Capítulo 3
—Nos vemos luego, mamá —salió de su hogar caminando alegremente. Se dirigía al centro de la ciudad, uno de los mayores lugares que le traían inspiración tanto para dibujos como para historias.
Nagisa tenía planeado hacer más material para sus parejas favoritas, al mismo tiempo que en su próximo día de clases, convencería a algunos de sus compañeros para que tuvieran sus mismos gustos en cuanto a parejas homosexuales.
Citó a su amiga Kayano para que le hiciera compañía y también fuera de ayuda para aportar ideas para su nuevo material.
—Kayano —sonrió al verla sentada en una banca justo frente a una gran y hermosa fuente.
—Nagisa —palmeó a su lado para que tomara asiento junto a ella. Algo que obviamente el chico no dudó en hacer e inmediatamente sacó su cuaderno y un lápiz—. ¿Me llamaste para ayudarte con esto? Creí que por ideas te referías a otra cosa.
—Por supuesto que sería para esto. Además, mira a todas las parejas que pasan por aquí. Son muy buenas referencias para mis dibujos —señaló a un par de parejas en escenas evidentemente amorosas.
—Ah, debí quedarme en casa durmiendo.
—¡Kayano! —refutó Nagisa frunciendo su ceño algo molesto. Tenía la idea de que su amiga no tomaba con importancia lo que a él le gustaba.
—Bien, bien, ¿con qué empezamos?
Y así estuvieron por al menos unas largas horas. Con Nagisa haciendo cientos de dibujos, al mismo tiempo que escribía ideas para doujinshis o historias que haría después. Al principio fue entretenido para la peli-verde ver cómo Nagisa dibujaba, pero demasiado romance comenzaba a ser hostigante para ella. Al punto de casi odiar el amor.
—Ya basta, Nagisa —apoyó su nuca encima del espaldar de la banca. Estaba cansada de estar en la misma posición por mucho tiempo y ciertos músculos de su cuerpo empezaban a dolerle.
—Apenas estoy empezando.
Y por otra parte, Nagisa parecía muy lleno de energía notándose que con cada vez que pasaba el tiempo, más inspiración reinaba en él. Algo que él agradecía, pero la chica no.
—¿Ya me puedo ir? —cuestionó agotada Kayano.
—No.
—¡Ah!
Nagisa mantenía su mirada fija únicamente en el cuaderno. Tan concentrado en cada trazo que hacía, pero extrañamente un instinto en él le dijo que mirara al frente y obviamente valió la pena para él dejar su trabajo.
—¡Kayano, Kayano!
—¿Qué pasa? —abrió sus ojos. Había aprovechado la concentración del peli-celeste para descansar al menos un rato.
—Karma y Asano-San.
—¿Cómo es que ambos están aquí?
—¡Seguro es una cita! —ensanchó una gran sonrisa mientras escribía tan rápido como podía. La chica sintió miedo por eso. Nunca había visto a alguien escribir tan rápido como él.
Miró al frente para confirmar que Nagisa no estuviera alucinando después de tantos dibujos con la misma temática. Pero, en efecto, ambos estaban ahí.
—Nagisa, no están juntos. Karma-Kun está comprando comida y Asano-San está comprando un helado.
—Pero no puede ser solo coincidencia —gritó agudamente. Kayano rápidamente se cubrió los oídos. Algunas veces le molestaba que Nagisa fuera así—. Asano-San le comprará un helado de fresa a Karma y Karma comida para Asano-San.
—Me voy —se levantó de la banca con la clara disposición a irse.
—¡No! —la jaló de la muñeca e impresionantemente hizo que se sentara sobre la banca nuevamente—. Debemos espiarlos, hacer que se junten y... ¡OTP cannon! ¡sí!
De nuevo y muchas veces más, Kayano tuvo que cubrir sus oídos para no ensordecerse con los agudos gritos de Nagisa. Al mismo tiempo que se irritaba por tener que aguantar aquella actitud.
—¡Vamos, vamos, vamos!
—No, Karma-Kun te dañó un dibujo y rompió tu cámara la última vez.
—Pero me dio una nueva.
—Ahora entiendo por qué lo hizo. Ah, ve tú, Nagisa. Estoy muy cansada y ¡tú no lo entiendes! —suspiró y se fue de ahí.
Nagisa la vio hasta que desapareciera de su campo visual. No sabía si era correcto hacer lo que había tenido en mente o no. Pero su egoísmo le ganó.
•••
—Por cierto, Nagisa. ¿Qué es lo de seme y uke? —preguntó una curiosa Kurahashi.
Como Nagisa tenía planeado, haría entrar a algunos de sus compañeros al mundo que tanto le gustaba.
—Seme es quien la mete y uke a quien se la meten.
Muchos de los presentes quedaron perturbados por su respuesta y era de esperarse, Nagisa la había dicho con tanta naturalidad e incluso hizo que la amante de los insectos se fuera.
—Pobre Kurahashi-San —opinó una rubia con su tono burlón.
Muchos ya se habían ido por lo perturbadoras que parecían para su gusto las enseñanzas de Nagisa.
—Creo que ya les he enseñado lo suficiente. Espero que quieran unirse al yaoi. ¡De verdad es fantástico, no sé cómo no les ha gustado!
—Es que algunas cosas son traumantes, pero prefiero quedarme con el lado dulce y romántico —mencionó Kanzaki. Temía porque Nagisa la espantara.
—Deberías darle una oportunidad al yaoi hard —mostró una imagen en su celular, en la que habían dos chicos haciendo cosas demasiado pervertidas.
—¡Ah! —cubrió sus ojos la pelinegra con sus manos temblorosas.
—Nagisa, creí que yo era el único pervertido —rio Okajima dando una mirada a la imagen, que extrañamente no lo traumó. Nagisa supuso que podría ser ya que él estaba acostumbrado a ver ese tipo de cosas, pero en cuanto a parejas heterosexuales.
—¿Serás un fudanshi como yo, Okajima-Kun?
—Ah..., no lo sé —no sabía muy bien en qué decidirse—. Necesito saber qué más hay en eso del yaoi para saber si es para mí.
—¡Te enseñaré hasta lo más profundo!
—Eso sonó extraño...
—Oh, ¡yo también lo malinterpreté!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top