O3.
—¿Síntomas? —cuestiona la doctora Jung después de haberse presentado, saludado y darle una pequeña introducción a los adolescentes.
Jimin olisquea y gruñe un poco, no le gustaba el aroma a tierra mojada, lo repudia, pero eso no le detiene e darle una respuesta a la adulta.
—Los hospitales me hacen enojar y me dan fiebre —dice, abrazando sus rodillas en el asiento mientras hacía un puchero. Hoseok le da un manotazo en la cabeza y el lloriquea—. ¡Bien! ¡Últimamente la comida me da asco y estoy vomitando mucho!
La doctora asiente, anotando todo en una especie de hoja.
—¿Qué has comido? —vuelve a preguntar la madre de Hoseok, su tono calmado.
—Ehm... —Jimin lo piensa, jugando con las mangas de su polerón rosita ¡Y es que a el le gusta el rosita porque es un color muy bonito! No le vayan a decir aniñado por eso—. Si no mal recuerdo, comí gelatinas, leche, luego cerdo asado, fréjoles con arroz blanco... ¡Pero luego lo vomité todo, señora Jung! Y bueno, después comí más.
—Eso es mucho para un omega tan pequeño como tú... —murmura la doctora Jung y Jimin se siente mal debido a que cree que le está diciendo gordo indirectamente pero ¡El no está gordito! ¿Cierto? ¡¿Cierto?! Hace otro puchero, escondiendo su rostro entre sus rodillas—. Si estás mal del estómago es irónico que luego comas mucho.
—¡Lo mismo digo, mami! —chilla el omega azabache—. ¡Lo peor es que fue en mi cama!
Ahora es Park Jimin quién le tira un manotazo en la cabeza.
—Eres una bocotas —gruñe el menor—. ¿A caso yo le digo a tu mamá que le hiciste un baile a Jin Hyung vestido de carne por sus fetiches todos raros?
—¡Jimin!
—¿Qué mi hiji hizo qué? —pregunta la alfa frunciendo el ceño y dejando de escribir la hoja en sus manos, mira a Seokjin de soslayo y de manera asesina, este solo se encoge desde su sitio.
—Creo que mi abuelita me llama desde el cielo, señora Jung —dice Jin, parándose de la silla con dirección a la puerta—. ¡Voy a ir a verla, nos vemos otro día!
—Kim Seokjin—llama de forma dura Hoseok y el alfa se gira de forma inmediata y nervioso, le responde con un «¿Si, amorcito?»—, ¡Me saludas a tu abuelita y dile que gracias por las galletitas de hace días!
—Oki, mi vida. Todo lo que quieras, tú di rana y yo salto —dijo el tomando la manija, listo para salir y tomar aire fresco o un aroma que no sea el de la madre de Hoseok molesta. Abre la puerta y se retira.
—Si sales de esa puerta llamaré a tu madre —dice la doctora de repente, su rostro impasible y su tono tan rígido que Jin vuelve a su posición de antes, obediente como un perro.
Hoseok nota el miedo de su alfa y lo toma de la mano, dando un apretón fuerte.
—A lo que iba —continua la doctora, como si nada hubiera pasado. Jimin traga saliva, le daba miedo—. ¿Has sentido mareos?
—Sipi —vuelve a decir.
—¿Has sentido tus pezones sensibles o hinchados?
Jimin lo piensa.
—Algo así —hace una mueca, no le gustaba mucho ese dolorcito—. Es feito eso...
La doctora comienza a escribir otra vez.
—¿Has estado yendo mucho al baño? —Jimin asiente, y la doctora vuelve a pasar el lápiz en su hoja, haciendo un análisis de todos los síntomas que ha confirmado la paciente, entonces se le hace una idea que no duda en preguntar ni sorprenderse, sin saber que el omega ya sentía estragos en su estómago—. ¿Cuando fue la última vez que tuviste relaciones?
Y Jimin vomita.
Hoseok pega un chillido por el susto y Jin hace lo mismo, pero solo porque esta vez el vómito cae en sus zapatos, sus benditos y jodidos zapatos.
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