2O.
Casi grita del susto cuando Todoroki le saludó. Joder, que se había olvidado por completo que el chico venía a verlo para acompañarlo a sus clases.
Es decir, después del incidente de la escalera, Bakugou no lo volvió a ver en su trabajo más que una vez. Donde igual, fue, le preguntó cómo estaba, y se retiró.
Claro que fue a buscarlo a su dormitorio en las mañanas, como siempre lo hacía. Es solo que perdió la noción de los días, y Bakugou pensó que ya era fin de semana.
Es decir, no hay Todoroki ese día. Pero si hubo Todoroki ese día. Y pues, le vio siendo demasiado cariñoso con Sero.
– N-No me asustes así, bastardo mitad y mitad – Bakugou intentó aligerar el ambiente golpeándole el hombro con poca fuerza mientras caminaba.
– Lo siento – Todoroki no mostró ninguna expresión al seguirle – No quería interrumpir nada.
Todoroki no era demasiado hablador, por lo que cuando hablaba, la gente siempre escuchaba lo que tenía que decir. Como sólo hablaba cuando lo creía necesario, lo tacharon de arrogante.
Pero Todoroki no era así, al menos en general. Bakugou aprendió a leerlo cuando salían. No era muy expresivo en sus gestos faciales, pero si prestabas atención a sus ojos, ellos te dirían todo.
Por eso Bakugou pudo saber que Todoroki estaba molesto. No es que le importara, claro, pero lo sabía.
Trató de recordar cuándo veía esos ojos durante lo que duraron siendo novios. Generalmente siempre era después de hablar con su padre; fuera de eso, era raro verlo molesto.
– Te ves del asco – Bakugou nunca fue una persona sutil – ¿Te peleaste con tu viejo otra vez?
La mención de su padre hizo que Todoroki frunciera el entrecejo –un poco, apenas visible, pero se vio el movimiento por un breve segundo–. Entonces no era por él.
– No – Le confirmó – Es por otro asunto. Más personal, pero no tengo derecho a reclamar nada.
Bakugou le miró con curiosidad y con una ceja arqueada. Se preguntó qué clase de asunto sería, si tenía a Todoroki tan molesto como cuando se peleaba con su padre.
Enji Todoroki, su exsuegro, era un hombre extraño. No sólo fue su culpa que la familia fuera lo más alejado de la definición del diccionario, si no porque no aceptaba que sus hijos fueran para el otro lado.
Y no, no hablaba sobrenaturalmente, ni extranjeramente. Más bien se refería al lado homosexualmente.
El padre de su ex fue la principal razón por la que mantuvieron su noviazgo en secreto. Hasta que los descubrió, o no algo así. Bakugou todavía no entiende qué sucedió el día que terminaron.
Tampoco cree que sea pertinente preguntar ahora. Se supone que aquello quedó en el pasado y todavía están intentando ser amigos.
– No sabía que vivías con Sero – Fue un comentario, pero Todoroki sintió que la voz le salió como tono de reclamo.
– No consideré relevante mencionarlo – Bakugou se encogió de hombros.
– ¿Es bueno vivir aquí? – Siguió la conversación.
– Bueno, ¿en qué sentido?
– En estar en un dormitorio compartido – Explicó, un poco más tranquilo – Después de la preparatoria, regresé a la casa familiar. Es genial no pagar renta, pero no es sano para mi salud mental.
– Fue precisamente por eso que me alejé de la vieja bruja – Estuvo de acuerdo el rubio – Vale la pena la tranquilidad por unos billetes.
– ¿Es por eso que trabajas en la cafetería? – Bakugou tuvo que desviar la mirada.
– Podría decirse...
En realidad no lo era. Después de todo, son sus padres quienes pagan la estadía en el dormitorio y las colegiaturas. Solo aceptaron pagarle las cosas porque la universidad si estaba lejos de su casa.
Pero ese detalle era uno que Todoroki no tenia por qué saber.
– Bakugou – Todoroki le llamó deteniendo su ola de pensamientos – ¿Te gusta que las cosas sean directas, o no?
– ¿Huh? – Bakugou no supo a qué vino la pregunta, y su gesto facial lo representaba bastante bien – E-Eso creo, ¿Por qué?
Todoroki se detuvo, Bakugou también lo hizo. El bicolor buscó algo en su mochila por unos cuantos segundos y luego le mostró a Bakugou una cajita de regalo.
– ¿Qué es...?
– Iré al grano – Todoroki le interrumpió – Cuando tenía acceso a la tarjeta de crédito del viejo, aproveché y compré ciertas cosas que todavía sigue pagando.
Su tono de burla era evidente, al mismo tiempo que dejaba en claro que le importaba un comino con su encogimiento de hombros.
– Claro, no esperé que termináramos – Y se acercó a Bakugou abriendo la caja – Pero fue hecho para ti, no creí adecuado dárselo a otra persona.
Bakugou tuvo que tragar cuando pudo distinguir el objeto dentro de la cajita. Era un collar, pero no cualquier collar; Bakugou sería un ciego e inculto si no supiera qué clase de collar era.
– ¿E-Es...? – Casi se quedaba sin habla mientras lo tomaba.
– Sí – Le confirmó Todoroki – Recuerdo que decías que lo querías, pero siempre tenías obstáculos como el precio, el envío y el material. En algunos casos fueron las 3 cosas.
Bakugou todavía seguía en shock. Terminó con Todoroki hace 2 o 3 años, y el idiota guardó esa cosa; probablemente esperando verlo de nuevo para dárselo.
– N-No, no puedo tomarlo – Bakugou lo volvió a dejar donde estaba – No es correcto. No podría...
– Fue hecho para ti – Repitió Todoroki, con una sonrisa – Es tuyo. Lo que decidas hacer con él no me incumbe. Pero quiero que lo tengas.
Aun así, Bakugou no lo tomó. Miraba el regalo con nerviosismo pero sin atreverse a aceptarlo. Todoroki lo tranquilizó y le hizo ver el lado bueno de aceptar el obsequio.
– Puedes tomarlo, al menos para joder a mi viejo – Le dijo – Bastante nos jodió la vida a nosotros. Devuélvele el favor.
Bakugou todavía se preguntaba en la mente qué es lo que debía hacer. Su mano temblaba, y se abría y cerraba con ansiosas ganas de tomar el collar. Sería mentira decir que no lo quería pero aceptarlo...
– Está hecho de oro, para no perder su brillo con el tiempo – Todoroki comenzó a explicar – Tiene perlas reales, nada falso. E incluso la mariposa tiene polvo de diamante en sus colores, para estar a la altura.
Bakugou lo miraba mientras daba su explicación tipo nerd. Todoroki no le veía, si no que su mirada estaba en el collar, donde señalaba cada cosa que iba describiendo.
– Las descripciones me recuerdan un poco a ti – Ahora sí, lo miró. Bakugou sintió que se sonrojaba – Tú brillas, eres auténtico y siempre estás un paso adelante de los demás.
"Esas son las cosas que me hicieron enamorarme de ti" pensó Todoroki, pero no creyó que fuera buena idea decir eso. No quería arruinar la amistad que ahora tenía con Bakugou, con sus sentimientos.
– Por favor, acéptalo.
Bakugou se quiere convencer que lo hará solo porque el bastardo mitad y mitad es muy exigente. Que prácticamente lo están obligando a tomar el obsequio.
Pero sabe que no es así. Estaría mintiendo si dice que tomar el collar es solo por compromiso. Realmente lo quiere, lo desea. Es casi un sueño hecho realidad.
– ¿Quieres que te ayude a ponerlo?
– Tch – Aunque chasqueó la lengua, Bakugou le dio el collar y le dio la espalda.
El collar era doble, o daba la ilusión de serlo, pero solo tenía un seguro, que rápidamente Todoroki se encargó de poner cuando el collar estaba perfectamente acomodado en el cuello del rubio.
Todoroki sentía ese aroma familiar que tanto extrañó. Estaba a pocos centímetros de la nuca, y recordó las besos que dejaba ahí cuando salían. Bakugou siempre se sonrojaba de las orejas cuando hacía eso.
Quizá...
– Listo – Avisó mientras se alejaba para no dejarse llevar.
– Espero que no pienses que esto significa otra cosa.
– Para nada.
Para demostrar su punto, Todoroki fue quien empezó a caminar. Bakugou tardó un poco en asimilar todo, pero también le siguió y apresuró el paso para pasarlo.
– Siempre te he dicho que camines detrás de mí – Refunfuñó.
Todoroki sonrió con nostalgia. Le alegraba de sobremanera que Bakugou llevara el collar.
En cierta forma porque le recordaba sus noches de película cuando salían.
Verle la espalda no hacía más que dejarlo apreciar con más detenimiento.
Y hacerle ver a Todoroki cuánto quería recuperarlo.
N/A: Personalmente, siempre creí que la película favorita de Barbie de Bakugou sería "Barbie: Rapunzel", pero estaba más chido el collar de Fairytopia. 😎
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