47.

– ¡¿Dónde mierda estabas metido?! ¡Te llamé un millón de veces! – Los gritos de Sero fue lo primero que Bakugou recibió al entrar al dormitorio.

– Cálmate, cara plana, estoy bien.

– ¡¿Calmarme?! ¡¿Cuándo te subiste a la motocicleta de un desconocido y te llevó a quién sabe dónde?!

Bakugou realmente no tenía ganas de pelear. Tenía el buzón y el registro de llamadas lleno de Todoroki, Sero y Shinsou.

Tuvo que apagar el maldito aparato de camino a casa porque ya le molestaba tanta vibración en el culo.

Y se refiere al teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón, no a otra cosa.

– No es un desconocido. Está conmigo en mis clases de este semestre.

– Genial, eso dice mucho – Dijo Sero con ironía. Bakugou rodó los ojos.

Lo pasó de largo dirigiéndose directo a Bombshell, porque ya pasó demasiado tiempo lejos de ella. Tal vez debería conseguirle una amiga para que no se sienta tan sola.

– No vuelvas a hacer eso.

La voz de Sero sonó diferente. Más seria, más grave. Tenía un tono entre la preocupación y la ira. Bakugou nunca le escuchó así.

– ¿Qué?

– No vuelvas a irte así. Nunca.

– Sero, estás siendo demasiado exagerado...

– Me preocupa que no lo entiendas – El pelinegro se paró frente a él para tomarle de la cara – Sí algo te pasara... Y no hablo del sujeto ese. ¡Pudiste tener un accidente en el peor de los casos!

– Pero no pasó, cálmate.

– ¿Nunca piensas en nadie más que en ti? – Sero le preguntó sin quitar sus manos – Te quiero, Bakugou, pero a veces me preocupa el poco sentido común que tienes.

– No me voy a quedar aquí escuchando como me llamas imbécil – Bakugou se quitó las manos de la cara – Buenas noches.

Se dio la vuelta para caminar a su habitación pero Sero le volvió a hablar. Aunque eso no hizo que le mirara otra vez.

– Por más que odie decir esto – Masculló – Diles a Shinsou y Todoroki que llegaste bien. Estaban igual de preocupados que yo.

– Como si me importara...

De todas formas, al encerrarse en su dormitorio, Bakugou mandó un mensaje a cada uno de que estaba bien y a salvo.

Se sentó en la cama para quitarse la ropa notando que Bombshell lo estaba rodeando con curiosidad. Sonrió y le acarició la cabeza.

Al menos la discusión de hace rato fue una buena distracción de la razón por la que Bakugou huyó de esos 3 en primer lugar.

Si estaban molestos con él, no preguntaría por el día de San Valentin.

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– Anda, ¿Tú también estás cabreado conmigo y no vas a hablarme?

La tensión seguía cuando llegó a su clase de cocina al día siguiente.

Cuando fueron por él a su dormitorio, Todoroki apenas le dio mas que un saludo.

Ahora que volvían a verse, y debido a su fiasco del primer día, se quedó a su lado como su compañero.

Pero llegó y Todoroki no le habló. No le dijo nada, ni lo miró. Se concentró en escuchar la clase y picar –muy mal– las verduras.

– No sé. ¿Debería? – Aquella fue una pregunta con trampa.

Bakugou no la contestó, picó sus propias verduras, rápido y limpio.

– Te mandé mensaje ayer para decirte que no me pasó nada.

– Sí, lo vi.

– ¿Y bien? ¿Por qué sigues de mariquita conmigo?

– No sé. ¿Por qué crees tú?

Bakugou volvió a quedarse callado. Generalmente no era el que estaba de ese lado durante las peleas. Siempre estaba de víctima.

– No me importa, realmente. No tenía ninguna obligación de informarte mi paradero. Ni a ti ni a ninguno de esos idiotas. Sin embargo lo hice, para que no lloriquearan.

– No es ese sentido del tema lo que me tiene molesto – Le dijo Todoroki – Es el hecho de tu seguridad. Fuiste imprudente y pudo terminar muy mal.

– Antes de que digas algo más, no, no era un extraño. Sé quién es, va conmigo en clase y no me pasó nada. ¿Puedes dejar morir el tema?

– Si lo hago, volverás a cometer una estupidez como esa.

Bakugou nunca fue tan regañado ni cuando vivía con sus padres.

Sí se llevaba sus buenas reprimendas, a veces hasta castigos físicos, pero pensó que esa fase se quedaría abajo de los 15 años.

No ahora que tiene 20 y es responsable de sus propias acciones.

– No voy a ponerme un rastreador para que sepan donde ando. Si están molestos es su problema, no el mío.

Bakugou continuó con su platillo simple de ese día y no volvió a hablarle a Todoroki.

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El sábado le tocaba turno de mañana. El día de ayer descansó, por lo que no vio a Shinsou.

Entró a la cafetería como si nada, saludó por cortesía y esperó. No recibió respuesta de él más que para darle órdenes.

– Kendou, te toca barra y a tu compañero le toca caja – Informó Shinsou mientras pasaba de largo.

– ¿Qué le hiciste?

– ¡¿Yo?!

Kendou no era una gran chismosa, pero era chismosa.

Y el simple hecho de notar que su encargado, el siempre relajado y a los pies de Bakugou, ahora ni lo miraba, ya era sospechoso.

– Ni siquiera te llamó por tu nombre, ni nos vio. Es obvio que está molesto y es contigo.

– ¿Por qué mierda sería conmigo?

– Porque le gustas.

Bakugou se hizo el tonto ante la revelación de algo que ya sabía.

– ¿Y? Yo no tengo nada qué ver.

Kendou le miró unos segundos, antes de regresar a limpiar el mostrador. Fue un gesto simple pero que indicaba de que no le creía.

– Dije que no tengo nada qué ver.

– Sí – Respondió – Te escuché la primera vez.

Bakugou ahogó un gruñido mientras pasaba a la caja para contar el dinero. Nada le enfurecía más que el sarcasmo estoico.

– No es mi culpa que se esté comportando como un marica indignado – Continuó diciendo.

– Por supuesto.

– Y, el que me ignore por estar molesto demuestra su falta de madurez, no la mía.

– Precisamente.

– ¡Deja de darme por mi lado! – Azotó las monedas en la caja y gritó lo suficientemente alto para que el resto de sus compañeros le escuche.

– Bakugou – Regañó Shinsou – Si no quieres trabajar, la puerta está abierta.

Nadie dijo nada, se mantuvo todo en silencio. Algunos compañeros se hicieron los tontos en sus propias tareas, ignorando lo más que podían el ambiente.

Bakugou sintió que se avergonzaba de ser humillado así. Nunca nadie le había amenazado de forma pasiva.

Nadie volvió a decir nada, Bakugou regresó su vista a la caja y continuó contando el dinero para disipar la vergüenza que tenía.

– Kendou – Shinsou se acercó de nuevo a donde ellos – Mejor cambia de puestos con él, le tiemblan las manos. No quiero faltante en caja.

Por si lo de antes no fuera suficiente humillación. Bakugou sintió que los ojos le picaban con lágrimas de impotencia pero se aguantó.

Dejó el fajo de billetes que estaba contando, –de mala gana, pero Kendou no reprochó– y se quitó del mostrador.

– Oye, ¿a dónde...? – Su regaño fue interrumpido bruscamente.

– Ven conmigo – Bakugou cruzó a su lado y lo tomó del brazo para tirar de él y alejarse para discutir en voz baja – ¿Cuál es tu puto problema?

– ¿Yo? ¿Problema? – Shinsou soltó un resoplido burlesco – Yo no tengo ningún problema.

– Me has estado molestando toda la maldita mañana.

– Son las 9 todavía, define "toda la mañana" – Ironizó – Y lo único que te dije fue que tomaras la caja, lo que no te gustó y te invité a retirarte. Y como no quisiste irte, te cambié.

– Ah, claro, pues sí. Entonces el del problema soy yo.

– Me alegra que finalmente entiendas.

Shinsou ya estaba por irse después del comentario sarcástico, pero Bakugou le tiró del hombro.

– ¿Sigues cabreado por lo de antier?

– No, ¿Qué va? Para mí fue super normal ver cómo alguien a quien aprecio se sube en la motocicleta de un extraño y se va sin pensar en las consecuencias.

Claramente aquello fue sarcasmo, y Bakugou sintió que otra vez recibía el regaño que Sero y Todoroki le dieron el día anterior.

– Secuestro, violación, asesinato, venta de órganos, ¿Te suenan esas palabras, Bakugou? ¿O es que el tipo de ayer ya te sacó el cerebro? No creo que valga mucho de cualquier forma.

– ¡Te mandé mensaje diciendo que llegué bien! Deja de comportarte como mi madre – Le siseó – Y no era un extraño. Va conmigo en mis clases, deja de hacerte la víctima.

– De cualquier forma, te quedas en la barra – Shinsou rodó los ojos – Y si sigues temblando, no tendré de otra que mandarte a los baños.

– ¿Qué?

– Tómalo como reprimenda, hijito – Le dijo como respuesta al comentario anterior – Así aprenderás a no irte con extraños.























































N/A: No vayan donde extraños y sin decirle a nadie, amiguis, eso es muy peligroso hoy en día. Les quiero 💖

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