CAPITULO 8

Las luces estaban cambiando de colores, tal y como lo pidió mi hermano, había tomado un poco de tiempo hacer ese drástico cambio en el club con tan poco tiempo, el olor a frutas se esparcía por el aire con un toque de alcohol.

Los bármans estaban vestidos más cómodos con camisas negras básicas y pantalones del mismo tono, Cash estaba sentado en uno de los muebles que son como una u, mientras me miraba con una sonrisa divertida.

—Escuche que los hermanos Ray estaban planificando ir a Sydney y que no me invitaron.—hace un puchero y luego ríe.—No sabía tampoco que después le seguía las Vegas o tal vez Hollywood.

Ruedo los ojos tomando un poco de mi trago de fresa combinada con piña colada.

—Es porqué yo apenas me entere también hace unas horas zopenco, y ni siquiera sé sí quiera ir, tengo muchas cosas que hacer en la universidad, más bien estoy aprovechando esta semana de diversión para mí, la necesito mucho.—me reí mirándolo copiando su acción de hace unos momentos.—y por cierto apestas haciendo esos chistes, ancianito.

Este me mira mal y eso sólo me hacer reír un poco más, me pongo seria recordando la visita de fosforito y dejo el trago en la mesa.

—Brock esta de vuelta y con eso también Troye...

Cash escupe todo el trago y me ve con los ojos abiertos como platos.

—Estas diciendo que el psicópata raro ese y más insultos que no logro formular... ¿están aquí? —le ayudo cuando comienza a toser como loco, y cuando se calma asiento.

—Así es... y en cómo no me escape de esta, estoy frita.

—Tú no tienes la culpa de que pasará lo qué pasó, estas son cosas de ese maldito psicópata.

—Estoy asustada Cash, sí mis hermanos se enteraran lo irían a matar y quién sabe que más.

Este se rasco la barbilla y ahora note que tenia una leve barba, después se levanto y me tendió la mano.

—Tendrías que huir desde ya, e irte esta semana con tus hermanos a las Vegas.

Tome su mano, y camine con él hasta donde estaba el pequeño balcón que daba vista a la pista de baile.

—Esto es una locura, se supone que tendría que dar la cara no huir como una dama en apuros. —lo vi mientras hablaba con un tono amargo.

—Pues no estás en posición de enfrentarlo, mejor dicho, no puedes escoger esa estrategia sabiendo que puedes perder.

Abrí los ojos como platos recordando que había hablado con Eros sobre Brock.

—Eros ya lo sabe, y posiblemente alerto a mis hermanos, hace unos días los encontraron a ambos aquí, y ese tipo formo un escándalo.

—Con más razón te vas a las Vegas. –usa su tono firme cuando me ve con suma seguridad. –hablaré con Cárter para que ponga a unos hombres de su compañía aquí, tampoco podemos exponer a estas personas a un loco como ese.

—Concuerdo contigo, pero eso sí, en cómo me pongas a uno de esos hombres para que me cuiden voy a matarte yo misma, sabes lo que opino de esos tipos de cosas. — lo señalo amenazadoramente con mi dedo y este asiente mientras ríe, dirijo mi mirada a la planta baja y veo unos ojos grises que se me hacen conocidos.

Empiezo a bajar las escaleras cuando veo de nuevo esos ojos, no sé cómo, pero llego hasta esa persona, cosa que cuando lo veo por completo me quedo atontada.

—Disculpa,  ¿te conozco de algún lugar? —pregunté y él toma de su vaso relamiendo sus labios después de asegurarse que no tenga rastro de su trago en estos.

Parpadea como sí saliera de sus pensamientos y niega, después de verme bien.

—¿Como te llamas?

—Dean. –dice suave, pero con voz gruesa.—¿Tú?

—Verona.—mi nombre sale de mis labios sin pensarlo.

—Es un gusto, señorita Verona.

—Vaya que formal. –rió levemente, y él sonríe.

—Así debe de portarse un caballero, señorita.—me guiña un ojo haciendo que me sonroje.

—Disculpa de nuevo, ¿seguro que no nos conocemos?

—Sí en verdad la conociera créame que hubiera recordado su nombre al principio.—dice con una sonrisa divertida.

—Yo em... bueno tiene razón.—sonrió apenada y luego no sé sí irme de nuevo arriba, olvidar que pase vergüenza o decirle que sí quiere tomar algo.

—No se preocupe, señorita Verona.—el que mi nombre salga de sus labios hace que me de un pequeño escalofrió en la espalda y que sienta un cosquilleo en mi estómago.

El hombre que esta frente a mi parece salido de alguno de mis sueños dónde pensaba en los chicos caballerosos que te daban dulces y peluches.

Su cabello es castaño claro, aunque se ve como rubio, tiene unos ojos preciosos, unos labios perfectos, y una nariz no tan respingada pero perfecta, sus facciones son hermosas, y no se ve tan musculoso en el sentido exagerado, tiene la cantidad perfecta de músculos, además que emana un aire muy sobreprotector, caballeroso y dominante.

Cabe decir que no esta formal sino informal con una chaqueta negra que aun así lo hace verse demasiado bien, la camiseta blanca, y sus pantalones negros también lo hacen verse mejor.

Parece que se dio cuenta de la escaneada que le di, porqué se le escapa una pequeña risa.

—Usted es mas interesante de lo que pensaba, señorita Verona.

Me sonrojo más y sonrió nerviosamente.

—¿Eso cree?

Este asiente y luego arrugo la nariz.

—Podríamos dejar las formalidades, es algo raro hablar así.—le pido sin perder mi sonrojo viéndolo asentir.

—Me parece bien.

—Y... es la primera vez que vienes aquí? —mi curiosidad empieza a florecer mientras él menea la cabeza.

—Podría decirse que sí, y a la vez no, por lo general prefiero ir a un sitio tranquilo, pero hoy me toco hacerle compañía a alguien.

-aOh... eso suena a que no te gusta estar aquí.—vuelve a asentir a mi teoría y luego se pasa una mano por su cabello despeinándolo.

—Mi hermana me convenció después de unas tres horas intentándolo.

—Los hermanos suelen ser muy insistentes, créeme, yo tengo cuatro. —rió y le pido un vaso de agua al barman.

—Oh créeme que lo son, y woow, eso quiere decir que te toca peor. —asiento riendo a lo último que dice.

—Lo es, pero igual quiero a esos tontos.—tomo el vaso de agua y bebo un trago  sonriendo de lado.

—Así debe de ser.—me da una sonrisa de boca cerrada.

—Sí ... —muerdo mi labio y lo suelto después de responder.

Una chica de cabellos casi plateados se acerca hasta nosotros, tiene las mismas facciones que Dean sólo que ella tiene unos labios mas rojos y emana alegría desde lejos.

—Deaaaan Milo idiota, tengo sueño, ya me duelen los pies. —la chica hace un puchero sin darse cuenta que yo sigo aquí, y ve a su hermano batiendo sus pestañas, bueno aparte de alegre, es muy tierna.

—Ya nos iremos, Coralee. —le responde mirándola y ella sonríe levantando los brazos.

Su mirada cae en mí y puedo jurar ver chispitas de estrellas de sus ojos, vuelve la vista a Dean y de nuevo a mí.

—Oh vaya, ¡Hola!, soy Coralee. —me sonríe ampliamente.

—Soy Verona, mucho gusto. —le tiendo mi mano con una sonrisa y ella es más rápida así dándome un abrazo.

—El gusto es mío Vero...

—Dime Vee por favor.—le digo cuando veo que iba a llamar por mi nombre, le sonrió y ella me devuelve la sonrisa.

—Bueno, señorita Verona, fue un placer conocerla, pero es hora de llevar a Cenicienta a su castillo.—me dice Dean y le da una mirada divertida de lado a su hermana quien se queja por como la apoda, rió leve y dejo un beso en su mejilla.

—El gusto es mío, señor Dean.—este me da una sonrisa en lo que asiente y después Coralee se despide de mí, donde los veo salir por la puerta.

No sé, porque de repente bese su mejilla, me pareció haberlo visto antes, pero no recuerdo donde.

Es más, podría apostar que su segundo nombre me es familiar, pero tampoco recuerdo, me cuesta un poco ver de donde habrá venido ese chico.

Sigo armando teorías mientras vuelvo a subir las escaleras.

Jess me sonríe cuando me ve y levanta su mano saludándome.

*****

Siento que nadie me leerá pero espero y les guste el cap.

Lo amo

~Moon.🍒

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top