Capítulo 20
—¿Guardaste los sándwiches, Karma?
—Por supuesto que sí —era mentira, en realidad recién los había agarrado de la mesa y los empacó en la canasta hecha de paja.
—Toma esto también —le extendió un mantel de tela lisa con un lindo patrón de cuadros blancos y rojos, que el más alto también guardó en la misma canasta—. Ahora vámonos. Kayano me escribió hace cinco minutos que ya están allá.
Ambos salieron del departamento del peli-celeste tomados de las manos yendo a paso rápido —por no decir corriendo— hacia aquel parque en el que las chicas los esperaban. Obviamente las miradas de los transeúntes no fueron omitidas al ver a dos chicos con tal cercanía y corriendo a tal velocidad.
Al llegar, buscaron a ambas con sus miradas y al verlas, sentadas sobre el césped y hablando entre ellas, caminaron hacia ambas y al llegar, las dos vieron solamente a su par de amigos jadeando del cansancio, la rapidez y fuerza con la que habían corrido.
—Nadie les dijo que teníamos prisa —dijo Rio, levantándose del césped.
—Lo sé, pero Nagisa no quería hacerlas esperar —aclaraba Karma recuperando el aire ya por completo.
—Queríamos, Karma.
Luego de saludarse de la forma completa, Nagisa sacó el mantel de la canasta que Karma descargó minutos luego de que llegaran y con su ayuda la tendió sobre la textura verdosa. Las chicas fueron las primeras en tomar asiento, Karma y Nagisa fueron poniendo la comida juntos y luego Kayano y Nakamura dejaron la suya también.
—Qué bueno que escogieron el lugar junto al lago —habló el peli-celeste sentándose al lado de su mejor amiga.
—Sabía que era una buena idea —dijo Kayano.
Los dos continuaron hablando como si no se hubieran visto en días —de hecho, era así, pero solo como un par. La última vez fue cuando el KarmaGisa se hizo cannon, en palabras de Rio—.
Karma iba a acercarse a hablar con la rubia para fastidiarla o lo que fuera, pero volvió a su lugar en el mantel cuando notó su expresión entre sorpresa y tristeza mientras observaba a Kayano interactuar tan amigablemente junto a Nagisa, pero ¿por qué ponía esa cara? Sabía de sus sentimientos hacia la chica de ojos ámbar, pero Nagisa ya tenía novio, lo que de cierta forma le dio una idea...
Se levantó del suelo y sin descaro alguno tomó a Nagisa del brazo, levantándolo también de un solo jalón, interrumpiendo la conversación de ambos amigos en el proceso.
—Nagisa, acompáñame al baño —inventó, comenzando a arrastrarlo lejos de las chicas. Lo único que ellas escucharon eran los quejidos y negaciones de Nagisa para que lo soltara, pero algo le dijo Karma para que detuviera sus reproches hasta que ya estuvieron lo suficientemente lejos como para no saber qué más pasaba.
—Tenemos que hacer el RioKae cannon —declaró usando esas expresiones que su amiga Rio tanto decía, eso le pasaba por juntarse con un novio fudanshi y una amiga fujoshi. Se había detenido en medio de un montón de pinos, por si ellas los veían, pero ya lo dudaba.
—¿RioKae?
—Y tú eres el fudanshi.
Así que, entre los dos empezaron a idear un plan para juntar a las amigas que —irónicamente— también los habían juntado a ellos.
•••
Al volver, todos se dispusieron a comer finalmente. Nagisa tomó dos pares de pudines de melocotón que el día anterior compró en la repostería. Tomó uno para él y el otro se lo dio —de forma disimulada— a Nakamura, quien quedó confundida con su acción.
Nagisa tomó asiento junto a su novio pelirrojo mientras abría el pudín y al terminar, empezó a dárselo en la boca con la pequeña cuchara que traía. Cuando la mirada azulina de Rio se cruzó con la cobre de Karma, él le dijo, de modo que le leyera los labios:—. Haz lo mismo con ella —y señaló a la peliverde que en ese momento observaba a unos pequeños jugar en el lago.
La rubia había notado algo, y es que, solo había dos pudines. Ella sonrió hacia Karma para luego dirigirse hacia Kayano.
—Funcionó —susurró Karma hacia su novio cuando entre los dos se terminaron el postre. Miraron a su lado, Rio estaba dándole de comer a Kaede de su postre favorito, y obviamente la segunda comía muy emocionada.
Nagisa tuvo que aguantar un grito —de fanboy y de fudanshi, aunque no sabía si hacia las chicas era el mismo término— por ver esa bonita escena.
Estuvieron comiendo en parejas lo demás que trajeron, compartiendo también, por supuesto, hasta que sus estómagos no dieron para más y tuvieron que guardar lo sobrante para después.
—¡Vamos al lago, chicos! —sugirió la de ojos ámbar parada frente a los tres restantes.
Estuvieron de acuerdo y no hubo ningún problema en dejar las cosas ahí mismo ya que prácticamente el lago estaba justo frente a ellos.
Nagisa fue el primero en quitarse los zapatos y arremangar su pantalón empezando a meter sus pies en la agua fría, los demás le siguieron después. Todo era tan bonito y tranquilo, hasta que Karma le salpicó con una risa burlona el agua helada del lago, Nagisa contraatacó y de tal forma iniciaron una pequeña guerra. No fue hasta que Nagisa intentó cargar a Karma de la emoción y lo dejó caer por su falta de fuerza al agua que se desató el verdadero caos.
—¡Nagisa! —gritó levantándose completamente empapado y un poco lleno de tierra en sus prendas, para empezar a corretear a su novio y en algún punto también hacerlo caer sobre el agua.
Las chicas también se vieron tentadas a jugar así, pero todo se detuvo luego de que Rio hiciera caer a Kaede al lago dejándola completamente mojada, porque un estúpido guardia les dijo que no podían hacer eso por el bien de las criaturas del lago y claro, no quería que dejaran el parque lleno con charcos de agua.
Karma iba a desobedecer, pero Nagisa se lo prohibió.
Tomaron asiento sobre el pasto para así esperar a que terminaran de secarse y no mojar sus cosas que estaban más atrás. Los tres —menos Rio, que estaba solo un poco o nada mojada— tiritaban del frío.
—Eso les pasa por tontos —se burlaba la rubia, estando orgullosa porque ella no tenía ni una gota en su cuerpo.
—¡Tú fuiste quien me mojó! —se quejó Kayano, abrazándose más a sí misma mientras temblaba.
—¿Lo siento?
Rápidamente la rubia tomó su abrigo que había dejado junto a las demás cosas y lo puso sobre la espalda de la chica, cubriendo sus brazos también. Tenían suerte de que en el interior tuviera algodón cálido.
—Gracias, Rio, pero aún así no te... ¡salvarás de esto! —se quitó el abrigo hasta sus antebrazos y se lanzó sobre la rubia, aún con sus prendas goteando, logrando mojarla. Incluso se restregó sobre ella para empaparla aun más.
—¡Detente! —decía, intentando quitársela de encima, en realidad no le importaba.
—¡Te lo mereces, rubia! —gritó el pelirrojo festejando que por fin ella también estuviera mojada.
Pero Nagisa arruinó el momento al malinterpretar la forma en que su mejor amiga se restregaba contra la otra chica. ¡Maldita sea Nagisa! Me hace pensar que escribir momentos dulces entre ellas es en vano.
Justo cuando el sol empezó a ponerse, decidieron que era mejor ya irse y el parque estaba por cerrar.
—Chicos, dejaré a Kaede en su casa, así que..., aquí nos despedimos —habló la rubia cuando ya estaban en la salida del parque.
Karma y Nagisa no podían aceptar que ese fuera el fin, pero no podían ir detrás de sus mejores amigas acosándolas hasta que se hicieran pareja. Así que se resignaron por ese día.
Al final se despidieron y el par de chicos se quedaron mirándolas hasta que se fueran, pero hicieron un sonido de felicidad al verlas tomarse de las manos.
Nagisa no pudo resistirse más, así que les gritó:—. ¿Son novias? A ver, ¡cojan!
Se ganó un golpe en la cabeza por parte de Karma por gritar de tal forma, pero consiguió hacer que ambas se girarán a verlo, Rio con el ceño fruncido y Kaede sonrojada y sorprendida.
—¡Cojan ustedes primero! —contraatacó la rubia mientras tomaba aún a la bochornosa Kayano del mentón y la besó mientras levantaba su dedo del medio hacia ambos y luego se fueron como si nada hubiera pasado.
—¡Karma! —gritó hacia su novio, llamando su atención—. ¡Tenemos que coger antes que ellas!
El pelirrojo se acercó con una mirada lujuriosa hacia él, tomó su mano y la dirigió hasta uno de sus glúteos, haciendo que pudiera tocarlo.
—¿Ah, sí? —luego le dio un inesperado empujón para que dejara de apretar su nalga con su mano—. Lo único que vas a coger será mi mano en el altar, hasta ahí.
—P-Pero...
—Pero nada.
Al menos Nagisa se sentía feliz de que el RioKae se hubiera hecho cannon ese día, o eso esperaba.
Con esta solo fueron dos meses de tardanza. No se quejen.
Ah, y voy avisando que queda entre uno o dos capítulos. Depende de mi imaginación la dvd.
Eso, gracias por leer y hasta la próxima uwu
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