21.
A una semana del accidente, Shinsou se encontraba mejor. Todavía tenía el cabestrillo, pero al menos ya eran menos las semanas que debía de tenerlo.
Cuando el doctor le dio el diagnóstico, le dijo que tendría que usar el cabestrillo unas 6 a 8 semanas. Y después, iría a fisioterapia para terminar el proceso.
Bakugou de nuevo sentía la culpa, le costó a Shinsou un hombro fallido por no tener equilibrio en la escalera. Además, tener que alimentarlo 7 semanas más no le alegraba el día.
– ¿Todavía sigues con eso? – Preguntó Bakugou mientras se sentaba frente a Shinsou.
Desde el accidente, los 2 ahora comían juntos en su hora de descanso. Incluso descansaban el mismo día para que Shinsou no tenga que comer solo. Eso último era secreto de Bakugou.
– Tengo que tratar – Se defendió Shinsou volviendo a intentarlo – No puedo depender de ti para siempre.
– No es para siempre, volverás a usar tu brazo en unos 2 o 3 meses.
– Suficiente tiempo para volverme ambidiestro – Insistió Shinsou, intentando llevarse un brócoli a la boca con los palillos.
Bakugou observaba con pena como lo intentaba una y otra vez, fracasando cada vez de forma más humillante que la anterior. No importaban las costumbres, ahora más que nunca Bakugou se moría por darle un tenedor.
– En serio, detente – Le sostuvo la mano sana – Estás haciendo que sienta lástima por ti.
– Eso ya es ganancia.
Le sorprendía la perseverancia de Shinsou de aprender a comer con su mano no dominante. Bakugou se preguntó para sí mismo cómo le hacía en casa.
– ¿Tú te preparas tus bentos? – No pudo evitar preguntar. Hasta donde sabía, Shinsou no tenía hermanos.
– No, vivo con mi tío; su casa está cerca del campus – Dijo con simpleza volviendo a tomar el brócoli.
– ¿Vives con Aizawa?
Bakugou mostró interés en ese dato. Aizawa era un maestro de su antigua preparatoria, y también un cliente frecuente del café para gatos donde trabajaba. Le sorprendió saber que tenía relación familiar con Shinsou cuando se conocieron.
– Sí – Shinsou finalmente pudo meterse a la boca el brócoli – Mis padres estuvieron de acuerdo, era mejor a pagar un dormitorio en el campus.
En el fondo, Bakugou agradeció no tener familiares que vivan cerca de la universidad. O en todo caso, que Shinsou los tenga, porque conociendo su suerte, lo más probable es que les hubieran puesto juntos de no ser así.
– ¿No dijo nada de tu brazo?
– Me preguntó qué pasó y después me dijo que soy un idiota – Shinsou se encogió de su hombro sano. Bakugou ahogó una risa.
– Sí, por desgracia conozco esa clase de preocupación.
Fue casi lo mismo que le dijo su madre. Avisó que casi se muere pero no, y después de unas cuantas preguntas de su salud que relajaron a Mitsuki, le gritó qué tan idiota es.
– También quiso venir a pelearse con la empresa – Siguió hablando Shinsou – Pero le dije que se harán cargo de todos los gastos médicos y eso pareció tranquilizarlo.
La salud era algo muy costoso en Japón. Probablemente también en otros países, por lo que ya tener asegurado medio año de tratamientos era ganancia.
– ¿Sabes qué voy a extrañar?
– ¿Hacerte la paja?
– Aparte – Shinsou no desmintió la pregunta de Bakugou – Ir al gimnasio. Me gustaba ir saliendo de trabajar.
Bakugou lo miró con curiosidad. Ignorando la confesión de falta de auto-placer de Shinsou, nunca se imagino que el chico sea un gymbro.
– No luces como un adicto al gimnasio.
– No dije que lo fuera – Shinsou ahora se metió a la boca un pedazo de zanahoria – Dije que me gusta ir, es todo.
Bakugou estaba familiarizado con la gente que se desvive en el gimnasio. Kirishima era un buen ejemplo de ello, y si tenía que comparar a Shinsou con Kirishima, era obvio que distanciaban en apariencias.
Shinsou se veía más esbelto, con ojeras, cabello revuelto y un gusto exagerado por el café.
No se parecía en nada a Kirishima, quien era robusto y paseaba en shorts y camisas sin manga, y se la pasaba bebiendo proteína cuando entrenaba o salía a correr.
– Supongo que entonces tu apariencia de zombie es por gusto, no por salud – Bromeó mientras comía también de lo suyo.
– Va con mi vibra.
– Y también con tu brazo.
Shinsou ya no respondió nada pero Bakugou pudo ver como apretaba los labios para no reírse de su burla.
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Después de recibir un regalo que Bakugou anheló desde niño, su impresión sobre Todoroki había cambiado drásticamente.
Ya no lo veía como su ex insoportable que le rompió el corazón. Ahora lo veía como un ex idiota que intenta hacer las cosas bien en su amistad.
Palabra clave: intenta.
Bakugou ya debía suponer que no podía deshacerse de Deku.
Ese nerd era una persona importante en la vida de Todoroki, y para bien o mal, esos dos fueron amigos antes de que él entrara en la ecuación.
Nunca entendió del todo las reglas implícitas de la sociedad respecto a la vida amorosa. De si era mejor preferir amigos a tu pareja o viceversa.
Las opiniones son muy contradictorias dependiendo del contexto y con la persona a las que se le aplique. Nunca puede tener felices a los 2 lados.
Claro que en su momento le dolió que Todoroki eligiera la amistad en vez de ellos. Aunque según entendió, fue cosa de su padre su ruptura.
Ya no tiene ni idea de qué sucedió ese día. Solo sabe que se quedó sin novio, fuera como haya sido.
Pero regresando al tema: Deku.
– Kacchan, hola – Le saludó – Hace mucho que no te veía. Tú sabes, fuera del trabajo, ¿Cómo están la tía Mitsuki y el tío Masaru?
– El viejo está bien – Contestó – La bruja no sé y no me importa. ¿Y la tía Inko?
– Mi mamá está muy bien, gracias por preguntar – Le respondió con una sonrisa enorme – Ya comenzó a salir con Toshinori-san.
– Bueno, supongo que después de todo lo que le hizo pasar la escoria que te engendró, ya se merecía algo que la hiciera feliz.
Bakugou no mostró arrepentimiento en referirse con esos adjetivos al padre de Deku. Realmente no le importaba, pero por si acaso, miró de reojo para verificar que a Deku tampoco.
– Pensé que nunca lo superaría – Dijo con un suspiro – Pero me alegra que Toshinori-san la haya sacado del pozo sin fondo en el que mamá se había metido.
Cuando eran niños, Bakugou estaba muy pegado a la familia Midoriya. Y todavía así, no recuerda más que con la cara borrosa al padre de Deku.
Lo que sí sabe es todo lo que hizo.
Dejando que Inko cuidara sola a su hijo mientras el cabrón estaba en otro país; sin dinero, sin seguro médico, sólo deudas y al final la revelación de una amante que terminó disolviendo el matrimonio.
– ¿Le odias? – Quiso saber. Deku se encogió de hombros.
– No lo conocí demasiado para ello.
Quizá, pensó Bakugou, fue eso lo que unió a Todoroki y Deku.
El disgusto hacia padres que cometieron atrocidades e intentar desahogarse uno con el otro en busca de consuelo con alguien que tuviera una experiencia similar.
Bakugou no podía entrar en ese grupo, porque aunque tiene una relación odio-amor con su madre, ella no hizo nada tan horrible como los padres de los otros 2.
Cuando mucho era muy exigente para con él, pero eso parece ya un chip que se activa en cada madre apenas tienen un hijo que les recuerda a ellas mismas.
Bakugou no era un caso aislado.
– ¿Qué tal van las cosas con Shou-chan? – Deku cambió el tema de forma abrupta.
– ¿Qué hay con el bastardo? – El rubio se hizo el desentendido.
– ¿Eh? – El gesto de confusión fue evidente – ¿Cómo que, qué hay? Me pidió no irlo a ver después de sus clases porque quería estar contigo. ¿No me digas que ya lo arruinó?
Era gracioso, el como Deku ya intuía que su mejor amigo la había cagado. Bakugou simplemente se encogió de hombros, y se guardó cualquier comentario respecto a su collar.
– Es mi jodido ex, Deku – Explicó – No esperes una reconciliación porque no la habrá. Ya pasé por ese infierno y no pienso volver.
La mirada en el rostro de Deku era de incomodidad. Por curioso que parezca, Bakugou genuinamente creyó que la expresión de su cara cambiaría a una de alegría.
Pero por su cara, más bien parecía que le dio estreñimiento la noticia.
– Oh, qué pena.
Fue apenas un comentario, uno al que Bakugou intentó sacarle toda la información qué pudo. La gramática, el tono de voz, los gestos faciales. Pero nunca llegó a nada.
Bakugou acababa de decirle a Deku que tenía el camino libre para salir con él idiota de las mitades, y lo único que le respondía era:
¿Qué pena?
N/A: No esperen mucho de Deku porque ya bastante sufrí en ponerlo en medio capítulo.
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