11.
Cuando la película terminó, Bakugou había olvidado que Sero tenía su brazo sobre sus hombros. Se sintió tan natural después del susto principal, como cuando todavía eran amigos sin sentimientos en el medio.
Antes de Todoroki, Bakugou era, más abierto con el tema de sus amistades. No porque cuando tenía novio las dejara, si no porque pensó que tal vez, a su novio no le gustaría que él fuera demasiado cercano con otras personas. Así como Todoroki lo era con Deku, pero ese es punto aparte.
Sus amigos nunca respetaron su espacio personal. Kirishima le pasaba el brazo por los hombros constantemente, así como darle palmadas en la espalda o cabeza. Kaminari y Ashido acostumbraban a abrazarlo por detrás, o a veces, se colgaban de su cuello desde adelante, sin temer por sus vidas.
Y Sero, Sero era más cuidadoso. También le pasaba el brazo por los hombros, pero con delicadeza, más como un abrazo. En vez de palmadas en la cabeza, le rascaba gentilmente la nuca, casi como un masaje. No le abrazaba por detrás, si no que ponía sus manos en sus hombros y le quitaba la tensión que Bakugou ni siquiera sabía que tenía acumulada.
Era con quien Bakugou acostumbraba a compartir sofá durante las noches de película. Era con quien compartía cama cuando salían a pasear a algún lado. Sero incluso era con el que cocinaba cuando lo necesitaban. Además, era el único que supo de su relación secreta con Todoroki.
Tal vez fue por eso que Bakugou se sintió más en confianza con él. Como era el único que se dio cuenta, Bakugou no tenía que fingir con él que su cercanía con Todoroki era mentira. No tenía que guardarse sus quejas de que Todoroki pasara mucho tiempo con Deku pese a que el nerd no era su novio.
Con Sero todo fue fácil, fue cómodo. Y por esa razón, cuando la posibilidad de una relación surgió, Bakugou iba a tomarla.
Sus demás amigos nunca supieron ni de Todoroki ni de que Sero se le confesó, y lo prefería así. Casi agradece que el idiota de su ex quisiera mantener todo en secreto, porque de lo contrario nunca le dejarían olvidarlo.
Pero entonces Sero se echó para atrás. Se arrepintió de lo que dijo, y decidió que era mejor ser solo amigos. Y Bakugou, de mala gana, lo aceptó.
¿Por qué las cosas cambiaban ahora?
꧁꧂
– ¿Quieres cenar algo?
– Estoy jodidamente lleno de refresco y palomitas.
– Es difícil de creer – Sero se rio – No después de que te comiste los nachos tu solo.
Saliendo del cine, Sero todavía tenía su brazo sobre los hombros de Bakugou. Y por sorprendente que se lea, Sero no intentó besarlo ni invadir su espacio personal sin preguntar, más allá del brazo sobre los hombros, su cercanía permaneció prudente.
Bakugou, para no sentirse incómodo mientras caminaban –en sentido físico, no mental– abrazó la cintura de Sero con un brazo, para estar en sincronía. Por su diferencia de alturas, encajaron bien durante su caminata por el centro comercial.
– Creo que tengo lugar para algo ligero – Comentó Bakugou de la nada – Como no sé, unos 790gr de alitas picantes.
– Eso no es comer ligero – Se burló Sero – ¿Y qué es eso de 790gr? Si no es droga, solo dime cuántas alitas quieres comer y ya.
Bakugou le hundió el dedo en su costado como venganza por la broma, a lo que Sero se quejó de dolor pero igual se rio. Lo genial que se lo estaban pasando volviendo a cómo eran antes del suceso.
Al final, Bakugou dijo que no quería nada, y que lo mejor era que se fueran a los dormitorios ya que eran más de las 9 de la noche, y él acostumbraba a dormirse a las 8. Sero iba a pedir un taxi pero Bakugou le pidió que mejor fueran caminando, para bajar las palomitas.
Salieron del centro comercial y se fueron caminando, todavía en aquel abrazo amistoso. Donde Bakugou podía oler el perfume de Sero, sentir su calidez; y por ello, se le ocurrió decir algo que rompiera el silencio cómodo en el que estaban.
– ¿Por qué de la nada me invitaste a salir? – Preguntó Bakugou, sin importar si arruinaba la vibra, tenía qué saber.
Se produjo tensión entre ellos mientras caminaban. Bakugou miró fijamente el rostro de Sero, quien a su vez tenía una expresión seria y seguía mirando al frente, como pensando en una respuesta.
– Porque quería esto – Fue una respuesta que Bakugou no entendió.
– ¿Esto?
– Sí, esto – Sero ahora lo miró – No soportaba tu indiferencia. Y no podía vivir con arrepentimiento.
– ¿De qué mierda hablas, cara de burro? ¿Qué arrepentimiento? – Sero tomó una larga inhalación.
– Bakugou, tengo algo que confesar – Aquella frase dejó helado a Bakugou, su cuerpo se movió en automático pese a que su mente se vació – Me gustas.
Ahí estaba, la frase que Bakugou ya no quería escuchar. Ni de Sero, ni de nadie. No tiene tiempo para esto, él...
– Me gustabas desde la preparatoria y me gustas ahora. Me gustabas incluso cuando salías con Todoroki y cada vez que te peleabas con él me avergüenza decir que me alegraba. Cuando terminaron, creí firmemente que fue mi culpa. Que lo deseé tanto que lo volví realidad. Y cuando vi lo mal que quedaste por eso, me arrepentí. Te quería ver feliz de nuevo al punto de arriesgarme al confesarme aquella vez pero...
– ¿Pero...? – Susurró Bakugou, ya que Sero se había detenido, y él realmente quería escuchar lo que tenía que decirle.
– No me sentí listo para arriesgar mi amistad contigo. Tú tenías fresco lo de Todoroki, y no sentí justo aprovecharme de eso – Sero desvió el rostro – Fue por eso que me retracté. Pero no pensé que al intentar quedar como amigos, tú te alejaras.
– ¿Qué mierda querías qué hiciera, sonrisa equina? Me dijiste que me querías y al día siguiente que era historia pasada. Justo cuando recién me terminaba un cabrón inadaptado social. Me dolió, hijo de puta.
– Mi error, lo admito – Sero hizo un movimiento más arriesgado, usó el brazo que tenía en Bakugou para apretarlo y atraerlo hacia él, para abrazarlo – Y si todavía no me perdonas, está bien. Pero me gustaría volver a cómo éramos antes.
Bakugou se dejó abrazar, se puso de puntillas porque Sero era visiblemente más alto, y al abrazarlo tiró de él para arriba. Que Sero le explicara con más detalle porque no fueron pareja le quitó un peso a Bakugou de encima, uno que ni siquiera sabía que tenía.
– Ya somos lo que eramos antes, cara de soya – Se burló Bakugou con una sonrisa mientras se alejaba del abrazo – Somos amigos.
Sero sonrió con cariño ante la revelación. Bakugou no acostumbraba decir esa frase muy a menudo, en general negaba tener ese tipo de vínculo con cualquiera; pero escucharlo de sus propios labios, era música para los oídos.
– ¿Los amigos pueden besarse? – Sero le susurró casi al oído. Sintió a Bakugou ponerse nervioso.
– A veces. Pero solo en la mejilla – Las orejas de Bakugou estaban rojas, tampoco le dirigía la mirada.
– ¿Yo puedo besarte en la mejilla?
– Supongo que... no estaría mal de vez en cuando... – Murmuró. Sero sintió su corazón golpeándole el pecho por el permiso.
– Será solo un beso amistoso – Le recordó – Un beso de amigos, no lo olvides. Los amigos se pueden besar en la mejilla. Y tú y yo somos amigos...
– ¡No tienes que repetirme todo lo que ya te dije, imbécil! – Sero se rio por la queja. Ya habían llegado a los dormitorios, con la plática la caminata pasó rápida.
– ¿Entonces? – Preguntó Sero cuando entraron y se empezaron a poner cómodos.
– Bien, idiota – Bakugou dejó sus zapatos a un lado y bostezó – Pero no te pases de listo.
– Jamás, chihuahua durmiente – Se rio – Buenas noches – Y se acercó a Bakugou con lentitud.
El rubio cerró los ojos con nerviosismo, esperando cualquier cosa, sintiendo sus mejillas arder. Pero solo sintió una presión en su frente, donde Sero le dio apenas un roce de labios, como una caricia, antes de separarse sonriendo.
– Qué descanses, Bakugou – Y se fue a su habitación, dejando al susodicho con el corazón agitado.
N/A: Sero debe andar en auto de carreras porque ya se les adelantó a Shinsou y Todoroki. Sin embargo, no es novio. Y mientras el puesto siga disponible, cualquiera puede reclamarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top