Capítulo 87 ♥

Bambi:

— ¡Son unos idiotas! ¡Suéltenme no ganan nada!—grito fastidiosa mientras ellos dos parecen reírse de la situación.

—Ay Bambi, nadie te va a venir a salvar, corazón. Vamos a divertirnos un rato. Únicamente pensamos que podríamos hacer con Federico—se ríe de manera maliciosa Barbie. Ya no la soporto.

—Cuanta envidia me tienes ¿O no?—le pregunto indignada. Ya no me importa si mi actitud hace que ella empeore e igual con Federico. No me importa ni pienso mostrarme débil ante estas víboras.

— ¿Que dices?—me mira fijamente y su sonrisa se transforma en una seriedad extrema.

—Las personas como vos, son las que tienen vidas infelices, estúpida. Te molesta verme triunfar, verme bien, o no, mejor dicho, ver que tu ex estuvo conmigo. Y vos Federico, mírate, nunca vas a tener a nadie— contesto. Cada vez estoy más furiosa y únicamente quiere salir bronca de mi ser.

—Cállate porque no sabes de lo que soy capaz—prosigue. Aunque tenga mi corazón latiendo con mucha fuerza de miedo, ya no puedo permitir que vean a la Bambi sensible. Nunca más lo voy a permitir. Debo ser fuerte.

—No te tengo miedo, Federico. ¿Qué me vas a hacer? Ya no soy la pendeja que salió corriendo, estoy tranquila de que te vas a pudrir solo, la vida se encarga del karma mi amor.

— ¡¿Encima te la buscas la situación?! ¡Idiota!—se aproxima a mí para intentar besarme y corro mi cara del asco que le tengo. Grito porque puedo, porque sé que van a llegar Mich y Alex. Lo sé y lo presiento.

De repente escuchamos un boom en el espacio de la casa tan muda y oscura. La puerta se abre de par en par y sonrío ante mi triunfo.

— ¡Ni se te ocurra tocarla!—grita Mich.

Acto seguido entra Alex quien va hacia Federico y le pega una trompada, él se desvanece sobre el piso dormido. Por otro lado Adam corre hacia Barbie y la detiene con sus brazos. Mich me ayuda para desatarme.

—Te amo tanto, gracias—susurro en voz baja con los ojos llorosos.

—Yo también, pero ahora no hay tiempo para hablar mi amiga—continúa desatando los mil nudos que hicieron los estúpidos de Barbie y Federico.

— ¡Axel! ¡Mi amor!—grita Barbie, intentando fingir en la caótica situación.

—Ya viste Axel, mírala a Bambi. Era verdad, esta chica es una tóxica como todos te decíamos— prosigue Adam.

— ¡Cállate! ¡No les creas nada amor! ¡Fue todo un plan!—exclama desesperada.

— ¡A mi amigo no lo callas!—ruge furioso Axel. Wow, es la primera vez que lo veo así— ¡Eres una...! ¡Ay dios como nunca pude ver lo que eres!—se refriega las manos entre la cara llorando—púdrete, no quiero ni pretendo saber más nada con vos, continúa viviendo tu vida miserable.

— ¡Axel no me podes hacer esto!—llora desconsoladamente. Lo que faltaba, la bad girl llorando.

— ¡Basta Barbie! ¡Basta!—finaliza la conversación.

— ¡Corre Bambi antes de que la loca quiera hacerte algo!—dice Mich una vez que termina de desatar los nudos. No lo dudo, me levanto y voy hacia la puerta.

—Bambi tengo que hablar con vos—me detiene Axel.

—Déjame en paz—lo ignoro y me enfoco en observar a Barbie que sigue sujetada en los brazos de Adam—antes de irme, ey Barbie ¿Qué pasó? ¿No era que nunca perdías? ¿Qué me habías ganado?—pregunto irónica mientras sus ojos negros me miran llenos de odio—no pensaba irme corriendo sin antes despedirme corazón. Fue un gusto estúpida.

Y corro, corro como nunca antes lo había hecho. Corro para escapar de las personas dañinas y de esa situación horrible. Corro como si fuera la única solución en este momento y corro por miedo un poco, porque a pesar de mostrarme fuerte, la sensibilidad continúa estando en mí.

— ¡Bambi tenemos que hablar!—me persigue Axel en medio de las calles del barrio de Capital.

— ¡Te dije que me dejes en paz!—siento un leve mareo al correr pero lo ignoro y continúo corriendo— ¡¿Qué ahora te das cuenta de quién es tu ex?! ¡Ya fue Axel, déjame! ¡No quiero hablar con vos!

— ¡Pero escúchame por favor, para de correr es peligroso!—escucho una bocina de la parte de atrás junto a Axel disculpándose de forma rápida con el conductor.

Los mareos en mi se intensifican y recuerdo que ¡Mierda! es el efecto de lo que me hizo tragar la enferma. Aún así pretendo continuar, no quiero detenerme. Mi orgullo es más fuerte antes que hablar con Axel después de todo lo que sucedió.

— ¡Bambi!—grita desesperado en lejanía. Mis oídos enmudecen, me siento extraña, logro detenerme por un momento justo en el medio de la calle ya que no puedo seguir y me encuentro completamente paralizada.

— ¡Bambi!—oigo por última vez un grito desgarrador.

Una luz inmensa blanca se aproxima a mí, pero después todo se vuelve negro.

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