16.

Bakugou se levantó como siempre. Se arregló, se duchó, hizo su desayuno y dejó el de Sero por ahí. Ya tenía todas sus cosas listas y se ponía los zapatos para salir cuando tocaron a la puerta.

– ¿Quién está fastidiando tan temprano? – Sero preguntó entre bostezos mientras se rascaba la panza.

– Tu calla y come – Amenazó Bakugou, señalando los sarténes en la estufa.

Respiró hondo, cerró los ojos para prepararse mentalmente y abrió la puerta. Encontrándose a Todoroki que estaba radiante y sonriente esperándolo en la entrada.

– Buenos días, kitkat.

– Vámonos – No respondió el saludo y siguió su camino golpeando el hombro de Todoroki en el proceso.

La puerta se cerró y ambos bajaron del edificio en silencio. Bakugou en un momento se sintió incómodo y se arrepintió de decirle ayer que podía acompañarlo.

Pero Todoroki siempre fue expresivo cuando se trataba de emociones como la felicidad y la sorpresa. Con el resto era más estoico, pero cuando algo lo hacía genuinamente feliz, se le notaba en la cara.

Y el hecho de acompañarlo a sus clases en la mañana, era algo que por alguna razón hacía feliz a Todoroki. En cambio, Bakugou no estaba seguro de qué nombre tenía esa emoción.

Fue silencioso, pero no del todo incómodo. Al menos no para Todoroki. Bakugou caminaba con las manos en los bolsillos; un gesto que tenía antes de salir con Todoroki, pero que cambió cuando salieron, por andar por todos lados tomados de la mano.

Ahora, Bakugou regresaba a esa manía, porque tenía miedo de que su cuerpo le traicionara y tomara la mano de Todoroki sin querer.

Unos cuantos bostezos por el camino y llegaron al edificio donde Bakugou tomaba sus clases. Todoroki lo dejó justo en la entrada, todavía con su usual rostro patético de felicidad.

– Nos vemos al rato, kitkat – Se despidió. Bakugou lo miró con confusión.

– Hoy no tenemos clase de optativa, imbécil – Le recordó. Todoroki se encogió de hombros.

– Me refería a tu trabajo – Y no le dio tiempo a Bakugou de contestar a su observación porque empezó a irse – Hasta luego.

Bakugou se quedó con las palabras en la boca. Hizo un pequeño coraje en su mente y farfulló cosas en voz baja mientras entraba a su edificio y se dirigía a su primera clase de la mañana.

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Al salir, Shinsou ya le esperaba afuera de su edificio. Bakugou ya ni saludaba, simplemente pasaba de largo y esperaba a que Shinsou lo siguiera.

En su trabajo era su jefe, pero fuera de, Bakugou apenas y lo catalogaba como conocido. Pese a que ya habían salido en una no cita al sitio de escalada de la otra vez.

– Ese tipo con el que vives... – Shinsou empezó una conversación – Me parece familiar. ¿De dónde es?

– Iba en mí misma preparatoria – Comentó Bakugou – Y está en mi grupo de idiotas.

– Debe ser de ahí que le recuerdo... – Shinsou asintió.

A veces, los amigos de Bakugou iban a verlo en su trabajo en el café para gatos, ya sea por descuentos, para molestarlo o esperarlo para ir a algún lado.

Iban al menos 2 veces por semana, lo suficiente para que Shinsou pudiera reconocer sus caras aunque no sus nombres.

– ¿Entonces es tu amigo?

– Algo así.

– ¿A qué te refieres con algo así?

En términos de Bakugou, algo así significaba que nunca saldría de su boca decir que son amigos para la gente ajena. Claro que para cualquiera otra persona, podría significar algo más íntimo.

– Algo así – Repitió Bakugou.

Shinsou no pareció conforme con su respuesta, pero el rostro de Bakugou fue lo suficientemente convincente para transmitirle que no quería seguir hablando del tema.

– ¿Y qué hay del tipo gracioso de dos colores? – Pero Shinsou sacó otro tema a discusión.

– Ya te dije – Bakugou bufó de disgusto – Es mi compañero de optativa.

– Parece conocerte.

Bakugou se detuvo y Shinsou hizo lo mismo. El rubio respiró hondo por la nariz, cerrando los ojos. Cuando suspiró y los volvió a abrir, le dio un mirada fría a Shinsou.

– ¿Y?

– No nada – Shinsou tragó saliva y desvió la mirada – Pregunto nada más.

Bakugou continuó su caminata al trabajo con peor humor que antes. Shinsou no volvió a decir nada y se mantuvo silencioso todo el trayecto hasta la cafetería.

Entraron, se cambiaron y cada quien fue a su área de trabajo.

Con tal humor, a Bakugou lo dejaron en barra preparando bebidas para no hacer ningún gesto facial que pudiera ocasionar un descontento a algún cliente.

Fue a 4 minutos de sentarse a comer en su hora de descanso, que Todoroki apareció por la puerta. Bakugou apenas iba a dar el primer bocado y al verlo se le fue el apetito.

La mirada de Todoroki dio un vistazo por todo el lugar hasta que dio con él. Bakugou maldecía no tener un espacio privado dentro de la bodega para evitar ser molestado en su hora de descanso.

Fue cuestión de segundos para que Todoroki se sentara frente a él.

– Kitkat – Saludó – Veo que llegué justo a tiempo.

"A tiempo de hacerme vomitar". Pensó Bakugou picando su comida con sus palillos y sin responder.

Todoroki no le tomó importancia a su actitud. Se acomodó mejor en el asiento mientras buscaba algo en sus cosas. Bakugou no pudo evitar mirarlo con curiosidad.

– Aquí – Dijo sacando una lonchera térmica y la abrió – Espero que te guste.

Un olor familiar penetró la nariz de Bakugou. La comida humeaba con el calor y el olor agradable hizo que el apetito de Bakugou se abriera otra vez casi de inmediato.

– Te traje mapo tofu – Aclaró Todoroki, aunque no fue necesario.

Bakugou tuvo una regresión al pasado. De cuando acompañaba a Todoroki a su casa, como amigos. Fuyumi, la hermana mayor, se encargaba de la cocina, y su mapo tofu fue el mejor que Bakugou haya probado.

Solo que desde que terminaron, Bakugou ya jamás lo probó. Su orgullo fue tanto que ni siquiera pudo pedir la receta. Y el sabor quedó en su memoria como un delicioso recuerdo.

Y ahora lo tenía frente a él, de nuevo. Tuvo que tragar saliva para evitar babear. Olía tan bien que casi olvida quién le llevó la comida.

– ¿Por qué? – Preguntó en cambio, manteniendo su orgullo mientras miraba con el ceño fruncido a Todoroki.

– Por qué sé que te gusta – Todoroki se encogió de hombros – Recuerdo que querías la receta, pero fuiste demasiado orgulloso para pedírsela a mi hermana.

– Tch.

Bakugou se tragó su orgullo y como su estómago no paraba de retorcerse, tomó con sus palillos un pedazo del mapo tofu. Cuando lo llevó a su boca tuvo que cerrar los ojos para sentir mejor el sabor.

Estaba delicioso, sin embargo, Bakugou no sintió el singular sabor que tenía la sazón de Fuyumi. Este era más picante, más condimentado; y el tofu quedó ligeramente más suave de lo que recuerda.

Era un sazón nuevo. Y Bakugou sacó conclusiones más rápidas que Sherlock Holmes.

– ¿Te gusta? – Todoroki sonó entre preocupado, nervioso y feliz.

– No lo hizo tu hermana – Afirmó. El rostro de Todoroki decayó y desvió la mirada.

– Entonces no te gusta...

– No fue eso lo que dije – Bakugou volvió a hablar – Sabe bien. Es picante.

Fue sorprendente como el rostro de Todoroki cambió de forma repentina ante sus palabras.

Para el resto de las personas, sería casi imposible distinguir los diferentes gestos faciales en el rostro estoico de Todoroki. Pero Bakugou lo conocía, quizá demasiado.

Todoroki no dijo nada más. No dijo que fue él quien lo preparó, que practicó y practicó hasta tener el nivel de picante adecuado; o lo que tardó en elegir el tofu correcto.

Simple y sencillo, permaneció en silencio mirando a Bakugou comer lo que hizo.

– No puedo creer que recordaras que me gustaba.

"Y yo no puedo creer que pensaras que lo olvidé". Se dijo Todoroki en su mente, pero para Bakugou solo se encogió de hombros.

– Gracias – Bakugou le sonrió y siguió comiendo.

– N-No fue nada – Las mejillas de Todoroki se sonrojaron – Cuando quieras...

Bakugou pensó, que tal vez no fuera tan malo tener a Todoroki de nuevo como amigo. Y que además, ahora sí podría obtener esa receta, porque aunque Todoroki no se lo dijo, Bakugou enseguida supo que fue él quien la cocinó.

Y aquello le hizo feliz, porque sabía que a Todoroki no le gustaba esa comida.





















































N/A: Aprender a hacer algo que no te gusta, pero que sabes que a alguien más sí y que es su cosa favorita, ¿ustedes cómo le llamarían a eso? No quiero usar todavía la palabra con "a" pero no creo que haya otra descripción.

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