo lo había emocionado, inspirado, animado a seguir e hizo que le gustaran los dibujos —y tal vez la pareja también—.

Ese día se fue a dormir pensando en algunas de las escenas de aquellos dibujos. Durmió demasiado bien.

Acabo de darme cuenta de que las actualizaciones aquí son a principios y finales de mes. Así que creo que seguiré ese orden, a menos que pase algo :o

Ahora no se quejen de que no es NagiKaru o les pego >:v Yo no los he estafado.

Lo bueno viene pronto (?) no sé si en el próximo cap o después. Debo pensarlo porque siento que estoy va muy rápido xD

Espero que les haya gustado y gracias por leer, bais ❤