Capítulo 6 ♥
Bambi:
Un poco confundida y malhumorada (mierda Bambi, un estúpido te baja el humor. Eres más, mucho más) me dirijo nuevamente a mi salón de clases después de que alguien logra ubicarme. Veinte minutos tarde del horario... ¡Estupendo!
Abro la puerta delicadamente y todos me miran (el clásico de cuando entras al salón).
— ¿Señorita no le parece un poco tarde por ser el primer día? Media falta — habla una mujer grande. No tan vieja, pero tampoco tan joven. Solo sé que parece quisquillosa, un poco insoportable... ¡Dios! ¡Tráiganme a Bren otra vez!
—Disculpe profesora. Mi nombre es Bambi. Soy nueva, me perdí cuando salí a buscar a alguien— contesto irónica. Aunque no estoy segura de si pueda entender mi indirecta.
—Nadie le preguntó. Diríjase a su banco—exclama para finalizar la conversación. Pero qué señora más amable. Revoleo los ojos mientras voy hacia mi asiento y Mich me contempla atenta por la situación.
— ¿Dónde estabas chica? Es peligroso que se me vaya la niña en este colegio tan grande— ríe suavemente y hablando bajo para que no escuche la profesora.
Mich logra hacerme sentir bien e irradia una energía única. Estoy segura de que vamos a ser muy buenas amigas.
—Te fui a buscar pero seguro estabas con tu novio vaya a saber uno haciendo que— agrego en modo secreto. Empiezo a reírme por mi planteamiento. Perdón Mich, te quiero.
Me pega suave con su mano en mi brazo en tanto continúo riéndome. Saco la carpeta de la materia que vamos a tener con la profesora quisquillosa, hasta que descubro... ay no. No. Matemáticas no.
—Ya me agarro un colapso de estrés y ni empezamos— acoto de manera fastidiosa en la conversación con Mich— ¿Justo una profesora así tiene que tocar en esta materia que tanto me cuesta? ¡Quiero llorar!
—Parece que no le bastó media falta ¿Quiere otro tipo de comunicado para que asista de manera correcta en mi clase, señorita Bambi?
Ok. Esto es suficiente como para caerme mal. Ni me dio la oportunidad de presentarme ante usted de buena forma, ni siquiera entendió que soy nueva. Ni siquiera sabe lo mucho que me cuesta esta materia como para que nos llevemos mal ¡Mierda!
—Disculpe—le contesto con una extrema seriedad a la vez que miro la carpeta de Mich para anotar lo que ya borró cuando no estaba presente los primeros minutos. Termina de observarme junto a una expresión histérica para darse vuelta y seguir escribiendo.
¡Qué materia de mierda!
—No creo que sea buen momento hablar ahora. En el recreo vamos al patio, Alex va a estar con los amigos— prosigue Mich. Asiento con la cabeza.
Transcurren cincuenta minutos insoportables con la hora de matemática. Trato de recordar los conceptos claves de algunos de los temas ya vistos para enfocarme en los nuevos. Buena suerte para ti, querida Bambi Henderson.
—Para la clase que viene todos estos ejercicios hechos—finaliza su clase la profesora con nombre quisquillosa para luego retirarse. Ni siquiera saluda.
— ¡Chau! — grito con ganas al ver que cierra la puerta. Revoleo la carpeta al banco un tanto fastidiosa. Mich se ríe e intenta tranquilizarme.
—Tranquila, es el primer día. Es cuestión de agarrarle la mano— contesta delicadamente.
—Sí, entiendo. Igual, sigue siendo una materia de mierda— agrego. Vuelve a reírse de mi actitud caprichosa.
Sujeta mi mano para salir otra vez. El patio no es lejos, es yendo para atrás de nuestro salón. Cuenta con un gran espacio verde, algunas mesas para quienes gustan almorzar en el exterior, bancos para sentarse y para mi sorpresa varios árboles. Bueno, capaz no interesa, perdón. Soy detallista en ver ese tipo de cosas. Fin Bambi... ¡Vas a aburrir a los lectores!
Nos dirigimos a sentarnos en el pasto para entablar esa típica conversación mientras arrancas pasto. Clásico de clásicos.
—Vi a... —pauso mis palabras rápidamente. Ni siquiera me sale decir que si, que vi a un estúpido, un idiota, un idiota que está bueno por cierto ¡Pero no! ¡Es un estúpido!
— ¿A...?— me contempla Mich sonrojándose. Caigo a la realidad como una estúpida porque me quedé pensando... ¡Bambi! ¿Qué carajos te sucede? ¿Tanto descolocó tu cabeza ese chico?
—A...no pero es un idiota, no cuenta, ni lo conozco. Nada, nada. Olvídate — continúo la inútil conversación que empecé. Sin embargo para mi sorpresa, Mich ahora insiste en que le cuente debido a que la intriga se apoderó de ella.
Exhalo fuerte antes de hablar.
—Resulta que te fui a buscar, porque si no te hubieras ido del salón, nada de esto hubiera ocurrido. Salí a buscarte, me perdí en este colegio de diez mil hectáreas, con diez mil salones y cosas para hacer y con quinientas personas. Veo una escalera, una puerta, pensé...bueno, debe ser el vestuario de mujeres, abro la puerta y ¡Mierda! ¿Qué encuentro? Un chico, un chico normal y corriente, que estaba en torso desnudo, por cierto, que parecía lindo, también, que estaba fuerte sobre todo, pero ¡Mierda, mierda, mierda!—finalizo expresando todo lo que necesitaba decir. Mich se queda perpleja y sonrojada mirándome. Nunca estuve tan acelerada para hablar una estupidez como esta.
¡Es una estupidez!
—Bien ¿Acaso no querías que libere?— rompo la tensión. Ella larga una gran risa. —No sé qué te causa— contesto seria. Aunque no me sale estar seria tanto tiempo, entonces inevitablemente río un poco— no, no causa.
—Ay Bambi ¡No tiene nada de malo! Es más... interesante que estaba en torso desnudo—continúa mirándome con una expresión atrevida.
—Que— la miro perpleja sonriéndome— estúpida— nos reímos.
— ¡Ahora seguí hablando! ¿Qué pasó?— incentiva a que le cuente los hechos de la película Bambi y el chico que conoció en el vestuario.
—Nada, es un estúpido porque cuando salió le pedí disculpas y ni siquiera se molestó en aceptarlas. Me miró de arriba hacia abajo para después irse. Por supuesto que sí, conociéndome tan impulsiva de la bronca le grité un poco mientras se estaba yendo, por eso entré malhumorada en matemática, además hice combo completo con esa clase horrenda— prosigo.
—¡¿Le has gritado?!— ríe a carcajadas Mich —¡Oh por dios eres toda una intensa, Bambi! ¿Qué le has dicho?— sonríe apoyando su mentón en las manos con notorio entusiasmo.
Me sonrío recordando el momento.
—Pues... algo así como... ¡Estúpido, te estaba pidiendo disculpas! La próxima si te molesta...— río tapando mi rostro con las manos. Mich no deja de reírse ante mi relato— Encima le agregué la frutilla del postre... ¡Hasta nunca imbécil!— finalizo mi risa para dejarme caer en el pasto y observar el cielo con profunda admiración.
Siento mi estomago un poco revuelto de sensaciones raras y una torpe sonrisa se forma en mi rostro.
—Intenso todo...— Mich seca sus lágrimas de tanta risa— muero por saber quién es para poder ubicarlo— acota pensativa.
—Parece de los más grandes. Tiene un tatuaje en la espalda de una pequeña cruz, el cabello mojado en ese momento pero castaño, despeinado... ojos café...— su apariencia invade en mi mente, recordando a la perfección cada detalle— Bueno y...está fuerte el maldito— agrego cómica.
—Tendré que consultar con Alex, capaz lo ubica. Tengo varios en la mente pero tiene que ser uno en específico.
—No me interesa saber su nombre ni quién es. Para nada— finalizo la conversación sin entender el interés de Mich.
—Si no te interesara, chiquita, no hubieras hablado así de acelerada sobre él, intensa.
Ante sus palabras mi corazón empieza a latir fuerte y siento mis mejillas incendiarse.
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