CAPITULO 9

Ya es sábado, y cabe decir que extrañamente me levante temprano, bueno la verdad fue que se olvido quitar el despertador anoche y que por esa razón termine en el suelo esta mañana envuelta como un burrito.

Aparte que cuando trate de salir de mis mantas caí de trasero y bueno me duele.

Me arrastro hasta el baño como un zombie, ya que tenía mi pie envuelto en la trampa de mantas.

Me logre zafar de esta y me recogí el cabello en un moño alto antes de entrar a la ducha, dónde tome un baño y también me cepille.

Salí de mi baño y me coloque unos vaqueros cómodos, un top deportivo, el suéter gris de Ares, el cual le expropie, y mis converse negras.

Me puse mis lentes, tome mi bolso colgándolo sobre mi hombro, mi celular y las llaves, Sali y mire la hora.

8: 00 a.m.

Paro en seco y me pego en la frente.

¿Qué clase de persona se levanta un sábado en la mañana después de haberse trasnochado un viernes por la noche?

Oh, cierto, estoy hablando de mí.

Me encojo de hombros ya que no pensaba regresar a mi casa y me subo en Copito (mi auto) lo sé, estoy loca por ponerle un nombre a un auto, pero en mi defensa mi auto es hermoso.

Conduzco primero a un café, donde pido un desayuno tradicional apenas me siento en una mesa, me doy cuenta también que esta vez está lleno hípsters y algunos frikis como diría Bea, me anoto mentalmente que tengo que llamarla y a Eva también, el chico de lentes que trae mi pedido se sonroja cuando nota que le sonrió, coloca temblorosamente la taza de chocolate caliente sobre la mesa.

Aww, a que es tierno el rubio.

—Gracias... —miro su nombre que esta en la plaquita que carga.—Stephen.

—No es nada señorita, sí necesita algo más llámeme —dice nervioso y más sonrojado.

—Oh por favor dime Vee, eres muy tierno y gracias de nuevo. –le sonrió, parece un tomatito de lo rojito que esta.

Se va dejándome sola, y saco mi libreta de dibujos donde procedo a dibujar una pequeña rosa, tomo de mi chocolate y muerdo un trozo de pan tostado con mermelada, miro por el ventanal y me fijo que hay poca gente a esta hora, lo que no me extraña porque es algo temprano.

Miro mi libreta y me fijo que en medio de la rosa hay dos ojos como medio grises, estaba algo distraída comiendo que ni me di cuenta de que más dibujaba.

Escuche un estruendo y gire mi cabeza para ver que había sucedido, en el suelo había un plato roto, comida regada, dos tazas de café rotas y otro plato en una bandeja.

La cabellera rubia de Stephen fue lo segundo que note su ropa estaba empapada de café, y su delantal lleno de comida al igual que su cabello.

Me levante del mueble donde estaba sentada, y ayude al rubio a levantarse, una chica bien vestida, se estaba riendo, la gente miraba en silencio y el gerente salió de su oficina gritando con ira.

—Venga grandote, ¿estas bien?, no te quemaste? —lo evalué ignorando al tipo que seguía peleando solo, su mirada azulada se encontró con mis ojos, y asintió.

—Estoy... bien, tranquila.—murmuro y suspire, le hice una seña para que fuera a cambiarse y me enfrente a gerente, diciéndole con formalidad y elegancia que había sido la insufrible castaña que estaba con otra castaña.

Esta sólo dijo algo que me enfado haciendo que tomara un batido y se lo echara encima.

Pésimo servicio.

____
••••

Unas dos horas más tarde Stephen estaba sentado a mi lado hablándome de la trama de un libro que nos gusta a los dos, reíamos cuando el hacia unos chistes bobos pero graciosos y la bibliotecaria nos mandaba a callar.

—¿Dónde has estado toda mi vida, rubio gracioso? –lo mire mientras apretaba sus mejillas con suavidad, no como las apretaban las abuelas, que te dejaban casi sin mejillas también.

Este rio mirándome en lo que negaba.—Vengo del planeta tierra, no se sí lo conoces, Wall-E. –bromeo y reí a carcajadas luego vi que hizo una ceña de que hiciera silencio porque sino Vivian la ancianita bibliotecaria nos mandaría a salir de este paraíso.

—Perdone sr. Ricon, es que soy del planeta, de dormir e hibernar.—hago un gesto dramático, y este ríe bajito negando.

—Eso me lo veía venir. —asegura sonriendo divertido y se deja caer en un puff que estaba en el suelo.

—Este lugar, me gusta mucho la verdad, ¿no habías entrado aquí antes? —me lanzo en el puff que esta al lado del de él.

—La verdad sí, solía venir mucho el año pasado, pero con el trabajo, la universidad y las actividades pendientes no podía venir.

—Vaya y yo que hace dos años que vengo aquí. –sonrió de lado.—hubiera sido fantástico conocerte desde antes, nos hubiéramos divertido más haciendo locuras.

—Vaya que sí, hubiera sido lo máximo... –sonríe cerrando los ojos.—pero sí pasará tal vez no hubiera pasado que hoy casi mataras a esa castaña, y luego mi jefe te dijera que no podías volver por unas dos semanas, y a la chica que no podría volver más nunca.—se ríe y asiento divertida recordando.

—Eso ira a mi maquina de recuerdos locos.—asiento riendo bajo, Stephen me ve y sonríe.

—Gracias por defenderme, Vee.

—De nada, S.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top