O8.

Las cosas era incómodas para Bakugou y no sabía por qué. Tanto Todoroki, como Sero y Shinsou eran demasiado amistosos, y no es que sea queja a sus personalidades, pero estaban siendo amistosos con él.

O sea, uno no es amistoso con su ex, con su subordinado, o con el wey al que te confesaste nomas porque sí. Puedes ser amable, pero no amistoso. ¿Qué clase de persona hace eso después de jugar con los sentimientos de otra?

Bakugou notaba las preferencias en el trabajo hacia él. Y no entendía. Se supone que no salieron en el anterior trabajo porque lo que Shinsou no quería era que le reclamaran lo de las preferencias. Ahora lo hace y no son nada, y las acciones resultaban obvias para sus compañeros de trabajo.

– Shinsou-san no está siendo muy sutil – Una de sus compañeras, Kendou, le habló.

– No se de qué hablas – Pero Bakugou sí sabía de qué hablaba.

– Bueno, no ha dejado que toques los baños en toda la semana – Bakugou percibió una pequeña queja en el tono de voz, pero no dijo nada.

– ¿Y?

– No, nada.

Bakugou sabía a qué se estaba refiriendo. Desde que ingresaron, se dejó bastante en claro que ambos se conocían. No por ser amistosos, porque Bakugou era lo más cortante que pudiera con Shinsou, pero por la forma en cómo se hablaban, no era porque fuera la primera vez que se veían.

Y aunque Bakugou agradecía no limpiar los baños, tenía que aceptar que tampoco era justo para el resto de sus compañeros. Quienes, no sabían la historia detrás de ellos dos.

– Puedes decirle al gerente o al supervisor – Kendou terminó de lavar la vajilla y la dejó secar – Sí Shinsou-san te hace sentir incómodo. Si lo hizo contigo podría hacerlo con cualquiera.

Claro, porque para sus compañeros de trabajo, Shinsou solo era un jefe pervertido que se quería tirar a uno de sus empleados. La imagen sería más horrorosa si Shinsou tuviera 20 años más.

– Lo tendré en cuenta – Farfulló mientras terminaba de secar los vasos con su trapo.

Era aquella hora donde la gente decidía ya no era momento para el café. Sólo 2 clientes estaban en la cafetería y mientras algunos tenían su hora de comida, el resto se encontraba limpiando antes del cierre.

El ruido de la companita de la puerta bastaba para poner de mal humor a cualquier empleado, sin necesidad de ver quién era el cliente. Ya era casi una reacción involuntaria. Pero para Bakugou se volvió peor porque vio que eran Todoroki y Midoriya.

– Te daré mi bebida de cortesía de hoy si los atiendes – Murmuró Bakugou ya listo para huir a la bodega.

– Lo haría si no me estuviera orinando ahora mismo – Dijo Kendou – Lavar los platos adelantó el proceso. Para la próxima te cubro, lo prometo.

Y ella se fue, dejando a Bakugou solo. Sus otros 2 compañeros estaban ocupados limpiando, por lo que era el único disponible para atender. Y ahora, tanto Shinsou como su gerente estaban charlando de algo laboral, no podía pedir ayuda.

– Buen día – Dijo entre dientes forzando una sonrisa – ¿En qué les puedo ayudar?

– Un latte matcha con leche light para mí, Kacchan – Bakugou tuvo un tic en el ojo – ¿Shou-chan? – Ahora se dirigió a Todoroki.

– Ba... – Pero Bakugou lo interrumpió, a sabiendas de que haría lo mismo de la primera vez.

– Anotado – Dijo mientras tecleaba en la pantalla – Sus bebidas saldrán en 15 minutos, pueden tomar asiento.

Se giró, e ignoró al mundo mientras preparaba el pedido. No tenía ganas de nada y esperaba que ningún otro cliente viniera a molestar. Pero el ruido de la campana hizo que Bakugou sufriera otro tic nervioso.

El cliente podía esperar, porque era obvio que él estaba ocupado. Escuchó como sonaba la silla de la barra cuando se movía y sin ver, Bakugou supo que el cliente molesto se sentó ahí para esperarlo. Ni sabía quién era y ya lo detestaba.

– En un momento le tomo la orden – Casi gruñó por si al cliente se le ocurría exigir que le atiendan.

– Yo espero, Bakubro, tómate tu tiempo – Y eso fue suficiente para que Bakugou girara la cabeza bruscamente hacia la voz.

Ahí estaba Sero, sentado y sonriendo con su usual y tétrica sonrisa de caballo. Bakugou sintió que el día se le ponía peor. No se esperó tener a los 3 tipos que le incomodan en el mismo radio de 100 metros. Además, todavía recuerda la sensación que le ocasionó cuando Sero le pasó el brazo por los hombros el fin de semana.

– ¿Qué haces aquí?

– Escuché que Kirishima dijo que trabajabas en la cafetería del campus. Quería pasar a verte – La última frase le revolvió el estómago. Bakugou no sabe si fueron mariposas o náuseas.

– ¿Por qué? – Ahora a todo le encontraba explicación. Se volvió paranoico.

– Para acompañarte cuando salgas – Sero se encogió de hombros – Vivimos en el mismo lugar, y sé que sales en media hora.

– ¿Cómo...?

– Es un secreto – Le guiñó el ojo con diversión.

Bakugou terminó la bebida de Deku para empezar con la de Todoroki. Le dio un pinchazo de nostalgia mientras lo hacía, porque era la bebida que tomaban cuando salían en citas.

Le roció caramelo al vaso, puso en la licuadora lo que llevaba la bebida y como último acto de odio, le puso leche entera, a sabiendas de que Todoroki era intolerante a la lactosa. Después de todo, era culpa de su ex por no decir qué quería ordenar.

– Vi a Todoroki con Midoriya cuando entré – Sero le volvió a sacar plática – ¿Tú cómo estás?

– ¿Cómo crees que estoy? – Gruñó – Las bebidas que hago son las de ellos. Si pudiera, les tiraría veneno.

– No creo que la tienda tenga veneno, pero la leche entera se acerca bastante.

Bakugou se rio de la frase, porque era exactamente lo que había hecho con la bebida de su ex. El problema fue, que al estar el sitio muy callado, su risa –por más baja que haya sido– resonó en las paredes. Lo suficiente para hacer que fuera el centro de atención.

Se tapó la boca con rapidez. Los clientes regresaron de inmediato a lo suyo, sus compañeros solo lo miraron extrañados pero siguieron limpiando. Los únicos que se le quedaron viendo fijo fueron Deku, Todoroki y Shinsou, que salía de la habitación de empleados.

Sero tenía una mirada cariñosa, mirándolo desde la barra con su mejilla apoyada en su mano. Bakguou sintió que se sonrojaba sin saber porqué y carraspeó antes de poner las bebidas en mostrador y llamar.

– Orden número 78.

Observó a Todoroki levantarse para ir a buscar las bebidas. Regresó la mirada a Sero buscando no tener contacto visual ni verbal con su ex más allá de las clases optativas.

– ¿Tú que vas a beber?

– ¿Mh? Nada en realidad. Solo vine a esperarte.

– No puedes estar aquí si no compras nada – Le reclamó justo cuando Todoroki tomaba sus bebidas.

– ¿Qué tal si compro un boleto doble al cine para ver sangre y tripas 3 junto con el combo pareja?

La invitación descarada fue escuchada no sólo por Bakugou, quien se sonrojó por la propuesta, si no también por Todoroki que estaba sosteniendo sus bebidas y por Shinsou que regresaba a la barra para ayudar.

– ¿Q-Qué...?























N/A: Me metí al fandom de las tortugas ninja y me desvíe pero estoy de vuelta. Ya empezamos con lo bueno, veamos que galán da los mejores disparos al corazón de Katsuki (de forma metafórica, lo otro sería ilegal).

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