Capítulo 2
Entró a su hogar, aún con el enojo e irritación reinando en sí. Lanzó aquel cuaderno sobre su cama de mala gana y tomó una ducha para intentar calmarse. Ya que el agua lo relajaba y lo hacía olvidarse de todo lo que le causaba enojo —cuando lo padecía—.
Al salir se puso una ropa cómoda y se echó en su cama. Estiró los brazos, alcanzando a tocar el cuaderno de Nagisa —el cual estaba por poco y caerse—. Se quedó un rato pensando si sería buena idea o no ojearlo un poco. Seguramente se enojaría de nuevo, pero al fin y al cabo le interesaría qué cosas hacía su mejor amigo ahí.
Se acomodó mejor en su lugar y lo abrió. Viendo en la parte inferior de la primera página un anuncio: ¡Material privado! Leer solo en caso de que te guste el yaoi 7w7
Karma rio por ver eso. Nagisa de verdad era raro, pero no le molestaba, no en ese momento.
Continuó ojeando. Agradeció que al principio solo hubiera dibujos normales románticos de algunos compañeros de su clase —ya fueran hombres o mujeres—, pero, ¿por qué tenían que ser del mismo sexo?
Llegó a lo subido de tono cuando vio un dibujo de Koro-sensei penetrando a Karasuma-sensei con uno de sus tentáculos. ¿En qué pensaba Nagisa cuando dibujó eso?, pensó.
—Ugh —se quejó cerrando el cuaderno. Se sentó sobre la cama y se hizo bolita perturbado. Luego de haberse acostumbrado a la imagen mental que se hizo del dibujo, continuó viendo—. Me pregunto qué pasaría si le muestro ese dibujo a Koro-sensei —rio mientras cambiaba la página.
Encontró otro anuncio que decía: A partir de ahora habrá material de mi OTP #1 (Karushuu) ¡Estoy tan feliz! y habían pequeñas frases alrededor relacionadas a eso.
—El Karushuu será cannon —leyó una de ellas.
Sabía que pasaría, en él apareció un sentimiento de tristeza. Se contuvo y empezó a ver todo lo que había. Demasiados dibujos —mayormente eróticos—, al igual que pequeñas historias e historias que constaban de un solo capítulo sobre ellos.
Cerró el cuaderno y aguantó sus ganas de lanzarlo de nuevo, pero no lo hizo porque era importante para Nagisa y Nagisa para Karma. No pudo soportarlo más y las lágrimas fluyeron de sus ojos. Estaba frustrado y más que cualquier sentimiento, triste.
Karma estaba enamorado de Nagisa, desde hace mucho tiempo. Se había enamorado de un fudanshi y sin embargo, soportaba todo eso porque lo amaba y no lo creía la gran cosa, hasta que destrozó los sentimientos de Nagisa, acabando con lo que había hecho. Pensó que posiblemente lo odiaría por hacerle eso y en cierta parte sentía que era bueno, porque si lo odiaba no podría emparejarlo más con el presidente del consejo.
Y por ello estaba frustrado, porque Nagisa lo quería con alguien más, alguien con quien no tenía tanto acercamiento. Solo que no podía hacer nada y debía vivir con eso hasta que Nagisa dejara sus tonterías con parejas homosexuales. Como él les llamaba.
Lo meditó unos segundos y tomó su celular para realizar una llamada. Al saber que Nagisa contestó, inició.
—Hola, Nagisa. ¿Puedo ir a tu casa?
•••
Karma estaba esperando al más bajo. Recién había tocado el timbre, pero los nervios lo hacían estar ansioso y desesperado.
—Hola, Karma —lo recibió con su mirada baja y un tono un tanto decaído. Karma pensó que a pesar de haberlo lastimado, seguía siendo tan atento con él—. ¿Qué quieres?
—Vine a devolverte esto —sacó de la mochila que traía el cuaderno que Nagisa tanto adoraba.
—M-Mi cuaderno —lo recibió. Su tan característica sonrisa volvió.
—También quiero disculparme contigo por haber dañado tu dibujo y tu cámara. Me porté como todo un tonto, ¿me perdonarías? —revolvió sus cabellos ya que no le gustaba mucho hacer notar sus sentimientos por lo doloroso que resultaba—. Para compensarte los daños, voy a comprarte otra cámara. La que tú quieras.
—Está bien, te perdono —lo abrazó confirmando su perdón. Era impresionante cómo a pesar de todo, Nagisa no guardaba rencor o venganza—. Y aceptaré la cámara, quiero seguir sacando fotos de ti con Asano-San.
Karma correspondió al abrazo ilusionado.
—Deberías agradecerme. Si fuera por mí, no te daría ninguna cámara y habría quemado tu cuaderno.
—Sé que no eres capaz después de lo que ya hiciste —se separó, pero su sonrisa se vio reemplazada por otra, su sonrisa fudanshi —como Karma le llamaba—. Una mala señal—. ¿Y cómo vas a compensar el dibujo?
—Ah, n-no lo sé...
—¡Ya sé! Haz yaoi con Asano-San. Así te perdonaré en definitiva.
—Ni siquiera lo pienses —se dio la vuelta comenzando a caminar.
—P-Pero...
—Adiós, Nagisa.
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