Capítulo 80 ♥
Barbie:
Finaliza la jornada escolar y mi cabeza no deja de dar vueltas y vueltas acerca de la estúpida de Bambi Henderson, aunque Axel me lo niegue yo sé que está algo enamorado de ella. Y no lo puedo tolerar. O estoy yo, o no está nadie.
Pienso como destruirla. Reconozco que descubrir su gran secreto fue algo muy fuerte, tal vez por ahí es su punto débil. ¿Pero cómo encuentro a ese Federico? ¿Dónde estará? No creo que tan lejos si la amenaza.
Las puertas del gran instituto se abren para la salida escolar. Lo único que deseaba era fumar un cigarrillo. Por suerte Axel se retiró antes con su amigo Adam ya que debían hacer un trabajo importante de una materia, así que nadie ni nada puede interrumpirme si me surge algo interesante.
—Ey bella ¿Hacemos algo?—me sorprende Molly. ¿Es en serio? Esta chica se ilusionó demasiado conmigo. Le sonrío negando con la cabeza.
—No, chiquita, no creo, tengo otros planes que hacer—y entonces ahí la observo, Bambi Henderson saliendo siempre reluciente a pesar de su pésimo estado emocional. Es la mirada de todos ahora en el gran instituto, más con el rumor todavía, claro. Observo cómo se va caminando para su casa cuando al mirar mejor veo que detrás de ella la persigue sigilosamente un muchacho con anteojos y gorra pareciendo ocultar sus rastros. Sonrío triunfante—nos vemos Molly.
—Pero...—escucho la voz de la chica de cabello violeta lejana. La dejé plantada, aún así nada me importa más ahora que perseguir a ese muchacho el cual mi intuición grita que es Federico. Estoy segura. Cómo si no conociera esas tácticas de seguir a alguien...
Se detiene detrás de un árbol al ver que Bambi se dió la vuelta. A mi suerte la idiota no me ve y continúa caminando insegura. Me acerco al joven, toso un poco irónicamente para que capte mi presencia. Inclina su cabeza algo asustado mirándome con ojos llenos de odio.
— ¡¿Quién eres?! ¡¿Que quieres?! ¡Salí de acá pendeja!
Me río levemente.
—Pero hombre, calma...en estas situaciones hay que aprender a llevar la calma, no la desesperación, corazón—contesto. Se sorprende al verme tan relajada ante su conducta. Saco al fin el maldito cigarrillo para fumar.
— ¿Quién eres?—pregunta confundido.
—No importa eso, importa que tengo el mismo objetivo que vos, déjame adivinar, a que eres Federico, y esa estúpida es la Henderson—la miro fijamente caminando en lejanía con su mochila mientras yo estoy apoyada sobre otro árbol.
— ¿De qué mismo objetivo hablas?
—Destruirla ¿No es lo que quieres? Mira te comento, esa chica salió un par de veces con mi ex, Axel. Y no lo puedo soportar. ¿Federico, qué te pasó con Bambi?
—Me parece que nos vamos a entender muy bien, ya entiendo de qué bando juegas—me mira sonrojado de una forma especial.
— ¿De la venganza tal vez?—exhalo el humo sonriendo.
—Puede ser. Seriamos muy buena pareja—se acerca lentamente a mí en fin de dejar un beso en mi cuello.
—No querido, no estoy de novia con nadie. Yo voy y vengo por todos lados, pero bueno, me voy a acordar de vos claro—le sonrío—ahora vamos al punto más importante... ¿Que podríamos hacer con Bambi? Digo, para que se deje de fijar en Axel, yo lo pueda recuperar del todo, y vos... quien dice, también capaz esté con vos nuevamente. Es tan estúpida. Coincidimos que ambos tenemos bronca de que hagan su vida como si nada, que hayan estado juntos, que hayan sido felices sin nosotros. Sin embargo deben ver que somos capaces de todo.
—En eso coincido ¿Qué quieres hacer chica astuta?—pregunta.
—Tengo una idea genial y que le daría un gran susto a la pequeña—río maliciosa—un secuestro ¿Como lo ves?—finalizo de modo triunfador ante mi idea—no vamos a hacer nada grave, quédate tranquilo, es solamente darle un susto, amaría por ver su cara de asustada y pobrecita—agrego a la vez que muerdo mi labio inferior sonriendo.
Nos mantenemos en silencio un pequeño instante. Saco de mi mochila la carpeta con nada escrito, por supuesto. Arranco un pedazo de hoja para escribir mi número de celular y se lo entrego en la mano. Él se queda mirando fijamente.
—Si estás de acuerdo, me escribís. Es un susto nada más, un simulacro de algo muy malo. Nos vamos a divertir y tal vez salimos ganando, no tengo todo el día para esto, chao be. Sé que vas a llamar— finalizo guiñándole el ojo y despidiéndome.
Yo sabía que podía ser capaz de llegar lejos. Muy lejos. Porque como alguna vez dije, Barbie Wersey nunca pierde.
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