05.
Estaba siendo arrastrado por su mejor amigo del brazo una vez más, con la diferencia que esta vez no era para ir al horroroso hospital. Aún peor, ¡Estaban yendo a donde JiMin! ¡Donde Park JiMin! Eso de por sí sonaba alarmante, un pecado para su integridad emocional.
Sin embargo BeomGyu no comprendía eso y luego de días que se enteraron de su estado él le ha estado presionando y presionando para que le diga la noticia al alfa de cabellos castaños ya que debía también hacerse cargo de sus actos.
—De todas formas es el alfa, sería una verdadera mierda que él te abandone por portar un cachorro suyo. No podrá, su instinto le jugaría en contra luego, ¿No es así? —esas fueron las palabras de consuelo que su amigo le dio el momento en que abrió la boca diciéndole que había una posibilidad que JiMin lo abandone a su suerte, que lo deje por simplemente tratarse de él, el chico que más aborrece—. TaeHyung... Sabes que si te pudiste preñar de JiMin es porque hay una razón, tu linaje no se puede preñar de cualquier alfa, sólo de su alfa destinado. Creo que no puedo decir mucho de eso, tú más que nadie lo sabes.
Era verdad. Justamente su manada ha sido ocupada mayormente por omegas que nacieron en cuevas de Japón, pero esa era otra historia aburrida de contar. El punto es que los lobos de la manada tienen el límite de poseer cachorros sólo de su alfa destinado independiente sea hembra o macho, era un estilo diferente de probidad entregada. De la misma forma que los alfas solo podían embarazar a sus omegas.
TaeHyung estaba más que jodido ahora mismo porque no sólo le diría a JiMin que estaba preñado por su palo con virus, sino que también deberá decirle que era su alfa y que se debía hacer cargo de él.
Oh, oh.
Todo sería un poco más fácil si llanamente no se hubieran declarado la guerra antes, recordándose el uno al otro lo cuánto se odiaban, se detestaban, se aborrecían hasta el punto de hacérselo saber cada vez que se topaban por los pasillos de manera casual. Para JiMin no podían estar respirando el mismo aire y para TaeHyung el mundo se hizo solo para uno de ellos.
¿Y por qué se odiaban? Pues la razón es verdaderamente tonta.
Todo inicia cuand...
—¡Ahí está JiMin! —exclamó BeomGyu, dándole un apretón en el hombro en forma de apoyo. TaeHyung tragó duro, parando sus pensamientos estúpidos y botándolos a un drenaje—. Anda, anda. Al parecer hoy no le toca entrenamiento con tu papá.
Lanza un quejido leve cuando siente un empujón por parte del omega azabache, acercándolo más a la cancha donde se encontraba JiMin practicando con un par de alfas machos. Sí, parecía broma, pero JiMin práctica fútbol, a pesar de ser delgado, algo bajo para ser alfa y una complexión muy tierna y suave, saca saltitos muy altos como para tapar muy bien un arco en la cancha.
«Claro, eso sí sabe tapar el estúpido» Pensó de repente TaeHyung.
A decir verdad, JiMin no era ese típico alfa que medía dos metros, chico tatuado o perforado que amaba tener a todos los omegas de la facultad a sus pies, nah. Él era más tierno, más suave, más torpe y más... Imbécil. Lo último en palabras de TaeHyung, claro.
Park JiMin suele ser un poco renegón y maleducado sólo con él, con el resto de omegas era una ternurita, un inofensivo terroncito de azúcar que tenía unas enormes ganas de aplastar con su manita.
Odiaba a veces que el alfa tenga mucha atención de otros omegas por ser así, sin embargo no se podía quejar de tener un poquito de celos si es que en vez de acercarse al alfa todos los días de su vida se la pasa insultando su existencia con apodos como "dientón" "ratamin" "alfa de quinta" ¡Y no podrían culparle! No tenía más imaginación para algo más sensato, además que la paz no era una opción desde que JiMin le hizo eso.
Aunque él es un Kim; sensato y él no van de la mano.
—¡JiMin! —tartamudea al divisarlo entre un círculo con sus amigos.
TaeHyung puede divisar a Christopher Bang y Hwang HyunJin, dos alfas del grado superior, mirarle como si hubiera matado a una persona, sus ojos volviendo a JiMin luego. Ambos chicos le murmuran algo al castaño y luego se retiran, dejándolo solo.
TaeHyung no sabe por qué su corazón dispara una horda de latidos el momento en que JiMin levanta la mirada hacia él, su rostro lleno de sorpresa. Se acerca de manera lenta con la cabeza algo inclinada, y las mariposas en su estómago una vez más florecen tan fuerte que no puede evitar el hecho de expulsar feromonas dulces, llamando la atención de muchas personas.
—¿TaeHyung? —balbucea bajo, confundido, fingiendo desinterés aunque por dentro él muera por lanzarse contra el omega y morderlo, ese extraño olor tan dulce que desprendía era muy irresistible y tentador, pero no, ¿Qué le pasaba al pensar semejante tontería? No, no—. ¿Pasó algo, Kim?
Ya frente al omega, le contempla de pies a cabeza, JiMin no demora en morder su labio inferior con un poco de nerviosismo. Por supuesto que no era la primera vez que le pasaba esto, es decir, la presencia de Tae siempre le ponía de esa forma (si es que le insulta igual), un poco vulnerable o ansioso, y peor fue después de tener una noche con él. Sin embargo en esta ocasión...
Bien, ¿qué había de especial? ¿Su aroma?
Su nariz se arruga al oler frambuesa y leche, ese era el aroma usual del omega, pero... Estaba más dulce, o es que su olfato se hizo sensible.
No lo cree, porque supone el resto giró a mirar al omega por su aroma.
JiMin gruñe ante sus pensamientos, ¿Debería importarle? No, no debería. Levanta la vista hacia el reloj pegado en la pared, faltaba unos pocos minutos para que termine su descanso.
—Uh, no te quedes callado, dime para qué me buscas, TaeHyung-ah —intenta, por primera vez, no llamar por su apellido delante de todos.
Le disgusta bastante el hecho que muchos ojos de alfas estén sobre el chico, tanto que su semblante cambia a uno fastidiado sin querer.
TaeHyung lo nota y no demora en tragar saliva, tensándose por no saber qué decir.
Mordisquea su labio inferior.
—Te... tengo dos noticias para ti, u-una mala y una buena, ¿Cuál te doy? —pregunta Tae, yéndose por un método que da menos tensión, apretando los dientes.
JiMin ahora lo mira confundido, ¿Qué noticia buena o mala le podría dar TaeHyung?
—Ninguna —contesta el alfa, una sonrisa maliciosa formándose en su rostro luego, y pendiente con que los alfas de su equipo lo escuchen para que lo dejen en paz dice—: porque yo te doy a ti, TaeHyung.
El de cabellos castaños le guiña un ojo, haciendo que las mejillas del menor se tiñan de rojo.
Por otro lado, al escuchar eso los alfas compañeros de equipo de JiMin apartan la mirada de TaeHyung, continuando lo que hacían como si nada hubiera pasado. JiMin aplaude mentalmente al cumplir su cometido, reprimiendo una sonrisa.
—Oh, entonc... ¡JiMin! —chilló pegándole en el hombro luego de captar el doble sentido en su enunciado—. ¡Estoy hablando en serio, idiota! ¡Tómame en serio! ¡EN SERIO!
—Ugh, pegas como omega.
—¡Soy un omega, Park!
—Lo que digas, Kim.
Un silencio es lo que ocupa espacio, y Tae recordó el porqué le cae tan mal Park JiMin.
Le cae tan mal que le gusta, y eso es lo que le fastidia.
...Mierda.
—Entonces empieza por la mala noticia —cede JiMin luego de un rato, sabía que no tenía mucho tiempo por más que en el fondo lo quisiera.
—La buena entonces —remite y JiMin alza una ceja, incrédulo—. ¿Qué? —su rostro desfigura al ver al alfa mirarla de una forma tan intensa, cruzando de brazos.
Por no decir sexy.
Dios mío, su mirada es tan sexy que si mis ojos tuvieran piernas las abriría.
El rojo subió a su cara una vez más al saber a dónde estaban yendo sus pensamientos. No, no podía pensar tan feo ahora mismo, debía concentrarse en darle la noticia a JiMin, ya depende él si es que la recibe o no. Pero es que está tan nervioso que distrae sus pensamientos con facilidad.
Dios, todo se está haciendo complicado.
—En cualquier momento va a tocar el silbato, TaeHyung —recuerda el alfa, allanando los labios ante el silencio repentino del omega.
Bueno, si ese es tu problema también te lo puedo tocar.
Toma una bocanada de aire hasta inflar demasiado las mejillas, posando ambas manos en los hombros del mayor poniéndose de puntitas, de forma inconsciente buscaba apoyo. JiMin se sorprende un poco por el acto, sin embargo no le dice nada.
—Está bien —reacciona, sintiendo su corazón latir rápido—, p-pero antes, promete algo.
El alfa parpadea, confundido.
—Depende de qué se trate, Kim —murmura el muchacho y eso no ayuda a Tae, quién solo se separa de él, intentando calmarse.
Vamos, tú puedes. Tú puedes.
—¿Re... recuerdas la... la fiesta? —dice con cautela, mirando a JiMin asentir levemente, su ceño fruncido apareciendo después—. Bien... yo-
—Si me vienes a reclamar por eso, pues ya te dije que lo olvides y todo bien, no te mortifiques por eso —irrumpe el de cabellos castaños seriamente, TaeHyung sólo le da un golpe en el hombro, despacito.
—No es eso, bobo...
—¿Entonces? —preguntó el chico, realmente desorientado de tanto misterio—. Hm, TaeHyung. No es por apresurarte, pero tengo entrenamiento, no es con tu papá, pero el entrenador Kang es molesto.
—Escúchame —ruega el omega con un hilo de voz y JiMin le hace caso porque jamás le había visto así de nervioso, eso era algo nuevo—. ¿Co... conoces el ejemplo de la abeja y la flor?
JiMin asiente lentamente.
Entonces TaeHyung le sonríe, mostrando sus encías en una sonrisa cuadrada.
—Pues quién creó eso se inspiró de nosotros.
—¿Eh? —musita el alfa—. No entiendo, ¿quieres decir que tú y yo hacemos la miel? ¿Este es un tipo de broma?
El menor suspira, al parecer el alfa demora en captar indirectas.
—O sea, tu cosita hizo un cosito, JiMin.
—No entiendo.
—¡Que estoy esperando un cachorro tuyo, inmundo animal! —y eso es todo, el muchacho explota. JiMin no podía ser tan lento.
Por otro lado, el otro muchacho parpadea incrédulo ante lo que acaba de oír. Sus labios abrieron en demasía y sus ojos se agrandan hasta no poder más. Siente una corriente eléctrica por la espina dorsal, acariciando todo a su paso, su lobo despertando de forma abrupta al oír al omega.
—¿Qué dijiste? —musita.
—Que estoy preñado de ti.
—¿Per...?
Sin embargo, JiMin jamás pudo terminar porque una pelota inmediatamente se dispara, golpeándole en la cabeza tan fuerte que cae al suelo de manera inconsciente.
TaeHyung chilla de horror, deteniendo sus pasos, ¡No puede ser! Mataron a su futuro esposo y todo fue tan rápido.
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