42.

Todoroki esperó un poco más en la puerta porque Bakugou no estaba listo todavía.

Era curioso, porque el rubio siempre fue puntual con sus actividades. Que algo lo retrasara era extraño.

– ¡Y bajo ningún motivo abras mi maldita puerta o te mato! – Fueron las dulces palabras que escuchó cuando Bakugou abrió la puerta.

– Buenos días.

– Tch.

Cerró de un portazo y empezó a caminar. Todoroki le siguió el paso sintiendo curiosidad de la actitud, pero apreciando demasiado su vida como para preguntar.

Además, estos últimos días hablar con Bakugou significaba constantes peleas que Todoroki no estaba de ánimos de soportar hoy.

Siempre era lo mismo. Él decía algo respecto a su noviazgo y Bakugou le decía miles de cosas que hizo mal por las que se sentía culpable.

Así pues, decidió llevarlo por la paz. Ya estaba un poco harto de que Bakugou le restregara en la cara lo mal novio que fue.

Especialmente porque según él, no fue mal novio. No fue el mejor, obvio; pero tampoco fue el peor.

– ¿No vas a decir nada? – Fue Bakugou quien rompió el silencio y vio a Todoroki con duda.

– No.

Bakugou observó el lenguaje corporal de Todoroki. Tenso, nervioso, preocupado, asustado.

Su actitud le hizo sonreír por dentro, porque darle miedo a Todoroki siempre era un placer.

Pero pese a que Bakugou no era una persona habladora, no le gustaba quedarse en silencio estando con alguien.

Así que si el otro no iba a hablar, tendría que hacerlo él.

– El examen del viejo es la semana que viene – Dijo, refiriéndose a su clase optativa – Será brutal.

Como Todoroki todavía permanecía callado –solo moviendo la cabeza para asentir–, siguió hablando.

– ¿Realmente no vas a hablarme?

– Quiero llevar la fiesta en paz – Contestó Todoroki.

Una frase hecha para pedir que se dejen las cosas en orden y se retome la normalidad entre 2 individuos no debería molestar a cualquiera.

Pero Bakugou no es cualquiera.

– ¡¿Me estás amenazando?! – Bakugou se paró frente a Todoroki y lo enfrentó pese a la diferencia de alturas – ¡Quieres darme por mi lado!

Todoroki cerró los ojos, tomó una larga inhalación y lamentó haberse despertado vivo ese día.

"¿Qué hago? Si hablo va a enojarse, pero si no hablo, también ¿Cuál opción me beneficiaría a mí?"

– ¡Mírame, pedazo de zoquete! ¡Te estoy hablando! – Todoroki abrió los ojos para ver al rubio frente a él.

Siempre le pareció tierna la forma en la que Bakugou se molestaba.

Intentaba lucir amenazante, pero con su cabello rubio y piel pálida, más sus labios rosa y sus enormes ojos rojos, terminaba parecieron adorable.

Bakugou decía cosas de la cara de niño infantil de Midoriya, sin notar que sus propios rasgos todavía son suaves y delicados.

– ¿Sabías que tienes pecas en la nariz?

Si Bakugou se esperaba algo, definitivamente no era eso. Su ceño fruncido fue reemplazado por uno de sorpresa por unos segundos.

– Tch. ¿Sabes qué? Mejor no hables. Cada vez que lo haces solo dices estupideces.

Bakugou continuaba irritado, pero pareciera ser que la pregunta aleatoria de Todoroki disipó cualquier pleito.

Bakugou continuó su camino y Todoroki también, disfrutando del silencio en el que estaban.

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– ¿Qué tal está nuestra hija?

– No empieces.

Todoroki se mostró confundido por el diálogo entre Shinsou y Bakugou.

Fue a la cafetería porque tenía antojo de un café –y de Bakugou–, incluso tenía su libro de trigonometría para estudiar.

El rubio lo ignoró intencionalmente pero a Todoroki aquello le pareció lo normal. Así era Bakugou, se hacía el difícil y después de un rato, cedía.

Pero tener que soportar el coqueteo descarado que Shinsou le daba a Bakugou le ponía tan furioso que sus nudillos se ponían blancos de la fuerza con la que sujetaba el libro.

– Tengo que verla. ¿Qué clase de padre sería si no voy a ver a mi hija?

– No me jodas – Bakugou le dio una cachetada de advertencia cuando se acercó demasiado a su espacio personal – Ya te dije que es solo mía.

– Te di la custodia pero todavía merezco verla.

– Entonces espera al fin de semana como todos los padres y concéntrate en pagarme la pensión, hijo de puta.

La cosa seguía siendo confusa, Todoroki no había pasado de la página en la que estaba, por lo que tampoco es que hubiese estudiado mucho.

Estaba más interesado en saber de qué rayos estaban hablando esos 2. Porque aunque sí los escuchaba, no los entendía.

Le enfadaba que Bakugou tuviera un secreto con ese tipo. La plática era muy fácil sacarla de contexto, y Todoroki comenzó a sospechar.

Bakugou y él rompieron hace mucho, existía la posibilidad de que Bakugou hubiera tenido pareja en ese tiempo, pero si escuchó bien, no solo tuvo pareja, también un hijo.

El ruido de la campana de la entrada sonó llamando la atención de varios. Al ver a Sero, Todoroki miró su reloj y se dio cuenta que ya era momento de la hora de salida de Bakugou.

Su entrecejo se arrugó por disgusto. Esos 2 tipos, la conversación, no haber estudiado. Todo influyó en ponerlo de mal humor.

– ¿Nos vamos? – Escuchó preguntar a Sero mientras él mismo se paraba.

– Oye, estamos hablando – Quien respondió fue Shinsou – No te metas hasta que terminemos.

– ¿Sabes que a tu chiquilla le gusta escuchar música clásica? – Sero lo ignoró y siguió hablando.

– ¡¿Eh, en serio?! – Ahora la atención del rubio estaba por completo en él.

– Así es. Tenía puesto la música para pintar y se puso a saltar en el sofá como loca. Leí que si saltaban mucho es porque están felices.

– ¿La grabaste? – Bakugou tomó de la camisa a Sero y lo sacudió – ¡Dime que la grabaste o te mato!

Escuchar una conversación que no entendía no estaba en los planes de Todoroki, pero tampoco quería dejar a Bakugou con esos 2.

Mientras discutían con respecto a la tal chiquilla de Bakugou, Todoroki escuchó como es que Shinsou exigía verla pero Sero se negaba a dejarlo entrar a su dormitorio.

– ¡Ninguno de ustedes es digno de ella, idiotas! – Bakugou les golpeó en el hombro – Necesita donde dormir, donde comer, donde jugar. ¡Demonios, ni siquiera tiene cochecito para sacarla a pasear!

– Estás pidiendo mucho... – Siseó Shinsou con nerviosismo.

– ¿No que eres su padre? – Contraatacó Bakugou – Eso solo prueba mi punto.

– Dicen que padre es el que cría – Comentó Sero de la nada, logrando que Shinsou lo mirara mal.

– ¡Yo pago los gastos médicos! – Recordó.

– Tú cállate, cara plana – Regañó Bakugou ignorando la excusa de Shinsou.

Todoroki ya harto de tanto griterío y de no estar enterado de algo, se metió a la discusión.

– Lo compraré yo.

Su interrupción logró captar la atención de los 3. Sero y Shinsou lo miraron con molestia y Bakugou con una ceja arqueada.

– ¿En serio? – Desafío. Todoroki asintió a su pregunta.

– Si ellos piensan que estás pidiendo mucho, es porque no pueden darte nada.

La frase sorprendió a Bakugou e hizo que los otros 2 hicieran una mueca de disgusto para salir a defenderse.

– No todos somos hijos de Papi.

– Créanme – Todoroki los vio con seriedad – No desearían ser hijos del mío – Después volvió a mirar a Bakugou – ¿Qué necesita tu hija?

Bakugou lo observó un buen rato, pensando en por qué todo era tan difícil últimamente.

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– ¿Un conejo? – Dudó Todoroki como si no viera al animal frente a él.

– La universidad no permite mascotas, así que ni una palabra – Bakugou lo amenazó – Pienso que un coche pequeño está bien para ella; tal vez pueda añadirle un ventilador mini.

Bakugou tenía sus diferencias con ese trío de idiotas, pero no iba a rechazar ofertas respecto a la calidad de vida que su mascota pudiera tener.

Si Shinsou pagaba la salud, Sero se encargaba de atenderlo y Todoroki de comprarle sus necesidades; Bakugou no se preocuparía de más.

Sero claramente se notaba descontento de que esos 2 estuvieran invadiendo su espacio privado –de él y de Bakugou–, pero el rubio insistió.

– Tengo guardado los enlaces de las cosas que quiero comprarle.

– Perfecto – Todoroki probó su suerte – Mándame un mensaje con todo eso y yo me encargo del resto.

Bakugou estaba tan ensimismado en todo lo que quería para Bombshell que no se percató de lo que implicaba responder a eso.

– Sí, sí, como sea – Contestó restándole importancia – Ahora ya pueden irse.

Shinsou que estuvo ahí metido pero sin participar en la conversación, fue el primero en tomar ventaja e inclinarse hacia el rubio.

– Bien, buenas noches, caramelito – Y antes que todos reaccionen, le besó la mejilla y salió.

– Yo también me voy, kitkat, estaré esperando tu mensaje – Después de salir de su molestia, Todoroki también se inclinó y le besó la otra mejilla antes de irse.

Bakugou reaccionó como 5 segundos después, haciendo un sonido desde su garganta que fue la combinación entre un gruñido y un grito de ira.

– ¡¿Por qué no hiciste nada?! – Desquitó su furia consigo mismo contra Sero.

Pero Sero no respondió. Al menos no verbalmente. Se acercó a él y después de verlo fijo por unos segundos, se inclinó y lo besó.

– Buenas noches – Se fue a su habitación dejando a Bakugou en la puerta.

















































N/A: Quiero que el fic tenga como 2 partes, y ya que los capítulos son cortos, calculo otros 30 más o menos. Si sienten que va muy rápido el paso del tiempo es por eso xd

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